Disclaimer: Alicia en el País de las Maravillas no es de mi propiedad, todos los derechos reservados a sus creadores. El fic sí es de mi completa autoría, agradecería aviso si lo ven rondando por cualquier parte.
Advertencia: esta viñeta contiene hartos spoilers de Alicia a través del espejo, si no viste la peli ni queres tener spoilers, no lo leas. He dicho. :v
Querencia
I
Alicia estaba más pensativa de lo usual.
Daba por hecho que no había sido tan afectuosa aquella primera vez, pero al verlo supo rápido lo mucho que lo había extrañado. Y quiso prenderse a él en un abrazo y no soltarlo nunca, aun cuando la echó de su casa, aun cuando volvió a verlo en medio y después de toda una travesía (momento en que, ciertamente, tampoco quiso soltarlo) y su pelo estaba blanco, notándose a través de eso cómo la muerte estaba queriendo llevárselo.
Hubiera querido que el contacto siguiente no terminara nunca (así como los anteriores), habría querido que él la aferrara con una fuerza cálida y la envolviera para siempre (como cada vez que se hubo aferrado a él antes), que le gritara lo real que era la situación que atravesaban, ya que la duda viviría en ella hasta el día que no volviera a irse de Infratierra.
La verdad era, entonces, que su corazón dio un vuelco.
—Confías en mí.
Tuvo ganas de llorar de alegría al verlo reviviendo poco a poco.
—Tú eres mí Alicia.
Por supuesto que lo era. No quería soltarlo jamás. Quería entender por qué su pelo naranja y rojo le gustaba, saber por qué sus ojos verdes, detonantes de esa hermosa locura, la hacían perderse en ellos como no le había pasado antes, en ningún caso.
Quería saber por qué sabía que ella era su Alicia, cómo una piel tan blanca podía ser tan cálida, por qué sus rasgos extravagantes le hacían ver hermoso y cómo unas manos dañadas de tantas costuras podían ser tan tiernas al tocarla (y saber por qué quería que éstas la tocaran).
Era mayor, tendría unos diez años o más que ella. Pero, pese a que lo había conocido siendo un niño hermoso y sensible, un adolescente rebelado contra su padre y que estaba a un par de años de conocerla a ella de niña…
—¿Te conoceré siendo más viejo y tu más joven? —Qué excelente pregunta. Con razón la había creído demente.
Le gustaba más este Tarrant, que le llevaba algo de doce años y apenas parecía ser serio, intimidante y con menos cordura, en los asuntos importantes, mientras deliraba el resto del tiempo.
Y ese era el problema, descubría.
Le gustaba.
Y lo quería tanto que más se notó enamorada que simplemente gustosa.
—Curiosesco, curiosesco… —Se dijo, meditativa y bajito, volteando a ver al clan Hightopp celebrando su reunión familiar.
Tarrant sentía su alma retorcerse. En parte estaba muy feliz, por supuesto, pues claro, obvio, clarísimo, ciertísimo, su familia estaba ahí; padre, madre, hermanos…
Pero quien fue su familia hasta entonces, la persona más importante, la que más quería, la que más añoraba, a quien más extrañó, se tenía que ir. Y no quería que se fuera, no quería volver a extrañarla, a añorarla cerca, porque pese a irse seguiría siendo la más importante y a quien más quería, quien había sido su familia hasta entonces.
Habría querido mantenerla presionada a su pecho todo el tiempo, toda la vida.
Ella era hermosa de por sí, con sus ojos oscuros y su pelo dorado. Fue una niña preciosa que con su disposición a tomar el té y a responder preguntas complicadas se había ganado su afecto. Y se había visto en la encrucijada más grande de toda su vida cuando la volvió a ver de adolescente, igual de preciosa, con la mirada inocente muriendo y no queriendo morir en ella.
Su Alicia de niña había crecido para que él sintiera una enorme emoción al volver a verla, así de chiquita al principio y más chiquita aún después, mucho más grande más después y ya normal y más hermosa al final, duplicada su belleza al volver a verla después de tanto tiempo otra vez.
Fuera ella quizá la única en quien volcaba su confianza, con quien compartía su realidad y forma de ver y preguntarse las cosas.
Fuera quizá Alicia la única que Tarrant pudiera amar.
Y no quería que volviera a irse, no quería decir hasta siempre. En verdad ella era de su mundo, pero tenía a su único familiar estimado allá y si hablaban de la importancia de la familia, después de toda aquella travesía, él muy bien entendía que ella no podría quedarse ahí con su madre esperándola.
Quiso besar sus labios, sí.
Allí mismo, cuando la envolvió en sus brazos desde la primera a la última vez. Ahí mismo, cuando tomó su mano sutilmente y caminaron juntos a la salida, donde debía decirle hasta siempre, donde sentiría marchitar su alma por quien acababa de salvarle la vida (irónico que buscara a su familia para salvarlo, siendo que al irse ella, igual perdía gran parte de su corazón).
—Hasta siempre, Alicia —Hubo dicho, y ella se fue y él llevó una mano a su corazón dolorosamente dolido—. Amada mía…
.
No pongo fin porque pretendo pensar que este no va a ser el final de la historia. Si no voy a llorar sin película, lo juro. XD Y porque tampoco pretendo que esto muera acá, tengo algunas ideas varias que podría usar como one-shot's sueltos. ;3 todo va a depender de cómo se lo tomen.
Amé muchísimo Alicia a través del espejo, una peli muy intensa y llena de feelz hermosos. Ahora, lloré desde el cuarto de inicio hasta el final y DOLIÓ el final como la re #$%& asfafsdjfslkj. No quiero que ese sea el final de todo, no quiero, no quiero, no quiero.
Lo que sí quiero es que en la tercera parte, que más vale que haya o lloraré lágrimas insanas e inútiles XD, Alicia definitivamente NO vuelva otra vez a casa. Necesito y deseo que en alguna historia demuestren que sí puede existir la posibilidad de quedarse en un mundo que está hecho para una misma, volverlo tu realidad, porque no sería un giro estrafalario. Infratierra, en el universo de Alicia, SÍ existe y ella podría irse ahí a vivir con la gente con quien en verdad quiere pasar su vida.
Sin más desvaríos ni análisis, espero sus comentarios, por favor.
¡Dejen Reviews! Cuídense mucho.
Ciao~