Fic creado para el concurso de reto Ganzo III
Personaje: número 18
Imagen: manos entrelazadas sobre una almohada.
"Entre lazos"
Escuchó el control remoto caer. Le tomó poco tiempo en reconocerlo: calvo, gi anaranjado, enano. De sus labios salieron una breves palabras, las dijo, y entonces se dio cuenta de ese control sobre el piso. Supo en ese momento que se acercaba su fin, su muerte, su inexistencia; preguntándose el porqué ese sujeto llevaba con él ese control que podía acabar con su vida. Comprendiendo que si ella llegara a desaparecer, cell no se regeneraría a su forma perfecta, y la tierra, lugar que la vio nacer, estaría en peligro.
….
—Serán mis creaciones—Dijo el doctor Gero a los gemelos: Lapis y Lazuli.
El malvado científico los volvió a ignorar. En la capital del norte hacía mucho frío, pero dentro de la cueva no se notaba el clima. Creo siempre fue muy déspota con sus trabajadores, en este caso con sus conejillos de indias.
—¿Recuérdame por qué estamos aquí? —Preguntó Lapis a su hermana.
Ambos tenían una relación cercana, mutua. Lazuli miró de soslayo a su gemelo, reconsideraba la pregunta que le había hecho.
¿Por qué estaban ahí?
—Tú me convenciste hacer esto.
—Pero no te obligué—le respondió burlón—Estaremos bien. El científico nos aseguró que no pasaría nada malo.
—Como sea—Espetó—No confío en ese tipo.
Lapis puso una mano tranquilizadora en el hombro de su hermana. Ella se la aceptó, la entrelazó para transmitirse la confianza que él emanaba.
…
Vio la majestuosidad de la forma del dragón ¡Era increíble! El cielo obscurecido por todo el cielo, excepto en el lugar donde estaba. Un especie de Palacio celestial. Siguió observando a los guerreros, poniéndose de acuerdo en el siguiente deseo. Entonces lo vio. Era el muchacho calvo que le había perdonado la vida. Por una extraña razón no sentía nada de empatía por él. No iba a agradecérselo por tener compasión con ella.
—… ¡Muchacho tan feo! —Le había dicho.
Después de enterarse que el muchacho calvo sentía cierta atracción por ella.
…..
Las cosas resultaron inesperadas. Sus manos entrelazadas con la persona que jamás pensó que se juntaría. Había vivido muchas cosas como humana. Había ciertas cosas de las cuales no recordaba. En el caso de su verdadero nombre, siempre quiso que la conocieran por la forma en que el Dr. Gero la apodó. Lazuli no existía, ella había dejado ser esa humana alegre y atrevida. Con una familia pequeña pero divina.
Las manos entrelazadas sobre la almohada seguían un ritmo acorde a sus respiraciones. Pasarán muchos años para que se rompan en vida y vuelvan unirse en otro mundo.
Fin