Dolor.
Prologo.
El la miraba intranquilo, solo esperando una respuesta por parte de ella, sus cabezas estaban juntas y sus manos entrelazadas, se pertenecían mutuamente, su cuerpo y alma pertenecían solamente a ella, a esa mujer, la única que logro robar y descongelar su frio corazón, bajo sus murallas hechas de hielo y resentimiento. Un suspiro pudo escuchar escaparse de los labios de su compañera, porque eso era ella, mas que su amante, su amiga, su amada, su confidente, ella era su compañera…
Ella lo miraba con dolor y al mismo tiempo con amor, espera a que algo salga de su boca, pero su pareja no parecía tener intenciones de querer hablar.
-Sesshomaru –
El viento nocturno movió sus cabellos suavemente, las hebras de el se mezclaban con las de ella.
-¿Vas a quedarte callado toda la noche? –Sus ojos denotaban el sentimiento de tristeza en sus pupilas chocolate, el la miro sin decirle nada, solo aflojo el agarre de sus manos, se sentía tan… Estúpido por no poder hacer nada por ella, por el, por ellos.
Kagome busca con desesperación la mirada de Sesshomaru, necesitaba con urgencia saber lo que tanto temía.
-Kagome –Ella toma sus manos y las entrelazas entre la suyas –Ya es tiempo de que te marches –
Ella abre sus ojos de la impresión que siente, no esperaba tanta sinceridad en sus palabras, eran frías, directas y sin una pizca de sentimientos en ellas, era como si Sesshomaru desease que todo terminara, no lucharía por ella, dejaría todo así por nomas. Kagome trato de reprimir las lagrimas, pero le fue casi imposible, la mirada ambarina de su ahora pareja se lo decía todo. El no la quería cerca, y eso le dolía hasta lo más profundo en el alma, suelta sus manos con lentitud para después lanzarle una mirada llena de impotencia y dolor.
-¿Por qué? –
-Por ti –
Ella abre sus ojos sorprendida, se voltea para verlo nuevamente, chocolate con dorado inmediatamente se encuentran, no dudan en demostrar todo sentimientos que sienten uno por el otro, ambas miradas parecen hablarse entre si, ninguno de los dos necesitaba palabras para decirse todo lo que sienten, solo bastaba con verse a los ojos y de una vez ambos podían descifrarse con tanta seguridad.
-¿Eso quiere decir que tu…? –El asiente con tranquilidad para después girarse sobre sus talones y comenzar a caminar hacia el vacio, una inconsciente sonrisa se dibuja en el corazón de la azabache, los sentimientos del demonio sus puros como lo suyos, el la amaba a ella, y ella lo amaba a el, no existía prueba suficiente como para que alguien dijese lo contrario.
Sesshomaru se detiene a varios metros lejos de ella.
-Esta noche –Kagome puede escucharlo con atención, podía notarse con facilidad como su amante miraba con determinación la luna menguante que esa noche los estaba arrullando con su suave brillo.
Ella intenta reprimir las lagrimas, el se estaba despidiendo de ella, puede notarlo en sus ojos, esta noche seria la ultima en la que se vieran.
-Espera –Ella se acerca con rapidez a el para tomarlo fuertemente de la manga de su kimono, el la mira atento, esperando a que la azabache terminara su frase -¿Esta es nuestra despedida? –Sesshomaru no dice nada, solo voltea la mirada para no ver esos ojos tan llenos de esperanza, esperando a que el dijese lo contrario.
-Si –
Su respuesta es tan seca que no involucra ni un solo sentimiento en ella, Kagome lentamente se suelta del pequeño agarre que ella misma ejercía, mira una última vez a los ojos a Sesshomaru para irse.
Se acerca hasta su oído para susurrarle un tranquilo adiós y darle un pequeño beso en esta, sonríe falsamente para después alejarse lentamente de el.
-Adiós –Sesshomaru se queda mirándola quieto hasta que su silueta se hacía más pequeña constante mas se alejaba -Te amo…- En todo momento no dejo su careta de frialdad, siempre la mantuvo consigo, la silueta de Kagome se disolvió en el camino, ya no pudo divisar bien su rastro, seguramente en este momento ya estaría cerca de su aldea para pronto marcharse a su época… Para siempre.
No es un adiós… Es solo un hasta luego… Kagome.
Continuara...