Título: Change!
Sumary: Por culpa de los trillizos las personalidades de el mayor de los Sakamaki y la presa humana se intercambian, generando caos y desastres en la mansión. Una Yui indiferente y dormilona, un Shu responsable y educado. ¿Cómo podrán solucionarlo?
Pareja: ShuxYui [MencionesYuixTodos]
Disclaimer: Diabolik Lovers no me pertenece, todo registro legal y de derechos son del diabólico Reject.
O
O
O
Memorias de Laito
O
O
O
[Querido diario, ya que ninguno de mis hermanos se ha dignado a escuchar esta grata historia, quiero brindarte el honor a ti de conservar estás cálidas memorias familiares.
Fue un día gris de otoño cuando decidí que la vida eterna no tenía ningún sentido sin un poco de diversión que te acompañe en el día a día. Fue así que intercambié las bebidas de Subaru-kun y Shu-kun por un poco de alcohol, aquella vez que se quedaron sentados en la mesa de la cocina, jurando vigilar al monstruo en el que se convirtió Yui.
Fue demasiado fácil, ya que, para empezar, ellos ni siquiera tenían bebida. Al principio les dejé una mezcla de destapacaños y cloro, pero cambié de opinión al ver que suspiraban intensamente y no tenían ánimo alguno. Decidido a alegrar la vida de mis seres queridos, les serví alcohol. La reacción fue inmediata en cuánto dieron el primer sorbo, no lo resistieron gracias a su nula tolerancia al alcohol proveniente del mundo de los demonios, cien veces más fuerte que el normal.
Estaba hecho, mis lindos hermanos estaban más despiertos y alegres, pronto se abrazaron y cantaron borrachos, permitiendo que yo me uniera a su coro muy pronto. La chica rubia salió de su escondite, probablemente alertada por nuestros gritos, fue un encuentro muy desconcertante... Incluso pude notar un aroma extraño que emanaba de su piel, pero no tuve tiempo de averiguar porque ella empezó una pelea bastante hiriente para mi pobre corazón y luego se largó a dormir otra vez.
Tanto Subaru-kun como Shu-kun me tomaron por los hombros y recibí un montón de abrazos y besos de mamá gallina, alias hermano mayor, que terminaron por irritarme un poco. Ah, esto sería más genial si ellos fueran mujeres hermosa, o al menos el nuevo demonio mejorado bitch-chan. Perdido en mi melancolía, se me ocurrió la idea para mejorar la situación y aliviar mi problema.
Bitch-chan salió de nuevo y parecía haber mejorado su humor, por lo que todos juntos nos fuimos al laboratorio de Reiji, yo, recordando la poción anterior. Tuve una breve pelea con la rubia-chan, que nos hizo toparnos en un estante y ser rociados por algo que nos volvió invisibles. Fue genial.
Busqué hasta encontrar la poción agrega pechos y se las di a Subaru-kun y Shu-kun, se veían tan graciosos y perdidos que incluso bitch-chan me ayudó a convencerlos de probarse un par de vestidos. Las fotos las atesoraré siempre en mi corazón, son tan valiosas que permanecen junto a la dulce colección de fotos de cuán lindo es Subaru-kun...]
...
Laito tuvo que dejar su escrito a un lado, cuando el inoportuno de Reiji se le quedó mirando, amenazándole en silencio para que ayudara con la calamidad provocado por la nueva Yui. Todos se encontraban limpiando la catástrofe que provocó el agua, a excepción de mamá Shu, que seguía en la misión de captura del monstruo.
El castaño suspiró, resignado, mirando con anhelo la historia que cada vez era más y más imposible de contar.
—Nadie sabe apreciarme como se debe...
OoOoO
—¿Y este desastre? —cuestionó Reiji, después de arduas horas de trabajo duro limpiando todo, solo para bajar al primer piso y encontrarlo peor.
Shu sostenía a la pesadilla sin permitirle escaparse, estaba envuelta en una gran toalla y pataleaba, pero en general era inofensiva. Shu podría haberse vuelto suave, peor seguía teniendo la fuerza de un vampiro. Los hermanos intentaban no pensar en que la chica seguía desnuda, y se sentaron nerviosos en su respectivo lugar en la sala, o lo que quedaba de ella, para escuchar el resto de lo que Laito tenía que decir sobre la nueva condición de la humana.
—Yui solo hizo un enorme berrinche y derribó varias cosas, el resto lo hicieron nuestros familiares —aclaró el mayor, suspirando resignado, pues si la soltaba como antes, ella solo volvería a correr por toda la casa y no le daría oportunidad a limpiar.
—No puedo entender como los ha convencido de traicionarnos —exclamó el albino, mirando con sospecha hacia ella. —No es la primera vez que le ayudan.
OoOoO
En un castillo lejano, el grande y poderoso Rey Demonio reía a carcajadas, mientras veía entretenido por medio de su espejo mágico los líos en los que se veían metidos sus hijos por culpa de la humana.
—Poner a esos sirvientes del lado de Yui ha sido la mejor decisión que he tomado en este siglo...
OoOoO
—Creo que nunca lo sabremos...—mencionó Ayato, prefiriendo evitar el tema. No quería que nadie le recordara como fue atacado por comida de la alacena gracias a los familiares.
El pelinegro, recordando el propósito de la reunión, urgió al trillizo de sombrero a que contara su punto.
—Solo dime que no es por querer terminar tu historia de los vestidos y...
—Nfu~ Me gustaría hacerlo, pero veo que mi propia familia no sabe apreciar lo que es bueno —interrumpió ofendido. Pero su rostro se mantuvo sereno. —En realidad, quería comentar algo curioso que pude recordar cuándo probé la sangre de bitch-chan~
—¿La probaste en ese estado? —exclamó el pelinegro sorprendido.
—¿¡Chichinashi se dejó!? —gritó sorprendido el pelirrojo.
—Las circunstancias no importan. Nfu~ —pronunció el castaño, contento por esa expresión de insatisfacción de todos, no les diría nada por haberlo callado antes. Eso, y que Yui realmente no había precisamente alabado su hombría. —Al final, lo que importa es que su sangre sabía asquerosa.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó el rubio mayor. La pequeña humana entre sus brazos había disminuido sus esfuerzos por escapar, aparentemente agotada por estar sofocada con la tela.
—Cuando tomé su sangre no pude soportarlo y la escupí.
—Es verdad que ella huele diferente —mencionó Subaru, mirándola ligeramente satisfecho por su encierro, sintiéndose a salvo. Yui había logrado asomar la cabeza y le miraba mal, lo que sólo lo hizo más feliz.
—Podría deberse al cambio, ya que hasta hace unos días, sabía igual que siempre. ¿Verdad, Teddy?
—Cuando fuimos por ella no había diferencia —agregó Ayato, recordando cuando ellos, los trillizos, fueron a atacarla juntos y no había diferencia.
—Podría decir que su sabor es igual al de Shu. Nfu~
—¿¡Qué tú qué!? —gritó dramáticamente el pelinegro.
—¿Qué demonios? —reclamó el rubio, cubriéndose instintivamente. La extraña expresión del castaño le hizo olvidar su faceta de buenos modales.
—Ah, no me mal interpreten~ Shu es guapo pero no lo suficiente —aclaró. Los vampiros siguieron viéndolo como a un anormal. Más de lo que es común para alguien como él. — No sabría decirlo con exactitud ya que nunca he tomado realmente su sangre, pero el aroma es idéntico —y cuándo terminó, todos soltaron un suspiro de alivio, dejando de temer que vigilar de ahora en adelante cada vez que Laito se les acercara. — Todavía el primer día, bitch-chan olía delicioso.
—Ah, es verdad, lo recuerdo...— Afirmó Kanato.
—No sé qué clase de vínculo mágico haya establecido esa poción, pero parece ser que conforme pasa el tiempo se pone peor —profirió el pelinegro, comenzando a analizar los eventos ocurridos en días pasados junto a la nueva información proporcionada. —Parece ser que lentamente cada uno adquiere cualidades del otro conforme pasa el tiempo.
—Básicamente, ¿chichinashi ahora es Shu y Shu es chichinashi?
—No es tan simple. No se comportan exactamente como lo haría el otro, parecen adaptar esa personalidad a su propia manera de ser. Shu puede ser un vago idiota, pero la forma extrema en que actúa la humana no es cómo lo haría él.
Shu, quién había permanecido en silencio, preguntó con seriedad.
—¿Qué sugieres, Reiji?
OoOoO
Notas de Kou: Siento el retraso, el mental y el otro, es que así nací xD Ok, no. Laito me representa, no sé si se habrán dado cuenta pero según temporadas o estados de ánimo tomo a un personaje como si fuera yo. O algo así. Espero no haber estropeado mucho a Laito...
Nos acercamos al final.