¿Qué puedo decir? Mi teclado es una mierda.

Pareja: Akaashi x Bokuto

Disclaimer: Este animu/mango le pertenece a Furudate Haruichi. La historia vino de mi delirio.


.

.

.

Biunívoco

...

Prólogo: Lunes

.

.

.

—Entonces... —comenzó Konoha, simulando seguridad. Ni el mismo podía creer lo que estaba a punto de decir.—¿Cuándo planeas hacerlo, Akaashi?

La primavera anunciaba el final de un ciclo, otro año escolar que dejar atrás.

Akaashi Keiji estaba preparándose para cumplir su rol como nuevo capitán. En realidad no había que prepararse en sí; a fin de cuentas, él era quien estuvo al mando del equipo los últimos meses.

—¿Hacer qué? —cuestionó el interrogado, sin mirarlo directamente.

Una sonrisa impaciente se dibujaba en el rostro de Konoha.— Ya sabes, declararte a Bokuto.

—Ah, realmente lo dijo—pensaron todos al unísono. Parecía que todos los presentes en la habitación compartían una extraña telepatía, a excepción del entrevistado.

Desde hacía un par de días, esa interrogante deambulaba por la cabeza de los miembros del equipo de voley.

Todos, incluido los casi egresados, respetaban a Akaashi, pues era el único que podía domesticar a aquella bestia conocida como Bokuto Kotarou. Sabían que no sería nada fácil lograr que se sincerara. Nadie tenía las agallas suficiente como para tomar la iniciativa, nadie hasta que el valiente Konoha se armó de valor entre los lobos hambrientos de conocimiento.

Akaashi sostenía un balón con un rostro pensativo. No hay manera de saber qué estaría pensando. En el peor de los casos, la pregunta lo pondría a la defensiva y su próximo acto sería retirarse de la habitación, malhumorado. Resultaría una misión fallida.

No obstante, la respuesta que recibieron fue todavía más inesperada.

—No creo que funcione.

—¡No lo niega!—suscitaron todos estupefactos.

—¿Po-Por qué crees eso? —Ni el mismísimo Konoha podía creer que admitiera su amor sin rodeos.

Akaashi se mantuvo reflexivo durante unos instantes. Esos segundos parecían eternos para los oyentes que no le quitaban la vista de encima.

—Bokuto-san es... —empezó.

Como obra del destino, el nombrado destruyó el ambiente con su estrafalaria aparición. —¿Alguien me llamó? —exclamó con su acostumbrado entusiasmo.

—¡Ah, hablando del rey de Roma!—todos se apartaron hacia sus propios asuntos.

—¿Qué pasa con todos ustedes? —inquirió él desconcertado.

—Bueno, verás...—El héroe del día, Konoha, intentaba disuadir la tensión que albergaba el lugar.

Sin embargo, Keiji tomó la palabra. —Bokuto-san.

—¿Hm?

—Me gustas.

Como si un vaso se hubiera roto repentinamente, la habitación, a continuación, quedó totalmente en silencio.

—¡Lo dijo! —gritaron todos, por supuesto, para sus adentros.

Entre que los segundos pasaban, los espectadores no podían determinar lo próximo que sucedería. El armador mantenía su semblante usual, sin inmutarse; el As, lo miraba con confusión, como si le contaran un chiste que no acababa de asimilar.

Al cabo de unos momentos, al parecer lo había comprendido.

—¡Oh, con que sukiyaki(*)! Ya veo, ya veo. ¡Gran idea, Akaashi! —Se carcajeó ante la mirada ilusa de todos.— ¡Yo invito la primera ronda, andando chicos!

Dicho eso, se retiró corriendo con su alegría habitual.

—Lo... ¡Lo malinterpretó por completo!—El equipo completó cayó rendido ante el estúpido desenlace.

¿Qué podían esperar? Era su querido capitán de quien hablaban. Clásico de Bokuto-san.

—Oye, hombre. No te preocupes por algo así... —Konoha, autoproclamado representante del resto del equipo, intentaba demostrar su apoyo.

No obstante, Akaashi no se veía muy afectado por el rumbo que había tomado la situación. Pese a ser alguien que difícilmente mostraba lo que pensaba, no percibía ni una pizca de derrota.

Por el contrario, parecía algo complacido con lo que había visto. —No importa. Fue algo lindo.

De inmediato, se sabía que este ya no era asunto del resto.

—Esto se ve problemático—pensaron todos, suspirando.

No había manera de adivinar cómo terminarían las cosas.


He aquí mi nuevo proyecto.

(*)Akaashi intentó decir suki que, quien no es un maldito nerd otaco (como yo) no sabría, significa "me gustas". Bokuto, como es bien especial, pensó que se refería a la comida.

Canción del día: León Larregui - Locos

(En serio, escúchenla, de eso va a ir la historia)

¡Gracias por leer!