El castaño estaba sentado sobre una roca contemplando el paisaje nevado. Se encontraba en al cima de un pequeña colina, la colina donde se hallaba su refugio en ese mundo, observando como el extraño y pequeño sol azul desaparecía en el horizonte y las dos lunas de ese mundo empezaban a ganar brillo.

Vestía ropa abrigadora, siempre usando su inseparable gabardina negra, se le notaba la ausencia de un rastrillo para rasurar y tenía el pelo algo largo. Mantenía un semblante serio, en una mano tenia un diario de campo y en la otra tenia un bolígrafo. Cada respiración que daba provocaba una pequeña nube de aire cálido. Apenas esa mañanas se había empezado a recuperar de una fiebre que lo había tenido encamado por un par de días. Su hermana estuvo al pendiente de el y hoy aprovecho esa mejoría para a ir a buscar algo de comer. El fastidiado de estar en cama y encerrado ese agujero quiso a tomar algo de aire fresco… y frió.

¡Maldición!-oyó su voz-¡regresa a dentro que hace frió!

El chico hizo una mueca de desagrado al oír su voz fastidiosa.

Todavía no…-dijo volviendo a apuntar en el diario.

Se hizo un par de minutos de silencio, hasta que el triangulo se volvió a fastidiar.

Si la estrella fugaz te encuentra afuera se va a enojar-dijo burlón.

El chico no pudo evitar reír ante tal amenaza.

Has caído muy bajo sabes-dijo el igualmente burlón. Para cualquiera que lo estuviera viendo y oyendo pensaría que hablaba solo-amenazándome con mí hermana.

Nuevamente un momento de silencio se hizo.

¿Que tanto apuntas niño cobarde?-pregunto el aburrido.

El castaño tardo un momento en contestar.

Nada… solo haciendo cálculos…-dijo sin dejar de escribir.

Serás nerd-dijo con voz fastidiosa.

Pensé que tu y yo éramos igual de brillantes-dijo sin querer… no solían hablar mucho pero se vio a impulsado a mantener la conversación-eso te hace un nerd también ¿no?

A diferencia de ti chico pino-igualmente el se vio impulsado a hablar-a mi no me interesa nada de eso… soy un dios… soy brillante pero no un perdedor-dijo burlón.

Y dime…-continuo el castaño-si eres un "dios"-dijo con tono burlón esa palabra y rodando los ojos-¿Por qué sigues aquí… en mi?...-paro de escribir esperando la respuesta.

El triangulo tardo en contestar.

Demuéstrame que tan listo eres chico pino-respondió en tono bravucón.

El chico sonrió ampliamente.

En este lugar… no tienes el poder como para sobrevivir solo…-contesto con tono de creído sabiendo que estaba en lo correcto-incluso si logras salir… morirías o algo así… ¿me equivoco?

El triangulo empezó a reír de forma leve. A estas alturas no tenía mucho que ocultar.

De cierta forma-dijo en un tono bastante amistoso. En serio era una conversación bastante extraña.

Eso explica porque no tomas el control ¿verdad?-dijo con bastante confianza-ya se me estaba haciendo raro que me dejaras dormir en paz.

El volvió a reír en forma leve.

No te confundas chico pino… puedo hacerlo… pero no seria divertido…-el castaño dejo de sonreír, el seguía siendo una amenaza- además ¿para que quisiera poseer tu cuerpucho en este lugar?... incluso ahora tengo frio, no quisiera ser tu con tu piel pálida y de niñita.

El castaño no puede evitar reír, ya no sabia si el triangulo lo ofendía o estaba bromeando.

¡Ey!-se oyó la voz de su hermana-¿Qué estas haciendo afuera?

La chica castaña, desde la entrada de la cueva y con la vista levantada hacia donde su hermano lo miraba con cara de pocos amigos. Ella iba bastante abrigada, con una gruesa bufanda y unos googles colgando de su cuello, su pelo iba escondido debajo de un gorro de invierno. En una de sus manos traía lo que parecía un pequeño animal muerto de los que abundan en ese mundo.

Hola Mabel-le respondió-estoy haciendo los últimos cálculos.

La chica frunció el ceño soltando un resoplido.

¡Puedes hacer eso dentro!-le regaño.

Por favor Mabel-dijo el chico con aire divertido, cerrando su diario y poniéndose de pie-no exageres.

¡No exagero tonto!-le seguía regañando-¡se acerca una tormenta y tu aquí como baboso, incluso puedes recaer con solo estar ahí sentadote!

El chico rodó los ojos por la reacción exagerada de su hermana, últimamente andaba muy sobreprotectora, incluso antes de haber caído enfermo, y más que molestarle le parecía divertido, era como cambiar de papeles. Miro el anochecer de ese helado mundo y noto un grupo de grandes nubes acercándose. Su melliza tenía razón.

¡Ya baja de ahí de una vez!-le volvió a gritar molesta.

Ya voy, ya voy- dijo el soltando un suspiro mientras empezaba a bajar.

Te lo dije-

El castaño no puedo evitar reír. Volvió a mirar hacia el horizonte, ese mundo helado era bastante bonito de noche.

¿De que te ríes tonto?-pregunto ella mirándolo aun molesta.

De nada…-dijo mientras se acercaba a su hermana-veo que atrapaste algo…-tomo la presa que consiguió su hermana-eres muy buena en esto.

La chica aun molesta rodó los ojos para luego darle la espalda y entrar a la cueva.

Si… te lo dije…-

Nuevamente el chico empezo a reír.