Pues era otro día en el cual Adrien debería estar al lado de Chloe. No es que le disgustara estar con ella, quizás sólo un poco, es que realmente tenía unas ganas de ver a Ladybug. Sin mucho más que hacer se dirigió al hotel que dirigía el alcalde.

-¡Adrichuu!- exclamó el demonio acercándose como un velocirraptor a su presa.

-Hola Chlo- saludo mientras hacía un gran esfuerzo por quitarla de encima.

-Adrichuu ¿podrías hacerme un favor?-

-¿Cuál?-

-Es que el vigilante de las cámaras no está, entonces podrías verlas tú. Sólo será un momento-

-No tengo problema-.

Ahora sí que los tenía, se encontraba más que aburrido viendo como nada sucedía. Había visto que Marinette fue darle algo a alguien, pero nada más.

-Chico, deberías rechazar las propuestas de ese demonio- exclamó Plagg.

-Lo sé, lo sé- bufo. Iba echar otra mirada a las cámaras cuando escuchó una explosión. Un akuma haciendo desastres.

-Bien Plagg transfo...- sus palabras se perdieron, abrió los ojos con demasía. ¡Pero que espectáculo! Marinette se había encerrado en un ascensor para luego transformarse en Ladybug.

-No puede ser... My Lady... My princess, siempre fueron una-.

Marinette iba a salir del recinto cuando un gato aparece frente suyo moviendo su cola. Ésta rodó los ojos para dirigirse donde el akuma.

-¿Te vas tan rápido Ladybug? o quiero decir ¿Marinette?-. La tez de la muchacha bajo varios tonos de color.

-¿Qué?- pregunto incrédula, mientras se acercaba a él.

-My Lady ¿sabía que los ascensores tienen cámaras?-