No se alojan en un hotel.
Defteros puso sus ahorros, pero la elección de su morada vacacional en las nevadas tierras del Monte Parnassus corrió a cuenta de Aspros.
La primera jornada de esquí ha transcurrido sin incidentes aparatosos, salvo todas las caídas de rigor sobre el blanco y frío lienzo que con paciencia conseguirán dominar. Han vivido el primer día de aventuras navideñas, y todavía les quedan algunos más por delante. Hasta el uno de Enero no se despedirán de la nieve y de la nostalgia de unos días duros y tristes, pero que ente todos superarán.
Pese alojarse en un apartamento equipado con todo lo necesario pra no tener que salir de él, la cena la han tomado en la pequeña fonda apostada en la esquina de la calle. El cansancio ya está haciendo mella en las miradas de los cuatro. Y más en Aspros, que aparte del madrugón que han sufrido todos, él ha conducido el trayecto entero, sin interrupción hasta alcanzar su destino.
Y ahora los dos pares de gemelos se hallan sentados alrededor de la mesa del pequeño salón del apartamento que ocupan. Un juego está desplegado ante sus ojos, y el fuego que crepita en la chimenea les acompaña la primera velada fuera de casa. El juego requiere enfrentarse por parejas, así que hoy la elección de compañero se ha dado de manera tan natural como rápida. De momento Saga y Kanon van por delante en el casillero. Parece que Aspros y Defteros han perdido la práctica en las casillas que requieren entenderse a base de ejecutar dibujos sin acompañarse de palabras, y peor les va cuando Aspros debe hacer uso de la mímica.
El mayor de todos nunca ha sido muy ducho en esto de hacerse comprender con graciosos gestos. Se siente ridículo, no puede remediarlo. Defteros lo hace mejor, pero ahora le toca a Aspros, y el mayor suspira frustración cuando lee la targeta que le señala la palabra a descifrar por Defteros: Terremoto.
¿Cómo narices se escenifica un "Terremoto" únicamente con mímica?
Aspro ha palidecido. Sabe que es muy probable que él y su colega de batalla pierdan otra posición. No por la mucha o poca intuición de la que pueda hacer gala Defteros, no. Lo que preocupa al mayor, a quién tampoco le gusta perder, es su propia rigidez a la hora de afrontar la maldita mímica. Con lo feliz que Aspros hubiera estado si le hubieran dejado cargar en el coche el Monopoly...pero no. El mayor se ha hallado solo ante dicha proposición, y por su infortunio, éste ha sido el único juego que ha quedado en casa. En el coche han subido cartas, el Parchís, dados, el Uno...y el fatídico Party, el cuál combina preguntas de cultura general, tabú, dibujo y mímica.
Mímica y "Terremoto" no calzan muy bien, al menos no en el carácter serio y sobrio del mayor. Así que Aspros vuelve a inspirar profundamente, se alza de la silla y muestra con resignación la targeta al equipo contrario. Saga y Kanon estallan en carcajadas que anticipan el mal rato que se le viene encima a Aspros, quién estampa la targeta sobre la mesa, boca abajo para que Defteros no pueda obtener ninguna idea sobre la palabra que en breve deberá desvelar. O intentarlo.
- ¡Tú puedes, Aspros!
Kanon lo suelta riéndose con ganas. Sabe lo mal que se le da ésto a su hermano mayor. Lo sabe tan bien como que él y Saga ampliarán su ventaja una vez se agote el minuto del reloj de arena, que espera ser dado vuelta entre las manos de su gemelo.
- ¡No le des vuelta aún, Saga! - ruega Aspros, que se pasea pensativo por el poco espacio que le ofrece el salón mientras trata de armarse en la mente los gestos a escenificar.- Puedo hacer sonidos, ¿no?
- ¡Siiiii! - responden los menores al unísono. - Sonidos sí, pero nada de palabras - le recuerda Saga, aguantándose la risa como puede.
- ¡Arranca ya, Aspros! - le pide Defteros, revolviéndose ansioso sobre su asiento mientras esconde las manos dentro de las cálidas mangas del jersei de lana que le cubre, haciendo de sus puños un par de muñones.
- ¡Espera que piense, Def! - se desespera el mayor, que permanece falto de ideas interpretativas.
- ¡Tiempo!
Saga ha dado vuelta al reloj de arena, y el minuto comienza a escurrirse más rápido de lo que debería. O al menos éso se le antoja a Aspros, que siente opresión en su pecho y empieza a moverse sin sentido ni iluminación. Primero agarra de los hombros a Saga y le zarandea hasta casi desencajarlo. Desde que leyó la targeta, Kanon no puede detener su risa, y viendo la ineptitud de Aspros como actor de mimo, Saga se une a él en sus carcajadas mientras trata de reacomodarse el polar que Aspros casi le arranca. Los ojos de Defteros se han abierto como platos, evidenciando que no comprende nada, y sólo puede hacer una cosa...
Decir lo primero que se le ocurra.
- ¿Tiritar...? - Aspros niega con la cabeza, desesperado. Los menores niegan con su voz, divertidos.- ¡Pues sigue! - Unos indescriptibles sonidos emergen de los labios de Aspros al tiempo que lleva sus manos hacia el techo y las agita sin saber muy bien por qué.- ¿Llover...Granizo...? - Aspros vuelve a negar, gruñe, se lleva ambas manos a asir sus cabellos. Y se desespera todavía más cuando ve que medio minuto ya ha desaparecido sin misericordia. Saga y Kanon están al borde de las lágrimas, siendo éstas, por primera vez en meses, de alegría. El mayor avanza hacia el sofá y comienza a tirar al suelo todo lo que hay encima de él. Cojines, algún anorac, guantes y gorros catan el cálido parquet, y Defteros está cada vez más perplejo.- ¿Tirar...cosas? - Aspros niega enérgicamente, sacude su cabeza y levanta la mirada apremiante, aunque codificada bajo una red de greñas inusual en él. Kanon golpea la mesa con un puño mientras no puede detener su desatada risa, y Saga se balancea hacia atrás sobre su silla, dejándola haciendo equilibrios sobre las patas traseras mientras se abraza el estómago con fuerza. El tiempo se agota, Defteros no da una y a Aspros se le ocurre la última opción: se arrodilla, gatea bajo la mesa y se posiciona echo un ovillo sintiéndose sumamente ridículo e inepto en ésto de la mímica. Los gemelos menores no pueden más, y cuando Aspros ladea su cubierto rostro observando sólo piernas a su alrededor, se topa con la intrigada mirada de Defteros, agachada hacia las sombras de la mesa.- ¿Esconderse...?
- ¡Tiempo! - Exclama Saga, secándose las lágrimas que le ha arrancado la actuación de Aspros.- ¡Habéis perdido! ¡Otra vez!
- ¡Nos toca! - se apresura a informar Kanon, que ya que ha echo con los dados para avanzar posiciones en el tablero.
- ¡¿Pero qué era?!
- "Terremoto" Def..."Terremoto"...- le informa Aspros, todo enfurruñado y avergonzado una vez consigue emerger de las bajezas de la mesa.
- ¡¿"Terremoto"?! - ahora Defteros aún comprende menos la escenificación llevada a cabo por su gemelo, y le mira con interrogantes plantados en sus pupilas.- ¿Y éso de tirar las cosas del sofá? ¿zarandear a Saga?
- ¡Al final me he puesto debajo de la mesa!
- ¡De ésto se dice "Esconderse" o "Escondite"!
- ¡Es lo que se hace cuando hay un terremoto, ¿no?! ¡Tonto tú de no haber caído!
- Nos toca...- insiste Kanon con cantinela, tirando los dados sobre la mesa.
Saga avanza su peón cinco posiciones, y caen en zona de pregunta de cultura general. Defteros sonríe creyendo que aquí van a fallar los menores, y Aspros toma asiento a su lado, sintiendo todavía los efectos de su propio enfado. Ahora le toca responder a Kanon, de manera que es Saga quién agarra la targeta, lee la pregunta para sí mismo y la muestra al equipo contrario. Aspros ni la lee, y Defteros se decepciona al ver que Kanon la sabrá. Es de fútbol...así que Kanon la sabrá.
El tiempo es dado vuelta y Saga lee la pregunta en voz alta, asumiendo otra saludable porción de ventaja en el tablero.
- ¿Qué jugador de fútbol fue galardonado con su primer Balón de Oro en el año 2009?
- ¡Leo Messi!
Ni ha sido necesario que Saga nombrara las opciones. La respuesta estaba clara para ambos, así que siguen avanzando. En cambio, Aspros y Defteros permanecerán anclados en la casilla de la mímica hasta que no la superen, y ahora le toca a Defteros hacerse cargo de la muda actuación. Aunque su morena tez pierde fulgor cuando lee en silencio la palabra a representar. No sabe si es una broma del destino o un empujón definitivo hacia él, pero se siente atrapado. Quiere cambiarla, alegando que ha salido repetida, pero Saga, que controla la baraja de tarjetas, sabe que miente.
- No. Lo siento. Te toca ésta.
- ¿A ver? - pregunta Kanon, arrebatándole la tarjeta de las manos para poder leerla y mostrarla a Saga.
Los menores también se incomodan con la acción a representar, y devuelven la cartulina a Defteros, que se niega a tomarla. Ya sabe lo que hay escrito. Y sabe de sobras como representarlo, si es que a éso él puede llamarlo representación.
- Son dos palabras.- Defteros informa a Aspros, dentro de las leyes del juego, que su momento de mímica se define con dos palabras.
- De acuerdo...- Responde el mayor, que ha percibido cierta inesperada tensión en el ambiente.
- Cuando quieras...- Defteros se dirige a Saga, custodio del reloj de arena, y no halla correspondencia en su mirada, la cuál ahora se viste con cierto rubor.
Kanon también ha bajado la vista. Hace un par de meses que se supone que los cuatro han superado esta situación, pero la verdad es que ha seguido siendo un encorsetado tabú que ha frenado un poco la libre evolución de sus vidas.
El reloj es girado, y el minuto empieza su descenso por gentileza de la gravedad.
Aspros aguarda cauto. No le gusta la incomodidad que lee en la mirada que le dedica Defteros, y no entiende por qué dos palabras han ocasionado tanta tensión a su alrededor.
No lo entiende hasta que las manos de Defteros toman su rostro, los labios se juntan sin previo aviso y un "Beso Apasionado" nace entre los dos.
Defteros se estremece ante su propio atrevimiento. Se tensa ante la fractura inminente de su miedo más arraigado, ante el definitivo derrumbe de su mayor veto.
Podría haber durado un segundo. O mejor aún, una fracción de éste. Pero Defteros no se detiene, pese al temblor que Aspros percibe en las manos que toman su rostro. El segundo de los mayores profundiza un beso que lo cura todo, y Aspros le responde.
Claro que le responde...Ni lo duda.
Aunque el corazón del mayor ha comenzado a latir violentamente, y lo apostaría todo a que el de Defteros late al mismo son. El beso dura lo que ambos necesitan prolongar sin tabús ni vergüenza, y cuando el menor de los dos se separa de Aspros para esperar la respuesta a su bache en el tablero, el mayor se alza y le toma de la mano. Le convida a que también se levante y le siga hacia el dormitorio que ambos compartirán.
- Vamos...
- Aspros..no_
- Vamos Def...ven conmigo...Sabes que te necesito. Y sabes que sé que tú también me necesitas...
Y Defteros lo hace. Se rinde. Se alza de la silla y no suelta la mano que jamás se ha alejado de él. Se afianza a ella y a todo lo que en secreto ha representado durante diez años. Pero con una significativa diferencia: hoy lo hace sin esperar ocasiones, momentos ni escenarios adecuados.
Los menores se han quedado paralizados por un rubor que no sienten tan ajeno como propio. Un rubor que también ha permanecido domado y temido dentro de sus pechos durante semanas. Estancado en dudas y temores, entre anhelos y pasiones.
- Antes de iros a dormir recoged la mesa...- advierte Aspros antes de cerrar la puerta de la habitación que compartirá con su gemelo - ...Como si estuviéramos en casa...
"Como si estuviéramos en casa..."
No hace falta que Aspros les aclare nada más.
Antes que nada, mil disculpas por haber pretendido cerrar el fic cuando no debía. Pero a veces uno actúa bajo impulsos inadecuados. Releyendo el fic sentí que no debía acabarse de esa forma tan abrupta, así que espero poder compensar ese precipitado final dando algo más de vida a estos Cuatro hermanos.
Después de los meses que llevaba junto a ellos, sentí que les debía algo más... aunque no sé cuanto más :).
Aclaraciones al capítulo:
Monopoly creo que es un juego conocido en todo el mundo. El Uno es de cartas y el Party combina diferentes estilos de pruebas. La palabra "Terremoto" y su posterior ejecución está basada en un hecho real :).
Gracias por vuestra comprensión, y espero poder compensar las consecuencias que un bloqueo particular ocasionó en esta historia.