N/A: Un One-Shot pequeñito para una pareja que me gusta mucho.

Disclaimer: Los personajes de Avengers no me pertenecen, ellos son de Marvel y Stan Lee.


Capitulo Único: Mimos.


No es como si Pietro estuviese acostumbrado. Como si el sentir recorrer de la yemas de los dedos ejenos en su cuero cabelludo fuera algo de su día a día, después de todo estuvo la mayor parte de su vida encerrado en un laboratorio y Wanda rara vez era quien lo reconfortaba con abrazos a media noche, cuando las pesadillas le eran verdaderamente insoportables y no podía hacer nada contra ellos. Solo respirar profundo y esperar a que estos se fueran tan rápidos como llegaban.

Por lo cual, no es culpa suya cuando rehuye al momento en que Barton acaricia con cierta ternura su cabello a la hora de ver Frozen con los niños en la sala de su departamento en Nueva York. Pietro quiere creer que fue un acto inconsciente y que en realidad aquel mimo iba hacia su hija y no para él.

Pero todo queda aclarado cuando Clint lo ve con pesar, disimulando tal expresión riendo ante una escena de la película. Sus hijos se carcajean llenando la sala como música y el mutante se siente ligeramente diminuto ante ello, su risa no suena así de natural a pesar de que a los niños -y a Clint, se recuerda- les cause gracia y no tuvieran ningún problema con seguirles el juego.

Pietro suspira. No sabe que hacer, nunca le tocó vivir hacer algo así y no quiere hacer sentir rechazado al espía. Por que fue inconsciente su acto, no había querido alejarse de su toque apropósito. Pero Clint no parece darse cuenta de aquello y sigue mirando la televisión.

Aun con el corazón latiendole uniforme en el pecho, Pietro exhala con nerviosismo y nuevamente posa su vista en la película animada. Las manos sudandoles y la vergüenza a flor de piel no parece notarla nadie, cosa que agradece.

Clint, al otro extremo del sillón viejo, vuelve acomodar su brazo sobre el respaldo y su muñeca queda inerte cerca suyo. Los niños son muy pequeños aun y sus cabezas inclinadas hacia adelante quedan muy lejos del toque de su padre. La mente del velocista trabaja a cien por segundo y las dudas hacen que sus ojos brillantes queden fijos en aquella mano cayosa por el arco y su peligroso trabajo.

¿Porqué no?, se dice.

Pietro reúne valor. Hincha su pecho de coraje y retiene el aire en sus pulmones antes de dejar caer su cabeza sobre la mano de Barton. Y por sólo un segundo, cuando siente la cálida palma del arquero sobre sus cabellos, se permite avergonzarse por aquel acto estúpido y tremendamente cursi, muy fuera de lugar. Pero todo queda olvidado cuando Barton ríe por lo bajito y acompaña aquel gesto moviendo sus dedos para enredarlos entre los largos mechones blancos.

El movimiento es suave y gentil, un mimo inocente que hace a Pietro suspirar sin que pudiese evitarlo. Clint se inclina hacia él, solo un poco, y Pietro hace lo mismo. La caricia no se detiene en ningún momento, la película avanza y los niños no prestan atención a nada más.

A poco de terminar Frozen, Clint le besa la mejilla para luego acariciar su hombro. Suave y sin prisa. Luego, simplemente les hace saber a sus hijos de la hora y como deberían ya estar en la cama.

Pietro no comenta nada burlón está vez, aun perdido por lo que acababa de suceder.

Él había oído hablar de los mimos y las caricias inocentes, pero nunca hubiese creído poder ser adicto a ellas.

-Todo es culpa tuya, viejo -piensa Pietro con cierta acidez- Más te vale hacerte cargo de lo que tu mismo has provocado...


N/A: Eso es todo ¿Gusto?

¿Caramelos?

¿Abrazos?

¿Tomatazos?

¡Todo vale!