Reto de Proyecto 1-8, para NievesJS. Por el aniversario del primer año del Topic Sorato, el Mejor Topic de Parejas.
El tercero en concordia
Para Nieves, ¡dulce!
Sora regresó al living luego de haberle preparado y llevado un té a Takeru, además de haberle puesto un paño sobre la frente. Yamato había retirado su bajo de la habitación y, mientras Sora cuidaba al mentado enfermo, había armonizado el ambiente con notas desconectadas.
―No está enfermo de verdad. Lo sabes, ¿cierto? ―preguntó.
Sora sonrió. Con delicadeza, alzó sus pies descalzos sobre el sillón.
―No vendrá tu padre, ¿verdad? No quiero que me encuentre así.
―No creo que venga pronto ―suspiró―. Tal vez por eso Takeru ha armado toda esta escena.
―No armó una escena, no hables así de tu hermano, Yamato.
No contestó. Sora se dio cuenta de que las notas desconectadas de a poco comenzaban a formar una melodía desconocida.
―Me gustó el capuchino que me eligió. No hubiera sido mi elección, pero fue una buena.
―A mí no me gustó el chocolate, que molesto. Seguro pidió él mismo que le pusieran esos malvaviscos con forma de corazón, para avergonzarme.
―La próxima vez puedes pasármelo a mí.
―¿Los corazones?
―El chocolate. ―Sora rio y Yamato se sonrojó―. Los corazones también, si quieres...
Yamato la miró de reojo, sin soltar el instrumento. Sora se había quitado el tapado y la bufanda. Se tocó el cuello, seguramente con intenciones de masajearse la espalda, pero enseguida retiró las manos, apresurada. Yamato pensó que las tenía frías y, despacio, dejó el bajo a un lado.
Se acercó hacia ella y le tomó las manos entre las suyas.
―¿Mejor? ―Sora asintió, aunque sonrojada―. Lamento mucho no haberte invitado antes... en una cita.
Sora alzó los ojos y sonrió.
―Y no sé por qué permití que Takeru hiciera toda esta... organizara toda esta salida ―se corrigió, antes de volver a cometer el mismo error―. Creo que te merecías otra cosa.
Sora negó con la cabeza.
―Es solo una salida, Yamato.
―Pero es la primera.
―¿La primera de cuántas? ―Sora se sonrojó por su propia audacia, pero rio.
Yamato, turbado, no pudo reaccionar.
―Porque habrá... otras... ¿no?
Finalmente, Yamato reaccionó.
―Sin Takeru, espero. ¡Que enano!
―Yamato, ¡no hables así de tu hermano!
―¡No lo defiendas tanto, Sora! ¡Te hizo creer que tiene fiebre!
Molesta, Sora bufó. Separó sus manos de Yamato y se alejó, pero él se acercó de nuevo.
―No me hizo creer nada, no se siente bien.
―Sora, por favor. ―Rio. Al tiempo, Sora lo imitó.
―Bueno... al menos podemos reconocerle la originalidad. Y la audacia.
―Siempre fue un niño travieso, pero cuando lo ves casi siempre está o su vida o la tuya en peligro, por eso no lo habías notado hasta ahora. ―Yamato pasó su brazo por los hombros de Sora y la acercó hacia sí―. Pero ahora que ya lo sabes, estate atenta. ¡Es un pequeño... enano... demonio!
Riendo, Sora intentó separarse del agarre de su novio quien, sin moverse, la apretó más.
―Solo un momento más, Sora ―susurró. Ella se sonrojó―. Ya despertará Takeru y deberemos prestarle atención una vez más...
―¿Estará dormido? ―preguntó. Se acomodó mejor entre los brazos de Yamato y recostó su cabeza contra su pecho.
―Mmh. Creo que sí. ―Le besó con cariño el cabello―. Seguro nos está espiando.
Sora rio. Y eso fue lo último que, por un rato, escuchó Takeru.
Fin
Notas: Muchas gracias por su apoyo.