Advertencias: Sin ships. Insinuaciones BL. En algún punto indefinido del canon. Sin contexto. Sin spoilers mayores. Menciones de porno y actos sexuales. Malas palabras.


SHIT HAPPENS

Capítulo Único

(I)


"De ninguna manera" había pensado Leorio cuando escuchó ruidos raros viniendo de alguna parte de la casa. Eran las malditas dos cuarenta de la mañana y para un estudiante de medicina las horas de sueño eran preciadas. Sin embargo, y puede que más que por el ruido fuera por causa de su radar pervertido, Leorio escuchó en sueños gemidos parecidos a los de una mujer en plena faena provenientes de la habitación de al lado e inmediata y efectivamente fue despertado.

El problema era, pues, que los sonidos venían de la habitación de Gon y Killua.

Gon y Killua dormían juntos a pesar de que, habiendo rentado una casa entre los cuatro (sí, Kurapika estaba también por allí, seguro durmiendo a pierna suelta), sobraban las habitaciones.

Leorio ya había visto mucho mundo y no muchas cosas lo sorprendían a esas alturas, pero se encontraba conflictuado al pensar que alguno de los niños allí adentro era activo y el otro pasivo. Y, no es que quisiera ir más allá con su terrible línea de pensamiento, pero seguro que a Gon le gustaba más recibir que dar en esta ocasión, porque era él quien tenía la voz más chillona de los dos y los sonidos más fuertes, apenas amortiguados por las paredes de la habitación, parecían hechos por una voz muy femenina (¿o Kurapika...? Nah, Kurapika no).

Eso sí, Killua podía sorprenderlo y había tantas posibilidades de que fuera él quien emitía sonidos descontroladamente de su boca. Era un chico serio y no seria la primera vez que una persona seria lo dejara pasmado.

Pero, diablos, no. No era eso lo que Leorio debería estar pensando. No, no, no. Por supuesto que no. Era que, maldita sea, ¡esos niños tenían doce años cada uno! ¡Doce puñeteros años! ¡No podían estar manteniendo relaciones sexuales a esa edad! Seguro ni podían mantener una erección siquiera.

"Jodidos niños precoces", masculló, preparándose mentalmente para lo que iba a ver. Darles privacidad al par de infantes ni siquiera se le pasó por la cabeza. La curiosidad era mucha igual que las ganas de salir pitando de allí.

Abrió la puerta con la mano temblándole un poco, no sabiendo si agradecer la confianza de esos dos al mantener la habitación sin seguro o si sentirse desgraciado porque no lo tenía echado.

Lo que encontró fue la televisión encendida y los dos niños acostados en su cama. Cada uno en la suya, cabe aclarar, y con la ropa bien puesta. El futuro médico consideró por un segundo la posibilidad de que pudieron haberlo sentido, tanto a él como a sus intenciones, y luego hacer alarde de su velocidad y vestirse en un santiamén, pero desechó el pensamiento de inmediato cuando vio a Gon dormir boca arriba a pierna suelta y su pantalón sin ningún bulto visible.

De manera que esos niños no estaban haciendo nada. Todo había sido él y su mente cochambrosa. Fiu.

No se dio cuenta de que había estado conteniendo el aliento todo el tiempo hasta que respiró nuevamente, ansioso.

Sin embargo, el alivio le duró poco porque Killua lo miraba con los ojos bien abiertos y un claro bulto en el pantalón del pijama (¡¿es que era posible?!, se exaltó Leorio en sus pensamientos). No había inocencia en sus ojos, pero tampoco ese morbo desmedido que el estudiante de medicina sabía que sí había en los suyos cuando veía películas de contenido explícito.

Y es que Killua estaba viendo porno en una casa llena, a un volumen audible y con Gon durmiendo pacíficamente a su lado.

—Oi, ¿estás despierto? Creí que necesitabas dormir como por tres días más.

Si alguna vez Leorio consideró engañarse a sí mismo y pensar que el niño sólo estaba cambiando de canales al azar o su película inofensiva se había terminado para dar paso al cine de adultos, descartó para siempre esas suposiciones. Killua era todo menos un niño inocente y sabía muy bien que estaba viéndole el culo a una mujer y por qué. (Archivó también en sus pensamientos que Zoldyck estaba viendo porno hetero y no homo, pero eso fue algo que le carcomería el cerebro después).

—Oye, oye, eso es lo que debería decir yo. La hora de la siesta ya pasó. ¿Qué haces despierto? No, no, no. Déjame vuelvo a hacerte la pregunta: ¿qué estás haciendo despierto viendo porno?

El asesino achicó los ojos un poco, reconociendo como legítima la duda del otro, pero desestimando su importancia al mismo tiempo.

—Lo mismo que tú haces cuando ves porno. O cuando una mujer con curvas respira a tu lado. Creo que eres de los que se les pone dura muy fácil, ¿no?

Escuchar al púber (en la mente de Leorio, cada palabra que escupía Killua lo estaba elevando más y más en las etapas de la vida y definitivamente, por lo que había visto, ya había dejado la infancia) insinuando que era un pervertido y aparte un precoz le provocó muchas cosas en el interior, pero la principal, la que más predominó en él fue una: el orgullo.

Aunque también estaba algo enojado. Pero bueno, Killua estaba creciendo muy bien. Ya casi era un hombre.

—¿Y sabe Gon lo que estás haciendo? ¿Él también lo hace?

—Bueno, Gon sabe de citas, pero no sabe de muchas otras cosas, ¿sabes? —el mayor entendió eso como un no. Gon no sabía ni un carajo sobre eso. Ni sobre porno ni sobre porno gay. Todavía era un niño—. Aunque una vez me atrapó viendo una, pero no entendió nada y dijo que era incómodo, así que se fue a dormir.

—¿Así que todavía no sabe del proceso de las flores y las abejitas? —Leorio archivó un pensamiento más: debía darle la gran charla a Gon.

—Probablemente ni siquiera se le pueda parar todavía. Pensaba explicarle cuando vimos a Hisoka desnudo y tuvo una erección cuando nos veía (eso fue asqueroso, por cierto), pero decidí que es mejor que piense que Hisoka simplemente está chalado en lugar de darle una preocupación más.

—Ese asqueroso Hisoka. Mira que excitarse mirando unos niños. Será cerdo —masculló Paradinight con mucha saña en las palabras, pero luego volvió a encausar la charla—. ¿Y tú entiendes todo el proceso?

—Que se me pare y luego meterla, ¿no? Ah, y me corro.

Leorio asintió sin sentirse nada incómodo de la facilidad con la que las palabras abandonaban la boca de Killua.

—Pero te hace falta la parte donde haces que la chica se moje. El juego previo. Necesitas algo que lubrique para que entres con facilidad y a ella no le duela. Se supone que las relaciones sexuales son actos de dos personas.

—Sí, sí. Puedo hacerlo usando los dedos y la boca y agarrándole las tetas. Pero, ¿tú como sabes todo esto? Por lo que pasa todos los días, es más como que todas las mujeres huyen de ti —Zoldyck hizo su sonrisa de burla felina y el estudiante se exaltó inmediatamente, el efecto que el asesino buscaba provocar, claro está.

—Cállate, niño. Aquí el experimentado soy yo. Incluso podría darte clases.

—Nah. No lo creo —volvió a burlarse—. El porno es más educativo. Seguro sólo eres un charlatán. Idioooota —canturreó el 'idiota' como lo hacía usualmente.

Leorio frunció el ceño y comenzó a hablar. Si Killua lo estaba retando, él podía salir airoso de eso.

Era su área.

oOo

A Kurapika lo despertó un movimiento en su colchón. Que él recordara, habían rentado una casa con cuartos suficientes para que nadie tuviera que compartir cama con nadie. No necesariamente que le molestara compartir cama con Gon o con Killua (Leorio era otro caso porque todavía no le parecía que se estuviera paseando en bolas frente suyo ni de los niños, aunque todos allí fueran hombres), pero así era más cómodo.

Abrió los ojos de a poco y con esfuerzo, pensando que pudiera haber problemas de algún tipo (como de preparar comida o alguien que necesitaba que le ayudara a reparar algo, justo como el día anterior). Se encontró con una mata de cabello negro que, a pesar de la oscuridad, reflejaba un ligero tomo verdoso en las puntas. De esa manera Kurapika confirmó que era Gon y no Leorio, porque el peso de Gon se hizo presente un poco después.

—¿Pasa algo?

—Kurapika, ¿puedo dormir contigo? Killua y Leorio están diciendo cosas raras en mi habitación y Leorio cerró la suya para no dejarme dormir allí.

—Claro —murmuró el Kuruta medio adormilado, haciéndole lugar al niño.

Pasaron unos segundos de esa manera hasta que Kurapika volvió a abrir los ojos de golpe, como teniendo un mal presentimiento. Seguro no podría dormir otra vez. No pronto.

—Gon.

—¿Mmmh?

—¿Qué hora es?

—Como las cuatro de la mañana, ¿por qué?

—¿Y de qué tenían que hablar Leorio y Killua a esta hora? —preguntó, sospechando. Si fuera algo importante Gon no se hubiera marchado de la habitación y a él le hubieran despertado. Así que, o estaban planeando algo o…

—Leorio dijo que ya era tiempo de que me contaran la verdad detrás del cuento de las flores y las abejas y que debería elegirme mejores pantalones porque seguro los que uso me van a apretar muy pronto de las caderas cuando ande por la calle y en las noches con la tele. Y que me conseguirían pronto un lugar donde meterla. Sólo que no entendí qué voy a meter.

—Ah… —respondió por lo bajo y con un tono que le dio mala espina al niño. Sí, 'el Bastardo de la Cadena' ya estaba completamente despierto.

Y, de repente, el aura asesina de Kurapika se tragó toda la ciudad.

—¡LEORIO!

Fue como si algo explotara.

Esa noche Killua, más que aprender de Leorio sobre felaciones, orgías y masturbación, entendió que, si bien Kurapika sólo podía usar sus cadenas cabalmente contra los miembros de Genei Ryodan, bien las podía utilizar también para darles unos buenos azotes.

Unos que de verdad dolían.

Eso y que no podía volver a dormir en la misma habitación que Gon hasta que se arrepintiera de su comportamiento y escribiera una carta de disculpas de dos cuartillas que debía entregarle al Kuruta para que se la revisara. Ah, y sin faltas de ortografía.

Leorio aprendió… Leorio aprendió que debía esconder mejor su porno si no quería que Kurapika con su aura de madre defensora se deshiciera de él más rápido que un parpadeo.

Kurapika, por su parte, concluyó el evento diciendo que Gon debía permanecer puro pero no ignorante y que esa no era manera de hacerle saber sobre sexualidad.

Gon no aprendió ni sacó conclusiones sobre algo porque en toda la madrugada él no entendió absolutamente nada de lo que hablaban.


FIN


[Notas finales]

Se supone que en la versión del 99, esa que no me vi y probablemente no me voy a ver, hay una escena donde Killua está viendo porno y Gon se va a dormir conflictuado. Algo así. De ahí nació la idea, así que supongo que Killua no tiene mucho problema diciendo pene y vagina y algunas peladeces por ahí.

El título es porque estaba pensando en convertir esto en una colección de oneshots de los cuatro protagonistas pendejeando juntos, pero como es más probable que no pase a que pase, mejor lo dejo como completo. De cualquier manera allí está la posibilidad.

Espero que les haya gustado y que no se traumen con los pensamientos de Leorio, pero creo que todos en esta sección shippean yaoi menos yo (:v).

¡Hasta luego y que la fuerza de las papas fritas los acompañe siempre!

PD: Cualquier error me avisan y estamos en contacto por Facebook si tienen ideas (link en el perfil) para añadir un shot a la colección (o en un review) porque los PM los desactivé.