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1: El sueño roto.


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Era una nublada mañana, se escuchaba el ajetreo matutino entre las calles, Rey corría de prisa, estaba llegando tarde a una audición, escuchaba a unos metros del lugar un chico cantando, Rey entra y ve a una pequeña multitud oyendo al chico cantar, se detuvo un momento a apreciar la escena, había dos personas en una mesa pequeña, el chico cantaba con su banda en un pequeño y apretado escenario, había al menos una docena de personas mas, la mayoría hombres, de hecho, ella era la única mujer.

Ella se sentó, fue el centro de atención de los hombres que estaban ahí, ella se incomodo al ver sus miradas, se acomodó el cabello detrás de la oreja y se limitó a escuchar al chico cantando, era una canción pegajosa y rockanrolera, era un chico apuesto, en un traje color marrón con el cabello peinado hacia atrás.

Uno de los tipos de la mesa miro, su tabla, tenia una bolígrafo en la mano izquierda, tenia una expresión seria e indiferente, cuando el chico terminó su canción solo asintió y miró su tabla y garabateó algo en ella.

Muy bien habló el hombre mientras miraba la hoja.

El hombre era muy imponente, apuesto, llevaba un sombrero de copa, vestía un traje azul marino, a lado de el estaba otro chico mas joven, apuesto, de barba y con el cabello peinado hacia atrás y crepé al frente como Elvis, el vestía de traje negro, posaba sus manos sobre la mesa.

Muy bien, siguiente llamaba mientras veía la hoja—. Rey… Ridley.

Rey alzó la mirada, se levantó lentamente

Rey Ridley —repitió el hombre

Aquí respondió temerosa

El hombre volteó a verla, se sorprendió un poco a decir verdad.

Creí que Rey… era hombre.

Dale una oportunidad interrumpió el chico a su lado—. Vamos Rey, te escuchamos.

Rey se dirigió al pequeño escenario y miro al frente, una luz enceguecedora la encandilaba, no veía a decir verdad lo que había frente a ella.

Bien Rey —habló el hombre con hostilidad—. Chicos suban con ella.

Varios muchachos subieron con ella, y tomaron posición con los instrumentos.

Dime Rey, que nos cantarás?

Rey volteó a ver a los chicos con temor

No te preocupes, ellos tocaran lo que tu les digas.

Goodnight moon murmuró la chica.

No te escucho, Rey el hombre miró su reloj, lucia muy indiferente.

Goodnight moon, señor repitió, esta vez alzo un poco mas la voz.

Bien, chicos, ya la oyeron indicó el chico al lado del hombre

El baterista dio la señal y empezó a tocar la canción, Rey cerró sus ojos, y se imaginó que no había nadie en el lugar, que yacía ahí sola, frente al micrófono, y esa luz que solo la alumbraba a ella.

There´s a nail in the door, and there´s glass in the lawn, tacks on the floor, and the tv is on, and I always sleep with my guns, when you´re gone…

Rey se abrazaba al microfono, intentando dejar el sentimiento en la canción, lo cual llamó la atención del chico, que la miró impresionado, hipnotizado por la dulce voz que ella emitía de su boca.

What should I do? I´m just a little baby, what if the lights go out and maybe, and then the wind just starts to moan, outside the door he followed me home… well, goodnight moon, I want the sun, if it´s not here soon, I might be done, no it won´t be too soon till I say, goodnight moon…

El chico ya idealizaba a Rey en el escenario como ella misma se veía, solo ella ahí, con esa gran luz iluminándola, como las notas musicales concordaban con su voz, sus suaves ademanes, la intensidad con la que transmitía su sentimiento, como en ningún momento ella abrió los ojos para mirarlo.

Cuando termino la canción todo quedó en silencio, no hubo aplausos ni halagos, el chico aun seguía anonadado por lo ocurrido

Bien —rompió el silencio—. Puedes pasar a sentarte Rey –pidió el hombre con indiferencia

Rey miró con desilusión todo, bajo lentamente del pequeño escenario, sintió una gran pena, volvió a tomar asiento, un par de hombre audicionaron, después el hombre y el chico discutieron un poco en voz baja, Rey estaba nerviosa pero al mismo tiempo quería saber si ella seria la elegida.

El hombre se levanta y se para en el escenario.

Muy bien —carraspeó—. Ya tenemos un elegido.

El corazón de Rey se encogió al escuchar un nombre que no fuera el suyo, se levantó con gentileza y salió del lugar.

Espera! —la detuvo el chico—. No te vayas.

Rey voltea y se detiene, ese chico era agradable a la vista, cabello bien peinado hacia atrás, ojos marrones y una sonrisa simpatica.

Lamento que no hayas sido elegida dijo el chico rascándose la nuca—. Ya sabes que para una mujer es difícil entrar en este medio.

Esta bien —contesto Rey con decepción—. Seguiré intentando.

Soy Poe estrechó su mano—. Poe Dameron.

Rey también estrecho su mano —Soy…

Rey —interrumpió Poe—. Lo sé le dedico una sonrisa.

Rey se sonrojó al ver la mirada de Poe sobre ella, ambos intercambiaron una sonrisa.

Dime, Rey, tienes que hacer algo después de esto?

No —respondió sonriente—. No por ahora.

Me dejarías invitarte algo?

Claro, porque no? —accedió.

Ambos fueron a un pequeño restaurante, Poe fue tan caballeroso con ella, tan dulce, tan servicial, tan amable, ambos platicaron un largo rato sobre sus vidas, sueños y ambiciones.

Como fue que quisiste cantar? —curioseó Poe.

Bueno… desde niña, no se, es algo que me llena, me apasiona pero.. es muy difícil conseguir alguna oportunidad para poder triunfar en este medio.

Si, lo sé bebió de su ginebra—. Dime y que opina tu familia de esto?

No, yo hizo una pausa—. Yo no tengo familia, no tengo padres, ni hermanos.

Perdón, no quería.

Esta bien —lo tranquilizó—. Estoy acostumbrada.

Quieres que te lleve a tu casa?

Ambos suben al auto, emprendiendo el regreso al hogar de Rey, cuando llegan Poe se sorprende un poco, al ver que estaban afuera de un orfanato.

Aquí vives? —preguntó viendo el lugar.

Si —murmuró con la cabeza baja

Disculpa Rey, pero que edad tienes?

En un mes cumpliré 21. Es por eso que fui a la audición, después de cumplir la mayoría de edad puedo al fin salir de aquí y hacer mi vida.

Yo te ayudaré, Rey, hablaré con mi jefe para que te considere.

No, no, Poe, que pena no, yo puedo hacerlo sola —se avergonzó la chica.

Quiero hacerlo, Rey, ya veras —tomó su mano—. Yo ayudaré a cumplir tu sueño.

~O~

2 años después.

Una hermosa mañana iluminaba la ciudad de New Orleans, Rey podía oír las aves cantando en su ventana, era muy molesto en realidad escucharlas cantar tan alegremente cuando su vida ha sido un fiasco tremendo.

Abrió los ojos con pereza, miró a su lado, al hombre que la había "salvado" de su pobre vida, se levantó lentamente, contempló a su esposo con desdén, ya estaba mas que fastidiada de ver al maldito llegar a altas horas de la noche, borracho y en plan agresivo.

La noche anterior tuvo un altercado con él en la que tuvo que entregarse a él a la fuerza, odiaba cuando él hacia eso.

Caminó hacia el baño y abrió la llave del agua y llenó la tina, se miró en el espejo, lucia ojerosa y cansada, en un par de semanas estaría por cumplir 23 años, observó a través del espejo todo su triste y solitario pasado, y su triste presente.

Se puso frente al tocador para maquillarse y arreglarse, vio por el espejo a Poe levantándose con resaca, para variar.

—Hay mucha luz —musitó fastidiado.

—No debiste beber anoche, así no estarías con resaca —dijo cepillando su cabello.

—Deberías de cerrar la boca y no opinar cuando nadie te pregunta —contestó con hostilidad.

Rey lo volteó a ver con rencor.

—Y deja de verme de esa manera —se levantaba de la cama y la toma por la cara—. Te espero abajo, hay que desayunar, amor.

Rey lo miró con decepción, sin duda no era el hombre que había conocido hacia dos años, todo un machista controlador.

Bajo a hacer el desayuno, espero a que su amado esposo bajara, ambos desayunaron, en silencio, Poe miraba el periódico.

—Hoy soñé en el día que nos conocimos —la esperanza porque su marido recordase ese día apareció en su rostro.

—Ajá —Poe miraba el periódico, totalmente distraído de las palabras de su mujer.

Rey lo vio con cara de: "Es en serio, idiota?"

—Recuerda que hoy entro antes al bar.

—Si —apenas contestó.

Ambos salieron y subieron al auto, Rey quiso perderse entre el viento que soplaba en su cara, perderse entre los edificios, las calles, la gente, desde hacia mucho que ya no se sentía con vida.

Poe la dejó en el bar, el lugar donde ella había audicionado hacia dos años atrás.

—Vendré por ti a las 11 —le informó.

Rey lo miró, Poe miraba hacia el frente esperando que ella se bajara, Rey se acercó y beso su mejilla.

—Te amo —le dijo a su marido.

—Y yo a ti —respondió mirándola—. Anda ve —la despidió con frialdad.

Rey bajo del auto, nunca se había sentido tan vacía al decir esas palabras, poco a poco iban perdiendo el sentido, observó como el auto de Poe se perdía entre el horizonte de la calle y entró al bar, en donde ahí ella hacia de mesera y cantante por las noches, su vida en si era mas miserable que vivir en aquel orfanato, todo el sueldo que ella ganaba era decomisado por su marido, así ella no tendría a donde irse o huir.

—Como va todo? —le pregunta el barman.

—Bien, hoy no hay tanta gente como otros días.

—En unos minutos es tu descanso deberías dejar eso, yo lo llevo.

—No, yo lo llevo —expresó con cara cansada—. No puedo descansar, debo arreglarme para subir a ese escenario.

—Vaya, Rey, te estas malpasando, necesitas descansar.

—No, Finn, estar en ese escenario es lo único que me hace feliz en el día.

—Bueno, entonces yo llevo esos tragos, tu ve y arréglate.

—Esta bien, te tomo la palabra —se alejó con prisa.


La noche ya había caído, las luces de la ciudad brillaban a través de las calles, un coche paro en el bar, de ahí bajaron dos hombres, uno ambos vestían de traje bastante elegante, uno de ellos era de piel pálida y cabello oscuro, con una barba que le quedaba de miedo, tan imponente, el otro hombre igual de apuesto, era pelirrojo, tenia su cabello todo peinado hacia atrás, también igual de imponente, ambos entraron al bar.

—Te dije que este era un buen lugar –anunció el pelirrojo.

Ambos se sentaron en la zona mas oscura del bar, pidieron un par de ginebras.

Rey estaba en su camerino, frente al espejo, recordando ese día, la audición, de pronto se puso sentimental al recordar, una lagrima salió de sus mejillas, se la secó con agresividad, no quería llorar, tenia que ser fuerte y sobrellevar esto.

Se levantó de la silla y salió rumbo al escenario, la banda ya estaba lista.

—Rey, con cual empezamos? —preguntó el baterista.

Rey se detuvo a pensar, ya tenia muchísimo que la canción que tenia en mente era escuchada por los comensales del bar.

—Goodnight moon —pidió sonriente.

De nuevo las luces la alumbraron, resaltaba su pálida piel entre aquella agresiva luz, los espectadores pusieron su atención en ella, el chico y el pelirrojo no habían puesto atención al escenario, ambos perdidos entre sus tragos, la música empezó hacer su sonido, Rey cerro sus ojos y se dejo embriagar por cada nota musical, se acercóáé al micrófono y con sus manos enguantadas se aproximó al micrófono con delicadeza y ternura y soltó las primeras palabras.

El chico de cabello negro se giró de inmediato para ver aquella chica que resaltaba entre todo el escenario, al igual que Poe también quedó hipnotizado entre esa voz tan perfecta, tan dulce, tan melancólica.

De pronto la iluminación cambió y Rey lograba ver a los espectadores, la única manera de no morir de nervios al estar frente a todos era mirar a todos sin mirar a nadie en realidad, balanceaba su cabeza al ritmo de la música, tomando el micrófono de una manera seductora y tierna.

Sus ojos comenzaron a pasear entre la multitud, y de repente por primera vez desde que se subía a cantar a ese escenario, hizo contacto visual, con una persona en especifico, sus ojos posaron sobre aquel hombre que también la miraba tan detenidamente, sus miradas se conectaron en el aire, Rey no sintió nervios ni perdió el ritmo ni la voz, lo miraba tan enigmática y seductoramente, solo hasta que la canción terminara y los aplausos rompieran el hipnotismo entre los dos, Rey bajó la mirada dos segundos pero volvió a mirarlo sin temor ni pena, mas bien misteriosamente.

Continuará.