Eres solo mío 3

-Sabes, aquel día no tuve otra opción que hacerlo…-

-Eres un idiota-

-Gracias-

Al momento en que salí de la enfermaría, me topé con Levi, me miró apático como siempre, me choqué con su tono de ojos, realmente eran azules, pero tenían un toque grisáceo que me hacía presión el pecho. Después de eso golpeó mi nariz con dos de sus dedos, con suavidad, pero aun así dolió bastante.

Mikasa quiso ir a golpearlo al momento en que no pronunció alguna palabra y prosiguió su camino, más solo fue detenida por los brazos de Armin, que extrañamente a pesar de ser algo, por decirlo, débil, lograra aguantar a Mikasa, que tiene una gran fuerza.

Puse mis manos en el aire sin tocar mi nariz que me empezó a doler, una que otra lagrimilla quiso rebelarse y salir de mis ojos que ya estaban húmedos. Dirigí mi mirada hacia donde se había ido Levi, pero encontré a dos chicos, que estaba de espalda pero mirando por encima del hombro con una sonrisa grande pero con la mirada seria, como si tramaran algo fuerte, grande, y quizá, malvado.

Ignoré ese hecho y fui a casa.

Al llegar mi madre corrió preocupada hacia donde mí preguntándome que me había pasado, no le mentí, le dije muy claramente que fue por el golpe de la pelota en el club, pero que la enfermera me había dicho que solo tenga cuidado, la hinchazón bajaría con hielo y cuidado.

Preferí no comer ya que el movimiento de mi boca hacía reaccionar el dolor en mi nariz, es decir, fue en toda mi cara, pero la más afectada zona, fue la de mi nariz. Y dolía mucho. Bastante. Demasiado… Quiero llorar.

Asenté mi mochila en la cama y saqué mi cuaderno, revisé con cuidado cada hoja llegando a la parte en donde estaba mi nombre, lo recorté con las tijeras que tenía de costura mi madre, con aquella suavidad con la que trataba la tela, la empleaba ahora en el papel.

Cuando lo tuve en una sola pieza, busque en mi cajón de la mesa de estudio una aguja o algo más práctico, encontré una tachuela y la clave como pude en la puerta de mi armario, firme y duro para que nadie lograra sacarlo, solo yo.

Cerré la puerta del armario observando cómo "mágicamente" desaparecía aquella nota de papel, pero era solo mía, solo yo sabía dónde estaba, donde podía encontrarla y como terminó ahí, como hijo único, nadie más podría saberlo, ya que mis padres no entran a mi habitación, y mamá no lo hará si mantengo arreglada mi habitación.

Era simplemente perfecto.

Abrí la puerta del armario apreciando como se mostraba aquel trozo de papel nuevamente, cogí más tachuelas y empecé a tirarlas al papel, no tenía buena puntería decir verdad.

Simplemente lo dejé estar y me puse a hacer la tarea que me correspondía, con ayuda de Mikasa y Armin por medio de los mensajes del celular ya que para matemática era un total asco, y raramente las fechas históricas si se me quedaban perfectamente, siendo de todas formas números, así que puedo decir que no odio los números. Solo las matemáticas.

Al momento de terminar, revisé la hora, eran ya las once de la noche, y solo en ese momento sentí sueño, como si mi cuerpo se hubiera relajado y me gritara que debía descansar necesariamente.

Con esa idea en mente abrí las ventanas nuevamente, no soporto este intenso calor…

Me recosté con la precaución de taparme completamente para que ningún mosquito desgraciado me picara nuevamente, lo que fue inútil ya que con los movimientos de la noche y los sueños, aquella única sábana se iba por el suelo.

Y como creí, al despertar nuevamente estaba ahí parado contando aquellos puntos rojos en mi piel. Aunque para mi suerte, o eso creo, me levanté a las cuatro de la mañana, por lo que no había gritos de mi madre, que supuse estaba aún durmiendo.

Alisté mi mochila, me puse el uniforme y me puse a ver por la ventana, no supe por qué pero empecé a llorar, quizá por el frío que tocó mis ojos directamente me hizo lagrimar.

Sacudí mi cabeza suspirando pesadamente, no odiaba mi vida, de hecho podría decirse que era perfecta, aunque sentía que esa perfección se iba deteriorando tan profundamente.

Abrí el armario de golpe, tomé una tachuela y la lancé con todas mis fuerzas, y se incrustó por la "E", casi en la mitad, un poco más arriba. Sonreí satisfecho, pero las siguientes veces que probé, ya se me fue haciendo imposible a decir verdad, todas fallaban.

Resignado, tomé mis cosas, escribí una nota de que ya había desayunado y que iría más pronto ya que debía de pasar por la biblioteca a dejar un libro que Armin me encargó dejar, claro que lo último fue un vil mentira.

Salí de casa a paso lento, verdaderamente la brisa de la madrugada es tan limpia que no sientes ningún malestar, más el frío que purifica el aire, es como algo que no disfrutas fácilmente, aunque se te levanten los pelitos de la piel por el choque del viento.

Y era lo que sentía. Caminaba viendo algunas casas con luz, pues era una vista grisácea celeste, algo muy normal diría yo. Mandé un mensaje a Armin y a Mikasa de que iría más pronto al colegio. No recibí respuesta, de seguro debieron estar dormidos.

Al cabo de unos quince minutos logré llegar al colegio que permanecía abierto y totalmente desolado. O al menos eso yo creí.

Escuchaba pasos cuidadosos y torpes tras mío. Pero al girarme no encontraba ni un alma o un perro callejero.

Di un paseo por toda la institución. No tenía sueño, no entendía por qué, simplemente quise disfrutar del momento en el que me encontraba.

-Ahí…-

Escuché aquel murmullo, y al girarme me topé con esos dos chicos.

Los dos con una bufanda de distinto color sonriéndome con amabilidad, como si me conocieran desde hace mucho, a pesar de que solo nos habíamos visto ayer y hoy.

Atrás de ellos estaba Levi, completamente arropado y aun así temblando de frío. Era sensible al frío, que bonito. Sacudí mi cabeza ante aquel pensamiento, aunque no fuera mentira lo que creía.

Solo los miré con detenimiento, aquellos dos solo sonreían de manera poco agradable, mientras que Levi con su boca bajo la bufanda que traía solo sus ojos me miraban amenazándome de que algún día me mataría posiblemente.

Su mirada era fría, después me ignoró y siguió su camino pasando por mi lado. Yo solo me quedé ahí parado sintiendo el viento chocar con mi rostro haciéndome cerrar los ojos ya que el polvo entraría si no lo hiciera.

Quizá fueron algunos minutos que me quedé ahí parado sin saber qué hacer, rato después, retomé mi camino hacia el aula, donde puse mis cosas y me tiré a dormir en el pupitre que tenía en frente.

Tras varios momentos sentí un piquete en mi mejilla, me dolió un poco debido al golpe anterior, al alzar mi vista me encontré con la de Jean, le di un golpe en el estómago no tan duro, solo por molestarlo.

Se quejó un poco y optó por darme en la cabeza con las hojas que tenía en las manos. Hecho ello, me las entregó.

-¿Qué es esto? –Pregunté, estaba curioso, a pesar de que pude simplemente abrir y leer para saberlo-

- Son escritos, terminaron en mi pupitre con una nota que decía que era de tu pertenencia- Miró con algo de rareza a los papeles, por lo que noté su intento fallido de evitar curiosear, pude deducir que no los había leído-

- Los leeré después- Dije para tomar aquellos papeles y meterlos con cuidado en mi mochila en caso de que sea algo importante, no sé, como una carta de una señorita, o algo parecido, es decir, no soy feo como para no tener amigas o chicas que se me han declarado y eh rechazado de buena forma, por lo que no tampoco me odian-

- No seas tacaño Jaeger- Me empujó al momento de decirlo, y en respuesta también le empuje. Solo como amigos, no como si quisiéramos matarnos, además, así nos tratamos-

- Entonces en el receso lo abriré junto a ti y los demás si tanta curiosidad tienes –Me aburría un poco la idea, pero no me quedaba más, ya que por el ahora no quería que me pasara molestando a cada momento-

- De acuerdo –

Se fue a su asiento y comenzaron las clases, las cuales eran totalmente aburridas o inentendibles, aparte de la hora libre que fue donde comenzó un total desastre. Ya que empezó la guerra de papeles y demás.

En plena pelea me centré en Levi quién comenzó a hablar con Connie, el cual se sentaba al lado izquierdo de él. Su perfil era tan delicado y perfecto, el movimiento de sus labios a la par.

Tal como esas películas en donde el chico ve a la chica de manera lenta y pausada mientras ríe. Claro que Levi no reía, pero con aquella expresión seria y calmada, era suficiente para mí.

También observé a Marco, que se había levantado de su asiento para hablar con Jean, por lo visto ahora eran muy buenos amigos, algo que no creí muy capaz, ya que Jean es un bastardo, mucho más que yo en cierto sentido de la palabra.

Mikasa hablaba con Armin y rara vez me observaba con una mezcla de pánico y sobreprotección que supongo nunca se le ha quitado desde que me ha conocido.

Admiré a Levi un poco más, una pelota cayó en mi cabeza, pero poco importó, después de todo, era suave y pequeña, como una de pin pon. Proseguiría a no hacer nada y recostarme en mi pupitre para dormir un rato.

Pasado ello, sonaría la campana para la salida al receso, donde saque el poco de hojas y con atrás mío Jean, Marco y mis dos mejores amigos, fuimos a las bancas más discretas del instituto.

Con la emoción y adrenalina en nuestro cuerpo sacamos la liga que mantenía apretadas a las hojas. En algunas de ellas, estaba escrito mi nombre, en otras las de Mikasa, Armin, Jean, Reiner, Bertholdt, Annie, Connie y demás.

Algunos estaban tachados, incluso el mío. Había nombres de los cuales no sabía de donde eran y de la profesora Hanji incluso estuvo ahí.

Apareció el nombre de Levi, adornado con diversidad de decoraciones y stikers, atrás de ello, había un dibujo de cómo se veía Levi siendo un niño, podía reconocerlo por que traía el mismo corte de cabello y los ojos serios del tono azul que siempre traía.

Unas cuantas hojas escritas en otro idioma, quizá francés o inglés, incluso mezclados según me había dicho Armin. Y más adelante otra vez mi nombre, manchado con tinta y… seguramente pintura roja, una que otra mancha como de aceite y algo quemada a los lados.

Atrás de ello estaba mi imagen también, con solo el color de mis ojos reluciendo en todo lo oscuro del papel. Me lo quedé mirando, detrás de cada nombre que continuaba, había un retrato de la persona, algunos no conocía, peo parecían tan serios.

Entre todo ello, llegué a la última imagen, era nuevamente Levi, pero adulto quizá, una sombra ocultaba la luz de su mirada, y debajo de sus ojos existía un fina línea que se deslizaba por sus mejillas.

Por un momento parecía que la imagen se movía y derramaba lágrimas, pero era solo mi imaginación, la imagen estaba quieta, pero ciertamente llorando, con manchas moradas por el lugar, otras rojas, parecía…

Estar muerto.

Sacudí mi cabeza pasando a las siguientes hojas, era como una carta, escrita en inglés, Armin con la ayuda de su celular escaneó el escrito y se puso a traducirlo.

Este decía:

"Desde un principio creí que las mariposas eran de colores para ser bonitas, pero es un método de defensa, aunque para los humanos es algo que simplemente pasa revoloteando significando que el lugar está en paz.

Cometí el error de creerme una de ellas, por seguir un camino donde lo oscuro estaba alrededor y yo alejaba el prado en medio de ello. Mi madre fue un ejemplo de una mariposa en la ciudad, era bella, hermosa, de colores radiantes y brillantes, la amaba. Pero el mundo no.

La mancharon de por vida con tinta roja de la cual tenía pintadas mis manos, a mi madre, yo mismo la incineré y tiré sus cenizas en un río.

Al fin sería libre.

Pero solo ella, por mi estaría bien.

El amor toca puertas y yo no tenía casa como para que alguien tocara y me dijera "eres bienvenido". Realmente no entiendo la simetría de todo esto.

Comencé a preocuparme, de entre todas las cosas, comenzaría haciendo ello. Me involucré con cosas negras que o debía, maté gente, me lastimaron y utilizaron mi cuerpo como carnada para perros en busca de dinero y placer.

Terminé mi infancia así, en las manos de aquellos tipos que me dieron en ceremonia sobre lo que era su ritual, yo era su sacrificio a dioses que no existían, que implementaban la destrucción del mundo, el poder en sus manos, la conquista de nuevos pueblos.

Lo llamaría como la era antigua, solo una parte escondida de aquel país llegó a ser como era antes de los siglos. Condenándome a su rectitud chueca.

Perdí la movilidad durante un año, y el sacrifico seguiría, constante y doloroso.

Me presentaron a personas, una mujer entre ellas, el puma rojo que llamaban. Erala supuesta diosa de ellos, la reina que gobernaba pueblos en su vida anterior, que dominaba a cualquier bestia y en este caso a mí.

Y al príncipe, un apuesto caballero que me tendió la mano solo para intentar degollar mi cuello como algún tipo de pájaro. Después quizá matar a alguien más en vez de a mí y que yo fuera quien diera fin a su pesar, a mi querido y adorado padre.

No fue difícil.

Tengo una nueva misión, enamorar.

Eso nunca lo hice, si fallo, será otro sacrificio desperdiciado, será ahora una polilla a la cual nadie quiere.

Sigo siendo la mariposa, libro a todos de esto, ataco con los colores vivos que me dio mi madre, y sobrevivo en el prado, pero cada vez entro en la profundidad de la ciudad, donde el odio predomina.

Donde la lucha es interminable… donde yo mismo me enterraré. Y donde yo mismo moriré.

Solo pediré tu ayuda…

Erwin Smith."

Eso había sido toda la carta.

La tomé en mis manos que temblaban por alguna razón, todos me veían con gran interés con el rostro pálido, e incluso asustado.

Tomé todas las hojas restantes, había más cartas, dirigidas a diferentes personas, pero en especial al tal Smith.

Esas eran largas….fuerte…y dolorosas.

Tomé todas las hojas, miré hacia mis compañeros con una sonrisa y me alejé.

Guardé todo ello en la mochila, con cuidado de no estropearlas más de lo que ya estaban, me interesaba mucho la historia de este tipo que desconocía, pero por lo visto nos conocía a todos, incluyendo a mi Levi.

Miré hacia el asiento de él, no había nada más que su mochila.

Suspiré hasta que lo vi entrar, con un rostro cabizbajo, y los ojos hinchados, como si hubiera estado llorando.

Me…

Me enamoré de él.

Me acerqué sonriéndole, mientras él solo me miraba con odio profundo y enojo.

Lo abracé.

Y claramente me golpeó en el estómago para luego darme un puñete en la mejilla, dejándome tirado en el suelo como un trapo viejo. Dolió ciertamente.

-No te me acerques bastardo –me habló con tanta ira acumulada, con tanto odio, pero ese odio no iba dirigido a mí, más bien a sí mismo-

- No lo haré…-sonreí nuevamente levantándome algo adolorido, atrás de él vi a esos dos chicos mirarme con una gran sonrisa, tan espeluznante, que me corrió un escalofrío-

Vi hacia Levi que al darse la vuelta me dio una última mirada, nostálgica, triste… solitaria.

Quise irme con él pero sonó la campana, miré instintivamente hacia mí arriba, y cuando la bajé, Levi ya no estaba.

Todos empezaron a entrar al salón, me preguntaron sobre el golpe en mi mejilla, yo solo respondí que me había caído, lo cual obviamente no creyeron, pero quizá… solo quizá, al verme tan despistado, dejaron la idea de lado.

Levi llegó tarde, pero no les importaba a los profesores, para ellos, solo era un chico perdido en el instituto que después se acoplaría a su sistema.

Una vez todos estuvimos sentados, la profesora Hanji habló con una gran sonrisa en la cara, como si le faltara un tornillo, y es que así mismo era.

-Bueno chicos, hoy tendremos el cambio de nuestro director, esto será durante este año debido a que el Señor Pixis tiene un viaje hacia Estados Unidos por asunto de familia. En fin, ahora les presentaré a su director- Dijo dejando pasar a un hombre rubio de ojos… celestes-

- Muy buenas chicos…- Dijo presentándose con cordialidad, su voz era gruesa, su cuerpo ancho, su rostro serio y gruesas cejas-

Todos se levantaron en sentido de acto presencia, para saludarlo debidamente y esperar lo demás, estaba nervioso, no sé por qué.

Miré hacia Levi el cual solo miraba hacia el pupitre que tenía en frente, posando sus manos en su pecho, como si le faltara el aire, como si se sintiera ahogado completamente.

-Mi nombre es Erwin Smith, un placer conocerlos-

En ese momento yo y mis amigos, nos sobresaltamos de sobremanera.

Y Levi solo sonreía mientras se ahogaba.

¡Bueno! Aquí la actualización, espero no se me hayan confundido demasiado, espero hacer esto un tanto confuso a decir verdad, quiero jugar con sus mentes (¿?).

Espero no me haya faltado ningún detalle a recalcar.

Y pues creo que esta me apreció mejor a lo que fue el segundo capítulo (anduve con musiquita relajante y ahora tengo sueño (¿?))

En fin, espero les haya gustado, espero poder actualizar más seguido (lo que no es para nada seguro) Y, les quiero mucho, gracias por los reviews y demás en especial a cierta personita, pronto actualizaré las demás que tengo, en eso incluye "Higeki", sin más que decirles, pues los quiero mucho, les mando besos y abrazos a quienes siguen la historia y por apoyarme a seguirla.

Ajem, no sé qué más decir(¿?) Los reviews son vida, salud y bienestar, ok no.

Espero nuevamente que les haya gustado, y cualquier cosilla que faltara me lo pueden comunicar, hasta entonces~

Bai(¿?)