El vergel.

París, día 6 del mes de Junio del año 2016, estaba comenzando el verano lo que suponían días mas largos y las mejores brizas en las noches algo que Marinette no podía evitar disfrutar con entusiasmo.

Había tenido un día normal, llegar tarde al colegio, akumas , intentos fallidos a la hora de entablar una conversación coherente con Adrien, escuchar los delirios de Alya y de su alter-ego Ladybug. Sin embargo aunque todo eso sonaba agotador Marinette no estaba ni un poco cansada.

-Deberías intentar no dormir tan tarde esta vez- La regañó su pequeña kwami, Tikky.

-Si lo sé lo sé, pero aun no tengo sueño- a Marinette le había invadido una profunda curiosidad por la historia de Ladybug, por lo que se encontraba buscando páginas en internet donde pudiera encontrar jeroglíficos como los que estaban en el museo, donde una antigua portadora de los aretes aparecía en una pequeña parte del papiro.

-Quiero saber mas sobre las antiguas portadoras Tikky!- Exclamó de repente frustrada por no encontrar nada. Si Ladybug estuvo a lo largo del tiempo desde aquella época, como puede ser que no haya ningún tipo de registro mas que el Egipcio ?

Tikky dudó de contarle ya que eran cosas largas de explicar.

-Quieres saber algo en particular?- pregunto tratando de resumir las cosas.

-TODO! Que edad tenían? eran lindas? tuviste que hacer equipo con un chico? siempre fueron buenas personas o alguno fue malo como Hawck Moth? Y ChatNoir ? siempre se enamora de Ladybug? alguna vez terminaron juntos? es igual de arrogante en todos los años?- Marinette paro de hablar para tomar aire mientras le daba tiempo a Tikky para que respondiera a todas sus preguntas.

-15 a 25 años, si , si,no,si,a veces , siempre- Contesto la kwami sonriendo dulcemente y esperando la reacción de su portadora.

Marinette comenzó a hacer cuentas con sus dedos para ver que respuesta coincidía con cada pregunta. - Sé mas especifica por favor, como es .. MOMENTO! uno de tus portadores fue un chico?- no pudo evitar imaginarse a un Chatnoir pero con traje de mariquita, esa imagen la hizo estallar en risas.

-Claro que si! pero no es como te imaginas, no eres la única diseñadora aquí Marinette- Tikky le guiñó un ojo - Nuestro traje se adapta según el portador y el estilo de la época-

-Ah ya veo.. y MOMENTO! como es que uno de tus portadores fue malo? hiciste cosas malas Tikky?- La cara de Marinette mostraba cuan sorprendida estaba al oír aquella respuesta de su pequeña amiga.

-No! Marinette, tanto el miraculous de Chatnoir como yo somos distintos a los demás, nosotros somos muy difíciles de corromper...somos quienes brindan el equilibrio a los demás y los que mantenemos el orden. Lamentablemente si los otros caen en manos equivocadas pueden corromperse fácilmente y ser usados para cosas malas, como ahora lo es Hawk Moth.-

-Entonces eso quiere decir que los otros miraculous han sido usados para cosas malas también?-

-Así es-

Marinette estaba tratando de procesar toda la información que le estaba dando Tikky en aquel momento. Tan metida en sus pensamientos estaba que no se percato que comenzó a caer una fuerte lluvia, relámpagos iluminaron el cielo y estruendosos truenos rompieron con la paz que había en la ciudad.

De repente, la luz de la habitación de Marinette se apagó.

-Hija! estas bien? , parece que se ha ido la luz por la tormenta!- Sabine, su madre le hablaba desde el piso de abajo.

-Si parece que así fue!- respondió su hija tratando de encontrar alguna linterna en su escritorio.

-Ten, toma, así podrás mantenerte iluminada aunque sea un poco- Su madre había subido hasta su piesa con dos pequeñas velas. Dicho esto beso la frente de su hija deseándole buenas noches y bajando lentamente las escaleras para no tropezarse por la inminente oscuridad.

-Ya viste Tikky? es una noche perfecta para contar historias, dime mas sobre aquel portador con el que no te llevabas bien- La joven subió ambas velas hasta el pequeño estante que se encontraba en el entrepiso donde esta ubicada su cama, se acomodo debajo de las sabanas seguida de su pequeña kwami y espero atentamente su respuesta.

-Al principio no entendía como es que terminé en sus manos. Se llamaba Eri y tenia una actitud mala, era una ladrona y temía que usara mis poderes para el mal. Me costo un buen tiempo llevarme bien con ella pero luego llego a ser una de las mejores Ladybug que existió- dijo Tikky mirándola fijamente.

-Cuéntame Tikky ,cuéntame sobre Eri...-


El alcázar de "El Vergel" era golpeado violentamente por las olas que no detenían sus fuertes envestidas. Una enorme tormenta había envuelto al barco y sus tripulantes hacían cuanto estuviera a su alcance para reducir al mínimo las perdidas y asegurar lo mas posible sus vidas.

- Arya, Mino! aseguren los cañones de abajo, no queremos mas agujeros en este barco!- La pequeña que se encontraba dirigiendo el timón daba ordenes a diestra y siniestra mientras manejaba la enorme nave.

-En seguida Angie!- Gritaron al unísono los mencionados, el joven abrió la escotilla que se encontraba en medio de la cubierta y dándole el paso primero a Arya la siguió al instante para cumplir con su tarea.

-TIM, JULIETE! ayuden a Eri con las velas , rápido! y tu Rose revisa a los heridos, hoy no va a haber perdidas!-

Todos coincidían que la joven y pequeña Angie debía ser la verdadera capitana del barco, a pesar de su temprana edad y su estatura tenia mas experiencia que todos a las hora de navegar y manejar estas situaciones. Era la única que había aprendido a navegar gracias a su padre y por eso se le confió la tan importante tarea de llevarlos a donde la capitana quisiese. Su cabello rosado claro se pegaba en su rostro debido a la gran ventisca y a las copiosas gotas de lluvia que no dejaban de caer y azotar su frente, varias olas que alcanzaron la popa amenazaron con tumbarla y arrastrar su pequeño cuerpo hasta las profundidades, mas eso no fue suficiente para quitarla de su labor.

En otra parte del barco se encontraba la joven Eri, intentando atar como podía las velas, pero se estaba tornando complicado, mas cuando se encuentra en la parte mas alta de todo el maldito barco y este esta siendo azotado por una de las peores tormentas que tuvo el gusto de conocer.

-Maldita Angie, enana del demonio, como si yo sola pudiera atar todo esto!- Balbuceó mientras terminaba de hacer un nudo y se dirigía al otro mástil con una cuerda.

A Eri le gustaba quejarse por gusto, pero la verdad era que amaba las alturas, amaba sentir el aire en su cara, y por sobre todo amaba la adrenalina que generaba el columpiarse por las sogas de las velas, por eso su tarea principal era la de ser el vigía. Nadie la molestaba allí arriba, se tomaba sus prolongadas siestas al calor del sol, contemplaba lo infinito del océano y gastaba bromas a Zoe, la capitana y a su estúpido perro faldero mas bien conocida como Rina, como ninguna sabia hacer nada mas que dar ordenes y poner el dinero, no podían alcanzarla hasta donde ella estaba.

No solo su gran habilidad y destreza para trepar arboles en su pueblo natal hicieron que fuera elegida para formar parte de la tripulación de "El Vergel" ,llamado así por sus hermosas integrantes como si cada una de ellas fuera una preciosa flor de un jardín,si no también su peculiar belleza. Su rostro estaba cubierto por una gran cantidad de pecas que rodeaban sobre todo el sector de sus ojos gracias a esto se gano el apodo de "Mariquita" algo que destestaba. Su cabello era negro con tintes azulados, justo como una tipica noche de verano y sus ojos eran celestes intensos como el color de los mares del caribe. Le gustaba usar el pelo atado en dos pequeñas trensas para que no le estorbara en su rostro. Como terminó en ese barco? es una historia que se sabrá mas adelante, ya tendrá tiempo de contarla.

Mientras intentaba amarrar la tercera de lo que eran las cinco velas con las que contaba El Vergel , divisó que Juliete y Tim subían para ayudarla.

-Necesitas ayuda?- La voz ronca de Juliete se escucho a pesar del violento sonido de las olas. Eri nunca pudo entender como una chica con su aspecto pudiera tener aquella voz que arruinaba por completo su imagen. Era de las mas hermosas de la tripulación, siendo la mas alta de todas ellas y la mas callada a la hora de hacer su trabajo. Su pelo tenia unos tintes violetas únicos que la diferenciaban al instante de las demás, siempre se desviaban un poco en su visita a los mercados en La India para comprar la tan particular tintura pues solo ahí la podía conseguir ya que en cuanto a tintura se trata los indues eran los mejores.

-Ya era hora!- gritó Eri amarrando la segunda mitad de la vela.

Con la ayuda de Juliete y Tim terminaron rápidamente su labor.

-Voy bajando, veré si Arya necesita ayuda- Eri se adelantó tomando una soga y haciendo un giro hacia atrás descendió hacia la cubierta donde toda la tripulación seguía corriendo y asegurando las cosas

-Pff.. engreída- Dijo Tim rodando los ojos y descendiendo por las sogas del costado, seguido de Juliete.

Cuando Eri hizo su acto de presencia de manera estruendosa en el suelo de madera, comenzó a terminar de ayudar a asegurar los cañones, dió instrucciones con la misma o mas intensidad que Angie y luego se dispuso a ir a su lado.

-Que tal pequeñita- la saludó.

-Buen trabajo con las velas, Arya esta con Mino abajo asegurando las demás cosas, dentro de poco ya saldremos del ojo de la tormenta , noto que las olas se están calmando. Termina de revisar si Rose necesita ayuda- Dijo Angie concentrada en un punto delante.

-A la orden pequeñita- Eri dio otra voltereta y descendió corriendo las escaleras hacia los camarotes.

- Y DEJA DE LLAMARME PEQUEÑITA, MARIQUITA!-

Dicho eso Angie pudo ver que el fino y delgado dedo del medio de Eri se asomaba por la popa. La conductora del barco solo se limitó a reír.

Una vez dentro del barco Eri notó varios lugares donde se filtraba el agua y como las tenues luces de las velas luchaban por sobrevivir a la humedad y al viento que amenazaban constantemente con apagarlas.

Se apresuro por los angostos pasillos hasta dar con Rose que se encontraba en una habitación rodeada de miembros de la tripulación heridos o simplemente desmallados por ingerir demasiada agua de mar.

La tierna y gentil Rose se movía con rapidez de una esquina a la otra ayudando a cada uno de sus compañeros y brindándoles agua y cobijas para que no sintieran el frío. Rose era casi tan bajita como Angie pero a diferencia de esta ultima, era mucho mas dulce e inocente. Con sus enormes ojos celestes como el mismísimo cielo de primavera y el cabello tan dorado como el sol logro ganarse el cariño y la confianza de todo el barco, sin embargo era tan inocente a veces que algunos la tomaban de tonta, sobre todo nuestra querida capitana.

-Rose, como vas por aquí?-

La chica se sobresalto un poco al notar su presencia pero en seguida sus enormes ojos la observaron con dulzura.

-Me alegro que estees bien, con esta tormenta y tu allá arriba..me tenias algo preocupada- Rose se acerco hasta Eri tomando sus manos y mirándola a los ojos con una pequeña sonrisa.

-Esta tormenta no es nada! , logre atar todas las velas, Angie dice que en cualquier momento saldremos del ojo de la tormenta, será cuestión de aguantar un poco mas-

-Eso espero, no hay tantos heridos esta vez por suerte pero no puedo evitar sentirme algo nerviosa-

-No te preocupes, no es nada que no hayamos superado antes, es solo que es nuestra primera tormenta como equipo- dijo dedicándole una enorme sonrisa.

-Tienes razón ahora que lo mencionas! - Rose siempre encontraba algo positivo hasta en el peor de las situaciones y a Eri le encantaba ayudar en eso. - Creo que seras de mas ayuda arriba, yo aquí estoy bien- dijo la rubia dándole una palmadita para que se retire.

-No lo dudo, eres la mejor- Eri le guiño un ojo y salió nuevamente a cubierta.

Fue un alivio ver que el barco ya no se mecía violentamente como antes y que la lluvia había sesado. Las nubes seguían cubriendo el cielo pero poco a poco la calma comenzaba a hacerse presente en el barco logrando que todos los que hasta hace un rato corrían de una punta a la otra se tiraran donde podían para descansar un poco y recobrar energías. Este tipo de situaciones siempre deja a mas de uno agotado.

Eri tomo una soga y se dispuso a subir hasta su puesto en lo mas alto del barco, solo para poder obtener un panorama del mar. Efectivamente como había dicho Angie ya habían salido del ojo de la tormenta, todavía no podía ver un claro en el cielo pero seguro no tardaba en aparecer. A lo lejos creyó divisar algo , pero para estar mas segura tomó su catalejo que siempre lleva dentro de su bota, lo estiró y lo dirigió hasta el punto que le había llamado la atención. Vió un bote, flotando a la deriva, trato de ajustar el lente para ver si había alguien en el mas no vio nada. Quizás fue un bote que llego a soltarse, nada importante. Justo cuando estaba por guardar tu catalejo vio que algo se movía en ó nuevamente la lente y pudo divisar a un joven de cabellos rubios que tosía de forma violenta y se tomaba el pecho.

-Esta vivo ..- dijo primero para si misma sorprendida de lo que acababa de ver. Una vez que salió de su asombro alertó a los demás para ayudarlo.-TENEMOS UN NAUFRAGO!- gritó para que todos en el barco pudieran oírla y ayudar al pobre muchacho que se encontraba flotando en medio del océano. Eri tomo una cuerda y bajo nuevamente a cubierta y corrió hasta Angie.

-Angie gira hacia allá, hay un joven a la deriva!-

La pequeña pelirosa obedeció de inmediato su petición y se dirigieron al lugar que Eri había indicado había indicado. Al poco tiempo llegaron a donde estaba el joven. Tim e Ian bajaron a buscarlo ya que ellos eran los mas grandes de cuerpo, ambos competían a veces por quien levantaba mas peso o quien comía mas guiso de calamar en la taberna DuPain.

Toda la tripulación se reunió junto a la abertura donde Ian subía al naufrago de rubios cabellos.

-Muévanse inútiles que les pasa porque tanto alboroto? quien murió?-empujados por Rina ,nuestra querida capitana finalmente hizo acto de presencia. Con un rubio ceniza único y unos ojos zafiro y afilados como los de un gato, Zoe, la capitana de El Vergel, era admirada por muchos pero odiada por otros. Hija de uno de los duques mas importantes de Inglaterra, era quien dirigía el destino de todos aquí presentes ya que ella los reclutó para que formaran su tripulación.

Ian interrumpió sus quejas al depositar al joven que se encontraba desmayado sobre la cubierta de madera todavía húmeda por la tormenta.

Decidieron darlo vuelta para que pudiera respirar correctamente, en ese preciso momento en el que Eri vio su rostro solo pudo pensar una cosa: lo dolorosa que debió haber sido aqulla cicatriz en su ojo izquierdo.


Hola! soy nueva en esto jajaj venia pensando hace rato esta historia asi que bueno aquí esta finalmente :) espero les guste, espero reviews que me puedan ayudar a mejorar x3 ! perdón si quedo un poco largo el capitulo