Miren quien finalmente está de vuelta, he decidido actualizar por qué hoy es un día muy especial, hace unos días esta historia cumplió su segundo aniversario (Sí, han sido 730 días y yo solamente he escrito 17 capítulos, no tengo ni tantita vergüenza) y ¡Fue mi cumpleaños! Así es amiguitos, su autora favorita (yo sé que no soy su favorita, pero déjenme soñar) cumplió 26 años y oficialmente se vuelve una anciana del fandom ¡YEI!. Así que espero que todos ustedes me dejen una bonita felicitación en forma de review 3 (Nota sobre la nota: escribí esta introducción hace muchísimo tiempo, mi cumpleaños fue en los primeros de Julio, solamente para que se den una idea de lo mucho que duró este capítulo en mi computadora esperando ser revisado)
Para los que me han preguntado "Querida Genievieve ¿Cuándo terminarás con la historia?" solamente quiero decirles que…NUNCA, tengo como 300 prompts esperándome, así que básicamente la única razón por la que dejaría de escribir esta historia tendría que ser porque ya no pueda hacerlo, así actualice solamente una vez al año (No va a pasar eso, lo prometo) esta historia seguirá hasta que ustedes se harten de mí y dejen de leerme (que espero que no pase, ámenme tanto como yo los amo a ustedes) así que no se preocupen, habrá AkatSaku para rato.
Y finalmente, después del discurso tan largo que acaban de leer, les traigo el prompt de este día "Can I touch your boob?" o "¿Puedo tocar tu bubi?" con PainSaku, que lo disfruten.
Pain se removió incómodo en la silla de plástico mientras miraba con desconfianza a su alrededor, la recepcionista miraba atentamente la novela barata de medio día que estaban pasando en la tele, en uno de los asientos frente a él se encontraba una mujer de mediana edad hojeando una revista desinteresadamente, solamente se escuchaba el suave murmullo del aire acondicionado y la televisión, volvió a removerse y suspiró frustrado, si había algo que Pain odiaba más que los hospitales eran las clínicas dentales.
El que no le gustaran los hospitales podía entenderse, la última vez que vio a sus padres con vida fue en uno de ellos, pero las clínicas dentales eran salas de tortura sacadas desde el mismísimo infierno, en su opinión taladros ruidosos, pinzas y objetos puntiagudos no tenían nada que hacer cerca de su boca; por eso trataba de tener una excelente salud bucal, lavaba sus dientes tres veces al día, usaba hilo dental y trataba de comer sanamente, todo para no tener que visitar nunca esos lugares del infierno, pero desafortunadamente no todo en la vida salía como él planeaba.
Hace una semana había roto su diente accidentalmente al tratar de comer uno de los dulces que había preparado Tobi en su escuela de gastronomía, lo que nadie le había dicho es que a pesar de tener una apariencia suave por fuera los malditos dulces eran más duros que una roca, al dar la primera mordida sintió un dolor tan intenso que lo hizo soltar un gruñido del dolor, algo que inmediatamente alertó a sus amigos, Pain raramente mostraba emociones, mucho menos gestos de dolor, el tipo tenía casi toda la cara perforada el dolor era casi nada para él, pero para que hiciera ese sonido algo debía estar mal, muy mal.
Trató de ocultarlo por más que pudo durante algunos días, no comía frente a sus amigos, evitaba hablar y cuando lo hacía ocultaba su expresión de dolor magistralmente, pero todo se fue a un carajo cuando Konan le ofreció un cono de helado y cayó ante la tentación. Podía ser muy rudo y estoico pero había una cosa que no podía negar, amaba el helado de fresa, era su alimento favorito en el mundo y nunca podía negarse a comerlo; pero en esa ocasión su comida favorita lo traicionó gravemente porque al momento de dar el primer bocado sintió como un intensó dolor lo paralizaba, Konan y Yahiko (quienes lo miraban atentamente esperando un desliz de su parte, habiendo planeado todo para poder atraparlo en su mentira) lo habían obligado a hacer una cita con el dentista para arreglar su problema, llegando incluso al extremo de ir por él a su departamento, dejarlo en la puerta de la clínica y vigilar desde el coche para que no escapara.
Volvió a suspirar frustrado golpeando rapidamente su pie contra el suelo en señal de desesperación mientras esperaba ser atendido por el dentista, al parecer las citas iban retrasadas y tendría que esperar por lo menos 20min a que lo atendieran, alargando su tortura y con eso su mal humor, estaba a punto de pararse y buscar una forma de escapar sin ser visto cuando la puerta donde se realizan las consultas se abrió repentinamente y vio a un hombre de edad avanzada sacar su canosa cabeza buscando a alguien hasta que sus ojos se posaron en él.
—Aaaah, joven Uzumaki ya está aquí, usted se ve como un hombre sano y fuerte ¿podría hacerme el favor de ayudarme? — preguntó mirándolo fijamente, el pelinaranja sintió una leve frustración que trató de no demostrar, su tía Kushina le había inculcado (un poco agresivamente) el ser un caballero y siempre respetar a sus mayores, levantándose de su silla se acercó al viejo dentista que lo hizo pasar al consultorio, en una de las sillas se encontraba una joven pelirosa tratando de levantarse pero fallando estrepitosamente — A la joven Haruno tuvimos que sacarle una muela pero aún está un poco afectada por el gas y no puede moverse muy bien, normalmente esperaría a que se le pasara el efecto pero no quiero retrasar más mis citas así que apreciaría si me ayudara a moverla a la sala de espera en lo que vienen por ella, atenderé a la Sr. Yonaka rápidamente y después puedo revisar su caso.
Pain se acercó a la pequeña pelirosa levantándola fácilmente en sus brazos, la menuda chica soltó una risita alegre y colocó sus brazos alrededor de su cuello inmediatamente y en una muestra de desinhibición desmedida se acurrucó contra su cuello, comenzó a caminar fuera del consultorio escuchando a lo lejos como el dentista llamaba a la nueva paciente cuando una dulce voz lo sacó de sus pensamientos.
—Woow, tienes los ojos más cool de este planeta — Bajo su rostro para decirle condescendientemente que en realidad no eran sus ojos reales sino lentillas pero se detuvo abruptamente cuando por fin pudo fijarse bien en su interlocutora.
Era hermosa, tenía los cachetes algo hinchados, seguramente por la cirugía, pero eso solo hacía que pareciera una adorable ardilla, tenía unos hermosos y redondos ojos verdes y un rostro delicado en forma de corazón con una respingada nariz salpicada por tenues pecas, enmarcando su angelical rostro había un largo y sedoso cabello rosa que caía como una suave cascada detrás de ella, era bastante menuda como pudo comprobar al momento de levantarla sin ningún problema de la silla.
— También tus piercings son asombrosos — dijo alzando la mano para tocarlos pero fallando al estar tan drogada por el medicamento tocando en su lugar su mejilla la cual comenzó a acariciar con suavidad —Tienes la piel taaan suave ¿Qué tipo de crema usas ? — dijo al momento de comenzar a deslizar su pequeña mano por todo su rostro hasta lugar a sus labios donde se entretuvo unos segundos de más, Pain podía sentir como la sangre comenzaba a subir lentamente por su rostro y se obligó a tener un mejor control sobre su cuerpo, negándose a si mismo la necesidad de restregar su cara contra la suave mano como un cachorro necesitado de atención.
La menuda pelirosa al parecer no le incomodaba para nada el hecho de estar explorando a un total extraño porque su mano siguió descendiendo paseando por su cuello hasta llegar a su pecho donde titubeo un poco y volvió a dirigir sus grandes y redondos ojos verdes hacía el mirándolo con incertidumbre
—¿Puedo tocar tu bubi? — preguntó con tanta inocencia y sinceridad, totalmente ajena a que el pelinaranja casi se atraganta con su propia saliva ante su pregunta.
—¡No son bubis! — respondió mirándola con indignación — Son pectorales — informó con orgullo mientras la ojiverde lo miraba confundida.
—¿Cuál es la diferencia? Yo los veo igual de redondos y esponjosos — dijo mientras apretaba descaradamente uno de sus pectorales haciendo que Pain casi la suelte de la sorpresa y la vergüenza
—¡Son muy diferentes!— se quejó defendiéndose — un pectoral es duro y firme, gracias a las horas de dedicación y duro trabajo en el gimnasio, a diferencia de un seno que normalmente es más suave y…. ¡¿Qué rayos haces?! — preguntó escandalizado al verla restregar su rostro en su pecho
—Pues son igual de cómodos, creo que tomaré una siesta aquí.
Pain la miró con profundo asombro debatiéndose entre sentarla en una de las sillas y dejarla a su suerte o seguir cuidando de ella y tal vez conseguir una cita cuando estuviera un poco más lucida, escuchó la campanilla de la puerta sonar al fondo pero la ignoró en favor de decidir qué hacer con la hermosa mujer que seguía restregándose en su pecho y que podía jurar en cualquier momento empezaría a ronronear de lo contenta que se encontraba.
—¿Nagato? — preguntó una voz conocida detrás de él provocando que saliera de sus cavilaciones, encontrándose con la mirada azul y sorprendida de su primo Naruto —¿Qué haces aquí? — y luego miró confundido a su pequeña carga quien seguía murmurando felizmente contra su pecho — ¿Y por qué tienes a Sakura-chan en tus brazos?
—Aah, así que su nombre es Sakura — dijo más para si mismo y luego miró con dureza a su primo menor — y sabes que me gusta más Pain.
—Sí, sí, Nagato, Pain, como sea — respondió el rubio haciendo un gesto desinteresado con la mano, el pelinaranja suspiró frustrado, tanto sus tíos como su primo ignoraban completamente su deseo de ser llamado diferente y seguían llamándolo con su verdadero nombre, al principio tanto como su tía Kushina como su esposo Minato habían pensado que simplemente era una etapa de adolescente rebelde que pronto pasaría pero a Pain le gustaba más su nuevo nombre, sobre todo en su nueva línea de trabajo, se presentaba ante todos con él e incluso llegaba a imponer su voluntad sobre las personas que osaban llamarlo diferente, pero no es como si pudiera obligar a hacer algo a la familia que lo había acogido tan amorosamente desde que se quedó huérfano y a quienes quería como sus propios padres y hermano. — El punto aquí es ¿Por qué estás cargando a Sakura-chan? ¿Y por qué se está restregando contra ti?
—Sakura se encuentra un poco indispuesta por los medicamentos en estos momentos, por lo que tuve que ayudar a trasladarla fuera del consultorio hasta que llegara su cuidador por ella, supongo que ese eres tú ¿No? ¿Qué te he dicho sobre la puntualidad pequeño primo? — preguntó condescendientemente provocando que Naruto se rascara la cabeza apenado— En tanto al asunto de ella restregándose contra mí, supongo que es algo inevitable, hay cosas que son irresistibles para las mujeres, yo soy una de ellas — terminó con chulería mientras el rubio le mandaba una mirada furibunda.
—Sí claro, lo que tú digas, gracias por cuidar a Sakura-chan, puedes dármela yo me encargaré de ella — el pelinaranja lo ignoró completamente mientras seguía acurrucando contra su pecho a la pelirosa quien seguía paloteando sin que nadie le prestara atención.
—No recuerdo que tuvieras ninguna amiga con cabello rosa — preguntó tratando de sonar desinteresado pero Naruto lo miró con el ceño ligeramente fruncido, había vivido con él prácticamente toda su infancia y sabía perfectamente que su primo se encontraba interesado en la pequeña mujer en sus brazos.
—Hemos sido mejores amigos desde el preescolar, tal vez nunca coincidieron — contestó con renuencia el rubio, sabiendo perfectamente que tanto él como Sasuke habían hecho hasta lo imposible para evitar que su hermosa, inocente e interesante amiga conociera a Nagato, Itachi y los amigos de ambos. Sakura no se daba cuenta, pero tenía un imán para los hombres problemas y sabían que si alguna vez la conocían quedarían prendados de ella y la mal influenciarían. Naruto se encogió con una mueca de preocupación, ahora tendría que explicarle al malhumorado pelinegro que por un pequeño retraso había mandado al traste casi 20 años de excelente labor. — Muy bien, gracias por todo, ahora dame a Sakura-chan.
—Te ayudaré a subirla a tu auto — se ofreció desinteresadamente, el ceño fruncido de Naruto se pronunció más.
—No es necesario puedo cargarla solo — respondió mientras la tomaba en brazos y forzosamente la retiraba de su pecho, Sakura dio un pequeño quejido pero en cuanto miró a Naruto comenzó a charlar vivarachamente diciendo cosas de cómo lo había extraño y como él no era tan cómodo como el atractivo hombre que la había estado sosteniendo momento antes, el pelinaranja sonrió con superioridad mientras Naruto miraba a su amiga traicionado, con una última mirada a su primo dio media vuelta con su amiga brazos y se retiró del lugar tratando de alejarla de ahí lo más pronto posible.
—Oh, parece que la señorita Haruno ha olvidado su bolso — habló de repente la recepcionista mirando un bolso marrón abandonado en uno de asientos de espera, Pain lo agarró rápidamente diciéndole a la recepcionista que lo entregaría él; encontró el llamativo y chillón jeep naranja de su primo al otro lado de la acera y calculando su tiempo rebuscó entre el bolso de la mujer hasta que encontró su celular, no totalmente orgulloso de lo que iba a hacer pero sabiendo que no tendría otra oportunidad de verla si no hacía nada. Desbloqueando el aparato introdujo su número en la marcación rápida, lo registró bajo el nombre de "El de los pectorales cómodos" y después llamó a su propio celular para asegurarse de tener el número de la pelirosa, en cuanto sintió su celular su celular vibrar en la bolsa trasera de su pantalón colgó, bloqueando de nuevo el dispositivo y volviéndolo a guardar en la bolsa.
Corrió para alcanzar a Naruto quien estaba teniendo un poco de problema tratando de abrir la puerta de su vehículo con Sakura en brazos, se apresuró a ayudarlo hasta que la drogada pelirosa estuvo bien acomodada y segura en el auto. Pain le ofreció el bolso con gesto indiferente y Naruto lo tomó con gesto azorado, ofreciéndole un escueto "gracias" mientras se apresuraba a llegar al asiento del conductor ofreciendole mil excusas de como tenía que retirarse en ese mismo momento y que lo vería hasta el domingo en la cena en casa de sus padres; El pelinaranja no dijo nada mientras lo miraba encender su coche e irse apresuradamente, lo vio hacer un último gesto con la mano antes de dar la vuelta en una esquina y desaparecer completamente.
Pain comenzó a caminar lentamente mientras sacaba su celular y revisaba la llamada perdida que tenía, registrando el nombre bajo "La pelirosa con el fetiche de los pectorales" y pensando en la manera en la que le hablaría, tendría que ser muy cuidadoso en no asustarla e inteligente en lo que le diría para convencerla en acceder a tener una cita con él. Sonriendo ante el mundo de posibilidades que se habría ante él ahora que sabía quién era y tenía su número decidió regresar al consultorio, era hora de enfrentar al mismísimo diablo, los planes de salida tendrían que esperar hasta que su diente estuviera mejor y pudiera invitar a la ojijade a comer un helado de fresa tan delicioso y rosa como su cabello.
Lo sé, Pain es tan OCC que es casi irreconocible, pero solo imaginen lo feliz que sería si todavía tuviera a Konan y Yahiko de a su lado, entonces ya no sería tan OCC.
Como siempre, me encanta escuchar sobre ustedes, díganme que les pareció el capítulo, háblenme de cómo se les antojó un helado de fresa, rayenmela por haber tardado tanto (no es cierto, no me la rayen, yo los amo muchísimo).
Los amo, lo siento mucho por la tardanza, no puedo prometerles que no volverá a pasar pero haré todo lo posible por ser un poco más rápida. Hasta la próxima mis amados lectores