¡Hola! Este es un fanfic AU. Es algo confuso.
No es propiamente Reylo, porque no lo es. Esto es Daiver.
Sip. Daisy Ridley y Adam Driver because of reasons y tenía muchos deseos de emprender esta nueva locura.
Sin más se los dejo. Como siempre, al contener situaciones adultas está rankeado como M.
Agradezco especialmente al Grupo Reylo Fans de Facebook por apoyar cualquier locura que se me ocurre y por supuesto, gracias SanNanKnight por tus aportaciones cuando te comenté de esta idea.
Disfrútenlo.
:::
:::
"I've got to let you know... You're one of my kind..."
:::
:::
Me embriagó el suave aroma de su piel cosquilleando en mi nariz, pugnando por entrar en mí con la furia de un huracán.
J.J. daba las últimas indicaciones para la escena y yo trataba en vano de concentrarme mientras Daisy desviaba la vista despistadamente. Los maquillistas ponían en orden toda su parte del set en tanto los animadores, detrás de las pantallas y consolas, daban los últimos toques a las pistas y a los escenarios que aparecerían en la sala de edición.
Estar debajo de tanta ropa era muy complicado, pero no era más difícil que estar corriendo en el desierto con un rifle y un uniforme militar o cayendo de una bicicleta rompiéndose el esternón.
El recuerdo intentó hacerme sonreír, pero disimulé.
A veces Daisy me hacía muy difíciles las cosas, mientras intentaba distraerse hablando con John o con Oscar en el set. No podía soportarlo. Ambos son compañeros de trabajo; John es Finn en la película y también es un íntimo amigo de Daisy. A Óscar no he dejado de verlo en ningún set desde que comencé a actuar en 2009 y nos hemos hecho amigos. Incluso ha cenado con Joanne y conmigo en casa y fuimos a la premiere de ExMachina encubiertos con Domnhall.
Pero ver a Daisy tan desenvuelta siempre, tan vivaz y alegre hablando con todos, me enerva.
No es que debiera ser así. Daisy es libre. Yo soy un actor, estoy casado y tengo una vida de casado.
Joanne y yo tenemos relativamente poco tiempo como un matrimonio y puedo decir en su favor que ha sido una excelente y comprensiva esposa, aún a sabiendas de que Daisy es algo más que una compañera. Pero Joanne se niega a deshacer la sociedad que creamos en favor de los soldados y creo fielmente en que el proyecto debe continuar en pro de éstos al menos. De cualquier manera, Joanne y yo apenas si pasamos dos meses de un año juntos y sería un desastre emprender un divorcio que nos llevaría al menos un año para consumar.
Mis contratos están apenas llevándose a cabo y los siguientes dos años están cubiertos. Una vez terminen todos, entonces puedo tomar decisiones.
Daisy me obliga a llamarla "Izz", un diminutivo de su tercer nombre. No me gusta tanto como el primero, pero es la única forma en que podemos encubrir nuestras salidas, los registros en los hoteles o las rentas de autos para vernos lejos de los sets.
Filmaremos las escenas en el set de la base Starkiller y he estado entrenando arduamente para que parezca que al menos sé luchar con una espada. No es lo mismo saber usar un rifle a saber usar una lanza o una espada, el control del cuerpo es distinto y el centro de gravedad también cambia. Aunado a eso, habrá nieve artificial y debemos hacer juntos la escena, sin opción a filmarla por separado.
J.J. parece incómodo después de haber tenido que sacarnos de la última fiesta en Beverly Drive. Esas fiestas son de lo más fastidioso que tengo que hacer y si por mí fuera, tomaría anticongelante antes que pasar por ellas. Pero Joanne dice que para mi carrera es lo mejor – A la mención de Joanne, Daisy solía entornar la mirada, con molestia – y aunque a Daisy tampoco parecen gustarle, en ese aspecto es mucho mejor actriz que yo y fue capaz de pasar frente a Taylor Swift sonriendo, haciéndole creer que le importaba un cuerno que la criticara porque no llevaba el corte de la temporada o el vestido del diseñador que todas llevan.
Esa noche, fue Daisy quien llamó a J.J. diciéndole que yo había bebido y no había nadie que la llevase de regreso a su hotel. Ambos teníamos que estar a las 3 de la madrugada en el set de filmación para la escena de la nieve. Cuando J.J. llegó y después de más de quince minutos saludando a los presentes, de inmediato hizo una señal a Daisy y ésta salió con él. Dos minutos después salí sin mirar a nadie y J.J. ya me esperaba en una camioneta Hummer. Era la que Óscar usaba para llegar al set.
- Ustedes están dementes. ¿Cómo se les ocurrió venir a una fiesta de Gigi Hadid?
- Necesitaba hablar con Adam, J.J., Joanne me llamó y está amenazando con decir todo si Adam no cumple con lo que acordó con ella y… - La interrumpí.
- Le dejé claro a Joanne que las cosas se harán como se acordaron. Cuando empezamos los tratos para The Force, yo no sabía que iba a casarme. No fue algo planeado. Y no conocía a Daisy – Ésta miraba por la ventana, con ese gesto serio que tenía cuando estaba molesta. Su nariz pequeña y respingada de perfecto perfil sobresalía a las luces que entraban por el cristal y su cabello castaño remarcaba su barbilla fina. No se notaban los hoyuelos en sus mejillas, y por eso su piel lucía mucho más lisa. Parecía una estatua de gesto severo recortada contra el cielo nocturno. En un gesto inexplicable, frente a J.J., le tomé la mano. El chofer permaneció en silencio todo el camino. Y J.J. definitivamente se molestó con ambos.
- ¡Estaban frente a Taylor Swift y todas sus amiguitas parlanchinas y estúpidas! ¿No hicieron nada que los delatara, o sí? – su voz denotaba mucha frustración.
- Obviamente no, J.J. Estuve hablando un rato con Cara Delevigne y luego me topé a Kendall Jenner, eso fueron otros cuarenta minutos de parloteo sobre su última pasarela en Paris. Me dio el número de su madre si es que quiero que me organice algo similar – Lo dijo sin el menor interés – Por supuesto no tengo problema siempre que no me vea como Kylie – y rebuscó en su celular algo que no encontraba – Con quien deberías hablar es con Adam. Jamás cruza palabras con nadie.
- ¡Eso es porque esas personas no me interesan en lo absoluto! – Exploté – La razón por la que vine, ya la conoces. Si quieres continuar con esto, entiende de una vez… ¡Odio estar expuesto en público, odio estas pretenciosas fiestas y las caras plásticas e idiotas de todos en Hollywood y odio más aún oír por tres horas las intolerables canciones de Taylor Swift mientras oigo su risita odiosa y cargante al mismo tiempo! - J.J. me miró fijamente. Explotaba contra Daisy sin razón. Ella no era la que tenía un matrimonio. No era la que tenía que esconderse en realidad.
- Tienen que terminar con esto, Adam. Si Joanne te deja divorciarte, deberías aprovechar la oportunidad – Sabía bien que no lo decía en serio. Divorciarme durante el transcurso de mi contrato comprometía seriamente el éxito de la película y eso sencillamente no era una opción.
- Me divorciaré de Joanne una vez que mi contrato contigo se acabe – Daisy se cruzó de brazos alejando su mano de la mía. Me sentí enojado y miserable, pero divorciarme de Joanne iba contra mis principios de la forma como lo había planteado J.J. y como Daisy ya me había planteado que podía hacerlo si quería.
Llegamos al set dos horas antes.
Y entonces Daisy comenzó a hablar.
Mirándola caminar en el set, en pantalones de yoga y un top negro, sin zapatos, con el cabello recogido y sin una pizca de maquillaje, el mundo parecía desaparecer.
Pero esa madrugada, Daisy habló por primera vez de todo cuanto le molestaba y entonces comprendí que tenía que hacer algo si quería conservarla cerca de mí.