Disclaimer: Dragon Ball es de Akira Toriyama
Nota de la autora, año 2014:
Este fue mi primer fic. Once años después de publicarlo, considero que vale la pena corregirlo. Por eso subo esta reedición 2014. No es un buen fic, la trama tiene errores que no voy a tocar. Simplemente, quise darle una refrescada a la gramática y ortografía.
Será muy extraño reencontrarme conmigo misma, considerando que empecé este fic a los 14 años. ¡Veremos qué sale! Escribo esto antes de empezar.
Gracias a todos aquellos que lo leyeron durante estos once años. Significó mucho para mí animarme a publicarlo. ¡No tenía idea de que iba a ser el principio de tanto! Merece esta pequeña reedición.
Sin más… No esperen mucho de esto, jajaja. Era una nena. Como me dijo mi querida Mya Fanfiction ayer, por haber sido tan nena al escribirlo, me tienen que perdonar todo (?). Los nenes cometemos muchos, demasiados, errores. XD
MIRADAS CLARAS, SENTIMIENTOS OSCUROS
I
Habían pasado tres años desde el asesinato de Gohan en manos de los androides. Trunks acababa de volver del pasado, donde le había dado a Gokuh la medicina para que pudiera superar la enfermedad que lo aquejaría en poco tiempo.
Un día como cualquier otro, uno de tantos en ese infierno del futuro, los androides atacaron una ciudad que se encontraba cerca de la Capital del Oeste.
—¡No vayas, Trunks! Es peligroso... —gritó una preocupada Bulma a su hijo.
—Tengo que ir, mamá. Tengo que defender a las personas —contestó él antes de salir volando hacia allá.
—¿Por qué tiene que ser tan bueno con los demás...? No se parece en nada a Vegeta... —suspiró la madre al ver cómo el hijo se marchaba.
Trunks llegó a la ciudad luego de un corto vuelo. Pronto se encontró con Diecisiete y Dieciocho, que estaban a punto de matar a un anciano. Era Diecisiete quien tenía sujeto por el cuello al hombre. Dieciocho lo apuntaba con su mano, de la cual, en cualquier momento, saldría un energy-ha.
—¡No! —gritó Trunks con todo su ser.
Sin que Diecisiete pudiera evitarlo, Trunks lo golpeó en la espalda. Tanto el androide como el anciano cayeron, y Trunks salvó al último de estrellarse con el suelo sujetándolo del brazo. El joven saiyan lo dejó en un lugar seguro. Sabiendo que el hombre ya no corría peligro, Trunks retornó ante sus rivales.
—Así que fuiste tú... —dijo Diecisiete, confiado—. ¿No te cansa quedar siempre al borde de la muerte después de pelear con nosotros?
—Mi deber es defender a la gente inocente.
—Pensando así no creo que vivas mucho, niño —exclamó Dieciocho, su tono una sensual melodía.
Ella lo atisbó de una muy particular manera. Trunks, por supuesto, notó la peculiaridad de sus ojos.
—¿«Niño»? ¿Qué sucede, Dieciocho? ¿Qué pretendes?
Cuando Trunks dijo lo último, Diecisiete miró sorprendido a su hermana, quien continuó atisbando de manera extraña a su oponente.
—Vamos a pelear, niño. —Sonrió, orgullosa—. Tú vete, Diecisiete. Esto es entre el niño y yo...
—¿De qué hablas? Yo también quiero pelear...
—Dejémoslo a la suerte —propuso Dieciocho y sacó una moneda—. ¿Cara o ceca?
—Cara.
—Muy bien... —Dieciocho lanzó la moneda, la tomó en el aire y guardó el misterio, mientras Trunks observaba extrañado la situación—. Ceca.
Dieciocho mostró la moneda a su hermano: había perdido. Ahora tenía que dejar a Dieciocho con el joven saiyan.
—Bah, yo quería pelear. Ni modo, hermanita.
—Será luego -exclamó Trunks, fastidiado.
Diecisiete, sin más, se fue enfadado del lugar, dejando a solas a Trunks y Dieciocho.
Continúa...
Dragon Ball © Akira Toriyama