Disclaimer: Corazón de Melón no me pertenece, todo es creación de Chinomiko y Beemoov.

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Almas de Niños

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"Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría "te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes"

Gabriel García Márquez

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Había sido un día muy largo y demasiado extraño, aún para los estándares del Sweet Amoris y estaba bastante cansado, la mayoría de las personas tomarían una ducha caliente y se irían directo a la cama sin pensárselo más, pero él no, él no era lo que se dice común, sus formas de relajarse eran diferentes a las de los demás y por sobre todas las cosas tenía que actuar de enfermero.

El cuarto entero estaba sumido en una profunda oscuridad exceptuando la tenue luz que emanaba la PSP y la de las farolas de la calle que se colaban tímidamente por la cortina, Armin despegó su vista del videojuego y la centró en la chica que dormitaba en la cama.

La poca luz iluminaba sus pestañas dándole un aspecto cobrizo, el cabello corto y rojizo estaba desparramado entre la almohada y sus hombros, la sabana delineaba las delgadas curvas que se acentuaban por la posición semifetal y el rostro redondeado exudaba tranquilidad.

Sucrette descansaba tranquila y Armin era su niñero.

El moreno apago la PSP y la colocó en la mesita de noche, soltó un suspiro y se puso a recordar las palabras de su hermano. Alexy no se había hartado de tacharlo todo el día de infantil y de recordarle que si no se centraba en cosas más importantes, perdería todo lo que quería.

Y con cosas más importantes su querido y desesperante gemelo se refería a Sucrette, si bien él sabía que no era el novio perfecto que cualquier chica deseaba –no era el prototipo musculoso, alto, romántico, de ojos encantadores y sonrisa deslumbrante- Su había aceptado estar con él por alguna extraña razón que desconocía y que a decir verdad no estaba del todo seguro querer saber.

"Ambos son como niños pequeños, se centran en otras cosas, menos en lo que les importa a ustedes mismos" eso es lo que había dicho Rosalya antes cambiar de ropa a Su, ponerle su piyama y salir como un torbellino rumbo al hospital. "No soy quien para decirles cómo llevar su relación, pero si siguen fingiendo que no es nada importante entonces realmente se convertirá en eso"

Ojalá eso de cómo manejar las relaciones sentimentales viniera en guías como las que muchas personas subían a internet para aumentar de nivel en los videojuegos. O mínimo un tutorial, eso salvaría el cuello de muchos y reduciría el consumo de aspirinas.

Después del accidente de Lysandro –a pesar de que lo habían llevado de inmediato al hospital y este ya se estaba recuperando de manera favorable- Su se había mostrado bastante taciturna y apagada, todos lo había notado e intentaban animarla de alguna forma, Armin intentaba comprender que por presenciar todo el macabro espectáculo estuviera experimentando una especie de shock, pero aun así no podía evitar ponerse celoso.

"Si, ya comprendí y recuerda que ya lo vi. Se besaron, pero acaso ¿ya le pediste que fuera tu novia de manera formal? ¿Ya se lo preguntaste tal cual? ¿O mínimo ya le dijiste que la quieres?" Alexy podía ser encantador o un dolor en el trasero cuando se lo proponía, y en cualquier momento que estaban a solas, ya fuera en la casa o en la escuela, le llenaba la cabeza con cosas que antes jamás habían cruzado por su mente.

Esa mañana Su había llegado al instituto con unas ojeras que cualquier zombie envidiaría y bastante más alegre de lo usual, a decir verdad parecía como si se hubiera drogado, después entre él, su hermano y Rosalya pudieron descifrar que Su había tenido un accidente con el gas de la risa que su tía utilizaba en su consultorio dental, lo que le había otorgado una lengua larga y una desfachatez que hasta el mismo Castiel consideraba excesiva pero bastante divertida -¡Hey, todos! ¿Han pensado que si hubiera un concurso de tetas, Kim arrasaría con todos los premios? Aunque quizá Doña Delany le haga la competencia- así que para salvar su dignidad y su cuello decidieron llevarla temprano a casa.

Otro problema se presentó cuando Su balbuceó que esa noche estaría sola ya que sus padres y su tía estarían en una convención de no sé qué cosa, Rosalya tenía que irse para estar en el hospital por lo cual solo la cambio de ropa y la dejo al cuidado de los gemelos, con algo de preocupación le pidió a Alexy que no la dejaran sola por ningún motivo.

Luego todo se tornó demasiado extraño, Su parecía una niñita hiperactiva y adorable enseñándoles su casa como si fuera un museo de arte, les mostró todos los álbumes de fotografías que tenía –Alexy se quedó con una cuantas donde salía Kentin-, intentó cocinar para ellos –obviamente no la dejaron, no querían que hiciera explotar la cocina o que ellos murieran por intoxicación por lo que ella pudiera crear- y después de discutir para decidir si compraban sushi o pizza, a Sucrette le salió su lado artístico y se puso a cantar a todo pulmón un montón de canciones cursis, cuando se cansó se tiró en el sillón de la sala y los puso al tanto de todas sus inquietudes sobre el mundo y el alumnado del Sweet Amoris, unas más perturbadoras que otras.

-¿No creen que Nathaniel es ninja? Quizá no vista de negro, pero siempre que lo buscó tardo horrores en encontrarlo, piénsenlo bien, tiene sentido, además eso explicaría porque tiene los músculos de la espalda y los brazos tan marcados- antes de que Armin pudiera protestar la chica siguió con su perorata- Y el otro día busque por internet y para conseguir el tono de rojo que usa Castiel ¡primero tiene que tintárselo de rosa! ¡Me encantaría verlo así!

Alexy soltó una carcajada pero Armin siguió de mal humor todo el resto de la tarde, y es que ¡¿Por qué tenía que mencionar al delegado?!

Armin lo sabía, el rubio no le había dicho nunca nada, pero él lo podía notar.

A Nathaniel le gustaba Sucrette.

(Sucrette parecía ser un imán para los rubios, primero el surfista cabeza de troll y luego Nathaniel. Le compraría un repelente para rubitos)

Y eso lo asustaba y lo enojaba a partes iguales, era un sentimiento muy extraño.

Hace algunos meses había formado amistad con él por insistencia de la misma Su, y poco a poco, compartiendo libros, videojuegos y series fueron tratando más, compartiendo gustos, platicas triviales y tonterías casuales.

Pero lo había notado.

La forma en que disimuladamente la miraba durante las clases, la manera en que le sonreía con suavidad, el interés que mostraba en ayudarla con los problemas que siguieran a la chica, la forma en que la protegía, lo podía reconocer porque era lo mismo que él hacía.

¿Cómo reaccionaría Nathaniel cuando se enterara de lo que había entre él y Su? ¿Cómo se tomaría Su los sentimientos de Nathaniel?

Sucrette se revolvió entre las cobijas y se despertó atontada, viendo su habitación como si no la conociera, Armin salió de sus pensamientos y esbozó una sonrisa cansada.

-Hey dormilona, ¿Cómo estás?

-¿Armin? ¿Q-Qué haces aquí?- preguntó avergonzada cubriéndose con las sabanas hasta el cuello.

-Ehh, ¿qué clase de saludo es ese?- cuestionó bromeando al ver como las mejillas de la chica se ponían rojas- ¿Ya te sientes mejor? ¿Recuerdas que fue lo que paso?

-S-solo recuerdo que dije cosas estúpidas por culpa del gas de la risa, ¡oh por dios, qué vergüenza!-dijo ocultando su rostro en las cobijas.

El pelinegro se rio divertido ante la reacción de la muchacha.

-Tranquila, no estuvo tan mal, hasta cierto punto fue divertido.

Sucrette lo fulminó juguetonamente con sus bonitos ojos verdes y después pareció pensar en otra cosa.

-¿Qué hora es? ¿Qué haces aquí? No quiero ser grosera, en verdad agradezco que tú y Alexy me cuidaran, pero ¿no tendrán problemas en su casa por estar aquí?

-Te preocupas demasiado, Alexy le habló a mamá para decirle que íbamos a quedarnos a dormir en casa de Kentin, y él acepto cubrirnos, así que sin problemas- dijo con una sonrisita traviesa.

-¿Y Alexy?

-Roncando en tu sofá.

-¿Y tú? ¿No has dormido?

Se encogió de hombros sin darle mayor importancia.

-No, el mundo de pokemon me ha absorbido.

Sucrette pareció dudar un poco antes de hablar.

-¿Quieres dormir conmigo?

-¿Q-qué?

-S-solo es una sugerencia, tu puedes quedarte en mi cuarto y yo p-puedo quedarme en la recamara de mis padres- dijo bajando la mirada con las orejas sulfuradas para después tomar una almohada y dirigirse a la puerta.

Armin la detuvo de la muñeca antes de que lograra acercarse a la salida, enrolló sus brazos en la estrecha cintura y con una carcajada se lanzó de un clavado al colchón. Sucrette hundió su rostro en su pecho riendo y el moreno la abrazo con más fuerza, no quería que ella viera su sonrojo.

-Últimamente no he podida dormir, he tenido la misma pesadilla- confesó la chica, aunque su voz le llegaba un poco amortiguada por el abrazo.

-¿Qué es lo que sueñas?

-Es más bien un recuerdo, o algo así. Veo lo que le paso a Lysandro, pero en vez de él… eres tú- reveló en un susurró inaudible.

Sucrette lo taladró con sus ojos verdes llorosos y Armin sintió como si le estrujaran el corazón, no sabía cómo reaccionar ante situaciones así.

-Te aseguro que yo si se mirar antes de cruzar la calle.

La chica soltó una risita nerviosa y lo beso, aquello lo sorprendió ya que ella nunca había tomado la iniciativa, pero no iba a rechazar algo que él también quería hacer, incluso se aventuró a posar sus labios en su cuello y a dar besitos y pequeñas mordidas, Su soltó un gemido estrangulado que le erizó toda la piel, en ese momento decidió que ese era su sonido favorito y por mucho que la cancioncita de Mario Bros, con ímpetu la acercó más a su cuerpo, como si quisiera fusionarlos y le agradeció mentalmente a Rosalya por ponerle esa playerita de tirantes.

-Su- la llamó de manera cariñosa, besando el desordenado cabello.

-¿Si?- ella a su vez se escondió en sus pectorales, acariciándolos suavemente sobre su playera.

-Te quiero.

Sucrette alzó la mirada sorprendida y con las mejillas como fosforitos.

-Ya lo sé- contestó con una sonrisa entre divertida y maliciosa.

-¿Ya lo sé? ¿Quién eres tú? ¿Han Solo?

Ella volvió a reír y antes de que pudiera protestar por su falta de tacto lo beso con fuerza, incitando a su lengua a juguetear con la suya. Cuando se separaron ambos no tenían aliento.

-Vale, pues no me importa, por ti puedo ser Boba Fett, cruzaré el universo por ti.

-Esa es la amenaza más linda que me han hecho- dijo dándole un besito en las clavículas.

-¡Como sigas así ya no intentaré ser romántico!

Su soltó una carcajada.

-Armin…

-¿Qué?

-Yo también te quiero.

Y con eso en la mente los ojos azules de Armin se cerraron.

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Alexy despertó con un dolor de espalda horrible, vio el reloj y apenas eran las siete de la mañana, detestaba despertarse temprano los sábados por la costumbre de ir a la escuela. Con cuidado abrió la puerta del cuarto de su amiga y la imagen que encontró lo sorprendió un poco.

Sucrette estaba hecha bolita en la esquina de la cama y su hermano la sostenía con firmeza por las caderas, sus piernas estaban enrolladas y él tenía la posesión total de las cobijas. Era cierto de que los dos aún tenían varios rasgos infantiles en sus personalidades, pero Alexy creía que juntos podían crecer para mejorar en todos los aspectos.

Además adoraba la idea de tener a Su de cuñada.

-Hey tortolitos- canturreó divertido despertándolos- Espero que no piensen darme un sobrinito tan pronto, ¡Aún tienes que presentársela formalmente a nuestros padres, Armin!

Sucrette soltó un gritito avergonzado y su gemelo le arrojó un peluche con todas sus fuerzas.

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8 de mayo de 2016. 10:35 pm.

Pues nada, mi primera incursión en este fandom y la verdad es que me he enamorado totalmente de Armin, y luego le sigue Nathaniel, cuando vi las imágenes del capítulo 30 a mí solo me interesaba saber si nos habíamos reconciliado con nuestro chico y me dijeron que era una cabrona insensible xD Aunque si he de decir que adore la aparición de Dake, maldito rubio, lo amo xD

Lo que aún me sigue preocupando es, ¿Cómo van a reaccionar los demás chicos cuando se enteren del romance oculto? :o

En fin, nos leemos.

¿Review?