Disclaimer: Todos los personajes y/o lugares conocidos del mundo de Harry Potter le pertenecen a la maravillosa escritora J.K. Rowling. Sólo la trama es mía.

Título: Toda mi vida.

Autor: Aurora Caelestis Friki (Esta es mi cuenta original. Suelo cambiarme el nickname muchas veces, pero esta es la oficial).

Pairing: Harry Potter & Pansy Parkinson/Hannah Abbott & Neville Longbottom/Luna Lovegood & Rolf Scamander.

Sinopsis: Pansy Parkinson se encontraba sola, repudiada, sin dinero y en problemas. ¿Qué pasa cuando el afamado héroe mágico te salva de tu desgracia? ¿Qué sentirías al descubrir el verdadero valor de la amistad y del amor? [HANSY]

Rating: T (Aún no sé si lo subiré a M)

Palabras: 2,630

Dedicatoria: Este HANSY es para mi hermana, JessyRiddleFrikiBlack. Gracias por tu maravilloso apoyo en todo lo que hago (te guste o no), pero sobre todo, por ser siempre la misma conmigo, por nuestra maravillosa amistad y por la enorme confianza que depositas en mí. Sabes que te adoro y que realmente tú, Juanjo e Isa han pasado a ser parte fundamental de mi familia y de mi vida. ¡Te amo, Hermana!

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TODA MI VIDA


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Capítulo 1: El Caldero Chorreante

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Harry Potter había tenido un mal día en el trabajo. Estaba cansado y agradecía a Merlín que fuera viernes y que Hermione se quedaría ese fin de semana con Teddy, porque no creía que tuviera la suficiente energía para lidiar con las travesuras de su ahijado ese fin de semana. Estaba completamente agotado.

Entró al Caldero Chorreante e inmediatamente se sentó en la barra. El lugar estaba casi vacío, excepto por dos o tres magos reunidos en varias mesas. Inmediatamente, sonrío al ver a su amiga, Hannah Abbott, detrás del mostrador haciendo un esfuerzo para recoger un paño del suelo y lanzando una maldición.

—¡Hannah, por amor a Merlin! ¿Qué haces en el suelo? Te he dicho… —decía Harry imitando la voz de uno de sus mejores amigos y compañero de trabajo, Neville Longbottom.

Hannah al escucharlo, dio respingo y se puso de pie inmediatamente, mientras que el esfuerzo de ponerse de pie como un resorte lo resintió su espalda.

—Si serás idiota, Harry —dijo molesta. —Pensé que Neville había regresado. Esta mañana recibí una lechuza suya y lo primero que me dijo fue que no hiciera ningún esfuerzo. Que si necesitaba algo que te lo pidiera. ¡Por Merlín! Estoy embarazada no enferma.

Harry lanzó una carcajada. Sacó su varita y con un hechizo no verbal levantó el paño del suelo.

—Bueno ya he venido al rescate.

Hannah le sacó la lengua y le sirvió una copa de whiskey de fuego que Harry se bebió de un solo sorbo. Se sentó a duras penas en el taburete detrás del mostrador.

—¿Qué tal el trabajo?

—Agotador. Necesito vacaciones en algún lugar sin magia y dónde Kingsley no pueda encontrarme. No he tenido un respiro desde que Voldemort murió. He tenido que organizar mi vida entre la captura de los mortifagos y la crianza de Teddy. Ser Auror y padre es agotador. Kingsley se cree que soy Superman —se quejó Harry. —¡Solo tengo veintitrés años! —dijeron ambos al unísono.

Hannah rompió en carcajada y Harry la miró con cara de pocos amigos en un principio, pero luego se echó a reír con ella.

Desde que Neville había salido a una misión a Rusia hacia tres semanas, Harry la visitaba en la mañana y al final del día para asegurarse de que estuviera bien. Según había dicho él, «ordenes exclusivas de tu marido», pero ella sabía que Harry era sobreprotector con sus amigos y aun cuando no habían sido grandes amigos en el colegio, cuando ella comenzó a salir con Neville -cuatro años atrás-, Harry y ella se habían vuelto muy buenos amigos.

—Pues si te soy sincera me iría contigo a una isla paradisiaca, me sentaría en la orilla y bajo imperio te haría darme un masaje en los pies.

Harry lanzó una carcajada. Sabía que Hannah era incapaz de lanzarle a alguien ni siquiera un mocomurciélago, menos una imperdonable.

—¡Reconócelo! Tú también estas enamorada de mi desde que estábamos en Hogwarts.

Hannah abrió los ojos como plato en fingida sorpresa y se tapó la boca con una mano.

—¿Cómo lo supiste? ¿Cuándo te dije lo del imperio? Creo que me confundes con tu eterna enamorada, Romilda Vane —le dijo Hannah comenzado a reír.

—¡Por Merlín! No me la menciones. Me la encontrado esta mañana en el Ministerio y te juro que si Dean no me hubiera buscado urgente para una reunión, se habría acercado y me hubiera lanzado Amortentia en aerosol.

Hannah comenzó a reír tan fuerte que se agarró el vientre creyendo que su hijo se le saldría. Los comensales que estaban en las mesas la miraban entre sorprendidos y molestos. Harry también comenzó a reír. Luego de que ambos se calmaran, Harry se puso de pie y comenzó a ir por las mesas pidiéndole a la gente que saliera o se fueran a sus habitaciones, porque iban a cerrar y termino por recoger todas las copas, y se las llevó a Hannah a la barra.

—¿También se fue Parkinson? —preguntó en un susurro Hannah a Harry.

—No la he visto.

—Está en uno de los privados. El de las cortinas cerradas. Algo pasa con ella, Harry.

—¿Cómo qué?

—Lleva dos días con la misma ropa y solo llega en la mañana, me pide una jarra de agua y se encierra en el privado. Creo que la he escuchado vomitar en el baño y al mediodía fui a preguntarle si quería algo, pero estaba acurrucada en el suelo debajo de la mesa completamente dormida. Me dio pena despertarla, así que lance un hechizo a las cortinas para que nadie la molestara, pero hasta donde sé ni ayer ni hoy ha comido nada.

Harry no dijo nada, aunque se quedó pensativo. Se preguntaba qué era lo que le pasaba a la chica, pero luego descartó sus pensamientos. Los asuntos de Pansy Parkinson no eran su problema. Se acercó a los privados y al abrir las cortinas –efectivamente- la ex slytherin estaba completamente dormida acurrucada en una esquina. Se acercó sigilosamente. Le daba pena despertarla. Se veía muy frágil y pálida. Entonces, le tocó el brazo.

—¿Parkinson? ¡Parkinson despierta!

Pansy despertó azorada y desorientada. Miró hacia todas partes y vio que dos pares de ojos la observaban. Inmediatamente los reconocio, se compuso y se enderezó en la butaca.

—¿Qué quieren? —preguntó con desdén.

Harry inmediatamente se molestó e iba a contestarle la malacrianza, pero Hannah intervino oportunamente.

—Parkinson, ya voy a cerrar. ¿Necesitas algo más? —preguntó Hannah con gentileza.

Pansy solo negó con la cabeza y se puso de pie. Inmediatamente se tambaleo y Harry, por instinto, la agarró, pero esta se zafó de su agarre de mala manera, mirándolo con cara de pocos amigos y sin decir nada se fue dando un portazo.

—Sigue igual de insoportable que cuando estábamos en el colegio —comentó Harry entre dientes.

Hannah sonrió, pero Harry vio que ella seguía preocupada; y aunque le costaba reconocerlo, él también lo estaba. La ex slytherin no era su amiga y mucho menos le agradaba, pero algo muy grave le pasaba. Eso era obvio. Harry intentó ignorar sus pensamientos, pero aun así volvió a mirar hacia la puerta preocupado.

Hannah y Harry recogieron todo sobre las mesas. Hannah se sentó en una butaca, por insistencia de Harry, mientras este limpiaba el lugar por ella y organizaba todo. Luego de que todo estuviera organizado, Harry se despidió de Hannah y salió del local.

A fuera hacia un poco de frio, así que se ajustó su abrigo. Iba a aparecerse en su casa, cuando se percató que a unos cuantos metros del Caldero se venía un brazo salir de un callejón. Sacó su varita alerta e inmediatamente se encaminó hacia allí.

Lumos —susurró.

Cuando Harry alumbró el cuerpo abrió los ojos asombrado. Pansy estaba inconsciente en el suelo. Observó hacia todos lados alerta, pero todo estaba desierto. Se acercó sigilosamente a Pansy. Intentó despertarla, pero esta no lo hacía. La movió un poco y cuando su abrigo se abrió un poco, se percató que el vestido blanco que traía debajo estaba manchado de sangre. Inmediatamente, tomo a la chica en brazos.

—Mandy —llamó con voz firme e inmediatamente una elfa apareció. —Llévanos a la casa.

La elfa rápidamente tomó la mano de su amo, agarró la de Pansy y los transportó hasta el salón principal del número 12 de Grimmauld Place. Harry inmediatamente comenzó a subir las escaleras hacia su habitación. En ningún momento la chica se había despertado y había comenzado a temblar.

—Mandy, ve por Luna Lovegood. Dile que tengo una emergencia.

La elfa desapareció en busca de Luna y Harry siguió subiendo hasta su habitación. Abrió la puerta de una patada. Escuchó un leve gemido de la morena y se asustó. Depositó a la morena con delicadeza en la cama. Por un momento se sintió un inútil al ver el rostro desfigurado de la morena por el dolor. No sabía que más hacer.

De repente, se abrió la puerta de su habitación y entró su amiga con la elfa.

—¿Qué ha pasado? —preguntó Luna acercándose inmediatamente a la morena.

—No lo sé. La encontré así cerca del Caldero Chorreante. Hannah me dijo que había estado todo el día en un apartado y que notaba algo raro en ella, pero aunque me preocupe, no creí que fuera para tanto.

Luna asintió e inmediatamente comenzó a auscultar a la chica. Harry salió al pasillo para darles privacidad. Luego de diez minutos de espera, comenzó a caminar de un lado a otro inquieto. Quería saber que sucedía. Quince minutos después, Luna salió de la habitación con el rostro sobrio y Harry se asustó. Pocas veces había visto a su amiga así.

Luna le hizo señas y él la siguió escalera abajo hasta el salón principal.

—Le he pedido a Mandy que la bañe y la cambie de ropa.

—¿Cómo está? —preguntó Harry verdaderamente preocupado.

—Parkinson está muy mal, Harry. Tiene una fuerte anemia. Al parecer lleva días sin comer. Ha sido atacada a base de cruciatus y otras maldiciones oscuras, pero ha sido fuerte, porque las soportó estoicamente. Sobrevivió a ellas. Aunque por culpa de los traumas internos y la falta de alimentación está a riesgo de perder el bebé que espera. Le he puesto unos hechizos protectores en el útero, le dado algunas pociones, pero me temo que de un momento a otro perderá el bebé. Por el momento, he podido retenerlo, pero él también está muy débil.

Harry se había quedado mudo. En un principio pasó de la preocupación, porqué ella estaba enferma, al enojo al saber de que fue atacada brutalmente; para luego nuevamente pasar a la preocupación y la sorpresa de saber que estaba embarazada, pero, al final, terminó con la sangre hirviéndole en las venas al saber que alguien la había atacado y que ella, pero sobre todo, una criatura inocente estaban a punto de morir.

—¿Qué puedo hacer? —preguntó en un tono lúgubre que no sorprendió a Luna.

Luna sabía que su amigo tenía un corazón noble y que aún seguía siendo un héroe. Algunas cosas no cambiaban. Se sintió orgullosa de que él fuera su amigo, pero sobre todo que olvidara las rencillas que había tenido con la morena en el pasado y estuviera dispuesto a ayudarla.

—Por el momento debe quedarse aquí, Harry. Sé que Parkinson…

—Al menos que me pidas que la lleve a San Mungo, ella no saldrá de aquí, Luna —dijo Harry interrumpiéndola y Luna asintiendo sonriendo.

—Necesito que Mandy me acompañe de vuelta a San Mungo. Enviaré una pociones rehabilitadoras que Mandy deberá dárselas cada hora.

—Yo lo haré —dijo interrumpiéndola nuevamente y ella volvió asentir.

—Mañana en la mañana, cuando termine mi turno de guardia en San Mungo, pasaré a verla. Si ambos resisten hasta la mañana creo que se podrán salvar, pero eso dependerá de si las pociones hacen efecto y la voluntad de Parkinson de sobrevivir.

De repente, se escuchó un "plop" y apareció la elfa.

—Mandy ha hecho todo lo que la señora ha pedido. Mandy ha dejado a la señorita limpia y acomodada en la cama del amo, y ha limpiado todo. Mandy, le pide al amo que la perdone —dijo la elfa sin levantar la cabeza nerviosa.

—¿Por qué? —preguntó Harry en un tono sobrio que hizo a la elfa temblar, pero Luna posó su mano en la de Harry para calmarlo.

—Mandy ha tenido la osadía de lanzarle un contra hechizo a la huésped del amo sin el permiso del amo.

—¿Un contra hechizo? —preguntó Luna interesada.

—La huésped del amo fue torturada con un maleficio que el antiguo amo de Mandy utilizaba en Mandy. Mandy se ha atrevido a utilizar un contra hechizo para que la maldición no le haga más daño a la amiga del amo ni a su pequeña criatura. Mandy le ruega al amo que…

—Gracias, Mandy —la interrumpió Harry. —Estoy muy satisfecho y orgulloso por la eficacia de mi elfa.

—¡Oh! A Mandy le hace feliz ser de utilidad para el amo —contestó la elfa más tranquila.

—Mandy, voy a necesitar otro favor tuyo —Mandy asintió vehemente- Quiero que lleves a Luna de vuelta al trabajo y que me traigas todas las pociones que ella te dará.

—Por supuesto amo. Mandy encantada la llevará de vuelta a su trabajo, en cuanto la señorita Lovegood esté lista y le traerá al amo lo que ha pedido.

Luna se levantó con una sonrisa y le dio un beso en la mejilla a Harry. Este volvió a ver su mirada soñadora de antaño y sonrió.

—No dudes en mandar a Mandy por mí se ves que algo anda mal.

Harry asintió. Luna y la elfa abandonaron el salón con un simple "plop". Entonces caminó hacia su despacho, tomó un pedazo de pergamino, pluma y tinta. Escribió una breve nota y con un hechizo no verbal la nota se consumió en fuego y desapareció. Dejó todo ordenado nuevamente y salió del despacho.

Caminó hacia las escaleras, subió los primeros escalones y cuando llegó al rellano del primer piso, escuchó las llamas verdes de la red flu de su chimenea. Se giró y vio allí en bata a una de sus mejores amigas llena de hollín.

—No tenías que venir, Hannah —dijo volviendo a bajar las escaleras.

—¿Cómo está? —preguntó ella preocupada ignorando su comentario.

Harry sonrió y le señaló el sillón. Hannah inmediatamente se sentó. Harry le relató todo lo que le había dicho Luna, mientras que la rubia lo miraba aterrorizada.

—¡Por Merlín bendito! Te dije que le pasaba algo. ¿Qué vas a hacer? —preguntó Hannah a sabiendas la respuesta.

—Se quedará aquí. Sí, ya lo sé. Tengo complejo de héroe —Hannah soltó una carcajada relajando el ambiente y Harry sonrió cansado. —Sé quién es ella y no he olvidado que intentó entregarme a Voldemort, pero ahora mismo necesita que la protejan, así que llámame imbécil, pero lo haré.

Hannah sonrió, se acercó y le dio un beso en la mejilla.

—No eres un imbécil, Harry. Tienes el corazón más noble que conozco, claro, después del de mi marido.

Harry sonrió.

—Debes descansar, Hannah. Neville me matará si sabe que estas teniendo estos sobresaltos —dijo Harry y cuando Hannah fue a replicar, levantó la mano callándola. —Quédate esta noche. Duerme y relévame en la mañana. Esta noche yo la cuido.

Hannah asintió y aunque quiso replicar, porque Harry se veía muy cansado, sabía que él no le haría caso.

—Mandy —llamó Harry.

La elfa apareció inmediatamente con un "plop".

—Diga amo.

—Asumo que dejaste las pociones en mi habitación —la elfa asintió. —Hannah se quedará esta noche. ¿Puedes ayudarla a que se acomode en una de las habitaciones de huéspedes? —la elfa asintió vehemente y desapareció.

Hannah y Harry se levantaron del sofá, subieron las escaleras hacia las habitaciones hablando de qué pasaría cuando Pansy Parkinson despertara y se encontraba en su casa. Cuando llegaron a una de las habitaciones cerca de la de Harry y abrieron la puerta, Mandy ya la había acondicionado para Hannah. Harry le dio un beso en la mejilla.

—Gracias por estar aquí, Hannah. Descansa.

Hannah sonrió y entró a la habitación. Harry siguió hasta la suya y entró. Inmediatamente vio que la chica seguía dormida y en la mesa de noche estaban las pociones. Se acercó sigilosamente y la observó detenidamente.

—¿Quién te hizo esto, Parkinson? —preguntó en un susurro.

Harry se quedó observándola unos minutos más y luego fue al baño. Necesitaba una ducha para quitarse un poco el cansancio y espabilarse. Sería una noche larga y rogaba a Merlín que ambos sobrevivieran. No le deseaba ningún mal a ella ni mucho menos a su bebé.

—Voy averiguar quién te hizo esto y haré que lo pague. Esto ha sido una cobardía —susurró Harry bajo el chorro de agua tibia. —Es una promesa.

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Nota de autor: Para las que siguen mis historias,no las voy a abandonar por si se lo trabajando en los nuevos capítulos de los otros longfics, así que no se desesperen. Pero este es un regalo y me plació escribirlo. Por cierto, Jess, nada de hacer bullying. Trataré de subir un capítulo semanal. Ya sabes que tengo otros fics, así que tenme paciencia.

Espero que les guste.

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