Hola, después de mil años de no escribir… vengo con este fanfic que hice para la GF2016, espero que sea de su agrado, y para las chicas que aún se acuerdan de mí y de mi fic Marcados por el destino, quiero que sepan que si lo voy a continuar, lo que pasa es que mi trabajo me absorbe mucho. Mil gracias por su paciencia.

Dedico este fanfic a mi grupo Legión Andrew por toda su ayuda y participación en la GF2016

CandyFann, Kitten Andrew, Andley´s Babe, Liovana, Saray, Sahra Mc Cartney, Farii Andrew, Ishy, mil gracias chicas por ser Legionarias.

Disclaimer: los personales de Candy Candy no me pertenecen, pertenecen a Kyoko Mizuki y Yumiko Igarashi, este fanfic es de entretenimiento sin fines de lucro.

Apostando Al Destino – Por Chiquita Andrew

Capítulo 1.- El peor de los tiempos

Estimado Sr. Andrew

El motivo del presente es por el atraso de mensualidades que presenta su crédito hipotecario. Lo hemos invitado a regularizar los meses vencidos de su crédito, y es evidente que no tiene intenciones de hacerlo. En virtud de lo anterior, PROCEDEMOS A LA CANCELACION DE SU CREDITO Y A SOLICITAR ACCIONES DE DESALOJO DE LA VIVIENDA.

Tiene quince días para cubrir el pago total de las mensualidades vencidas o desalojar la vivienda por completo, no aceptamos más promesas incumplidas. Lo podemos ayudar económicamente con el servicio de mudanza.

Atentamente:

Despacho de cobranza Legan & Asociados.

-¡Demonios! Cada vez que abro el correo son sólo cuentas y cuentas por pagar… ya no solamente es el agua, el gas y la luz vencida… ahora también la hipoteca de la casa… ¡La casa que me dejó mi madre! ¿Qué voy a hacer madre?… ¡te he fallado totalmente! No puedo ser capaz de mantener una casa y a mi sobrino…

William Albert Andrew, es un rubio sumamente atractivo que, a pesar de su juventud cargaba sobre sus hombros una carga enorme que pocos conocían.

Después de perder a su madre y a su hermana en un accidente, el joven decidió hacerse cargo de su sobrino, para que este no terminara en un orfanato de mala muerte. Trabajaba duro para que su sobrino tuviera una buena educación, comida en la mesa y un techo dónde cobijarse cada noche… pero ahora todo eso estaba en duda.

La empresa donde trabajaba estaba en una terrible crisis económica; el trabajo era poco y el salario que percibía se iba entre el colegio de Anthony y las muchas deudas que tenía pendiente.

El rubio siempre era tan optimista ante su situación. No era rico pero era feliz viviendo son su sobrino Anthony, pero últimamente sentía que el universo conspiraba en su contra.

-¡Dios…! ¿Cómo fue que llegue a este punto en mi vida? Siempre traté de administrar bien mi salario, nunca me he dado lujos, pero desde aquella enfermedad tan terrible que padeció Anthony… gasté todos mis ahorros.

Con la mirada cabizbaja el rubio caminó hacia la mesa de centro de su pequeña sala, tomando un portarretrato donde se encontraba una foto especial para él… era Anthony después de haber salido del hospital. Con el dedo índice recorrió el borde, quitando un poco de polvo del marco y suspiró.

-Todo valió la pena pequeño Anthony, aún recuerdo tu sonrisa al salir del hospital. Sé que mi hermana y mi madre estarán orgullosas de nosotros.

El joven, absorto en sus pensamientos, no se percató que su mejor amigo había entrado a la casa.

-¡Eh Albert! ¡Despierta!

-¡Eh! Ah, hola Stear no te escuché llegar – dijo el rubio aun divagando en sus pensamientos.

Stear Cornwell, un chico apuesto e inteligente, era el mejor amigo de Albert desde que tenían diez años. Albert lo salvó de una pelea en el colegio; los chicos no querían a Stear porque decían que era un nerd, así que el pequeño rubio enfrentó a los chicos dándoles una paliza. Los dos fueron castigados por dos semanas a quedarse después de las clases por haber "peleado" en el colegio y fue donde ellos se hicieron grandes amigos. La diferencia de clases sociales no impidió que los chicos llevaran una verdadera amistad.

Stear conocía muy bien a su amigo y sabía que algo no iba bien, ya que el rostro de Albert denotaba tensión.

-Albert… ¿Qué pasa? ¿Anthony se volvió a enfermar? – preguntó asustado.

-¡No! Anthony está bien, él se fue a un viaje escolar – dijo ahogando sus pensamientos en un suspiro – Es sólo esto… lo que me tiene así – extendió su brazo y le mostró a Stear la carta de notificación de desalojo.

-¡Albert…! Amigo, lo siento tanto... pero tú sabes que… puedo…

-¡No Stear! Ya te dije que no aceptaré tu dinero… yo me las arreglaré con esto.

-Albert, no seas tonto. No te estoy regalando el dinero, simplemente quiero ayudarte – el chico dio unos pasos y tomó al rubio por los hombros. – Te conozco desde hace dieciocho años Albert y jamás has aceptado mi ayuda económica, no seas orgulloso hermano. Yo puedo darte el dinero de la hipoteca o acaso ¿ya has pensado que le dirás a Anthony cuando tengas que mudarte?

-Anthony no se enterará de nada, y agradezco mucho tu ayuda Stear. Y si no he aceptado tu ayuda es porque mi amistad es sincera desde que eras un nerd – dijo mordiéndose los labios para no reírse mientras Stear lo fulminaba con la mirada. – En verdad Stear, tengo dos semanas antes de la mudanza, yo tengo que encontrar la forma de salir de esto.

-Albert… no quiero ofenderte hermano, pero la empresa donde trabajas casi está en quiebra. No creo que ningún banco te de un préstamo ya que tienes muchas deudas y un sobrino que mantener. Te he ofrecido trabajo en mi empresa, mi padre hizo lo mismo, es más… mi tonto hermano quiere que trabajes para él. ¿Por qué no aceptas nuestra ayuda?

-Stear, yo quiero a tu familia como si fuera mía, en especial a tu madre y sus deliciosos postres que hace. Ustedes y Anthony son mi familia, sé que me quieren ayudar porque me aprecian en verdad. Y eso para mí es muy valioso. Sólo dame dos semanas Stear, quiero salir de esto con mi esfuerzo, quiero que Anthony se sienta orgulloso de mi, y si en dos semanas no puedo hacer nada entonces si aceptaré tu ayuda…

-¡Eso es todo hermano! – exclamó con euforia el moreno.

-Pero… solo será un préstamo. Te pagaré hasta el último centavo que me prestes – recalcó con firmeza el rubio.

-¡Si, si, lo que tú digas hermano! ¡Pero ya quita esa cara de papa que tienes, ya te pareces a Neal! – dijo Stear burlándose de su amigo

-¡Pues el despacho de Neal es quien me mandó la orden de desalojo! – espetó el rubio poniendo los ojos en blanco.

-¡Vaya! Ese Neal siempre ha sido un usurero, no me sorprendería que sus intereses fueran tan enormes…

-Ya ni me digas, llevo años pagando y no le veo fin… - asumió con tristeza.

-Albert, sufres porque quieres. Ya te hubieras ligado a Elisa y todos tus problemas financieros desaparecerían – dijo en tono de burla.

-¡Muy gracioso Stear! – le reprochó al moreno fulminándolo con la mirada – Tu sabes que las mujeres como… Elisa, no me interesan.

-¡Es broma hermano! Ya sé que Elisa no es tu tipo, pero se me hizo muy gracioso que quisiera comprarte con sus regalos carísimos. Ella sigue obsesionada contigo desde la secundaria.

-¡Ni lo menciones! Sigo alucinando a tu primita… -dijo rodando los ojos

-Ja, ja, ja, ja ¡Extraño tantos esos años!

-Sí, extrañas ser el nerd multimillonario cuatro ojos que todos molestaban – refutó muy divertido el rubio.

-¡Te falto extremadamente inteligente, apuesto y elegante! – recalcó el moreno seguro de sí mismo.

-¡Si, si! Esos atributos solo Patty los vio en ti, creo que a ella le falta más graduación en sus anteojos. – dijo muy divertido.

-Ja, ja, ja, ¡tonto! Deja que Patty te escuche y te golpeará, por ofender a su apuesto novio.

-¡No lo dudo, mejor que no se entere!

-Por tu bien, espero que no.

-Oye, en un par de días será su cumpleaños, ¿verdad?

-Sí, y a eso he venido. Patty me pidió que te viniera a invitar personalmente a su fiesta de cumpleaños. Ella anda en un congreso y estará muy ocupada. Pero quiere que estés presente.

-¡Claro que sí! ¡No puedo perderme el cumpleaños de tu novia! ¡No me lo perdería por nada del mundo!

-¡Excelente! Entonces prepara tu maleta…

-¿Maleta?

-Sí, ¡Porque mañana nos vamos a Las Vegas!

-¡LAS VEGAS...!

Continuara…