Harry Potter pertenece a J.K. Rowling. Moi escribe esto en su tiempo libre. Nada más y nada menos.
Este fic participa en el Festival Top!Draco: AU's 2016 de la páginas de FB: We love Drarry y I Love BottomHarry.
Personajes: Draco Malfoy/Harry Potter.
Género: Romance/Nostalgia.
Advertencias: AU (Universo Alterno)/Slash/Lemon. Esta historia cuenta personajes del Potterverso desarrollándose en un universo completamente distinto al planteado por Jo. También se incluye una relación homosexual y escenas que podrían ofender a alguien. Si no te sientes a gusto, ruego abandones el fic cuanto antes. Dicho está. Sobre advertencia no hay engaño.
Fernweh
Por:
PukitChan
Capítulo 4
Glamour
[De la voz inglesa Glamor (hechizo, encanto), relacionado con la voz francesa Grimoire (libro de magia usado por hechiceros);
«Belleza sofisticada y elegante; encanto sensual que fascina.»]
No es que Harry fuese alguien curioso. Simplemente se trataba de alguien que, en su trabajo, se dedicaba a conocer con detenimiento a la persona con quien compartiría los siguientes meses de su vida. De acuerdo con Hermione, aquel proyecto tomaría muchos meses (con sus obvios descansos) antes de poder concluirlo. Es importante, no paraba de repetirle. ¡Y bueno! Harry tenía que comportarse como todo un profesional, ¿no? Así que era normal, tras tanta expectativa, que investigara un poco más. Después de todo, ¿no era eso lo que siempre decía Hermione? Antes de emitir un juicio, uno debía investigar y conocer más. Claro, a ella normalmente eso la llevaba a una biblioteca, pero… bueno, su laptop y el buscador de Google estaban más cerca, ¿a que sí?
Nervioso, Harry golpeó con sus dedos el escritorio mientras mordía su labio inferior. Hacía varios minutos que había abierto la fotografía de Draco con Theo en su programa de edición favorito y seguía sin animarse a retocarla, admirando la natural belleza y hermandad que consiguió capturar. Vamos, que hasta le parecía inadecuado cambiar las medidas de la imagen. Suspirando, Harry decidió cerrar el programa y junto con él, la imagen. No se la había mostrado a Hermione, lo cual era curioso, dado que ella casi siempre obtenía la exclusiva en cuanto a sus fotografías se trataba. Sin embargo, compartirlo con su amiga, le parecía incorrecto, como si estuviese violando un aviso de privacidad del que nadie le había informado. Y vale, ni Theo ni Draco habían autorizado que él tomase esa fotografía, pero aun así…
—Solo… solo es para saber un poco más de él, de cómo es. Después de todo, ni siquiera se presentó en la cena. No es como si estuviera haciendo algo malo.
Autoconvenciendose de sus palabras, Harry se justificó a sí mismo argumentado que tras el escaso intercambio de palabras que habían tenido, Draco se fue y no apareció en todo el día. Theo y Blaise se disculparon en su nombre, asegurando que al día siguiente él se enfocaría completamente al proyecto. Hermione había asentido, fingiendo comprensión, pero para él todo había resultado ser extraño. ¿Ese hombre que se sentía herido por unas palabras, alejaría su trabajo? Harry no lo comprendía.
Pero iba a hacerlo.
Reuniendo su valor (uno que en realidad ni siquiera tendría por qué estar juntando), abrió el explorador. Tardó unos segundos antes de animarse a teclear Draco Malfoy y presionar enter. Instantáneamente, la página le mostró cerca de 462,000 resultados. O al menos, eso decía la información traidora de Google. El primer enlace que encontró casi le hizo carcajearse como loco. ¿En serio tenía su propio artículo en Wikipedia? ¿Draco se buscaría a sí mismo? ¿Editaría la página y la fotografía que aparecía en ella solo para verse mejor? No es que lo conociera, pero le daba que era del tipo de famoso que hacía esa clase de cosas. Curioso, entró y se concentró en el recuadro de la información personal. Al parecer su nombre completo era Draco Lucius Malfoy (¿en serio ese era su verdadero nombre?) y había nacido un 05 de junio. Sus ojos, según contaba la página, eran una ecléctica mezcla entre azul y gris. ¡Y un cuerno! De azules no tenían nada. Sus ojos eran grises. Un gris precioso pero frío, por cierto. Casi metálico. Harry aún podía recordar esa mirada plateada analizando cada uno de sus movimientos.
Leyó un poco más. El artículo lo nombraba como uno de los modelos andróginos más solicitados en la industria. Hacía una breve descripciones de sus raíces (inglesas y francesas) y su paso por las pasarelas. Se atragantó y tosió ruidosamente cuando una última notaba mencionaba que había estado relacionado sentimentalmente con el también modelo Blaise Zabini.
—¿Harry? ¿Estás bien?
Sobresaltado, Harry miró hacia la puerta cerrada con los ojos exageradamente abiertos y las mejillas sonrojadas. ¡Dios! Se sentía como si lo hubiesen pillado a la mitad de una peli porno, con todo y paja incluida. Y, por supuesto, tenía que ser Hermione quien lo interrumpiera.
—¿Harry?
—¡Voy! —gritó, aunque no había razón. Brincó de su asiento, cerró la laptop y abrió la puerta mucho antes de que Hermione pudiera hacerlo. Se quedó en el marco sin permitirle mirar del todo hacia dentro, con una sonrisa dibujada que debía reflejar alguna de sus culpas, porque su amiga levantó la ceja y echó un vistazo; primero a él y luego a lo poco que Harry le permitía ver.
—¿Interrumpo algo? —preguntó suspicazmente y el fotógrafo sintió el impulso de cerrarle la puerta en la cara, lo cual sin duda alguna sería una terrible idea.
—No, no —dijo inmediatamente, tratando de relajarse. En serio, no tenía ninguna razón para estar tan nervioso—. Yo solo —Tardó en encontrar la palabra adecuada— ...trabajaba.
La oración pareció gustarle a Hermione, porque olvidó la inspección que estaba haciendo y una línea de preocupación atravesó su frente. Harry conocía esa mirada. Era la que Hermione dibujaba siempre que comprendía que había cometido un error.
—Lo siento, no quería…
—¡Está bien, está bien! De cualquier manera, estaba por terminar. Y tú nunca vienes a visitarme después de la nueve, a menos de que sea algo importante. ¿Qué ocurre?
Al parecer, considerando que el trabajo era más importante que cualquier pequeña travesura que hubiese cometido Harry, Hermione suspiró y se tocó el brazo derecho, nerviosa. Fijándose con mayor atención en ella, Potter descubrió que estaba usando ya una pijama que le hacía ver bastante más jovencita. Era una lástima que no tuviese a mano su cámara.
—Es sobre Draco Malfoy —suspiró, y parecía irritada consigo misma—. Me preocupaba que, a causa de lo que ocurrió hoy, tú ya no quisieras trabajar de algún modo con él.
—Hermione —musitó Harry con ternura, colocando una mano en el hombro de su amiga—. A pesar de que usaste cientos de argumentos para convencerme, yo fui quien aceptó. ¿De acuerdo? No te martirices. Aún no quiero renunciar. —Al ver que su broma no había sido tomada de la forma que esperaba, chasqueó la lengua y añadió—: Ya, Hermione, de alguna manera u otra todo irá por un buen camino. ¿No es lo que dices siempre?
Ella sonrió divertida. Definitivamente, no era eso lo que ella decía siempre, pero sonaba un poquito parecido. No obstante, Hermione tenía que admitir que al tratarse de su amigo, siempre terminaba cediendo lo suficiente para que ambos llegasen a buenos términos. Y quizás allí radicaba el éxito de su amistad: ella detenía la impulsividad de Harry cuando este peligraba, y a su a vez, él le recordaba relajarse. Porque a veces solo se requería dejar que las cosas tomaran su propio ritmo. En ocasiones, simplemente debía fluir con la corriente.
—De acuerdo —dijo con una mirada más tranquila reflejándose en sus ojos—. Gracias por todo, Harry. Has sido muy paciente. —Luego, como si quisiera comprobar que no faltaba decir más, ella parpadeó unos instantes y asintió—. No te duermas demasiado tarde, por favor. Mañana iniciaremos a las diez.
Tras asegurarle que se portaría bien, Harry esperó hasta que Hermione desapareció por el pasillo para animarse a cerrar la puerta y volver al escritorio. Al acomodar una vez más su laptop, miró una vez más el artículo, centrándose ahora en la fotografía que aparecía. Mirándola con detenimiento, a pesar de lo oscuro de la imagen, era más fácil ver al hombre. O tal vez era que, ahora sabiendo que varón, y sin importar qué tipo de ropa usara, Harry ya no podría verlo más como una mujer.
Regresó a su búsqueda original. Había algunos artículos de revistas de espectáculos que no le parecían interesantes para leer, aunque en todos exhaltaban la belleza de Draco. Su nombre aparecía una y otra vez como el modelo andrógino favorito de la época. Finalmente, cuando estaba por apagar su laptop entendiendo de que eso parecía más propio de un fan novato que de una investigación por su trabajo, Harry vio algo que sí robó toda su atención.
Malfoy tenía cuenta en Instagram. Su cuenta.
Vale, en realidad no era tan extraño. De hecho, era bastante obvio que la tendría porque… ¡era modelo, por amor de Dios! Naturalmente debía de tener un lugar donde poder lucirse y permitir llevar a otro nivel su profesión. Además, hasta Harry tenía una cuenta allí. En una época donde las redes sociales formaban parte del día a día, ni siquiera tendría que haberse sorprendido; estaba comportándose verdaderamente ridículo.
Harry echó un vistazo a su habitación. Sabía que allí no había nadie más que él, pero tenía la absurda necesidad de cerciorarse. Sobre todo cuando sentía que estaba haciendo algo a escondidas. Al final optó por apagar las luces, aunque dejando encendida la pequeña lámpara que había en su mesa. La luz que emitía era tenue y muy blanca, pero era más que suficiente. Además, solo estaba... mirando. Nada más.
Abrió el link.
Draco Malfoy era una persona muy famosa. Es decir, Harry lo sabía porque alguien que se comportaba de esa manera seguramente lo era. También estaba lo que Hermione, Nott y Zabini le habían dicho respecto a su vida, pero no había llegado a entender la magnitud de sus palabras hasta ese momento. Más o menos. Con casi cincuenta millones de seguidores en Instagram, Harry pensó que las notificaciones de Malfoy debían ser caóticas. Se deslizó a través de las cientos de fotografías y, para su sorpresa, Potter descubrió que en su mayoría consistían de detalles de su vida cotidiana o de algunas fotos que se tomaba entre sesiones. Había también algunas de sus campañas publicitarias y una que otra con la personas que trabajaba. Maquillistas, fotógrafos y famosos, muy famosos diseñadores de la industria. Era una persona bastante sociable, de eso no cabía duda. La mayoría de los comentarios que recibía se dedicaban a halagarlo y decirle cuánto lo amaban. Al parecer, era una de esas personas por las cuales todos perdían la cabeza.
—¡Bueno…! —se dijo a sí mismo—. A él podrá seguirlo Dolce&Gabbana... pero a mí me sigue NatGeo.
Era verdad. Tal vez Harry no tuviese los millones de seguidores que Malfoy, y los que tenía lo seguían por su participación constante en dicha cuenta, pero él también se esforzaba en su trabajo. Y sí, sus profesiones no se asemejaban en nada, y tal vez Harry fuese una persona solitaria, pero… pero...
Siguió mirando, cada vez más concentrado en las imágenes que la curiosa vida de Draco ofrecía. Fotografías en su habitación, en un palco, en algún espectáculo. En su mayoría, Malfoy usaba vestidos. Había que reconocer lo bien que le lucían. Terminó preguntándose cuántas de sus seguidoras comentarían cosas como «¡Luce mejor en ti que en mí!» y casi sintió lástima por ello. Tras un profundo suspiro, buscó la hora en la esquina inferior de su pantalla. Tal vez debería simplemente irse a dormir.
Mientras meditaba los beneficios de dormir temprano y cuántas horas le quedarían para descansar si dejaba de ser un acosador en el Instagram de Malfoy, Harry continuó mirando las fotografías, apoyando el rostro en la palma de su mano. A Potter le sorprendió la cantidad de lugares que había visitado; sin duda alguna, el modelo tenía más sellos en su pasaporte que él. Roma, Amsterdam, New York, París y Tokio eran tan solo unos de los muchos lugares que reconocía porque muchas de sus fotografías también lo llevaron allí. Claro que si Harry le echaba una miradita rápida a su propia cuenta, sabría que sería completamente distinto. En Roma, en la Piazza Navona, Harry había fotografiado a una pareja asiática tomada de la mano… en cambio, en el mismo lugar, Malfoy decidió tomarse una selfie junto con su vino favorito. No es como si Harry quisiera sentirse alguien superior o tachara a Malfoy de superficial. Simplemente le sorprendía el hecho de que dos personas fuesen tan... distintas.
Sus pensamientos se detuvieron en ese punto, no porque quisiera hacerlo, sino porque la siguiente fotografía le pareció realmente curiosa. Malfoy, Zabini y Nott se encontraban en una enorme y hermosa mansión. Debía ser algún lugar privado porque Harry no conseguía distinguirlo. Se quedó mirándola durante varios minutos, no porque fuera buena o porque tuviera algo comprometedor en ella; lo que le impresionó fue la naturalidad de sus modelos. No parecía una imagen premeditada. De hecho, Harry sentía que, quien fuera que hubiese tomado esa foto, lo había hecho de manera descuidada. Además, allí Draco tenía atado su cabello de manera desordenada y estaba usando un sencillo pantalón negro junto con un suéter verde, totalmente calientito, si se juzgaba por cómo lucía. Era la primera vez en la que Harry veía a Draco lucir totalmente sus rasgos masculinos. Acostumbrado a verlo en vestidos, aquella imagen fue interesante. Tanto así, que fue la única en la que escribió un breve mensaje, sabiendo que no importaba porque su comentario se perdería junto con los miles que Malfoy recibía a cada minuto.
«Luces mejor cuando sonríes.»
~•~
El día comenzó bastante agitado. Harry estaba reprimiendo su cuarto bostezo cuando Malfoy decidió aparecer en el comedor, murmurando un escueto buenos días. Lucía bastante diferente. No era solo sus pantalones de mezclilla, mismos que dejaban ver sus pálidos tobillos y sus pies descalzos, sino también su expresión. Parecía fastidiado, como si alguien lo hubiera obligado a despertarse.
—Buenos días, Draco —saludó Blaise en un perfecto inglés británico, algo que llamó la atención de Harry casi de inmediato. ¿No era italiano? Bien, ayer le había hablado en inglés, pero no se había percatado de detalles así por lo que ocurrió—. ¿Ya desayunaste?
Malfoy hizo un sonidito que a él le sonó como el zumbido de un abejorro, pero al que Blaise debió encontrarle sentido porque asintió y volvió su atención a Hermione, a quien estaba intentando convencer sobre un tema fundamental para él, al parecer: la comida.
—Es verdad, Hermione. Si lo que deseas es placer culinario, prueba uno de mis vinos junto a la comida más famosa de esta villa… ¡Y jamás te querrás ir!
Harry estaba a punto de hacer una pequeña broma que incluía a Ron y su amor por la comida, cuando Draco se sentó a su lado, con los brazos cruzados. Incómodo, Potter miró hacia los asientos vacíos, y no pudo evitar preguntarse por qué, de entre tantos lugares, había escogido justamente ese. No es que le molestara… era más bien que le daba miedo mirarlo y solo con eso el modelo supiera que había estado visitando sus redes sociales. Sin embargo, hasta el momento no lo había visto usando un teléfono móvil, una tableta… ¿una laptop? Nada. ¿Sería que sus redes las manejaba alguien más?
—Supongo que ya escogiste el lugar donde realizaremos la sesión.
En un inicio, Harry se sobresaltó. Le parecía extraño que le hablara, que Malfoy se dirigiera a él. Y era extraño, porque en realidad no habían convivido para mostrarse tan a la defensiva, pero no podía evitarlo. Un presentimiento en su pecho le decía que si se acercaba a Draco, no existiría manera de volver a ser lo que era. Algo le decía que si permitía al rubio entrar en su vida, las cosas simplemente... cambiarían.
—Eh... —balbuceó. Luego, se acomodó las gafas y lo miró. Era más guapo que en fotografías; más natural, por decirlo de alguna manera—. Yo, bueno… maldición. —Suspiró—. Sí. Hace unas horas, Blaise nos permitió recorrer toda la villa. Es hermosa. Y los viñedos son increíbles.
—Ya sé que es hermosa —musitó y la sonrisa d e Harry se desvaneció. ¿De verdad era tan amargado para hablar?—. No te pregunté sobre eso. Quiero saber cuál fue el lugar que escogiste.
—Los viñedos —contestó más secamente lo que pretendía. Le echó una mirada meramente a profesional a Draco y, por un momento, no pudo creer que la noche anterior había perdido el tiempo investigando a ese sujeto—. Espero que estés preparado. Mis fotografías no son como las que acostumbras tener.
Se había pasado, lo sabía. Sin embargo, no pudo evitarlo. Era una de esas personas que, en la mayoría de las ocasiones, reaccionaba sin pensar en las consecuencias. Y la actitud amargada de Draco no había hecho otra cosa más que avivar ese rasgo en su personalidad.
—Ridículo. —Fue todo cuanto contestó.
No obstante, una parte de Harry sentía que no había mentido. Tal vez no fuese de manera total, pero una gran parte de las fotografías en las que había visto posar a Malfoy, eran lugares menos naturales, más… cerrados, por decirlo de alguna manera. De verdad, ¿quién había creído que aquello sería una buena idea?
—Creo que ya estamos todos. ¿Vamos?
Tal y como anteriormente lo había dicho, Harry fue quien escogió el lugar: a mitad del viñedo, bajo un cielo despejado y rodeados por cientos de vides en las que aún no crecían uvas, a Draco no le pareció el mejor paisaje de la villa. De hecho, le parecía bastante triste. O absurdo. Sin embargo, no dijo nada. Reprimió todas las críticas que se le atravesaron por la mente porque Theo le había hecho prometer que se comportaría. Claro, si ocurría algo que sobrepasaba sus límites, no se quedaría con los brazos cruzados.
—¿Y bien? —preguntó Draco, dirigiéndose a Blaise; no tenía deseos de entablar otra conversación con Potter, quien estaba más interesado probando y ajustando su cámara, al parecer—. ¿Dónde están los demás? Si es aquí donde vamos a trabajar, ¿por qué aún no han llegado?
—¿Theo no te lo dijo? —Divertido, Zabini intercambió una fugaz mirada con Hermione, quien suspiró pesadamente, sabiendo que ella sería la que tenía que dar la explicación. ¿Por qué le tocaba asumir las responsabilidades desagradables? Por supuesto, porque nadie más las quería.
—¿Decirme qué?
—Como bien debe saber, señor Malfoy —dijo Hermione, acercándose a él—. Esta sesión fotográfica tiene la intención de saber cuán bien pueden trabajar, usted y Harry, en un proyecto, eso es todo. Por lo tanto, no hay necesidad de tener asistentes, maquillistas, vestuario… básicamente nada de lo que está acostumbrado. Solo usted, Harry y una cámara fotográfica.
Draco abrió la boca para replicar, pero inmediatamente después la cerró. En lugar de quejarse con Hermione o Blaise, giró hacia Harry, quien al sentir tanta rabia dirigida hacia su persona, volteó y le devolvió la mirada. El modelo, que no se había percatado hasta ese momento de que los ojos del otro eran de un color verde muy peculiar, resopló.
—¿A esto te referías? ¿Una absurda fotografía que compruebe que somos compatibles?
—Yo no lo sugerí —se defendió, frunciendo su ceño—. Fue idea de Nott.
—Es verdad. Todos estábamos presentes, menos tú, claro, cuando se aceptó esto —afirmó Blaise, adelantándose a cualquier pregunta de su amigo—. Además, Draco, te recuerdo que de acuerdo a tus propias estipulaciones, le diste permiso a Theo para aceptar cualquier trabajo que resulte conveniente para ti.
—Si por alguna razón, esto no le parece correcto, señor Malfoy… —comenzó a decir Hermione, pero no pudo terminar. De mala gana, Draco soltó el largo cabello, que hasta ese momento había estado sosteniendo con una pequeña liga, y se dirigió hacia Harry. Algo en su expresión hizo que Blaise soltara una risita que se desvaneció cuando el rubio dijo:
—Muy bien, Potter, eres el fotógrafo aquí. —Extendió ambos brazos y lo miró fijamente; esos ojos grises podían ser muy fríos cuando Draco así lo quería—. Dime qué hacer… estoy a tu servicio.
Era evidente para todos que sus palabras estaban envenenadas con el mejor sarcasmo que Draco poseía en su repertorio, pero Harry no reculó. Se había ganado su profesión a base golpes y ningún modelo con aires de grandeza conseguiría espantarlo. Apretó sus labios, miró a Hermione asentir y sonrió.
—Descálzate.
Eso lo paralizó.
—Estamos en campo abierto, Potter. Hay tierra. No voy a pisar tierra.
—¡Eh! Cuidado con lo que dices de esta tierra, Draco. Aquí se cultivan las uvas de mis vinos.
—¡Ese no es el punto, Blaise, demonios!
—Harry, yo también creo que es algo complicado tu petición.
Pero Harry no estaba prestando atención a las voces. Toda su concentración estaba puesta en Draco, en su anatomía y en la manera en la que combinaba con el paisaje. El cabrón, al parecer, tenía una elegancia natural que pocas personas poseían.
—Solo hazlo —susurró mientras una sonrisa, que no pasó desapercibida para nadie, se posó en su labios—. Hace un rato tampoco traías zapatos. Te gusta estar descalzo.
Esta vez, Draco tardó un poco más en aceptarlo. De hecho, maldito cinco veces continúas en idiomas que Harry no conocía, cuando finalmente sus pies tocaron la suave tierra. Sin embargo, su mal humor continuó creciendo a medida que Harry le daba indicaciones de dónde colocarse, aunque ninguna terminaba gustarle, iniciando todo el proceso otra vez. Después de un cuarto de hora intentando encontrar un ángulo que a Harry le pareciera conveniente, en medio de poses que el modelo tenía estratégicamente estudiadas, Draco cayó en la exasperación. ¡Ese sujeto no parecía satisfacerse con nada, cuando cientos fotógrafos y marcas allá afuera, darían lo que fuera para que Draco posara para ellos!
—¡¿Qué es lo que tanto buscas?! —exclamó exasperado, con sus ojos brillando, con sus manos tocando indirectamente las vides, con todo su cuerpo expresando emociones más allá de sus palabras—. ¡Es solo una fotografía la que tienes que tomar para que empiece este proyecto! ¡Solo una, Potter! ¡Tú…!
¡Clic!
Hubo jadeos de sorpresa al escuchar el sonido de la cámara. Luego, una suave brisa y otro clic. Al final, Harry bajó la cámara, miró a Draco y sonrió cansado.
—Eso era lo que buscaba. —Al notar que nadie decía nada y que Draco lo miraba con una expresión de pura incomprensión, añadió—. Modelas fantástico, Malfoy. Lucías bien en cualquier ángulo, y aunque tu ropa no se parece en nada a los diseños extravagantes que en una sesión sueles lucir, te ves increíble. —Tras una pausa, añadió—: Pero no me enamoras. Atraes, te haces desear con unos cuantos movimientos, podrías tener lo que quieras… pero no un corazón. No mi corazón.
Draco bajó sus brazos lentamente y buscó en esos ojos verdes algo que dijera que estaba equivocado en sus palabras, pero lo único que halló fue una aterradora sinceridad mezclada con una dulce amabilidad.
—No necesito tu corazón, Potter —dijo secamente, apretando sus puños—. ¿Por qué habría de quererlo?
Clic.
—¿Alguna vez has sentido pasión por algo en tu vida, Draco? —En un suspiró, Harry contempló sus silenciosos acompañantes, la villa, la tranquilidad del lugar—. ¿Alguna vez te has enamorado tanto de algo que te duele? Eres perfecto para este y cualquier trabajo… y supongo que con eso te basta, y le bastará a todos. —Harry desvió sus ojos a una sorprendida Hermione y asintió—. Podemos hacerlo. Estaré listo en cualquier momento. Pero no esperes que entregue mi alma a este proyecto.
Autora al habla:
¡Buenas tardes! \0/ Ey, ey, ¿cómo están? ¿Ya vieron que ganó Portugal? ¿Ya jugaron Pokémon Go y chocaron contra un árbol? ¡Porque yo sí! (En realidad, casi choqué contra una puerta, pero ignoremos esos detalles…) ¡No olviden ver a ambos lados de la calle cuando la crucen! :D ¡Y capturen muchos pokémon! Y si ven un Gastly, no olviden avisarme xD.
¿Qué puedo decirles de este capítulo? La verdad es que me divertí muchísimo escribiendo a Harry en modo acosador, JAJAJAJA. También, vacilé durante algunas ideas, porque era la primera vez que metía de manera tan descarada el uso de redes sociales en el fandom de HP. Deseo que no hayan quedado forzadas estas escenas; al final, quedé bastante contenta con cómo usó Harry la Wiki xD, pero ya saben que adoro sus opiniones. D: ¿Pareció demasiado loquillo? XD Lo más complicado de escribir fue la tensión entre ellos, durante la sesión. No se han dado el tiempo de conocerse, así que se están juzgando demasiado, no se han permitido abrirse… pero espero que esto mejore LOL! ¡Lo hará! Espero… de verdad lo espero e.e…
Cinoet; ¡muchas gracias por el apoyo! :D La verdad es que, más que sumergida en este mundo, tengo muchos amigos (curiosamente) que se dedican a estas áreas. Fotografía, cine, pintura. Tenemos la misma profesión, querida. Yo también soy psicóloga ;). ¡Gracias, saludos!
Aby Malfoy; ¡muchísimas gracias por tan hermosas y amables palabras de tu parte! Tu opinión me ha alegrado mucho, porque precisamente es aquí cuando veo que tanta práctica ha valido la pena. Te agradezco de corazón toda la paciencia, sé que a veces puedo tardarme bastante, pero gracias por mantenerte siempre al pendiente de mis historias. Generalmente, los fics que escribo se van dando de manera natural, avanzan solos, por decirlo de alguna manera. Así que te pido que no me odies cuando de repente me dé por un giro argumentativo, de esos que a veces se salen quién sabe por qué, jajajaja. ¡Un abrazo enorme y gracias! ¡Saludos, muchos besitos!
Sarahi; ¡gracias a ti por leer! Últimamente ha habido muchos ataques crueles. Me enteré también lo que ocurrió en Veracruz... y es horrible, realmente horrible. Ojalá las cosas mejoren pronto. ¡Abrazos!
Hanaru15; jajaja, la verdad es que me declaro fan de la cuenta de NatGeo en Instagram, así que no es nada raro que me haya robado un poco de inspiración de allí. Por el momento, estos chicos continuarán con el pie izquierdo, pero irán mejorando, sí que sí. ¡Muchas gracias, seguiré! ¡Saludos!
¡Muchas gracias a amaliamichaelis3, Paulinafujoshi, sasuhinas fan, Kuroneko1490, Parejachyca, coptesita, SuicideFreakWord, Izlandi, Cinoet, CuquiLuna3, Jess Grangers, kathsuriel04, FanFiker-FanFinal, Fran Ktrin Black, SARAHI, Ying Fa Malfoy de Potter, Acantha-27, Hanaru15, Kokoa Kirkland, Juliana E, Maaariiie, Narcissa Potter-Malfoy, Chiquita05, Saku-Aya, Abi Malfoy y Castiel-.-Helvisek por sus reviews!
¡Muchas gracias por leer, y más gracias si les nace un review!
¡Excelente inicio de semana, os quiero!