Capítulo Primero.

"Tentáculos en las alcantarillas"

Los golpes eran tan estruendosos que podrían haberse escuchado a kilometros de allí, Lapislázuli y Peridot estaban casi seguras que Garnet, Amatista, Perla y Steven podían oír perfectamente el sonido que hacía Jasper al tocar una puerta con su pronunciada no-sutileza y fuerza típica en ese cuarzo. Fue entonces, que de un puñetazo la puerta voló hacia la pared contraria generando un terrible sonido que asustó a la dueña de la habitación: Peridot, quien se había escondido detrás de sus cajas donde guardaba todas las temporadas de Camp Pining Hearts.

—¡Dime de una buena vez en dónde está la gema corrompida, mocosa!

Gritó Jasper de inmediato al ver la silueta pequeña de Peridot. Dio un paso a dentro, la habitación estaba casi completamente oscura, sólo la luz de las computadoras (a base de la nave de escape/taladro reparada) emitían brillo alguno, que se reflejaba en unos estantes hechos de chatarra pero cuidadosa e inteligentemente armados para que se viesen sofisticados. Allí guardaba otras cosas, como algunas grabadoras, el pie que se le fue arrebatado hacía un largo tiempo atrás y unas latas de pintura.

—¡Rompiste mi puerta!—Reclamó Peridot, saliendo de entre las cajas:—¡Vas a tener que...!

—¡QUE ME DIGAS DÓNDE ESTÁ!

Rugió Jasper, erizando toda su melena y mostrando sus dientes en una expresión rabiosa, pareció que su iris amarillo brillaba en contraste con la luz de afuera de la habitación y la oscuridad que había allí dentro, con todos sus músculos tensos, esa gema de cuarzo daba mucho, pero mucho miedo. Peridot tragó fuerte y corrió a una mesa aparentemente normal que mantenía un dibujo del mapamundi, ella tocó una zona y luego otra y otra de aquél mapa hasta que por fin, al tocar una en especifico hubo un brillo y en una luz que subió de la tabla de aquella supuesta mesa se vio perfectamente como se diseñaba una ciudad tan detalladamente como si fuese real que estuviese allí frente a ellas, en miniatura.

—Jersey, la gema está en la ciudad de Jersey—Respondió Peridot.

—Bien.

Jasper entró de lleno a la habitación y de mala gana tomó la puerta por la manilla y la arrastró hacia su marco, la colocó allí con fuerza, haciendo temblar todo el granero y luego se escuchó sus pasos desde fuera alejarse. Segundos más tarde la puerta se cayó al suelo. Peridot se quejó internamente mientras tomaba de su estante unas pistolas láser y las amarraba a través de un cinturón a su cadera, salió corriendo de la habitación detrás de Jasper.

El granero había sido reparado y "actualizado" a las nuevas gemas que allí vivían, la parte de arriba que sólo contaba con un pasillo de madera ahora era casi un piso completamente, suficientemente ancho para que albergara tres grandes habitaciones, cada una adaptada a las necesidades de sus gemas, comunicadas con un corredor que en un lado daba a las diferentes puertas de las diferentes habitaciones y del otro una baranda por donde se podía mirar hacia abajo. Aquél corredor llevaba a una única escalera.

Cada habitación tenía un gran ventanal, la habitación de Lapislázuli tenía su ventanal hacia el Norte, donde podía ver bien los árboles formando pequeños bosques que cada ciertos meses comenzaban a cambiar el color de sus hojas, o florecían o quedaban desnudos, algo que ella le encantaba ver. Peridot tenía su ventanal ubicado en el Oeste, podía entonces encontrar la hermosura de un atardecer digno en el mar y recibir el viento salado constantemente, aunque normalmente mantenía las cortinas aluminizadas cerrando el ventanal para que la luz no molestara sus equipos. Por otro lado, Jasper tenía su ventanal ubicado en el Este, sin cortina, así podía recibir cómodamente la luz de la mañana, algo que le gustaba mucho.

En aquél momento, Peridot alcanzó a Jasper al culminar la escalera y caminaron las dos por la planta baja del granero, ya no era ese lugar lleno de chatarras, en cambio, era muy cómodo, con muebles, mesas, escaparates lleno de diferentes cosas de origen humano y otras que aquél grupo de gemas había hecho por sí mismas para "matar el tiempo", incluso habían hecho funcionar una nevera bastante vieja y allí colocaban algunas comidas que ocasionalmente eran bien recibidas. El gran hueco hecho por el robot gigante de Peridot había desaparecido, reparado completamente por el grupo. Salieron por la gran puerta, ahora automática. En la parte de arriba de la puerta, donde una vez hubo el "UUU space travel" ahora decía muy claramente "Cuartel Beta de las Crystal Gems".

Cercano a la entrada estaba la alberca, era pequeña y profunda a la vez, pero lo suficientemente grande para cuando decidían pasarse allí un rato de diversión (molestar a Lapislázuli hasta que ésta les intentaba ahogar), allí justamente esta ella, la última integrante del grupo, la gema acuática, que al verlas caminar hacia el portal se salió del agua en un brinco y las siguió:

—Debieron haberme avisado que se iban a una misión—Dijo.

—¿No escuchaste cuando Jasper gritó de la misión, Lázuli?—Preguntó Peridot.

—Sentí que gritó algo, pero estaba debajo del agua, el sonido se distorsiona.

—Como sea—Habló Jasper:—Debemos ir a Jersey a cumplir una misión. No hay tiempo, mis músculos me gritan que pelee con algo.

Adelantaron el paso hacia el portal y colocaron entonces un pie allí arriba, todas, pero antes de colocar el otro pie para irse del prado, Peridot reaccionó:

—No hay ningún portal en Jersey. ¿Cómo llegaremos?

—No puedo llevarlas a las dos—Avisó rápido Lapislázuli:—Sólo a Peridot, Jasper, eres muy pesada.

—Debemos formar un portal en Jersey—Comentó Jasper:—Habrá otra forma, si caminamos un poco encontraremos un camino, allí pasan las maquinas que los humanos usan para transportarse, andando, busquemos uno que vaya a gran velocidad.

Ordenó, cambiando la trayectoria a paso rápido, decidida en llegar a Jersey, pero el camino a la carretera no era muy corto y caminando se hacía largo, así que Lapislázuli montó a Peridot en su espalda alzando vuelo hacia la carretera más cercana y Jasper usaba su giro rápido en el suelo. Así lograron llegar en quince minutos a carretera, se pararon a un lado y cada una tomó un turno para pedir la cola, primero Jasper, intimidante, nadie se detuvo. Luego Peridot, pero cuando se detenían, lo primero que decían era "Pequeña niña" o "Linda", algo que causaba en ella una gran cantidad de rabia. Terminaba gritando, insultando y espantándolos. Lapislázuli fue la última, pero ya era de tarde y había poca gente, así que aceptaron el primer auto que les ofreció el viaje.

Era una camioneta más o menos como la de Greg, sólo que un poco más pequeña, la manejaban dos ancianos y en la parte de atrás habían tres niños y una burra, que echada pasaba el viaje. Jasper estaba apretada contra una de las paredes, su mala suerte por ser tan grande, encima de ella estaba Lapislázuli, Peridot en cambio, más cómoda, iba encima de la burra, cerca de los insoportables niños, que realmente eran pubertos, uno de trece, otro de doce y el último, quizás el único completamente niño, de diez años, y aunque tenían una edad precoz, eran bastante grandes, o por lo menos, más que Peridot. Para la desgracia de las gemas, el vehículo no era muy rápido.

—Woh, señora, eres inmensa—Dijo el más joven:—Y fuerte, tienes más músculos que papá.

—¡Gregorio! ¡No seas maleducado con la chica!—Exclamó uno de los ancianos.

—¿Se supone que eso es un halago o insulto?—Preguntó Lapislázuli suavemente en el oído de Jasper, quien gruñó.

—¿Cuántos años dijiste que tienes?—Preguntó el mayor de los chicos a Peridot.

—Mucho más que tú—Contestó ésta, cruzada de brazos:—Y más edad que todos tus progenitores, ejemplar humano de género masculino en etapa de desarrollo.

—Ajajajajaja ¡Hablas gracioso para ser tan pequeña! ¿Te gustaría salir?

—¿Sa...lir?—Peridot entrecerró los ojos:—¿Por qué? ¿Qué situación a meritaría que saliera de éste vehículo que nos transporta? ¿Acaso hay un peligro o algo así?

El chico se siguió riendo, Lapislázuli se tapó la boca para aguantar la risa de la situación, luego notó que Jasper tampoco parecía entender, se inclinó hacia ella y le susurró:

—Le está coqueteando.

El chico de doce años intentó apartarse de aquél coqueteo, se arrimó más a Lapislázuli y le sonrió al verla tan delicada y bonita, con aquél porte fino y amable, se sonrojó ligeramente y le comenzó a hablar, lo primero que se le ocurrió preguntar fue:

—¿Te gusta el agua?

—Oh, sí, me gusta mucho.

Jasper giró los ojos ante aquello, sabía que estaría horas atrapada allí entre coqueteos y un niño estúpido de diez años que la miraba como si mirase a un súperheroe, así que se cruzó de brazos, aguantando cuando la burra intentaba comerse su cabello o cuando caían en un hueco en la carretera que el golpe le impulsaba hacia arriba y terminaba más apretada y golpeada que antes. Y así pasaron horas y más horas, luego de diez horas de camino y con seis paradas al baño, Jasper notó que el anciano más decrepito la miraba mucho, algo que le hizo sentir terriblemente incómoda y enojada. Se mantuvo callada las dos horas restantes del viaje, donde las dejaron cerca de la entrada a la ciudad.

Lo primero que hicieron después de despedirse y verlos partir, fue estirar sus cuerpos, luego voltearon a la calle que daba entrada a Jersey. Caminaron entonces sintiendo el humo de las máquinas y escuchando los fuertes ruidos que allí habían: Taladros, cornetas de carro, música a todo volumen, gente gritando, animales ladrando, gente llorando, sirenas de policías en persecución, entre otras cosas. Les aturdía, pero se internaron en la ciudad mirando cada cosa, aquél lugar parecía tener un aspecto gris, pero debido al humo, el sucio y el olor de las alcantarillas, lo veían sepia.

Recorrieron media ciudad caminando, ya luego de tanto tiempo, Jasper se detuvo, parecía no poder aguantar más la rabia acumulada por más de doce horas de viaje:

—¡¿Dónde se supone que está la gema corrompida?!—Gritó a Peridot, que hincó hacia atrás por automatismo.

—Señora—Se acercó un policía:—Esto es un abuso contra un menor, así que tendré que ponerle una citación a —Decía, escribiendo algo en su libreta.

Jasper no aguantó aquello, no podría, ser regañada por mísero humano era lo que menos quería, así que empuñó su mano dispuesta a partirle la mandíbula, pero al liberar el golpe, lo liberó contra el suelo, formando un cráter profundo que asustó al oficial.

—¡Qué abuso y qué mierda!—Rugió al oficial, viéndose imponente por su gran tamaño:—¡VETE DE MI VISTA O TE MATARÉ!

El oficial corrió lejos. Ella se incorporó volviendo a obtener su control y acomodó su largo y melenudo cabello, luego miró a Lapislázuli, que se miraba los pies con asco por estar descalza en un lugar tan contaminado, luego a Peridot, quien sacaba un pequeño aparatito y con él buscaba coordenadas exactas. Fue cuando alguien le arrebató el aparatito de las manos que ella gritó:

—¡Mi rasteador!—Tomó de su cadera una de sus pistolas láser.

—¡Voy yo!

Lapislázuli se adelantó corriendo por la calle detrás del ladrón, haciendo que todas las tomas de agua estallaran dejando salir un gran chorro de aquél líquido en alta presión que bañó la acerca y la calle, ella entonces extendió sus brazos y un gran brazo de agua se formó y agarró al ladrón, luego lo estrelló contra el suelo. Caminó hacia él y apoyó un pie en uno de los hombros del ladrón y se inclinó agarrando el rasteador.

—Humanos y su mal hábito de tomar cosas ajenas.

Se devolvió con el objeto mientras el ladrón gritaba por ser libre. Peridot entonces tomó el rasteador y comenzó a buscar de nuevo, concentrada e ignorando su alrededor, encontró entonces una señal y caminó por donde indicaba el sonido y la imagen en su aparatito, fue seguida por el grupo y de repente se detuvo frente una alcantarilla:

—¡Está aquí abajo!—Levantó la mirada.

—¡Quitate incompetente!—Gritó un conductor en su carro, que casi se las lleva por delante.

—Excelente—Dijo Jasper, deteniendo un camión con su mano:—Entremos.

Se agachó y levantó el acero pesado con una mano y lo lanzó sin ver a dónde, éste voló por los aires y cayó en la ventana de un edificio, rompiéndolo, escuchándose un grito proveniente de allí. Apenas con esto fue suficiente para que de allí abajo salieran cuatro tentáculos negros hacia el cielo que parecían buscar como locos algo que agarrar y destruir. Las tres saltaron hacia atrás, separándose y Jasper exclamó:

—¡Gems! ¡Al ataque! ¡Lapislázuli, inmovilizalo! ¡Peridot! ¡Intenta quemarle los tentáculos!

Ordenó. Lapislázuli extendió sus alas de agua en su espalda y subió mientras que con sus manos hacía un movimiento para arriba, haciendo ascender agua que envolvió a cada tentáculo y lo inmovilizó justo como Jasper había ordenado. Peridot en cambio tomó su pistola láser y apuntó y comenzó a disparar, el láser atravesó los tentáculos que parecían ser en un primer momento muy delicados, dejandole grandes agujeros. Jasper agarró impulso y saltó lo más alto que pudo para luego caer en picada con su casco, lista para darle un único y letal golpe, pero antes de que esto sucediese, antes que pudiese siquiera tocarlo, un quinto tentáculo salió de abajo y la apretó en un fuerte agarre.

—Esto realmente no lo esperé.

Bufó Jasper, exhalando bastante irritada para luego ser llevada hacia abajo a gran velocidad, siendo tragada por el cuerpo de la gema corrompida. Al ver aquello, Lapislázuli gritó, acercándose peligrosamente sin darse cuenta, fue atada por un nuevo tentáculo que rompió sus alas de agua, fue apretada hasta que los demás tentáculos fueron liberados de la presión y sacudida hasta que se encontraba tan mareada que no podía realizar la hidroquinesis. Peridot se asustó y empezó a disparar más rápido, pero antes de siquiera poder hacer gran cosa, también fue capturada. En total habían ocho tentáculos.

Fueron sacudidas y apretadas hasta no poder más, la presión sobre sus formas físicas eran lo suficiente para que se evaporaran, pero ellas ponían resistencia, sin poder aguantar más creyeron que se desvanecerían cuando un fuerte estremecimiento y Jasper salió en un giro rápido hacia el cielo, para luego detenerse en el aire y devolverse embistiendo con su casco a la gema corrompida. Peridot y Lapislázuli fueron liberadas y tumbadas al suelo, recuperándose del mareo y las sacudidas.

Cuando recuperaron la cordura vieron a Jasper sacando a la bestia de la alcantarilla y tumbarla sobre la calle, golpeándola, azotándole contra los edificios, tiendas, automóviles, entre otras cosas, había un gran desastre en el lugar hasta que por fin la gema corrompida se evaporó y Jasper la encapsuló en una burbuja y la envió al templo.

—Oh, otro satisfactorio trabajo.

Dijo, estirando sus músculos y tronándose el cuello, parecía no ver el caos a su alrededor, aunque se notaba más relajada que antes de la misión. Vio a sus compañeras en el suelo y les sonrió, caminó a ellas y propuso:

—Regresemos al granero, ya nuestro trabajo acabó.

Una de las toma-de-agua salió expedida desde su lugar hacia el aire y luego cayó con fuerza hacia ellas, Jasper la repelió con una mano con ligereza, haciendo que cayera encima de un carro, aplastándolo completamente, hubo otro grito de horror y chispoteos de sangre.

Se levantaron las dos gemas del suelo y empezaron el camino de regreso ignorando el desastre que habían dejado en la ciudad de Jersey, entre el humo y los bomberos, policías y ambulancias, ellas lograron salir, inclusive Jasper tenía tan buen humor que propuso comer algo a su grupo, mientras tanto, Lapislázuli, quizás la única que tenía la mínima idea (sospecha) que debían ser más cuidadosas, miraba hacia los lados del lugar recordando cuando Steven le mostró esa ciudad. Peridot en cambio comenzó a revisar sus armas. Pronto salieron de la ciudad y tomaron un bus regreso al granero.


¡Hola! ¡Espero que les haya gustado el primer capítulo! Esta será una historia de comedia, fantasía y aventura, se asemejará a las situaciones de la primera temporada de Steven Universe (eso espero), no habrá Shippings (Aunque tal vez haya malentendidos). Es algo ligero para relajarse y reír (quiero que lo logre), algunos capítulos serán autoconclusivos (como éste) y otros no. Pero de todas maneras quiero que sea una buena experiencia con este trío disparejo xD

¡Hasta luego!