¿De verdad pensaron que pasaría la cuarentena y esta épica temporada de escritura sin actualizar este fic? Na mi ciela; además, este capítulo ya lo venía cocinando en mi cabeza desde hacía tiempo y quería compartírselos ya.

Capítulo VIII – Otros planes

-Ah

Después de semejante confesión esa había sido la respuesta: "ah".

Syaoran estaba confundido. Había soltado a su madre las cosas así, sin anestesia, sin contexto. Cuando le dijo que de quien quería hablar era de Sakura, su madre apenas se inmutó.

-Ella es mi novia- dijo con firmeza, mirándola a los ojos y previendo un reclamo o un escándalo sobre el tema.

Pero no, la respuesta había sido sólo un "ah".

Syaoran no sabía si le pediría profundizar sobre el asunto; si vendrían al menos preguntas normales como cuánto tiempo llevaba con ella.

Pero su madre sólo soltó esa expresión y permaneció callada un momento.

El castaño, por su parte, sólo se quedó observándola. No sabía qué esperar de ella. Su madre era una mujer increíblemente impasible. Y en verdad no la juzgaba por ello, después de la muerte de su padre, ella se había encargado de liderar provisionalmente al Clan Li (siendo la primera mujer en hacerlo en siglos de historia). Esa responsabilidad la había puesto a enfrentar todos los días a una comunidad de magos (todos hombres y casi todos ancianos); además, su madre también se había puesto al frente de los negocios de la familia, todo eso le había hecho el carácter fuerte, o al menos así le había contado Wei.

De hecho, el fiel sirviente de la familia Li quien le había platicado cosas de sus padres. Si bien Wei le había dicho que la relación de sus padres no estuvo precisamente rodeada de una historia romántica, él le había dejado en claro que nunca dudara de lo mucho que sus padres se amaron. Aunque Syaoran no sabía si eso bastaba para que su madre comprendiera el gran amor que él sentía por Sakura y que ese sentimiento estaba más allá de lo que la familia Li imponía.

Ahora que lo pensaba, fue la propia Sakura quien le hizo reflexionar sobre lo que el Clan Li le había impuesto como costumbres. Su madre lo había criado con la misma sobriedad con la que ella se manejaba y para él ser así era lo más normal; sin embargo, cuando llegó a Japón y fue conociendo poco a poco a Sakura, ella derrumbó todo y en su lugar le construyó la idea de querer demostrarle a ella lo mucho que la amaba, de tener una vida familiar más normal a su lado, rodeados de sus amigos y cumpliendo cada uno con sus propias aspiraciones personales.

Y ahora estaba ahí, confesándole a su madre que Sakura Kinomoto, la chica que, según ella, había desprestigiado a la familia Li, era su novia.

-Ya veo Syaoran- dijo al fin.

El muchacho tragó saliva, seguro ya venía el reclamó; sin embargo, en su lugar vino una pregunta:

-¿Es formal?

-Sí – respondió aunque tuvo ganas de decir: muy formal; pero aún no sabía qué esperar de esa charla.

-¿Sabes lo que implica? – preguntó su madre.

Él sintió un escalofrío. El Clan Li era muy estricto con sus tradiciones y creencias, y todo parecía indicar que su madre seguiría fielmente cada regla. Syaoran sólo asintió en silencio.

-Muy bien- dijo su madre- Con eso me basta – sentenció y se puso de pie.

-Madre… - dijo el muchacho desconcertado.

-Es todo por ahora Syaoran, si no tienes algo más que informarme, te pediría que te concentraras en la tarea que te asigné y que termines tus trámites de ingreso a la universidad.

-Madre, sobre eso…

-¿Pasa algo con el libro que te di?

Syaoran pensó por un momento si sería prudente decirle que, con ayuda de Eriol, la había logrado abrir para saber que era una libreta (más bien, un diario, en palabras de Fujitaka Kinomoto) y que estaba completamente vacía; sin embargo, sabía que la desobedeció pues le había pedido discreción con el tema.

-No, es sobre la escuela- declaró y su madre arqueó la ceja – Estaba pensando si podría estudiar en Tomoeda para estar…

-Hijo – le interrumpió- eso no está a discusión. Hace años, el Concilio de Magos aceptó que estudiaras allá dadas las circunstancias, pero ya no es el caso y menos cuando ya estás casi listo para ocupar el lugar de tu padre como líder del Clan.

-Madre…

-Olvídalo Syaoran, ya te he dado muchas libertades y es tiempo que asumas todas tus responsabilidades con la familia. Te has preparado toda tu vida para esto.

-Madre…

-Basta Syaoran. Ahora, anda a completar lo que te he pedido.

El muchacho se puso de pie y se dirigió a la puerta. Antes de salir Ieran Li le dijo.

-Por cierto, debes traerla ante mí ¿lo sabes, verdad? – comentó sin mirarlo y ya fijando su atención en unos documentos en su escritorio.

-Sí, madre- cerró la puerta tras sí. Tenía mucho qué pensar, principalmente cómo abordaría todo con Sakura.

O/O/O/O/O

Sin duda, ese había sido el peor de sus días desde que regresó a Japón. Desde la mañana, Tomoyo le había llamado para avisarle que Sakura ya sabía de su rompimiento con Kaho y que ella está embarazada.

-Sé que no me corresponde meterme en estos asuntos, pero también sé que te preocupa mucho su opinión como amiga- le dijo la chica al teléfono.

Eriol tenía curiosidad de saber cómo había pasado todo y fue a buscarla. Sabía que no sería adecuado ir a su casa, así que probó suerte en su estudio de diseño y fotografía para hablar con ella.

Se alegró de ver abierta la reja de afuera (lo que indicaba que estaba ahí), pero esa pequeña alegría desapareció inmediatamente cuando descubrió que quien también estaba ahí era Sakura. Y lo único que se le ocurrió decir es que le sorprendía verla ahí.

Qué estúpido, si las dos trabajan ahí. Mi presencia sí es una sorpresa.

-Supongo que vienes a ver Tomoyo- sólo dijo tan seria como el inglés nunca imagino verla.

-Sí… es decir, no- dijo nervioso- Bueno es que vine a verla pero me alegra verte también.

Hubo un silencio incómodo y él dijo en voz baja – Te lo iba a contar Sakura, en serio.

-No voy a juzgarte Eriol pero…

-¿Quién es? – interrumpió Tomoyo apareciendo atrás de su amiga - ¡Eriol! Hola, qué…

El inglés estaba nervioso, la sorpresa de Tomoyo y la seriedad de Sakura no le estaban ayudando a salir de ese momento incómodo.

-Estaba pasando por aquí y vi abierto, quise saludar- les dijo.

-Pasa- indicó la ojiazul.

Afortunadamente también estaban el resto de sus excompañeras de primaria (a quienes no había visto en años) y acapararon toda su atención con toda clase de preguntas de cómo estaba, qué estaba haciendo en la ciudad. Eriol respondió lo más afable que pudo pero de reojo veía a sus amigas, cada una con su propia expresión: nerviosismo y una ligera desaprobación, respectivamente.

Al final, el trío de chicas tuvo que marcharse, pero Chiharu aprovechó para actualizarlo sobre su próxima boda con Yamazaki (a la que, desde luego, lo invitó).

-De hecho- dijo la castaña- creo que le caería muy bien a Yamazaki que salieran. No hemos tenido mucho tiempo para planear detalles, así que decidimos que nuestras despedidas de solteros serían con nuestros amigos más cercanos; las chicas – señaló a las presentes- y yo, y Yamazaki y Li, sería increíble que te les sumaras.

-Claro.

Intercambiaron números telefónicos para seguir en contacto y después se retiraron, dejándolo solo con Tomoyo y Sakura.

-Bueno, creo que también me voy – dijo ésta última.

-No- la detuvo Eriol- ¿Podemos hablar?

La chica pareció dudar un momento pero accedió a ir a tomar un café.

-Como te dije…- dijo la ojiverde una vez que llegaron al lugar y luego de un largo silencio entre ellos- No voy a juzgarte.

Eso le dio un poco de tranquilidad al inglés.

-Pero… -agregó la chica y suspiró, parecía que no encontraba las palabras- Me siento algo confundida Eriol… ¿acaso estás evadiendo tu responsabilidad?

-No. Sólo es difícil de explicar – si no quiero contarte de los sueños y la libreta, pensó. -Kaho tomó una decisión, quería ser madre. Y yo… no creo poder ser el padre que ella anhela para su hijo.

Ella lo miró expectante. Eriol pensó que su amiga aún era inocente para entenderlo.

-Sakura, a veces, aunque ames muchísimo a una persona… Llega el momento en el que sus ideas no empatan. Las relaciones son muy diferentes cuando pretendes a alguien, cuando ya es tu novia y cuando vives con esa persona o decides compartir tu vida ¿Me entiendes?

-¿No te sientes listo para ser papá? – le preguntó.

-No es eso Sakura… Yo no estaba de acuerdo y parece que eso no le importó. Ella tomó su decisión y yo la mía. Pero quiero dejar en claro que a ese bebé nada le faltará, me encargaré de que viva en un buen hogar, que nunca le falte qué comer o vestir, y que tenga estudios.

-¿Y lo demás Eriol?- le cuestionó.

-Lo demás es consecuencia de la decisión de Kaho y creo que también tengo derecho a decidir.

Hubo un silencio y la ojiverde preguntó: -Es que… ¿ya no la amas?

Vaya pregunta.

Él llevaba semanas evadiendo la respuesta, porque le incomodaba la verdad. No sabía si la seguía amando; pero de lo que sí estaba seguro era que estaba herido por su capricho y no considerar su opinión, estaba preocupado porque no quería que ese bebé cargara con el peso de ser el hijo de la reencarnación de Clow Reed y, sobre todo, estaba inquieto por sus sueños. Para él, eran razones suficientes para estar lejos.

-No lo sé- respondió con sinceridad y notó la decepción en el rostro de su amiga.

-Mi hermano me dijo que el amor huye por la ventana cuando los problemas entran por la puerta. Creo que… es todo para ustedes ¿no?

La verdad es que no lo sé.

-Deberías hablar con ella. Creo que es justo que sepa tu decisión.

Eriol coincidió con eso. No había hablado con Kaho desde que le confesó que estaba encinta y lo correcto era informarle lo que pensaba hacer. Ya les había asignado a sus guardianes la misión de cuidar al bebé y creía que estarían mejor si vivían con Kaho; él ya había pensado en comprar una casa para que ellos tuvieran todas las comodidades, y también quería darle los papeles de una cuenta de inversión bastante cuantiosa para todo lo que necesitaran.

-La puedes encontrar con Touya, mi hermano- le interrumpió sus pensamientos- Él la está apoyando mucho, incluso creo que se estuvo quedando en su casa.

¡¿Qué?!

Sakura le dio la dirección y le dijo que él podría informarle, si acaso no quería ir al Templo Tsukimine a buscarla. Pero Eriol ya no prestaba mucha atención. Kaho había sido muy honesta con él desde que se conocieron y le habló del muchacho Kinomoto y su romance. El inglés no se había sentido inseguro cuando ella lo volvió a encontrar en Tomoeda aquella vez que Sakura estaba atrapando las Cartas; pero ahora las cosas habían cambiado, prácticamente Kaho era una mujer disponible.

Al final de la charla, Eriol se sintió ligeramente más tranquilo de que su amiga supiera que estaba separado de Kaho; sin embargo, sabía que a Sakura le intrigaba otro tema: su repentina cercanía con Tomoyo.

Eriol no quiso enredarse mucho en ello, no era momento de tocar el tema. Le propuso a Sakura acompañarla a casa y ella le preguntó si eso no lo alejaba del hotel donde suponía se hospedaba, al centro de la ciudad.

Pero él le respondió con una indiscreción y le dijo que no, que estaba quedándose con Li. Eriol se dio cuenta inmediatamente que se había equivocado, porque Sakura no sabía que su novio le estaba dando asilo.

Y no quiero ni imaginar si se entera que Li ya sabía lo de Kaho.

Eriol lamentó haber hablado de más ya que Sakura no pudo evitar mostrar una ligera indignación de que su novio le ocultara cosas. Otra vez.

-No te preocupes, iré sola- le dijo y él no quiso insistir. Seguro quería estar sola y reflexionar el porqué Li le había ocultado cosas.

Lo siento amigo- pensó él sabiendo que un nuevo problema esperaría al castaño a su regreso a China.

Pero eso no había sido todo lo que arruinó el día a Eriol. De pronto pensó que no trajo de Londres un traje adecuado para asistir a la boda de sus amigos, por lo que, una vez que se despidió de la ojiverde, decidió ir al centro comercial para ver si encontraba algo.

Y ahí fue donde verdaderamente su día se fue al traste. Se dirigió a una de esas tiendas departamentales que tienen de todo y para llegar al departamento de caballeros, tenía que cruzar una zona que lo sacudió.

De pronto se vio rodeado de toda clase de artículos para bebé y no pudo evitar pensar. Su vista se dirigió a unos diminutos calcetines que, desde su nula experiencia, le parecía imposible que alguien pudiera usarlos. A Eriol le dio un vuelco el corazón al imaginarse que su hijo nacería siendo tan pequeño que su pie entrará perfectamente en esa prenda. La tomó entre sus manos y, casi por impulso, compró el diminuto par.

Mientras lo hacía. No pudo evitar pensar en que efectivamente ese bebé era producto del gran amor que en su momento estuvo muy seguro sintió por Kaho, que el hijo de ambos había comenzado a existir en alguna de aquellas tardes o noches del otoño pasado en las que él ya no logró controlar sus deseos y tomó a aquella mujer. Había sido tan feliz, porque en los recuerdos de su vida pasada no había nada semejante a aquellas sensaciones, a esos besos, a esas caricias y ese grado de intimidad. Kaho era lo único en su vida que le parecía nuevo y auténtico.

Era tan maravilloso que me parece casi imposible que no tenga ese tipo de recuerdos de Clow Reed.

Bastante extraño. Pero antes de que pudiera profundizar en el tema, escuchó cerca de él aquella misma voz que alguna vez le susurró en el oído que lo amaba.

Kaho.

Miró a su alrededor y la encontró. Estaba más hermosa de lo que recordaba porque traía un toque diferente. Caminaba entre los artículos con una mirada especial, Eriol pudo notar la ilusión en su rostro. Y antes de que él pudiera decir algo, las miradas de ambos se encontraron, ella no ocultó su sorpresa y perdió ligeramente el equilibrio, se sostuvo de un pequeño mostrador.

Preocupado, Eriol dio unos pasos hacia ella, pero se detuvo cuando detrás suyo apareció Touya Kinomoto.

-¿Qué sucede?- le preguntó pero él solo encontró la respuesta cuando miró hacia donde volteaba Kaho.

Los tres se quedaron congelados, hasta que Touya la tomó de un hombro- Vámonos- le dijo pero Kaho se soltó de su agarre y se aproximó a Eriol.

Él supuso que nadie le había informado que estaba en la ciudad, porque ella lucía como si estuviera viendo un espejismo.

-¿Eriol? ¿Qué haces aquí? – preguntó sin poder salir de su sorpresa.

-Tenía que resolver unos asuntos en Tomoeda- respondió lo más tranquilo que pudo.

-No… no tenía idea de que…

-Kaho- interrumpió Kinomoto- Olvídalo, él ya sabía que estabas aquí y no hizo nada por buscarte, parece más interesado en otras cosas.

Eriol tuvo ganas de gritarle que se callara y no se metiera en asuntos que no eran suyos, pero no se sentía con la calidad moral de enfrentarlo.

-Touya- le dijo la mujer- ¿Me podrías permitir un momento con él?

El muchacho pareció dudarlo pero accedió y le dijo que se quedaría cerca por si necesitaba algo. Una vez que se alejó, la mujer se acercó más y Eriol pudo apreciar lo mucho que su vientre había crecido desde la última vez que la vio.

-Eriol… -apenas pudo pronunciar.

-Lo siento, tu amigo tiene razón- dijo él con un paso hacia atrás dándole a entender que no buscaba un contacto físico- Llevo algunos días en Tomoeda y hace poco supe que estabas aquí.

El inglés miró hacia donde estaba Touya Kinomoto, quien permanecía con los brazos cruzados observando a la distancia. En ese momento, se le quitaron las ganas de contarle sobre sus sueños y las razones que lo llevaron a Tomoeda ¿Qué cambiaría si le decía? Ahora se daba cuenta que Kaho estaba bien e incluso que podía conseguir la compañía de otro hombre que la pudiera apoyar y cuidar.

-Yo estaba preocupada por no saber de ti y decidí regresar aquí – dibujó una sonrisa amarga- al menos quería decirles de frente a mis padres.

Eriol se sintió mal por un momento. Sabía lo severos que podrían llegar a ser los señores Mizuki y lamentó no haber estado con ella en ese momento. Pero debía ser firme, estaba haciendo lo mejor para ella y su bebé.

-Lo entiendo- fue lo único que se le ocurrió decir al respecto- Escucha Kaho, he pensado mucho sobre el asunto- ella lo miró expectante- Hablé con Ruby Moon y Spinel Sun, ellos estarán cuidando de ti y he pensado comprar una casa para ustedes tres… ustedes cuatro – corrigió al momento- también destiné un fondo para…

-¿De qué estás hablando?

-No voy a dejarte sola. Aunque yo no esté de acuerdo con tu embarazo, decidí…

-No quiero- respondió tajante – No me interesa todo eso – acarició su vientre- Sólo quería que fuéramos una familia pero si no estás ni siquiera de acuerdo con que quiera ser madre, no sé para qué me ofreces cosas que no necesitamos.

-Kaho, entiende; ese bebé estará mejor si no tiene nada que ver conmigo- le replicó.

Ella apretó los labios – Entonces no quiero nada tuyo.

Se dio la media vuelta e inmediatamente apareció Kinomoto diciéndole que se fueran de ahí.

Eriol se quedó viendo cómo ese sujeto se la llevaba. ¿Acaso no era lo mejor para todos?

El inglés se dejó caer en la cama después de ese terrible día. Esperaba que pudiera dormir un poco para despejar la mente. Sin embargo, esa noche volvería a tener ese sueño aunque más perturbador que en otras ocasiones.

Apenas sintió que durmió unos minutos cuando volvió a aquel episodio onírico. Su vieja casa, algo lo atraía. Durante meses, aquella fuerza de atracción era muda pero esta vez se encarnó en una voz femenina. Eriol no entendía lo que le decía pero se escuchaba angustiada; entonces, él empezó a correr desesperadamente en sueños.

Ella me necesita...

Todo era confuso. Sabía que tenía que ir con ella - No, volver con ella… No debí irme.

Y en su carrera sintió que el aliento empezaba a faltarle y en cualquier momento iba a desvanecerse. No lograría volver a tiempo.

No, no, no…

-¡No, mi hija! – se despertó en medio de la madrugada gritando y sudando. Sus guardianes inmediatamente entraron en su habitación.

-Eriol- dijeron ambos al mismo tiempo.

-¿Qué pasó? – preguntó Spinel Sun.

-¿Estás bien?- preguntó a su vez Ruby Moon.

Él trató de recuperar el aliento- Tienen que ir con Kaho, necesito que la cuiden muy de cerca – insistió. Tomó entre sus manos la compra que había hecho ese día y que evidentemente no tuvo el valor de entregarle a Kaho.

Mientras yo debo resolver ese maldito misterio de la libreta –pensó aún sintiendo la desesperación de su sueño.

O/O/O/O/O

Recostado en su cama, jugueteaba entre sus manos con aquella cajita que durante meses había ocultado entre sus cosas. Adentro estaba la joya que anhelaba poner en la mano izquierda de la chica que en los últimos siete años había sido su auténtica novia. Y ahora que le había confesado a su madre su verdadera relación con Sakura Kinomoto, podía volver a anhelar ese deseo de hacerla su prometida. Aunque no seguía siendo fácil.

Para empezar, Syaoran sabía que la familia Li era muy estricta en ciertos temas y no era sencillo encajar en sus estándares. Desde luego, él estaría todo el tiempo apoyando y acompañando a Sakura, pero era consciente de que no eran ideas fácil de entender y adoptar.

Suspiró. Miró el reloj y se dio cuenta que ya era hora de la cena. Normalmente, él prefería cenar más tarde, solo y en la cocina. No estaba muy acostumbrado al bullicio de sus hermanas y por eso prefería su tranquilidad; sin embargo, quería hablar también con ellas para que no las tomara por sorpresa la noticia de que Sakura Kinomoto era su novia.

Guardó la cajita en su bolsillo y salió de su habitación. La tranquilidad de aquella noche en la mansión Li estaba interrumpida por la charla de las chicas Li, quienes compartían sobre temas triviales. Syaoran entró al comedor y sus hermanas se quedaron calladas, él hizo una seña a los sirvientes para que le sirvieran su cena. El muchacho se dispuso a tomar su lugar acostumbrado en la mesa; él siempre iba a la derecha de la cabeza (lugar vacío hasta que él oficialmente sea el líder del Clan), el lado izquierdo lo ocupaba siempre su madre (que acostumbraba cenar más temprano, hacía meditación y dormía temprano); en realidad, era muy extraño que los seis se sentaran a cenar juntos.

-Lobito- dijo Fuutie sorprendida de que su hermano menor compartiera esa noche con ellas.

Syaoran, por su parte, no pudo evitar arquear la ceja. Toda su vida, sus hermanas se referían a él como Lobito (aludiendo al significado de su nombre) y, a pesar de los años, no se acostumbraba al sobrenombre, principalmente porque su madre las reprendía por llamarlo así y les pedía que, al menos, no le dijeran así en público.

-¿Cenarás con nosotras?- preguntó Feimei.

-¿Tiene algo de malo? - les cuestionó tratando de mantener su papel de futura cabeza de la familia.

-¡Ash! No contestes como si nuestra madre estuviera aquí- le reclamó Fanren, la mayor de los cinco.

-Sólo quería hablar con ustedes- le hizo una seña a la servidumbre para que los dejara solos una vez que le sirvieron.

Las chicas lo miraron intrigadas -Bien, quiero contarles esto antes de que los rumores empiecen a correr o que se sorprendan cuando me vean entrar a casa con… - se sonrojó un poco e hizo una pausa - Bueno, yo quería contarles que tengo novia- las chicas continuaron cenando como si no hubiera dicho nada.

-Lo sabemos- dijo Shiefa- Meiling, tu eterna prometida y nuestra prima, lo cual es aún más raro.

Las cuatro rieron.

-No es ella- carraspeó- es Sakura Kinomoto.

Si su madre hubiera estado ahí, sus cuatro hermanas se hubieran llevado el regaño de sus vidas ante la falta de modales. Comida y bebida voló por toda la mesa entre expresiones de sorpresa y alguna tos para evitar atragantarse. Luego de ese momento de confusión, las hermanas lo miraron con los ojos desorbitados.

¿Es una broma?, mamá te va a matar, ¿en qué momento pasó?, fueron algunas cosas que el chico alcanzó a captar entre los alaridos.

-Es en serio… muy en serio. Ella ha sido mi novia desde hace tiempo- les confesó- Y nuestra madre ya lo sabe, se lo conté esta tarde.

-¿Y cómo lo tomó? – le preguntó Feimei- No creo que le haya hecho mucha gracia.

-No hizo un escándalo sobre el asunto, eso ya es mucho.

-Pero siempre dijo que esa niña te quitó las dichosas Cartas Clow – apuntó Fuutie- y hasta acusó de haber deshonrado a la familia – agregó imitando la forma de hablar de su madre.

-Aunque ella siempre fue elegida para eso... Bueno, ese no es el punto.

-Además - interrumpió Fanren- No entiendo de qué se queja mamá. ¿Recuerdas cuando esa chica estuvo aquí? Se encargó del espíritu de esa mujer.

Syaoran lo sabía, aunque casi no pensaba en ello. De hecho, con Sakura nunca hablaba de aquella vez que ella viajó a Hong Kong, porque no quería que ella empezara a preguntarle por su madre, sus hermanas o cuándo podría ir de nuevo. Pero era cierto.

-Ay sí- agregó Feimei, ella era la segunda hija de los Li– Juraría que es la misma que papá nos hablaba cuando éramos niñas.

Syaoran se sintió intrigado. Él no recordaba nada de su padre, pues falleció cuando él era prácticamente un bebé, pero sus hermanas le llevaban 5, 6, 7 y 8 años de edad, por lo que tenían claros recuerdos de su progenitor.

-Ay, no lo menciones- dijo Fuutie – Mi papá nos contaba esas historias de la mujer del agua y cuando mamá nos platicó lo que sucedió cuando vino la chica Kinomoto a Hong Kong, no pude evitar relacionarlo.

-¿De qué hablan?- les preguntó.

-No les hagas caso Lobito – dijo Shiefa- Es sólo una tonta historia que mi papá nos contaba cada vez que no queríamos comer o irnos a dormir, sólo quería asustarnos con ese "espíritu" que perseguía a la familia Li desde hacía años.

-Y mamá siempre lo regañaba por contarnos esas historias – recordó Feimei, provocando la risa de las cuatro.

Podría ser una historia, pero alguna vez Fujitaka Kinomoto le había dicho que esas historias casi siempre tenían un origen en un hecho real que con el paso del tiempo se iba distorsionando hasta convertirse en una leyenda. Su suegro le había invitado a no menospreciar ese tipo de relatos cuando investigara algo.

Y la verdad es que él no sabía cómo se habían dado los hechos en aquella visita de Sakura a Hong Kong, en aquel entonces no eran tan cercanos y nunca se molestó en averiguar los detalles. Quizás era tiempo de echarle un vistazo para tener un argumento sólido ante su madre, el Clan Li y hasta el Concilio de Magos, de que su novia no sólo era digna de las Cartas sino que había librado a la familia Li de ese "espíritu".

-Oye Lobito- interrumpió Fanren sus pensamientos- pero tú nos estás contando esto por una razón, esa chica te importa demasiado ¿verdad?

Él no respondió pero el rojo de sus mejillas les dio la respuesta. Fuutie se puso de pie y casi gritó- Nuestro Lobito está enamorado.

Las hermanas gritaron y se abalanzaron hacia él poniéndolo aún más rojo. Lo rodearon y lo sacudieron mientras le decían toda clase de cosas para avergonzarlo más: que recordaban que Sakura era una niña muy bonita, que eran una pareja muy linda, que seguro sus futuros hijos serían guapísimos, que ya era tiempo de que se enamorara, así como preguntas de cómo le había pedido que fuera su novia, cómo fue su primer beso, cuándo la llevaría a casa y si pensaba proponérsele.

Y entre tantas emociones, Syaoran recordó que justo en su bolsillo guardaba un anillo de compromiso para su novia. Él se sentía muy torpe para algunas cosas, así que tal vez les pediría ayuda a sus entusiastas hermanas para completar esos planes.

O/O/O/O/O

-¿Te sientes mejor?- preguntó Touya sentándose en la silla que estaba cerca de su cama.

Lucía preocupado. Y no era para menos, ella había pasado toda la tarde anterior llorando, prácticamente hasta que se quedó dormida.

Su intención no fue preocuparlo más, Touya ya estaba haciendo mucho por ella. Incluso, él le había ofrecido que se quedara en su casa, en lugar de llevarla al Templo Tsukimine. Kaho había agradecido en silencio que su exnovio percibiera que no se sentía con ánimos de estar en casa de sus padres y no solo le brindó un espacio para desahogarse sino un hombro para llorar.

Admitía que ver a Eriol le había roto el corazón, pero ya no guardaba muchas esperanzas de que él cambiara de opinión. Al final, la charla había sido la confirmación de lo que ya pensaba. Ahora sólo estaba ella y su hijo.

-Gracias Touya- le respondió incorporándose un poco.

-Te quedaste dormida y me fui más tarde- le explicó.

Kaho no recordaba mucho pero él se había acomodado con ella en el lecho y ella se había apoyado en él. Pobre, quién sabe cuánto tiempo estuvo soportando su peso.

-Lo lamento.

-No tienes que hacerlo. Lo que pasó ayer… - apretó el puño, no podía ocultar lo enojado que estaba- Ganas no me faltan de ir a partirle la cara a ese otro mocoso.

-Olvídalo Touya, ya te lo dije ayer.

Era cierto. Apenas llegaron a casa y ella partió en llanto, Touya estuvo a punto de ir a buscarlo para reclamarle pero la propia Kaho se lo había prohibido. En su lugar, le pidió que la dejara llorar, necesitaba sacar todo eso.

Touya, por su parte, trataba de entenderla. Él quería enfrentar a Hiragizawa pero ella sólo quería sacarlo de su vida con lágrimas.

-Déjame vivir así mi duelo- le había dicho y él no tuvo más que acompañarla.

Le impresionaba cómo se comportaba. Cualquier otra mujer estaría haciendo un drama jurando que sin su pareja se moriría de amor, otra quizás estarían armando una rabieta diciendo que lo odiaba y lo odiaría siempre, hasta buscando venganza, y tal vez otra estaría pensando cómo arrastrarse hasta que él volviera a su lado. Sin embargo, Kaho sólo necesitó un momento de liberación para seguir adelante.

Le parecía tan centrada y serena. ¿Acaso no por eso se había enamorado de ella hacía tanto tiempo?

-¿Y ahora qué pasará?- le preguntó el chico.

-Tengo que buscar un lugar para instalarme.

- No me gusta la idea de que quieras vivir sola y sé que en casa de tus padres ya no te sientes cómoda, sabes que puedes quedarte aquí el tiempo que necesites.

-Siempre has sido un buen chico- le sonrió aún con ese rostro de ojos hinchados de tanto llorar- Pero no quiero incomodar.

-No lo eres…

-Touya, sabes que no hablo de ti.

-¿Yuki ha sido grosero contigo? ¿Te ha mostrado alguna mala forma?- preguntó casi levantándose para reclamarle.

-Desde luego que no y estoy casi segura que jamás lo haría. Pero ustedes necesitan su espacio y me imagino que no le es muy cómodo que me prestes tanta atención.

-Kaho tú estás…

-Embarazada pero no imposibilitada. Planeo volver a dar clases para sacar adelante a mi hijo, y sé que tengo el apoyo de mis padres, el tuyo y hasta el de tu hermana, pero no pretendo que ustedes giren a mi alrededor.

-Kaho…

-Touya, debes cuidar también de él, no tiene que decírtelo.

Entonces se escuchó el timbre y Touya fue a atender. No sabía que Yukito estaba en el jardín cuidando sus plantas; así que cuando llegó a la puerta, él ya estaba atendiendo.

-Ya veo- decía algo serio- Pasen.

Cuando se apartó de la puerta, Touya vio al huracán de Nakuru Azikuzi, sólo que esta vez no se abalanzó sobre de él y lo saludó como cualquier persona normal.

-Venimos a buscar a Kaho- dijo la chica- ¿Podemos?

Touya no tenía muy claro si el otro mocoso los había enviado o si iban por su propia voluntad; sin embargo, no veía nada de malo que Akizuki y el muñeco de peluche azul pasaran a verla.

-Adelante- dijo.

-Si no les molesta, su presencia nos guía a la habitación en la que está.

Touya asintió. Y se sintió raro al quedarse a solas con Yuki después de varios días. El muchacho reanudó sus actividades de jardinería, como si ignorara lo que acababa de pasar.

Mientras tanto, los guardianes de Eriol se dirigían a la habitación donde detectaban a Kaho, aunque la mujer no estaba usando su magia pues gran parte de su energía la estaba destinando a su embarazo.

-¿También lo sientes? – preguntó Spinel Sun.

-Sí, es más fuerte cada vez. Creo que porque está creciendo – respondió la chica- Me pregunto si Eriol ya se habrá dado cuenta.

-No lo sé. Últimamente está tan disperso que no se para a pensar las cosas con calma ¿Será esto parte de lo que le preocupa?

-No sé, pero ese bebé está desarrollando un poder muy interesante y que proviene de la oscuridad – dijo Nakuru llegando a la puerta.

Tocó un par de veces y empujó. Encontraron a Kaho recostada, se veía cansada aunque no pudo ocultar su alegría al verlos. Nakuru fue la primera en saltar hacia ella, teniendo mucho cuidado de no lastimarla.

-Qué bueno que estés aquí.

-Chicos, no los esperaba- dijo sonriéndoles.

-Estábamos muy preocupados después de que te fuiste- tercio Spinel Sun.

-Estoy muy bien… - hizo una pausa y se aventuró a preguntar- ¿Eriol los mandó a buscarme?

-Está muy enojado con nosotros porque te dejamos ir- mintió Nakuru- Dijo que hablaría contigo sobre nosotros pero…

-Ayer llegó muy enojado a casa y nos corrió- agregó a la mentira, ambos ya se habían puesto de acuerdo.

-No sabemos si hablaba en serio o sólo fue porque estaba enojado pero… -miró a su compañero- Spick y yo lo pensamos y ya no queremos estar con él.

-Se ha vuelto un insoportable.

-Queremos estar contigo, tú siempre cuidas bien de nosotros- dijo Nakuru abrazándola. Y la verdad era que sentían un genuino cariño hacia ella. Si en algún momento llegaron a crear un verdadero ambiente familiar en Inglaterra, sin dudas Kaho había fungido como la madre de ellos.

Y ambos no podían negarlo, también estaban preocupados por los sueños de Eriol y lo que pudiera implicar para Kaho o su bebé. Además tenían mucha curiosidad por ver cómo iba creciendo el hijo de su creador.

-Chicos, no sé si sea lo correcto- les dijo la mujer.

-Anda, será divertido- insistió la chica- Buscaremos una casa que sea muy bonita y que nada tenga que ver con los horribles gustos de Eriol.

-¿O acaso planeas vivir en esta casa? – preguntó Spinel Sun.

-No, Touya ha sido muy amable conmigo, quizá más de lo debido y no quiero causarle problemas.

-Entonces ya está- dijo Nakuru emocionada- Cuanto antes nosotros buscaremos un lugar. Tú mientras sigue descansando.

No agregaron más y prometieron buscarla después cuando ya encontraran un espacio.

Sí era lo mejor, no quería seguir causándole molestias a Touya, mucho menos generar malos entendidos con Tsukishiro.

Touya estornudó. Seguramente, adentro estaban hablando de él. Yukito apenas se inmutó, continuaba arreglando su jardín mientras él sólo lo observaba pensando en lo que Kaho le había dicho, que también debía cuidar a Yuki.

-¡Auch! – se quejó de pronto, estaba acomodando un pequeño espacio que había destinado a unas rosas blancas.

Touya se acercó - ¿Qué pasó?

-Nada, sólo una de esas espinas- dijo el chico mirando su mano donde tenía una cortada en la que ya empezaba a brotarle un pequeño hilo de sangre.

-Desde que las pusiste te dije que tuvieras cuidado y usaras guantes- lo reprendió.

-No me pasó nada.

Touya le tomó la mano, revisándolo como si se tratara de una consulta médica. Bueno, en realidad él era un doctor pero no de personas, pero a veces le gustaba jugar así con Yuki, quizá ésta era una buena oportunidad para volverse a acercar.

-No parece grave pero…- sonrió ligeramente- quizá debamos ir adentro para revisarte bien, curarte y hacerte sentir mejor.

La propuesta era muy obvia y Touya debía admitir que, después de los primeros intensos meses viviendo juntos, ya se le estaba haciendo muy pesado el periodo de sequía entre ellos.

Yuki no pudo evitar sonrojarse y Touya supo que no todo estaba perdido; sin embargo…

-Ellos están adentro.

Miró hacia la casa y luego se volvió hacia él- Alguien en la habitación de junto nunca fue un impedimento – le dedicó una sonrisa maliciosa. Era cierto, cuando aún vivía en casa de sus padres, Touya había aprovechado algunas de las noches de estudio con Yuki para ir más allá del terreno académico con él; y aunque Yuki era más tímido al respecto, Touya lograba convencerlo y juntos descubrían que ese toque furtivo le agregaba mucho al momento.

Yukito rompió el contacto y liberó su mano – No te confundas Touya, no me refiero a eso… No pienso hacerlo mientras ella esté aquí.

Kinomoto gruñó – Ya te dije que sólo la estoy ayudando.

-Es tu exnovia y sé lo importante que fue para ti… Y ahora le prestas tanta atención.

-Y ahora tú siempre estás detrás de mi hermana – soltó por fin.

-Ay Touya, por favor – le recriminó.

-Sé que ella ya no es una niña y notó que ahora la celas demasiado con ese mocoso.

-Touya yo no…

-Tal vez tú no- lo interrumpió- Pero qué tal el otro sujeto… él se está poniendo en medio de nosotros.

De pronto regresó Nakuru y su muñeco de peluche. Yuki aprovechó para volver a la casa y Touya se quedó ahí en medio avergonzado de que escucharan su discusión.

-Vaya -dijo Nakuru- Algunos problemas en el paraíso.

-Cállate Akizuki- agregó Touya.

-Spick, me permites un momento con él.

La criatura se fue volando y dejó a los dos en una conversación en la que el muchacho no quería estar.

-Touya necesitamos tu ayuda- le dijo muy seria.

-¿Qué sucede?

-Eriol está muy preocupado por Kaho y su hijo y es muy importante que estemos cerca de ella. Necesitamos cuidarla.

-¿Está en peligro?

-Aún no lo sabemos, por eso debemos vigilarlos.

Touya dibujó una sonrisa amarga- Olvídalo, si meto más gente a la casa Yuki en verdad se enojará.

Ella rió un poco – Ya me di cuenta que no está de buen humor, pero tampoco es nuestra intención causar problemas. Y aunque me encantaría presumir que vivo bajo el mismo techo que tú, queremos que le ayudes a Kaho a instalarse en otro lugar, nosotros nos iremos ahí con ella.

Aunque no le agradaba mucho la idea, se sentiría más tranquilo si Kaho no se mudaba sola – Está bien.

-Perfecto, te estaré buscando para darte los detalles- le lanzó un beso al aire, se dirigió a la puerta y antes de salir agregó- Y si sigues encontrando resistencia con Tsukishiro, no dudes en buscarme.

-¿Por qué haría algo así?

-Es sólo una propuesta, una idea, para que no te aburras y caigas en otras tentaciones. Sin compromisos.

-¿Contigo? ¿Sin nada a cambio? – le preguntó con un tono incrédulo y se acercó.

-¿Quién dijo que no pido algo a cambio?- se volvió hacia él- Lo único que quiero es que no te metas entre Eriol y Kaho, no están pasando por un buen momento y no quisiera que generaras más ruido.

-Tú no entiendes. Y tampoco entiendes mis asuntos con Yuki.

-Los entiendo más de lo que crees, de verdad me interesas mucho y frecuentemente pienso en tus problemas. Siempre he sabido que Tsukishiro no es una persona tan sencilla y ahora lo compruebo.

Touya arqueó la ceja y se cruzó de brazos.

-Entiendo la naturaleza de Tsukishiro- continuó la chica- A diferencia de Spick, Kerberos y yo, él está dividido en dos personalidades. Y una de ellas está empezando a dominar.

-¿De qué hablas?

-Sí, y tu verdadero problema es que "ese otro" tiene otros planes- hizo una pausa- Yo tengo cierta afinidad con los poderes de Yue y siento cómo su energía está inquieta. Creo los dos intuimos lo mismo Touya: Yue está muy inquieto por otra persona que no eres tú.

-¡¿Qué?!

-Bueno, otro día podemos continuar con la plática. Adiosito.

Se fue de ahí dejándole un gran agobio. Él ya no tenía poderes y ya no podía sentir ciertas cosas respecto a la dualidad de Yuki, pero Akizuki le estaba confirmando que ese otro sujeto tenía sus propios planes e intereses. Y él (Touya) no estaban en ellos.

Yue está muy inquieto en otra persona que no eres tú- repitió la frase en su cabeza. Touya cerró la puerta de la casa furioso, para él todo estaba más claro ahora- Sakura.

Continuará…

¡Uf! Esto de los fics un día me va a matar. Bien hasta aquí el rarísimo capítulo 8. Y ahí les va, la verdad es que este capítulo no iba a quedar aquí, pero lo que sigue en la trama requiere su propio espacio, su calma para describir y escribir, así que decidí que éste era un buen punto para detener la historia.

Además, pasaron tantas cosas en tan pocas escenas que echarle más seguro haría que nuestros cerebros explotaran.

Bien, vamos directo al fic. Ay Syaoran, ahora, que este fic recién cumplió cuatro años de que lo empecé a publicar me pregunto: ¿qué estaba pensando cuando te di esta vida? Híjole como bien piensa él, esto no dejará de ser complicado y se le viene muuuuy difícil para él. De nuestra protagonista prácticamente no vimos nada por una razón, porque a ella la tengo bien guardada para lo que sigue, que estará de na manches.

Por otro lado, ay Eriol, de nuevo robando la escena. Y aquí quiero pedirles una disculpa si de pronto sienten que el muchacho está robando protagonismo pero hay una razón. ¿Se acuerdan que el principio les conté que la idea de este fic nació hace muchos años pero que nunca la completé por que algo le faltaba? Pues era justo él lo que me faltaba: pensar las coas de él que se perdieron en el anime, analizarlo como personaje, y cuando pude darle forma, él se convirtió en el hilo conductor de buena parte de la trama. Discúlpenme si se sienten timados porque esperaban un SxS nomás pero si aman SCC tanto como yo, se sentirán cautivados por más subtramas de este fic.

Y hablando de subtramas, qué onda con Touya. Este muchacho se está enredando de más y de a gratis. Ya también lo metí en toda esta "rueda de la tortura" y creo que resultó el más agobiado al final del capítulo ¿Ahora sí ya vieron de qué va la onda con Yukito? No se preocupen, les iré dando más de qué hablar sobre él y su dualidad.

Lamento mucho la larga espera de la actualización, empecé 2019 con muchos anhelos de escribir pero híjole, estuvo bien cañón el año y 2020 no es mucho mejor, pero para mí no hay mejor terapia que escribir. Espero que les haya gustado el capítulo, muchas gracias por su tiempo de lectura y, si es el caso, su review. No leemos pronto.

RESPONDIENDO REVIEWS:
Guest:
Gracias, espero que éste también te haya encantado, disculpa la demora de la actualización.
Sakura: ¡Hola! Efectivamente, también son primos pero la neta, de preocuparme por mi mi amiga/exnovia que por mi prima con la que ni me llevo como prima, pues Touya iba a elegir a Kaho. Sobre Tomoyo, ya lo aclararé pronto. Touya y Yuki, sí, ¿por qué? porque mis CLAMP así lo decidieron y cómo contradecirlas. Espero leernos pronto.
Guest: No sé creo que ese review va en mi otro fic de SS.
sxs: Escribo, escribo, perdón por dejarlos en suspenso.
Princesa Saiyajin: Amiga, siempre es un gusto recibir un review tuyo y mira que ahora me cayeron en bola. Muchas gracias por retomar esta lectura, sé que no es tu fandom y que puede haber cosas que te saquen de pedo; pero como siempre agradezco el favor del tiempo de lectura. Trataré de responder a tantos comentarios:
Gracias por no odiar a Meiling, es buena chica fue un poco caprichosa pero ya era tiempo de madurar ¿no? Sí, TouyaxYukito, porque aunque salgo de mi zona de confort, se me complicaba crear tooooda una justificación de porque no estaban juntos cuando CLAMP lo dejó tan claro en la serie original; y mira que por eso mismo estoy sufriendo con Tomoyo, hablando de ella, yo sé que te intriga y que posiblemente a todos intriga pero le estoy preparando uno de los movimientos más arriesgados en este fic. Ya pronto develaré tanto misterio sobre ella, pero sí, tiene sentimientos hacia Sakura.
Por otro lado, y hablando del papá de Sakura. Sí, en el manga al final explican que él era parte del alma del Mago Clow. Nunca entendí porqué quitaron eso del anime, le daba un buen final al personaje, pero retomaré algunas cosas al respecto.
Tienes mucha razón mi Prince, Syaoran es medio tóxico en este fic pero bueno, alguien tiene que provocar que la trama se mueva, sino qué chiste. Ya avanzó un poquitito en este capítulo pero aún tiene asuntos que resolver. Muchos. Respecto a Sakura, tienes razón, "amiga date cuenta", el problema es que peca de ingenua y como bien le dijo Touya, vive en una fantasía, aunque ya le llenaron en buche de piedritas, a ver qué le dice a su galán ahora que lo vea. Pero quiero decir algo más, es un lugar común en las relaciones no querer herir con la verdad, no lo digo yo, lo dice la ciencia y la experiencia.
Bueno, estaba terminando de escribir esto cuando me llegó el nuevo review. Perdón, no era mi intensión que odiaras a todos, creo que el presente capítulo no ayudó en nada. Gracias, te mando un abrazo.