ADVERTENCIA: Lemon (Sexo gráfico), lenguaje vulgar, violencia, muerte, Universo Alterno, Humanizado.

DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen. Esta historia no tiene fines de lucro.

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Prólogo:

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El joven observó inexpresivamente el cadáver.

La mujer al lado del cuerpo miró horrorizada a su hermano muerto, para después mirar a los cuatro chicos de cabellos azabache.

— Kowalski. Comunica a Eva que puede entrar a arrestar al resto.

— Entendido, Skipper. — Presionó un botón del comunicador.

— Rico, Private. — Miró de reojo a los otros. — Aseguren el perímetro.

— Permiso de denegar, señor.

El líder se giró para mirar asesinamente a sus compañeros, quienes le devolvieron la mirada con determinación.

— Estamos preparados, Skipper. — Musitó suavemente el más alto. Rico asintió con la cabeza.

— Nosotros sabemos lo difícil que ha sido esto para ti. — El menor le sonrió y posó una mano en su hombro.

Él no dijo nada. Resopló, frustrado.

— Andando.

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— Me costaste una fortuna.

Ella le sonrió con cinismo al sentarse encima de él.

— Eso es lo que valgo, ¿no?

El hombre le regaló una lasciva sonrisa y la besó con hambre. La castaña le correspondió de la misma forma y lo fue recostando por completo. El castaño jugaba con la tela de la lencería, ansioso por querer quitársela. Los ojos avellanas de la joven se oscurecieron notoriamente. Arqueó su espalda para jugar con el hombre, quien parecía gozar su acción.

Besó su cuello mientras su mano viajó por debajo de la almohada, sacando un destapador de botellas de vino. Abrió un ojo sutilmente. Se separó para quedar sentada encima de él con las piernas abiertas mientras él soltaba un gemido ronco.

Sin soltar el objeto punzante en mano, lo alzó y lo enterró con violencia en su rostro.

— ¡AGH!

La castaña sacó rápidamente el objeto, un poco horrorizada de notar que se lo había enterrado en un globo ocular. Se apartó rápidamente de él.

— ¡AGGHH, MARLENE!

No era suficiente.

— ¡AAAAH!

No era suficiente lo que sufría.

Miró el velador, que tenía una botella de vino sellada. La cogió y la rompió. El hombre ni se dio cuenta, estaba demasiado ocupado gritando en agonía mientras se cubría su ojo derecho que no paraba de chorrear sangre.

Marlene Otter contempló la botella rota, fascinada por el filo que había cogido. Miró al hombre semidesnudo nuevamente. Volvió a sentarse encima de él, evitando que pataleara y rasguñó con el objeto punzante su torso.

— ¡AGH!

Las manos de la castaña comenzaron a temblar. Se había sentido bien, demasiado bien causarle daño, que no era nada comparado con lo que él le hizo.

—… ¿Te duele, Antonio…?— Alzó la botella y la enterró de lleno en su pecho.

— ¡AGH!

— ¡¿TE DUELE?! — Le gritó y comenzó a sacar y enterrar frenéticamente el arma contra todo su torso. — ¡ESTO ES POR HABERME ENGAÑADO!

— ¡GAAHH!

— ¡ESTO POR HABERME SECUESTRADO!

— ¡AAAAAAHHH!

— ¡POR HABER DEJADO QUE ME GOLPEARAN, QUE ME VIOLARAN Y ME HICIERAN SENTIR MENOS QUE UN ANIMAL!

— Gghh…

Marlene soltó un grito lleno de ira y le clavó una última vez la botella para sacarla rápidamente y admirar su… Obra de arte.

El cuerpo de Adonis de Antonio ahora no era más que un vago recuerdo, estaba agujereado por las clavadas de la parte quebrada de la botella que sostenía. Sangre y vino entremezclados en el maldito cadáver.

La castaña ignoró olímpicamente como la puerta se había abierto violentamente, ella siguió mirando lo que había hecho.

De verdad lo había matado.

Su respiración se volvió irregular y sus ojos se llenaron de lágrimas al comenzar a temblar.

—… ¿Marlene…?

Parpadeó.

Conocía esa voz.

Giró su cabeza para encontrarse con cuatro rostros familiares. Todos con una expresión en común.

Espanto.

Soltó la botella, que terminó por hacerse pedazos al chocar contra el suelo. Miro sus manos ensangrentadas, después su lencería y corsé embarrados del asqueroso líquido carmín.

Volvió a mirarlos, esta vez fijando su quebrada expresión en los ojos azules del líder.

—… Skipper…

La habían encontrado.

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