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Disclaimer: Ño chicas, nada es mio, excepto la actitud de Edward, esa si es mía.


Beteado por PichiLG, Beta de Élite Fanfiction www facebook com / groups / elite . fanfiction,


Epílogo


Cuatro meses habían pasado ya desde que volvimos a Seattle, durante tres de ellos había intentado encontrar una pista que me dijera quien era la muchacha que conocí en el festival. Pasé casi un mes buscando a una "Bella" en los registros de abogados que habían logrado llegar a mis manos y los que parecían ser positivos resultaban ser decepciones. Después de un tiempo empecé a pensar que tal vez ella me había dado un nombre falso para dejar de acosarla, y yo solo seguía mi cola como un perdedor.

El cual, en efecto eres, me decía mi conciencia. Y sí, en esos momentos no podría coincidir más con ella.

A esto siguieron semanas de malhumor y de ignorar total y monumentalmente a todo el mundo… Pero, retrocedamos un momento, ya que pueden preguntarse cómo logré tener en mis manos registros de abogados.

Es bastante simple, yo formaba parte de este grupo de personas, es más, era un asociado de alto nivel junto con Emmett en una prestigiosa firma. ¿Quién lo pensaría? Mi hermano tenía más apariencia de levantador de pesas, pero no, no éramos nada exóticos, solo un par de abogados.

Emmett continuaba viendo a Rosalie mientras yo me volvía un muy buen amigo del whiskey, hasta que llegó el momento en el que soñé que encontraba a la chica que había conocido por solo tres días. ¡Patético!

Sin embargo, esto resultó una llamada de atención a mí mismo. Saqué mi trasero de hoyo en el que lo había hundido y continúe mi vida como si ella nunca hubiera llegado. Bueno, casi como si nunca lo hubiera hecho.

Más semanas pasaron y ahora me dirigía a la oficina, ya que precisamente había sido escogido para contratar a un par de nuevos abogados para la compañía.

Había despertado de buen humor, para mi fortuna, bueno estabade buen humor, en pasado, era más exacto ya que apenas prender la radio escuché esa canción…

I can't drink you away
I've tried Jack, I've tried Jim
I've tried all of their friends
I can't drink you away
All these rocks, I can't swim out of this skin, I'm living in say
Now tell me, baby, don't they make a medicine for heart break
Ooh, no, tell me baby, oh yeah
Now don't they make a medicine for heart break(1)

Perfecto, ya llevaba en calma bastantes días, y precisamente tenía que salir una canción en la radio con esa temática. Era en serio, ¿cómo no iba a recordar cuan fracasado era con música así?

Así que ahora estaría de muy mal humor en el trabajo. Duré un par de horas encerrado despreciando a la humanidad hasta que decidí llamar a Kate, mi asistente, para que leyera las hojas de vida de las personas que se habían presentado. Notó que no estaba de humor, así que se sentó rápido y empezó a leer.

—Jean Daniels, veintiocho años, sin experiencia…

La corté y dije—: Siguiente.

Asintió y continúo—: Michael Lake, treinta, tres años de experiencia, actualmente reside en Los Ángeles…

—Siguiente —respondí sin ganas de seguir escuchando. ¡Bah! ¿Quién quiere a alguien que viva en Los Ángeles?

Continuó recitando los siguientes currículos, pero todos tenían fallas, sin experiencia o muy poca, muy pocos estudios, etcétera. Empezaba a dolerme la cabeza y Kate parecía no querer seguir hablándome, pero pobre de ella, así era como ganaba dinero.

—De acuerdo, señor Cullen —dijo moviendo una hoja de vida en sus manos—. Esta es la última, si no cumple las expectativas, tendremos que hacer una nueva vuelta y ver más currículos. Solo le estoy diciendo para que considere sus opciones… —Asentí tomándome el tabique con fuerza, el dolor de cabeza me estaba desesperando—. De acuerdo, es Isabella Swan, de Boston College, buena universidad, tiene veintitrés años, experiencia de dos años, no pide demasiado, vive en Seattle hace cinco meses, tiene recomendaciones tanto de la universidad como de su antiguo trabajo...

Levanté la vista sintiéndome un poco aliviado y asentí dándole a entender a mi asistente que la dejara pasar. Esto pareció contentarla y salió de la oficina.

Como sabía que se tardaría en despachar a todas las personas que habían llegado, empecé a leer un caso que Emmett y yo estábamos tratando de resolver desde hace unas semanas, una mujer engañada por su esposo intentaba tener toda la custodia de los hijos, pero el padre lo hacía difícil.

Tan concentrado estaba releyéndolo que no escuché el primer golpe de la puerta. Al sonar más duro lo noté y grité que podía entrar, aún sin despegar mis ojos de las páginas, escuché una voz femenina saludando. Inmediatamente levanté la mirada y tuve que hacer todos mis esfuerzos para no restregarme los ojos, ya que pensaba que estaba viendo alucinaciones, pero no era el caso, frente a mí se encontraba nadie más que Bella.

Pero, ¿qué se suponía que ella estaba haciendo aquí? Recordaba que me había dicho que era abogada pero… ¿aquí? Y su nombre, Bella… Isabella, era tan obvio ahora.

Quedé mudo unos instantes antes de levantarme y pedirle que se sentara, lo cual hizo. Cuando la observé mejor, noté que la ropa que usaba era totalmente opuesta a lo que la había visto usando, tenía un formal vestido blanco y su cabello estaba un poco más claro. Debí ser un poco intimidante ya que me observó un tanto nerviosa antes de hablar.

—Sí, también es nuevo para mí —Sonriendo levantó ligeramente su mano—. Hola, Edward.

La saludé de vuelta un tanto ansioso, pero luego recordé que esto era una entrevista y efectivamente, yo era él que tendría que ver si funcionaba para el empleo o no.

—Isabella, cuéntame… ¿por qué quieres entrar a nuestra firma y…? —Las palabras me brotaron por inercia. Años de práctica podría decir, cuando la realidad dentro de mí era una completa vorágine de emociones hacia Bella. Quería tomarla en mis brazos y decirle que no se fuera, pero también quería gritar enojado porque no me había dicho su nombre completo.

Empujando todos esos pensamientos de mi cabeza escuché mientras respondía mis preguntas, aunque me hubiera visto un tanto sorprendido cuando llegó, su profesionalidad fue increíble y también su Currículum lo fue. Al final de la entrevista, la felicité, ya que era definitivo que sería contratada.

—¿Es en serio? —preguntó sonriendo, pero luego frunció el ceño— Seguro que no me contrataste porque… —La interrumpí antes de que dijera algo totalmente ridículo.

—No tiene nada que ver que ya nos hayamos conocido antes… Bella, tu experiencia y estudios son perfectos, no tienes que pensar nada más. Vuelve mañana temprano para que hagan tu contrato oficial.

Afortunadamente pareció confiar en mis palabras ya que volvió a sonreír. Sin previo aviso se acercó a mí y me abrazó, pero al instante se arrepintió y se alejó antes de que pudiera quejarme.

—Lo siento. Ahora eres mi jefe y eso fue muy poco profesional. Yo, yo… —Se enrojeció y se tapó el rostro con ambas manos—. Si hago algo así de nuevo pensarán que me diste el trabajo por otras razones.

Sonriendo con levedad me acerqué a ella y quité sus manos de su rostro.

—Bella, no tienes por qué actuar diferente ahora. No tienes que preocuparte de que pensarán porque sé que tu manera de trabajar será lo que hará que todos te noten.

Acercó su mano a mi rostro, sonrió un tanto melancólica y me dijo en un susurro que por poco no pude escuchar.

—Edward, por poco pensé que había sido una estupidez no haberte dicho mi nombre —reí comprendiendo lo que decía.

—Fue una estupidez, en realidad, pero ya no importa… ¿Qué tal si vamos por un café?

Asintió dirigiéndose a la puerta y antes de que pudiera abrirla, la giré rápidamente, le di un ligero beso y la urgí para que saliera, me miró sorprendida enrojeciéndose un instante, pero salió de la oficina tal como le dije. Sonreí mucho más tranquilo y ligero que en la mañana.

Al parecer, mi suerte no era tan poca como pensaba, y eso estaba bien, muy bien.

FIN.


(1) No puedo beberte (olvidarte)

He intentado con Jack, he intentado Jim

He intentado con todas las marcas

Pero no puedo beberte...

Todas estas rocas, no sé como nadar fuera de esta piel en la que estoy viviendo

Ahora dime, cariño, ¿no hacen una medicina para el corazón roto?

Oh, dime a amor, oh sí

¿Ellos no hacen una medicina para el corazón roto?


Bueno, este es el final, nunca había acabado una historia, así que espero que me digan que les pareció, como siempre, gracias por su apoyo.

En el grupo de Facebook voy a poner la canciones que suena en el capitulo por si les interesa, esta en mi perfil.

Hasta la vista.

Daniela.