Kaitou Saint Tail no me pertenece.
Sé que eres Siniestra
-Mimi se parece a Siniestra, he tenido muchas pistas al respecto-se decía Daniel después de clases mientras observaba a Mimi.
-Estoy seguro, la vez que Siniestra se hirió la mejilla, Mimi también estaba lastimada; la fotografía de Mimi con el puercoespín, ese puercoespín es de Siniestra y el día del caso del espejo de la princesa Camposanto, a quién vi reflejada en el espejo fue a Mimi; lo sé, Mimi es Siniestra, pero ¿por qué me lo oculta? ¿por qué lo hace? Siniestra no es una ladrona normal, ¿pero por qué? ¿cómo consigue la información? Bien Daniel, ahora enfréntate a Mimi, revela la identidad de Siniestra-
-¿Mimi?-le dijo Daniel acercándose a ella.
-¿Daniel?-
-Quiero hablar contigo-
-¿Hablar conmigo? ¿Sobre qué?-
-Es algo importante-
-¿Importante?-
-Ven, tiene que ser a solas-
-¿Por qué?-
-Es necesario-
-Mmmmmmm-
-Solo ven-
-Está bien-
Mimi siguió a Daniel dejando a Sara muy preocupada, ¿qué le quiere decir Daniel a Mimi?
Ambos iban caminando hacia la capilla, Daniel iba por delante.
-Daniel, ¿a dónde me llevas?-
-Lo más lejos posible-
-¿Por qué?-
-Porque nadie debe escuchar-
-No te entiendo, ¿qué quieres decirme?-
-Mimi, yo sé que tú eres Siniestra-
-¿Qué? ¿Yo? ¿Siniestra?-
-Sí-
-¿Estás loco? ¿Cómo podría ser yo Siniestra?-
-Tengo varias pistas, la vez que Siniestra se hirió la mejilla, también estabas lastimada; la fotografía tuya con el puercoespín, ese puercoespín es de Siniestra y el día del caso del espejo de la princesa Camposanto a quién vi reflejada en el espejo fue a ti, además Siniestra hace magia y aunque no te he visto a ti personalmente hacer magia, puede ser posible por tu padre-
-La herida en la mejilla fue porque me caí, el puercoespín que tengo es de peluche, ya lo viste, ni siquiera sé cuál es el espejo del que hablas y yo no hago magia como mi padre-
-Yo sé que tú eres Siniestra, no tienes por qué ocultarlo más, acéptalo-
-Yo no voy a aceptar algo que no es verdad-
-Mimi…-
-¿Qué?-
-Hay otra razón por la que sé que tú eres Siniestra-
-¿Cuál? Dime, veamos qué tontería se te ocurrió para culparme-
-Tu voz, tu cabello, tu físico, todo-
-¿Qué?-
-Pero lo más importante, no fue tu físico lo que me lo dijo, si no lo que me haces sentir-
-¿A qué te refieres?-
-¿Recuerdas esa noche en la que liberaste al delfín? Esa noche yo te dije: Te pareces a ella, te pareces a ésa niña que no saco de mis pensamientos-
-Eso… ¡eso se lo dijiste a Siniestra!-
Daniel sonrió victorioso, Mimi había caído.
-Mimi, esa niña eres tú-
-¿Ah?-
-No puedo sacarte de mis pensamientos-
-Daniel…-
-Así que Mimi, admite que eres Siniestra-
-No-
-No me voy a enojar-
-¡Lo harás!-
-No-
-¡Me odiarás!-
-Jamás podría odiarte-
-Sí-
-Te lo demostraré-
Daniel se acercó a Mimi y sin que ella lo advirtiera, depositó un tierno beso en sus labios.
-Da…Daniel…-
-Mimi, estoy enamorado de ti-
-Daniel…-
-Ahora, admítelo-
-Yo…-
-Dilo-
-Yo soy…-
-¿Sí?-
-Daniel, yo soy…-
Pero antes de decir algo más, Mimi se lanzó a sus labios, haciendo caer a Daniel de espaldas.
-Daniel, yo soy Siniestra-
-Lo sabía-
-¿En serio no estás molesto?-
-No, de hecho me alegra, me alegra que tú y Siniestra sean la misma persona-
-Daniel, te amo-
-Y yo a ti Mimi-
Ambos perdidos en la mirada del otro, se fundieron en un beso lleno de sentimientos aún no expresados con palabras.