Ni Marvel ni High School DxD son de mi propiedad, pertenecen a sus respectivos autores.

Yo hago esto sin ánimo de lucro, solo para pasar el rato.

Este fic contiene/contendrá violencia, palabrotas, posible lemon más o menos fuerte y demás cosas. Leedlo bajo vuestra responsabilidad, que yo ya lo he puesto en categoría M.

—comentarios.

—"pensamientos".

—*hablando por teléfono, comunicador, etc. *

(J.A.R.V.I.S.)

—+F.R.I.D.A.Y. +

— [Ddraig, Albion, etc.]

Esta historia ha sido creada por mi persona, mi amigo AtrixGrayZero, y con ayuda de su novia y mi amiga Criz Ravenwood, por tanto, la historia es de los tres, la idea base es la misma pero el contenido es sustancialmente distinto

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Capítulo 31:

EXPANDIENDO EL HORIZONTE — PARTE 02

/

—Iré contigo.

Fueron las primeras palabras de Tom cuando Issei le contó sobre su charla con Rias Gremory y la invitación del gobierno demoníaco para el próximo Rating Game entre ambas. Issei ya se lo esperaba, pero no por ello iba a dar su brazo a torcer.

—Ni de coña.

— ¿Cómo qué no? No me has dejado ir a ningún evento trascendental. ¡Déjame al menos ir al infierno! ¡Quiero poner a todo volumen Highway to hell mientras vamos allá!

—No sé qué tipo de reacción va a haber por mi presencia allí. No conozco ni una sola forma de volver por mi cuenta, y Ddraig ya me avisó de que no es totalmente seguro poder volver usando su propio poder. ¿Crees en serio que voy a arriesgarme a llevar a alguien conmigo?

—Si sabes que hay posibilidades de que se lie parda, ¿por qué cojones vas?

—No puedo ser un desconfiado por siempre.

—Estamos hablando del infierno, colega. EL INFIERNO.

— ¿Ya estamos con esas? Tú y yo sabemos que no podemos fiarnos de lo que nos cuentan las religiones y mitologías.

—Eso es cierto, pero aun así… EL INFIERNO. Te van a comer, masticar y escupir.

—Exagerado.

—No digas que no te avisé.

Issei rodó los ojos, negando con la cabeza. Mientras iba a la cocina para tomar algo, Tom sacó su teléfono móvil, mandando un mensaje de forma disimulada.

— ¿Crees que debería llevar abrigo? —Bromeó Issei mientras mordía un trozo de beicon.

Entonces su móvil comenzó a vibrar al tiempo que una melodía específica sonaba. En la pantalla aparecía el nombre de Pepper. Extrañado enarcó una ceja. ¿Por qué Pepper le estaba llamando? Había hablado con ella hacía dos días. ¿Quizás tendría que ver con el trabajo? No, imposible. Todo estaba yendo sobre ruedas. Descolgó la video llamada y antes de poder saludas apareció Pepper furiosa como nunca antes.

—*¡¿Al infierno?! ¡¿Vas a ir al infierno?! *

Issei se puso blanco al ver a Pepper tan furiosa. En un movimiento doloroso para cualquiera que lo hubiese visto, Issei miró a Tom, quien sonreía de la forma más inocente del mundo.

— ¿Has llamado a Pepper? —Preguntó en voz baja, como si fuera un secreto—. La traición…, la decepción, hermano…

—*¡Issei Hyoudou-Stark! * —Gritó llamando su atención.

El adolescente volteó, aterrado. Hacía mucho que había aceptado que veía a Pepper como su madre, y una madre furiosa era una madre furiosa. ¿Qué podía aterrar tanto a alguien como ver a su madre furiosa? Pues que estuviera furiosa y llevara una zapatilla o un cinturón en su mano. Por suerte ella estaba en los Estados Unidos y él en Japón.

— ¿Si?

—*Respóndeme. *

—Bueno…

—*¿Sí o no? *

—Yo… Pues… ¿Si?

—*¡No puedes ir al infierno! *

—Oh vamos. Tú eres de las que me decían que no generalizase. Ahora tú lo estás haciendo.

—*Estamos hablando del infierno. *

—No sabemos cuánto de verdad hay en lo que enseñan. Por lo experimentado hasta ahora puedo decir que no me fio ni un pelo. Además, puedes pensar que me ido por ejemplo a… ¿Rusia? O si quieres ponerlo peor, Inglaterra.

—*No bromees. *

—Te noto tensa.

—*Tom me ha dicho que ni siquiera sabes si podrías volver por tus propios medios. *

Nuevamente Issei le dirigió a su supuesto mejor amigo una mirada mortal.

—Exagera.

—*La mirada que le has dado no me ha dado esa sensación. *

El Stark bufó cansado. Estaba más que claro que no iba a poder burlar a aquella mujer tan magnífica.

—Vale, sí, me voy al infierno. Y no, no estoy cien por cien seguro de que pueda volver si la cosa se tuerce allí. ¿Contenta?

—*Obvio que no* —Ahora fue el turno de Pepper de suspirar, pero ahora mostrando verdadera preocupación—. *Estoy muy preocupada. Ya sé que te expones al peligro al igual que Tony, pero…, ahora hablamos de un lugar al cual no podemos llegar. No podremos ayudarte, y eso me pone nerviosa. *

—Te entiendo. Muchas cosas han pasado estos últimos años, pero es un riesgo que estoy dispuesto a asumir.

A pesar de sus palabras confiadas, la mujer no dejaba de mirarle con suma preocupación.

—*No me gusta, nada de nada, pero si es lo que deseas…*

—Gracias. Te llamaré en cuanto mismo vuelva, ¿de acuerdo?

—*Si, por favor. *

Y la llamada finalizó. Tom e Issei se mantuvieron en sus respectivos lugares hasta que el oriental observó a su amigo con gran molestia.

—Tú eres un hijo de puta desde la h hasta la a. Que lo sepas.

—Quién lo hubiera dicho, ¿eh? Con lo buena persona que parezco.

XXXXX

Hacía casi un año que no veía ese cementerio, y en verdad no pensaba volver a pisar su suelo, pero a pesar de saber que no había nada allí, solo un enorme hueco vacío, era el único lugar donde aún podía sentirla, más o menos. Su antigua casa, o más bien la de su abuela, tiempo hacía que había pasado a manos del Estado. No había pensado comprarla ni mucho menos, por lo que actualmente vivía allí una pareja de recién casados cuya mujer estaba embarazada. Como decían algunos: se habían casado de penalti.

Aquel día, el jueves, Tom e Issei habían volado en el jet privado del segundo de vuelta a los Estados Unidos, teniendo en cuenta que el nuevo día recién comenzaba en aquel país, hablando de que eran poco más de la una de la mañana cuando llegaron. El maldito cambio horario…

Issei no había avisado a su familia, aunque estaba seguro de que sabían que estaba ahí. Quería intimidad y Tom prácticamente se había auto invitado al conocer sus intenciones. En la entrada del cementerio pudo ver también a Marilyn, aunque estaba vestida con sus ropas de agente de S.H.I.E.L.D.

—Venir al cementerio de noche… Si esto fuera Halloween sería sumamente extraño —Comentó la agente al verles bajar del vehículo.

—Calla, calla. A ver si ahora nos va a salir un fantasma por ahí.

La pelirroja clavó su mirada en Issei, quien se veía muy indeciso sobre si entrar o no en aquel lugar tan deprimente para la mayoría de la gente.

— ¿Estás bien?

—La verdad es que no.

— ¿Quieres que volvamos? —Preguntó Tom con preocupación.

—No… No es necesario… Puede que no me guste, pero no por ello voy a echarme para atrás.

—Mejor, porque no pienso haberme pegado tal viaje para nada.

—Tom —Recriminó Marilyn.

— ¿Qué? Si es verdad. En el jet se está de lujo, pero son demasiadas horas incluso para ese trasto, incluso a pesar de su increíble velocidad. ¿Sabes que es el jet más rápido que existe?

—Es de Industrias Stark. Es de esperarse.

—Lo sé, pero aun así impresiona. No parece que vayas tan rápido.

Issei rodó los ojos y entró en el cementerio. Cualquier cosa que no fuera una discusión tan estúpida como esa. Por su parte, Tom sonrió orgulloso de sí mismo.

—En verdad me pregunto si planeas cosas como estas o simplemente es cuestión de suerte —Dijo Marilyn con burla mientras entrelazaba su brazo con el del artista.

—Puede que no sea un genio como el pitufo, pero le conozco demasiado bien. Necesitaba una pequeña motivación para entrar aquí otra vez.

—Y hablar sobre la velocidad de su jet era lo mejor, ¿no?

—En su estado actual, sin duda.

Siguiendo la estela del Stark, el trío atravesó el cementerio. El césped seco servía de calles entre los diversos mausoleos familiares y las tumbas individuales. En el caso de Iris, su familia tenía un pequeño mausoleo prácticamente en el otro extremo del cementerio. A la luz de la noche, únicamente iluminada por la media luna menguante y unas pocas estrellas, eran más que suficiente para no tropezar con ninguna tumba.

El cementerio tenía un aspecto muy distinto por la noche. Por el día a Issei le parecía desolador y triste, pero por la noche tenía un aire más místico y misterioso, más agradable. No sentía ni una pizca de temor, no como en esas películas de miedo, con los protagonistas meándose encima dentro de un cementerio por la noche. Ni siquiera Tom o Marilyn se veían afectados por eso. Al final, luego de una tranquila caminata, llegaron hasta el mausoleo de los Davenport. Cinco tumbas había en total: la vacía de Iris, la de sus padres, sus abuelos, bisabuelos y tatarabuelos. Algo tenía esa familia que, a excepción de Iris, sólo habían tenido un descendiente, y siempre varón. Iris fue la que cambió cuatro generaciones de genética no solo por ser la primera hija única, sino que, a pesar de su problema, tenía claro que deseaba una familia grande. Issei se rio al recordar aquella divertida charla.

Se colocaron frente a la tumba vacía y el silencio solo era roto por el viento, los animales nocturnos y unos pocos indicios de la civilización humana. Issei dejó en la tumba vacía las flores japonesas que había comprado antes de marcharse del país. No quería algo típico para aquel momento.

—Hace un año ya… Dios, parece que el tiempo pasa cada día más rápido… —Dijo Marilyn con tristeza en su voz.

Los tres amigos eran los únicos en aquella parte del cementerio. No es que hubieran reservado aquella hora para ellos, pero a esas horas de la noche en verdad el número de personas, que obviamente no fueran trabajadores, era de cero.

— ¿En serio? Para mí ha sido como mil años, sobre todo al principio —Dijo Issei—. El tiempo parecía detenerse, como si observara a un astronauta cerca de un agujero negro.

— ¿No podías usar otra analogía? No sé, una que entendamos todos.

—Cariño, tú eres el único que no la ha entendido. Siempre fuiste penoso en ciencias.

—Sí, pero en humanidades lo petaba.

—Cada uno tiene sus fortalezas y debilidades. Por suerte tus padres potenciaron lo primero, aunque sin descuidar lo segundo.

—Gracias a eso logré terminar la secundaria y la preparatoria. Suerte que en la carrera no tenía nada que ver con las ciencias.

—… ¿En serio? ¿Os vais a poner a hablar de eso ahora?

—Ya sabes cómo somos. Nos ponemos a hablar y nos enrollamos.

—Eso, eso.

Sonriendo levemente, Issei se rascó la nuca.

—He visto mucho esto: hablar a las tumbas. En un principio me parecía divertido, e incluso estúpido…, pero ahora lo veo con otros ojos.

—Cuando lo haces sientes que está aquí, contigo, escuchándote —Asintió Marilyn con la cabeza—. Sé cómo te sientes. Demasiadas veces he hecho esto, y no solo con Marilyn.

—La vida del espía es dura.

—Y la del superhéroe.

Nuevamente el silencio hizo acto de presencia mientras los tres amigos pensaban que decir a aquella tumba sin cuerpo. Al final la agente fue la primera en hablar.

—Esta es la primera vez que te hablo, a pesar de haber venido a visitarte tantas veces. Tantas cosas que podría contarte, pero me temo que no puedo, es clasificado. Ya sabes, cosas de S.H.I.E.L.D. Nunca puedo saber cuándo o dónde hay un espía, o si me están espiando. Te echo mucho de menos. Aquellas charlas nocturnas, las fiestas de pijama, nuestras salidas alocadas… Sí, buenos tiempos… Tiempos que duraron menos de lo que deseaba… Ojalá estuvieras aquí… Me has hecho mucha falta, más de lo que cabría esperar… Solo espero y deseo que estés bien donde quiera que estés y hayas logrado alcanzar la paz… Ya demasiada mierda viviste aquí…

Marilyn largó un largo suspiro mientras se limpiaba los ojos por las lágrimas traicioneras. Ésta miró a Tom, pero el artista negó con la cabeza. Él no quería decir nada, prefería el silencio. No es que no fuera amigo de Iris, todo lo contrario, pero no dijo nada en su funeral y tampoco lo iba a decir en aquel momento. Tom era de los que preferían callar ante los muertos a soltarles un sermón sobre su vida cada vez que los visitaba. Ni siquiera con sus abuelos fallecidos, que no eran todos, soltaba un monólogo, ya fuera corto o largo. Puede que los cuerpos estuvieran allí, o bueno, en este caso ni siquiera eso estaba, pero fuera donde fuera que estuviesen sus almas, no estaban allí, así que… ¿para qué? A menos que alguien le confirmara que en verdad el espectro estaba ahí…, y no es que aquella idea le agradase mucho, la verdad. Al ver que su mejor amigo no iba a decir ni pío, Issei inspiró profundamente, clavando sus ojos en la vacía tumba.

—Dios… Esto es demasiado extraño… No me acostumbro a la falta de tu presencia en mi vida… La siento…, menos alegre… Es muy duro, pero trabajo para seguir adelante… —Tom y Marilyn se miraron, procediendo a alejarse silenciosamente del lugar, dejando a Issei tener intimidad.

El Stark procedió a contar todo lo ocurrido en aquel año, desde su depresión hasta los acontecimientos más recientes. Conforme la explicación avanzaba, su tono de voz se iba volviendo un poco más alegre, aunque sin perder jamás el toque triste. Incluso cerró los ojos, pues se le hacía más fácil imaginar que ella estaba allí, frente a él, que simplemente mirando la lápida. Aún podía recordarla a la perfección, todos sus detalles. La imagen era en verdad tan nítida que parecía que estuviese allí, en carne y hueso. Cuando terminó volvió a abrir los ojos y nuevamente sintió aquel vacío. Durante el tiempo que había estado hablando, en verdad había llegado a sentir que ella estaba allí, frente a él, pero la realidad le golpeó con fuerza. Al menos se había quitado un gran peso de encima. Menos era nada.

Se puso en pie, limpiándose las lágrimas de los ojos. Acto seguido levantó la cabeza y sonrió, dándose la vuelta para salir del cementerio sin voltear a mirar ni una sola vez. Iris no estaba allí, después de todo. Tom y Marilyn le esperaban no muy lejos, por lo que una vez estuvieron nuevamente reunidos abandonaron juntos aquel lugar. La salida del cementerio fue tan silenciosa como la entrada. Luego de decir lo que tenían que decir frente a aquella tumba vacía, ninguna otra palabra salió de la boca de ninguno durante el trayecto. No fue hasta que estuvieron fuera de aquel terreno que la agente abrió la boca.

—Así que te vas al infierno… —El tono de Marilyn no mostraba lo que pasaba por su mente. Era un tono neutro, tono que había perfeccionado en S.H.I.E.L.D.—. Ya me contarás cómo es todo por allí.

— ¿Temes ir allí cuando mueras? —Bromeó Issei sintiéndose un poco más animado.

—No soy creyente, pero saber que existe aterra un poco —Respondió encogiéndose de hombros—. No, yo creo que mi alma irá a otro lado. Debe haber otros lugares a los cuales vaya a residir, ¿no? No solamente los Más Allá de cada religión.

—Tengo entendido que sí.

—Pues eso. Es a ese lugar al que temo ir cuando muera.

— ¿Sabes siquiera si estarás consciente?

—Ddraig lo está. ¿Por qué yo no?

—Pero él no está en el otro barrio —Puntualizó Tom—. Él está en ese trasto, que no es lo mismo.

—Touché. ¿Y Fury lo sabe?

—Yo no le he dicho ni pío, pero mi familia lo sabe, así que es probable que Tony lo haya anunciado a los cuatro vientos.

—Eso es una ciencia exacta. Tony será muchas cosas, y bocazas es una de ellas.

—Por un momento pensé que harías una referencia a los Simpson.

—Quizás otro día. Pero ten por seguro que querrá charlar contigo cuando vuelvas, si es que no se pone en contacto contigo antes de irte.

—Ambas son más que probables. Pero, aunque Fury no hablase conmigo, voy a recopilar toda la información posible.

— ¿Los reencarnados?

—Eso mismo. Tuve ayer una charla con Rias…

— ¿Rias fue a casa? —Interrumpió Tom mirando a su amigo con ojos divertidos—. Y estabais solos… Pequeño truhan.

—No pasó nada —Gruñó Issei.

—Ya… ¿Me estás diciendo que has estado a solas con ella y no ha pasado nada?

Tom sacó su teléfono móvil, toqueteándolo un poco para desconfianza de Issei y curiosidad de Marilyn.

—Sí, he estado con ella y…

Pero sus palabras murieron cuando Tom plantó su móvil frente a la cara de Issei. La excitación invadió cada poro del Stark al tiempo que su rostro se volvía rojo tomate. Marilyn dejó el lado de su pareja para colocarse al lado de Issei y ver mejor lo que el artista le estaba mostrando. Lo que le estaba mostrando era una foto de Rias Gremory en bikini, o bueno, más bien en toples, o casi en toples, en su cuenta de Facebook.

—Si me dices que has estado con esta mujer, solos, en tu casa, y no ha pasado nada…, como que no sé qué decirte, ¿sabes? No te habrás vuelto gay o asexual, ¿verdad? A ver, no tendría nada en contra, pero sería demasiado extraño —Decía Tom mientras pasaba una foto tras otra.

Se notaba que estaban a finales de julio, pues las fotos veraniegas eran las que inundaban las dos redes sociales más importantes del momento: Facebook y Twitter. Y claro, Rias Gremory no era ajena a nada de eso. Incluso algunos miembros de su nobleza tenían. El problema era que Issei no tenía ninguna cuenta, a pesar de los intentos de Tom por crearle una. La excusa de Issei era sencilla: demasiado expuesto estaba ya a los medios como para añadir también las redes sociales. No. Él no se uniría a eso.

— ¿Acaso la tienes agregada? —Curioseó Marilyn con los ojos entrecerrados—. ¿Qué pasa? ¿Acaso te gustan las tetas tan grandes? No deberías fiarte de esas fotos. Además, no son anti gravedad. Deberías verlas como son en realidad, sin sujetadores, libres.

—N-no es eso… —Se defendió Tom nervioso—. Pero es bueno seguir estas cosas. Quieras o no, las redes sociales es un modo de mantenerte al día respecto a los asuntos de los usuarios.

— ¿Por eso te haces fotos en la piscina? —Interrogó Issei recordando las numerosas fotos de Tom en la piscina de su casa en Kuoh.

—Postureo, querido hermano. Se le llama postureo. Soy un artista, y esta es otra forma de promocionarme. Me ayuda a la hora de expandir mis obras más allá del taller.

—Bueno, ahí tienes un punto.

—Pero no te vas a librar. Puedes cambiarme de tema todo lo que quieras, pero no voy a parar. Estamos en verano, esta mujer no está nada mal —Rápidamente miró a su pareja, tragando saliva al ver su rostro neutro—, y has estado solo con ella. Perdón por pensar si aún tienes apetito sexual.

— [Lo tiene]

— ¡Ddraig!

— [¿Qué? Solo he respondido a una pregunta]

—Gracias Ddraig —Agradeció Tom—. Es bueno saber que no es un eunuco.

— [Yo dije exactamente lo mismo]

—Las grandes mentes piensan igual.

— ¿Y qué vas a hacer ahora? ¿Te vas a casa a esperar a Rias? —Preguntó Marilyn cambiando de tema por la fuerza.

Tom intentó continuar, pero una simple mirada de la agente fue más que suficiente para callarle.

—No. Voy a ir a Inglaterra.

— ¿A ese lugar lleno de repipis? —Preguntó Tom sin ocultar su aversión a los ingleses—. ¿Qué se te ha perdido allí?

—Quiero ver que tal está Irina. No la he visto desde hace unos dos meses, antes de la Conferencia. He hablado con sus padres y parece que desde entonces progresa bien, pero mejor comprobarlo de primera mano.

—Pasó por algo muy traumático, se encerró en su misma, intentó ignorarlo, olvidarlo, pero era como un veneno que la consumía lentamente. Y luego llegas tú y se lo sacas a puñetazos —Dijo Marilyn con los brazos cruzados.

— ¡No la golpeé!

—Es sólo una expresión. Lo que quiero decir es que necesito terapia de choque, literalmente, para comenzar a superar el trauma. Sabiendo lo que se es algo que le tomará mucho tiempo, pero en estos dos meses habrá realizado un avance significativo, o al menos eso creo según mis conocimientos de esos exorcistas. Pero, como mujer, sé qué será algo que le perseguirá durante el resto de su vida.

Issei asintió, compartiendo aquel pensamiento. Irina había pasado algo horrible. Había sido torturada y violada, y su fe, uno de los pilares sobre los cuales se sostenía, había sido casi destruido. Lo más extraño sería que volviera a ser la que era, sin secuelas.

Entonces los tres se detuvieron ante el coche de la agente. Tom y Marilyn se dispusieron a subir, pero Issei no. El oriental rebuscó entre sus bolsillos, extrayendo unas llaves.

—Toma —Le dijo a Tom mientras tendía dichas llaves.

— ¿Y esto? —Curioseó el artista mientras las cogía.

—Las llaves del jet. Yo tengo poco más de doce horas para volver, y antes tengo que ir a Inglaterra. Con el jet iré más lento.

— ¿Doce? ¿Por qué doce?

—Es cuando termina la jornada laboral, por lo que dudo que Rias vaya antes, o envié a alguien a casa.

—Entiendo.

Normalmente la mayoría de trabajadores japoneses solían trabajar unas sesenta horas semanales, lo cual a Issei le pareció una burrada y absurdez, por lo que en su departamento en el país se trabajaba cuarenta semanales y se cobraba exactamente lo mismo que si echaban sesenta.

Aquello fue algo muy bien acogido por los jóvenes, aunque los de más edad eran bastante reacios a aceptar aquel cambio de horas semanales. Pero él tenía claro que no quería participar en ese suicidio social en el trabajo. Es más, incluso las horas extras al mes eran más limitadas que las del gobierno.

Pero aquello no era lo importante. Era más que obvio que no iba a ir a trabajar ese viernes, por lo que tenía tiempo para realizar aquella visita, pero tampoco quería llegar muy tarde a su casa en Japón. Después de todo no era alguien impuntual.

XXXXX

Al igual que otras muchas veces, Issei voló a gran altitud para evitar la resistencia de la atmósfera, o al menos todo lo posible, yendo a máxima velocidad para llegar a Inglaterra en tiempo record. Las modificaciones realizadas en la armadura desde su creación, así desde el primer vuelo a altas velocidades, ayudaron a que no cayera desmayado mientras realizaba aquel trayecto a velocidades supersónicas. Además, poder contemplar la Tierra desde tanta altura siempre era algo maravilloso de ver, aunque su cuello acababa doliendo bastante. Debía realizar más ejercicios para esa delicada parte de su anatomía.

—F.R.I.D.A.Y., ¿puedes llamar a la casa de los Shidou?

—+Ahora mismo. +

El teléfono sonó repetidas veces antes de que alguien cogiera la llamada. Con la tecnología actual, los teléfonos móviles, lo más normal sería que las casas no contaran con teléfonos propios, pero por suerte el hogar de Irina sí. Les gustaba conservar tecnología considerada retro, pues muchos así consideraban esa tecnología ya desfasada.

—*¿Diga? *

—Señora Shidou.

—*Oh Issei. ¿Eres tú? *

—Sí, soy yo.

—*¿Estás conduciendo? Oigo algo raro. *

—Se podría decir que sí.

—*Ohhh. Entiendo. ¿A qué debo el placer de tu llamada? *

—Me gustaría saber si Irina está allí.

—*No. Ahora mismo está fuera, con unas amigas. Pero estoy segura de que le dará mucho gusto hablar contigo. *

— ¿Cree que aceptará verme? Pasaré por Londres dentro de un rato.

—*Te mandaré su ubicación. *

—Gracias.

—*Issei…*

— ¿Si?

—*A pesar de haber mejorado, aún está en situación delicada. Su miedo a los hombres está muy latente. Dudo que contigo pase lo mismo, pero aun así mantén las distancias a menos que sea ella quien se acerque. Y nada de movimientos bruscos. *

—Entendido.

—*A pesar de no portar ningún arma por el momento, sus capacidades físicas no han disminuido. No es por nada, pero sin tu armadura tus capacidades son inferiores a las suyas. Podría hacerte mucho daño. +

El Stark rodó los ojos.

—Me lo suponía. Gracias por el consejo.

—*Suerte. *

Y la Shidou cortó la llamada.

— [Una mujer muy considerada. Sabe que su hija puede barrer el suelo contigo y te avisa de ello]

—No es gracioso.

— [Sí que lo es]

—+Usted depende por completo de su Sacred Gear. Sin ella no podría derrotar ni siquiera a la señorita Cooper. +

—Marilyn es una agente de S.H.I.E.L.D. e hija de militares. Ha entrenado desde que era una niña. ¿Cómo se supone que derrote a un arma humana?

—+Gracias por darme la razón. +

—Puedo hacer cosas sin la armadura.

— [La próxima vez que te enfrentes a un demonio o un caído haz el favor de recordar eso, a ver cuánto duras]

Issei gruñó molesto, pero no refutó sus palabras. Por supuesto que sabía que sin la Boosted Gear sólo era un humano normal en cuanto a términos físicos se refería. Aquello era innegable y algo molesto, pero no podía contar con otra cosa que no fuera eso y su intelecto. La dragonificación quedaba fuera de lugar, o al menos la que sugería el dragón okupa. No deseaba convertirse en un híbrido, quería conservar su esencia humana todo el tiempo posible, el cual no era mucho teniendo en cuenta lo que ocurrió hacía un año. Si iba a morir con cuarenta, pues moriría siendo humano, no un maldito híbrido.

—Me sorprende que la tengan tan controlada. ¿Lo sabrá ella?

— [Si lo sabe no creo que le importe. En su condición es lo más normal que le hagan un seguimiento]

—+Algunos podrían verlo como un ataque a su intimidad. +

—Pero no está en plenas capacidades mentales. Y son sus padres. No creo que vayan a juzgarles mal por ello.

—+Podría ser. Hecha la ley, hecha la trampa. +

— ¿Y bien? ¿Ha llegado la localización?

—+Así es. Parece que está cerca del río. +

— ¿Puedes revisar las cámaras?

—+Ahora mismo. Accediendo a las cámaras de la zona. +

— [¿Eso no podría considerarse como piratería digital? Son las cámaras del gobierno]

—No creo que les importe.

— [Y luego criticas]

Issei volvió a rodar los ojos. En verdad lo que estaba haciendo podría considerarse como un crimen, pero no hacía nada que el gobierno británico no estuviera haciendo ya.

—+Mostrando imagen. +

Lo que apareció ante Issei era las imágenes de las cámaras cercanas al Puente de Londres. Ahí podía ver cómo el día ya había iniciado para sus habitantes, pues eran cerca de las diez de la mañana. Pudo ver entonces a Irina, quien se encontraba trotando junto a otras tres chicas que aparentaban tener su edad, años arriba años abajo. Para sorpresa de los transeúntes, aquel grupo femenino trotaba a gran velocidad, casi que parecía que corrían. Sonrió divertido, pues a pesar de estar entre personas normales y comunes no parecían ocultar sus capacidades físicas superiores.

— ¿Exorcistas?

— [Lo más probable]

—Bueno, no creo que les importe si se la robo un momento.

— [No sé yo]

El resto del viaje, se la pasó relajado, dejando que Ddraig y F.R.I.D.A.Y. pilotaran la armadura de modo que pudiera descansar un poco el cuerpo, sobre todo el cuello, de la tensión del viaje. Cuando vislumbró la ciudad de Londres descendió casi en picado. El lugar de aterrizaje era el Battersea Park, un famoso parque situado junto al Támesis, frente a Chelsea, donde Irina y su grupo pararon para descansar e hidratarse. El lugar no estaba siendo muy transitado debido a la hora, por lo que las pocas personas que allí había eran jubilados, trabajadores de parques, gente sin trabajo y estudiantes que disfrutaban de sus vacaciones veraniegas, aunque de estos últimos no tanto por los viajes al extranjero o a otras partes del país.

—+Señor, hay que pagar entrada. +

—Pues págala, no hay problema.

Como era de esperarse, la llegada del Dragón Rojo pilló por sorpresa a todo el mundo. Como era de esperarse, muchos aprovecharon para acercarse y tomar fotos, así como grabar vídeos. Obviamente Irina y su grupo no fueron ajenas a su presencia.

— ¿Ese no es el portador del Rojo?

—Yo creo que no. ¿No es Iron Man?

—No. Su armadura es de color roja y oro, esta es roja y plateada.

—Tienes razón.

—Entonces… ¿ese chico no era tu amigo, Irina?

La aludida dejó de mirar a la muchedumbre alrededor de Issei para mirar a sus compañeras.

—Sí, lo es. Al menos lo éramos cuando vivíamos en Kuoh.

— ¿Y ahora?

—Ahora… No sabría decirte —Respondió con total sinceridad.

—Pero él te ayudó a salir de eso, ¿no?

—Eso mismo. E incluso he escuchado que llama de vez en cuando para preguntar sobre tu progreso.

—Eso no lo hace cualquiera. ¿Segura que no sois amigos?

Irina se quedó callada, observando primero a sus amigas y luego a su amigo de la infancia. Era una pregunta que no dejaba de rondarle la mente. Hacía más de diez años desde que fueron amigos, y sus últimas reuniones no habían sido del todo agradables: la primera fue con todo aquel turbio asunto de las espadas sagradas y la segunda cuando la forzó a afrontar la realidad. Fuera de ello apenas y habían hablado.

Al final, después de un rato, cuando la gente dejó al pobre Issei respirar, éste se alejó un poco para sentarse, con la armadura aún puesta, en uno de los bancos que daba al gran lago del parque, no sin antes dirigirle una rápida mirada a Irina. La exorcista se alejó del grupo, yendo directamente hacia donde estaba Issei. De reojo el Stark pudo apreciar cómo se acercaba y sus ojos no pudieron evitar viajar. Su cabello se veía bastante más corto, a pesar de llevarlo atado en una cola de caballo alta. Quizás ahora le llegaría poco más abajo de los hombros. También podía ver las cicatrices producto de la tortura. No las ocultaba, y tampoco parecía que hubieran hecho intento de hacerlas desaparecer. Eso era algo bueno. Y claro, lo más importante… Ya la había visto con su ajustado traje de batalla, uno que le hizo recordar muchas fantasías, pero ahora, con aquella ropa deportiva ajustada que dejaba mucha piel expuesta, otras fantasías volvieron con la misma fuerza.

— [Compañero, relájate un poco. Me parece perfecto que tu apetito sexual vuelva, pero no es el momento]

—+Tiene razón señor. La señorita no se encuentra saludable para tales actos. +

— ¿Por qué no os vais un poquito a tomar por culo?

— ¿Me dices a mí? —Preguntó Irina con una sonrisa mientras se sentaba a su lado.

El casco de la armadura fue retirado por completo, permitiendo así que ambos se pudieran mirar directamente a la cara.

—No, no iba por ti.

—Supongo que estabas hablando con alguien. Pero, aun así, esas no son palabras adecuadas para hablar con alguien, por más maleducado que fuera.

—Bueno, todo depende. Para una puritana como tú, mi forma de hablar puede sonar demasiado ofensiva.

Ante la broma de Issei, Irina le miró con falta molestia.

—Oh, qué ataque más gratuito. No me lo esperaba de ti.

Aquello provocó una leve risa en ambos. Guardaron silencio mientras observaban aquel lago. Irina apoyaba su espalda en el respaldo mientras Issei echaba su cuerpo hacia delante, apoyando sus brazos en las piernas. El agradable momento apenas duró unos segundos. No hacía falta decir nada para hacer que el ambiente se enturbiara un poco. Los dos sabían el motivo de que Issei estuviera allí. Hablar de aquel tema era algo muy serio y que debía tratarse con cuidado.

—Me he enterado de que vas mejorando… Eso es bueno.

—Sí. Voy a una psicóloga especializada en estos problemas. Es una gran mujer y me entiende. Sabe cómo tratar todo esto y me está ayudando mucho. Y ya no siento mi cuerpo tan duro y cansado.

— ¿Ya no entrenas hasta el cansancio?

—No. Ahora tengo un entrenamiento más regular, uno mezclado con mis sesiones con la psicóloga y otras tareas.

— ¿Cómo cuáles?

—Tareas domésticas, salir de forma tranquila con mis amigas, mis tareas en la Iglesia…

— ¿Nada relacionado con tu trabajo?

—Nada directo. Lo poco que hago se parece más a las tareas de los bibliotecarios.

— ¿Te aburre?

—Admito que no es lo mismo que estar en primera línea, pero tiene su punto bueno. Estoy aprendiendo muchas cosas que antes no sabía por estar enfrascada en aprender a manejar a Mimic.

—Ya veo. ¿Y qué ha pasado con esos fragmentos?

—Al parecer los alquimistas de las tres Iglesias están trabajando para re forjar Excalibur, o al menos usando seis de los siete fragmentos. Los guardianes del séptimo no van a desprenderse de él.

— ¿Algún posible portador?

—Nada hasta que no logren fusionarlos. Galilei hizo un buen trabajo, pero pudiste ver cómo una Excalibur de cuatro fragmentos perdió ante la espada sacro-demoníaca de ese demonio. Sus fórmulas tienen fallos, al parecer. Les llevará un tiempo hasta que todo esté resuelto.

—Pensaba que pedirían ayuda a los ángeles.

—Y lo han hecho, pero incluso con su ayuda es un proceso difícil, y quieren hacerlo bien.

—Ya veo.

Y nuevamente el silencio. Las amigas y compañeras de Irina observaban desde la distancia el desarrollo, negando de forma reprobatoria. Desde su punto de vista no parecía que la conversación avanzase.

—Creo que aún no te he dado las gracias.

— ¿Por qué? —Cuestionó Issei mirándola—. No creo que las merezca.

—Sí, sí que las mereces. Es gracias a ti que he dado el paso para recuperarme.

—Lo forcé, Irina —Negó con voz dura—. Forcé algo que quizás no debí forzar. A pesar de tu condición, es bastante probable que hubiera otra manera.

—Quizás sí, quizás no. El quizás no importa. Los futuros alternativos no existen. Lo importante es lo que te he dicho. Ahora estoy como estoy gracias a ti, y eso es bueno. Por todo eso, gracias.

La sincera sonrisa y aquel agradecimiento estrujó el corazón de Issei al punto de morderse el labio y apretar los puños.

—Pude haber ayudado… Pude haber evitado que te ocurriera eso… Si os hubiera prestado mi ayuda… Si hubiera ido tras vosotras cuando estos escaparon en aquel parque… Pero por mi egoísmo…, por no querer involucrarme en todo eso…

La sonrisa de Irina fue sustituida por un gesto triste. Las mismas palabras que estaba diciendo su amigo de la infancia las había oído de varios compañeros y altos cargos. No era un secreto que a muchos dentro de la Iglesia les molestaba la actitud del portador del dragón Ddraig, todo a raíz de su llegada a Kuoh, del trato con los demonios y las formas en la que se desenvolvió durante la Operación Excalibur.

Pensaban que se enfrentaría a los demonios, pero nada. Pensaban que ayudaría con las Excalibur, pero nada. Y para mejorar la situación, había entablado amistad con ambas herederas.

Vaya un superhéroe, que se alía con las criaturas del mal. No es un superhéroe, solo un impostor seducido por los demonios.

Pero a Irina eso no le importaba. Issei ya había sufrido lo suficiente y era libre de hacer lo que quisiera. No era cristiano, no creía en esas cosas, no aceptaba la existencia de los dioses, pues él los consideraba semidioses. Pero tenía buen juicio, pues había entablado relación con la nobleza Gremory y Sitri por voluntad propia a pesar de lo ocurrido en Italia.

—No puedes culparte por eso. No tenía que ver con tu trabajo de superhéroe. No había personas inocentes involucradas, como puede ser en un conflicto humano entre países, o contra terroristas. Era un asunto de la Iglesia y el grupo de Kokabiel. Yo no te culpo. Fui ingenua al ir tras ellos, fui yo quien decidió cubrir la huida de Xenovia y ese demonio Gremory. Fueron mis elecciones, no las tuyas.

—Aun así… Mira lo que te pasó…

—No te martirices con eso, por favor.

Issei bajó la mirada, aún molesto consigo mismo. A pesar de los intentos de Irina, una parte de él aún seguía culpable.

—Oye, hay algo que quiero preguntarte.

El tono avergonzado de la exorcista llamó su atención. Levantando la cabeza, Issei observó cómo Irina desviaba un poco la mirada levemente sonrojada.

—Dime.

Su rostro se volvió más rojo al tiempo que colocaba sus puños cerrados en sus piernas.

— [¿Esto huele a confesión?]

—"No… ¿No creo?"

—Sabes… Nosotros… Éramos amigos de niños en Kuoh…

— [¡Esto es una confesión!]

La idea iba cobrando más fuerza en la mente de Issei. A ver, emocionar le emocionaba, pero no quería rechazarla teniendo en cuenta su situación. No sentía eso por ella.

—Y… Bueno… Me preguntaba si…

—Lo siento Irina, pero no puedo corresponderte —Se apresuró a responder Issei, sorprendiendo a la mujer—. Me pareces una mujer muy atractiva, pero no te veo de esa manera, y tampoco me veo preparado para iniciar otra relación. Pero espero que podamos ser amigos.

Issei miraba de forma intensa a Irina, con el rostro rojo tomate como muy pocas veces. Por su parte, el rostro de Irina había vuelto a su tono normal. Aquel rojo de la vergüenza había desaparecido. Hubo varios segundos de completo silencio, hasta que la exorcista estalló en carcajadas para desconcierto de Issei.

Su rostro ya de por sí rojo solo aumentó más al tiempo que la vergüenza invadía cada fibra de su ser, una vergüenza muy distinta a la que había sentido cuando se suponía que la había rechazado…

— ¡Oh Dios mío! ¡Esto es…! ¡Esto es…!

Irina se llevó las manos al estómago, riendo como pocas veces, riendo por primera vez desde la Operación Excalibur.

—Bueno…, tampoco es para reírse así… —Gruñó molesto por su risa de loca.

—L-lo siento… Es que… Es que… Es demasiado gracioso… —Se disculpó como pudo mientras se limpiaba las lágrimas, aunque nuevamente la risa atacó con violencia.

—… Yo no le veo la gracia…

Issei intentó mantener la compostura mientras Irina se reía y reía para su mayor vergüenza. La gente que pasaba cerca les miraba con gran curiosidad. Después de todo, ¿cuántas veces podrían ver al Dragón Rojo portando su armadura, totalmente avergonzado, mientras una mujer joven se reía a su lado.

—Y-ya… C-creo que ya está… —Dijo finalmente Irina mientras se limpiaba las lágrimas, otra vez—. Pero tengo que preguntar: ¿cómo has llegado a esa conclusión?

—Yo… Yo no… Es que… Ddraig… Puto lagarto… —Siseó furioso con el dragón, el cuál no dejaba de reírse.

— [Si es que… ¿para qué te fías de mí?] —Cuestionó Ddraig entre risas.

Sus risas resonaban en su cabeza como si estuviera en un auditorio donde no dejaba de rebotar una y otra vez con las paredes. Irina obviamente fue capaz de escuchar aquel siseo. Después de todo, no había sido lo suficientemente bajo.

— ¿Te lo ha dicho el dragón? Me parece que quería burlarse de ti.

—Si… Es precisamente por eso…

— [Si no hubieras pensado que el ambiente así lo reflejaba, no te lo hubieras tomado tan en serio]

—"A callar."

—Pues que sepas que me siento halagada —Sonrió Irina sonrojada por el gusto de escuchar algo bonito sobre ella—. Es agradable escuchar cosas buenas sobre uno mismo. Pero ese no era el punto al cual quería llegar.

—Soy todo oídos.

—Bien. A lo que me refería era lo siguiente: nosotros fuimos los mejores amigos cuando éramos niños, en Kuoh. Después de eso nuestra relación más bien desapareció. Yo me mudé a Europa, tú te quedaste en Japón, luego ocurrió lo de tus padres y tu adopción… Se nos hizo imposible comunicarnos a pesar de toda la tecnología de la que disponíamos.

—El tiempo y la distancia hicieron lo suyo. Es normal.

—Exacto. Entonces, lo que me gustaría preguntarte era… —Irina inspiró profundamente, clavando sus ojos en los de Issei con gran determinación—, ¿crees que podríamos volver a ser amigos? No hablo del Dragón Rojo y la exorcista, sino de nosotros, Issei Hyoudou-Stark e Irina Shidou.

Issei parpadeó, sorprendido por sus palabras. Habría esperado muchas cosas, pero no algo como eso. En verdad, si lo pensaba, sus amigos eran increíblemente limitados, o al menos a lo que uno podía llamar verdaderos amigos. Ddraig, Tom y Marilyn, Tony, Pepper, Happy y Rhodey… Fuera de ellos, su círculo más cercano, ¿a quiénes podía llamar amigos? Tenía a sus compañeros del departamento, con quienes había trabajado desde un comienzo. ¿Llamarlos amigos? Podría, sí. ¿Los Gremory y Sitri? Tenía buena relación con ellos, pero de ahí a llamarlos amigos… No, no creía que pudiera llamarlos así. ¿Llamar a Irina amiga? No. ¿Volver a ser amigos? ¿Por qué no?

—Claro, no veo el problema. Costará un poco, pues ya pasó mucho tiempo, pero podemos volver a serlos.

El rostro de la Shidou se iluminó, sumamente alegre por las palabras de Issei.

— ¡Si! ¡Estoy totalmente de acuerdo!

— ¡Irina! —Llamó de pronto una de sus amigas mientras se señalaba un reloj deportivo.

—Oh, es cierto. Casi es hora —Suspiró un poco triste mientras se ponía de pie—. ¿Tienes algo que hacer estos días?

—Me temo que sí. Me voy de viaje y estaré muy ocupado. No tendré tiempo para nadie, a menos que pase algo demasiado gordo.

Obviamente no iba a decirle que se marchaba al infierno para pasar el fin de semana porque había sido invitado por el Consejo a un Rating Game.

—Entiendo. Entonces espero que podamos hablar en otro momento. Me ha alegrado mucho verte. ¡Adiós!

Agitó la mano mientras corría de vuelta con sus amigas, quienes iniciaron la marcha una vez la exorcista las hubo alcanzado. Issei también se puso en pie, sonriente. Entonces hizo aparecer nuevamente el casco, ascendiendo a gran velocidad hacia el cielo.

—No ha ido mal.

—+Parece contento. +

—Lo estoy.

—+ ¿Piensa convertir a la señorita Shidou en su amiga? +

—Lo éramos en el pasado, ¿no? Creo que podría aceptar su oferta. Después de todo, si estoy en proceso de volverme amigo de los Gremory y Sitri, ¿por qué no hacerlo de una vieja amiga?

—+Comprendo. +

—Y lo importante es lo que ha pedido: no ser amigo de la exorcista, sino de Irina.

—+ ¿Acaso no es lo mismo? +

—No, F.R.I.D.A.Y., no es lo mismo.

—+Eso no termino de entenderlo. Pero si usted está de acuerdo, entonces no tengo nada que objetar. +

—Perfecto.

Cuando ya llevaba unos cuantos minutos volando por el cielo, F.R.I.D.A.Y. habló, y no fue para informar sobre el tráfico aéreo o la presencia de algún satélite espía.

—+Señor, parece que ha puesto a la señorita Shidou en un pequeño aprieto. +

— ¿En serio? ¿Por qué lo dices?

Frente a los ojos de Issei aparecieron varios vídeos, y todos ellos tenían algo en común… Irina. La exorcista estaba siendo masacrada a preguntas sobre su relación con el superhéroe Issei Hyoudou-Stark, más conocido como el Dragón Rojo. Obviamente las respuestas de la exorcista eran siempre las mismas: éramos amigos cuando vivía en Kuoh, de eso le conozco. A ver, mentir no mentía.

—Pues…, me parece que sí…

—+Y yo creo que no es precisamente lo que la señorita necesita en estos momentos. +

— [Muy bien hecho, compañero. Pasaste de ayudarla a salir del pozo a echarle a media Londres encima. Muy bien, pero que muy bien]

—Pero si yo no…

—+Señor, usted da un paso hacia adelante y dos hacia atrás. Le tenía en mejor estima. +

— [¿Verdad? Uno piensa que no puede sorprenderle más y entonces te llega con esto]

—… Oíd…

—+Pobre señorita Shidou… Como ya tiene poco encima, pues le echa un poco más. +

— [Esa joven ha pasado por mucho y ahora que se está recuperando va a salir en la prensa rosa hasta en la madrugada]

—…

—+Muy mal, señor. +

— [Eso, eso. Muy mal]

—… Iros a la mierda...

XXXXX

Eran las cinco y cuarto de la tarde del día del viernes cuando el timbre sonó. Issei ya tenía una pequeña maleta preparada para cuando Rias o Yuuto fueran a recogerle. Hacía un par de horas que Issei había vuelto a su casa en Japón luego de terminar con el corto viaje para celebrar el aniversario del fallecimiento de Iris y de paso ver a su amiga de la infancia. Tom no se encontraba en la mansión, sino que decidió quedarse en Estados Unidos durante una temporada cuando fueron al aniversario del fallecimiento de Iris, aunque seguía teniendo las llaves del jet

En las pocas horas que había tenido entre su llegada y la llegada de Rias o Yuuto, Issei se había puesto al día: revisión de proyectos, liberación de agenda, etc. Incluso había actualizado su testamento, uno que escribió en cuanto se recuperó de lo de Iris. Su visión del mundo cambió en aquel momento y decidió redactar un testamento por si moría, lo cual era cada día más probable, después de todo.

Con todo aclarado y finiquitado comprobó que efectivamente era el Caballo de Rias quien había ido a recogerle. A diferencia de Issei, Yuuto no llevaba maleta alguna. Si no recordaba mal, los siervos solían tener sus propios terrenos dentro de los de su amo, o al menos en algunas casas, así que sería lógico que tuviera el suyo propio dentro del de Rias.

—F.R.I.D.A.Y., cuida de todo mientras no esté.

—+A sus órdenes señor. ¿Quiere activar la alarma mortal? +

—… No sé si lo dices de verdad o en broma…

—+Quién sabe señor, quién sabe. +

Issei se detuvo y observó a ninguna parte en particular. F.R.I.D.A.Y. tenía un sentido del humor un tanto retorcido en muchas cosas. Negando con la cabeza, agarró su maleta y caminó hacia la puerta, encontrándose con el sonriente demonio.

—Ah, Yuuto. ¿Qué tal te va?

—Issei-kun —Saludó el Caballo con una leve reverencia—. Acabo de finalizar mi jornada y estoy por volver al Inframundo.

A pesar de llevar un tiempo en su país natal, Issei seguía sin acostumbrarse a ese tipo de saludo. instintivamente estiraba su brazo para estrechar manos, como solía hacerse en Estados Unidos, por lo que las reacciones solían ser graciosas para los espectadores.

—Entiendo por tu presencia que Rias no ha podido venir.

—Eso me temo. Mi ama está demasiado ocupada con los preparativos para el juego de mañana, por lo que no ha podido venir. Pero irá a verte al hotel cuando llegues, si te parece bien. Le gustaría ser tu guía por la capital.

—Sí, no veo porqué no. ¿Nos vamos pues?

—Cuando gustes.

Yuuto se hizo a un lado, dejando que Issei guardara su maleta en el maletero de su coche. No era ningún gama alta, ninguna súper marca o un coche lujoso. En verdad era uno como cualquier otro, aunque tampoco era de segunda mano ni barato. Algo accesible para las personas con un buen sueldo. Una vez hubo guardado la maleta se subió al asiento del copiloto y Yuuto puso en marcha el vehículo.

— ¿Puedo preguntar a dónde vamos? No creo que podamos ir al Infierno en coche.

—Ciertamente no podemos ir en coche —Asintió divertido el espadachín—. Hay dos métodos de ir y venir del Infierno. Uno es a través de la Magia, pero eso requiere su tiempo, a menos que tengas ya establecido el destino de forma anticipada, como nos pasa con esta ciudad. El otro es el método que vamos a usar: un tren.

— ¿Un tren?

—Sí. Estos trenes nos permiten viajar entre la Tierra y el Inframundo. Se tarda más, pero también es más usado de lo que uno piensa.

—El gusto del tren, supongo.

—Pienso igual. En cuanto a nuestro destino, Tokio. En una de sus estaciones está el tren.

—Tokio… No pilla lejos, aunque no soporto ese tipo de ciudades.

—Te entiendo. Yo tampoco soporto las aglomeraciones.

El viaje fue bastante tranquilo. Hubo momentos de silencio entre conversación y conversación, pero no eran incómodos. Yuuto evitaba hablar de cualquier cosa referente a Iris, así como al incidente con Kokabiel y la Conferencia, así como Issei evitaba hablar sobre cosas relacionadas con la Iglesia o las espadas sagradas.

En verdad la mayoría de las breves conversaciones giraban en torno a las Sacred Gears. Ambos portaban uno, a pesar de ser completamente distintas, por lo que cualquier tipo de información podía ser útil para el otro. Incluso le comentó sobre datos de la investigación de Azazel, aunque sin revelar la fuente.

Llegar a Tokio fue fácil y corto…, lo difícil y largo fue llegar a la estación. Aquel trayecto solo les hizo tener más claro que no les gustaban aquellas ciudades, que preferían algo mucho más pequeño. Al final, cuando llegaron, la estación estaba muy abarrotada. Yuuto guío a Issei hasta uno de los ascensores. Otras personas ingresaron, por lo que tuvieron que esperar a estar completamente solos. Ante la mirada curiosa de Issei, Yuuto sacó una tarjeta de uno de sus bolsillos, colocándola en el panel electrónico. Justo después el ascensor continuó su recorrido descendente, más allá de donde limitaban los botones de la máquina.

—Este es un nivel exclusivo para los demonios que portan estas tarjetas, los cuales son los Gremory y Sitri —Explicó al ver su rostro confuso.

— ¿Una planta entera sólo para un tren que no lleva ni a veinte personas? Increíble.

—A pesar de haber vivido con un multimillonario, parece que hay cosas que te sorprenden.

—Admito que he vivido rodeado de ciertos lujos desde que Tony me adoptó, pero incluso yo tengo un límite para lo lujoso.

—Pues si por algún casual realizas un recorrido por el Castillo Gremory, me parece que tu incredulidad sólo aumentará.

—Me lo creo.

Cuando el ascensor detuvo su viaje, luego de casi un minuto, y las puertas se abrieron, Issei observó que el arcén donde estaba el tren era de aspecto antiguo, como los típicos ingleses de finales o mediados del diecinueve. El tren era de igual aspecto, aunque dudaba que funcionase con carbón, y llevaba escrito una especie de patrones.

— [Ese es el lenguaje de los demonios. Te vendría bien descifrarlo junto al de los ángeles. Podría serte muy útil]

—"Si, buena idea."

— ¿Sorprendido? —Curioseó Yuuto sonriente mientras caminaban hacia el tren.

—Mentiría si dijese que no. No me esperaba un diseño como este, sino algo más moderno.

—A los demonios pura sangre les gustan los diseños antiguos. Si por ellos fueran viviríamos en la Europa Moderna. Pero los más jóvenes, quienes están más conectados con la civilización humana, y los reencarnados, han modificado los diseños de nuestra sociedad para volverla más actual. Aunque claro, eso no quiere decir que puedan modificar lo ya establecido mientras no sean las cabezas de familia.

— ¿A Rias le gusta?

—Sí, lo hace. A ella le gusta mucho el diseño de todo lo relacionado con su familia. Por eso todo quedará igual.

—Entiendo.

Entraron en el tren y Yuuto le guío hasta el primer vagón.

—Normalmente aquí se sientan los miembros de la familia Gremory y el resto en los demás vagones, pero teniendo en cuenta tu condición, no creo que les moleste.

—Ser V.I.P. del Consejo parece algo muy importante.

—No por nada gobiernan el Inframundo demoníaco.

Entonces de la cabina apareció un hombre de avanzada edad con una barba blanca bien cuidada vestido de forma elegante

—Encantado de conocerte. Soy Reynaldo, conductor del tren privado Gremory —Se presentó con una profunda reverencia

—Issei Hyoudou-Stark. Un placer.

Issei extendió su mano, pero el conductor se negó a estrecharla.

—Perdóneme, y no lo tome como falta de respeto, pero yo soy un simple conductor de tren y usted es un V.I.P. del Consejo. A pesar de su educación humana más igualitaria, aquí seguimos otro tipo de educación. Debería tenerlo en cuenta a partir de ahora, al menos mientras esté en el Inframundo.

—Ehhhh… Claro…

Las palabras de Raynaldo dejaron a Issei bastante sorprendido. La estructura social de los demonios era demasiado para él. ¿Ni siquiera podía saludar a otra persona como dios manda? Incluso Raynaldo se había negado. Jamás le había pasado eso. El conductor procedió entonces a sacar una máquina, una especie de monitor con el cual le hizo una fotografía.

—Esto es una máquina del mundo demoníaco que comprueba y compara. Lo usamos para comprobar que alguien no permitido ocupara este tren. A partir de ahora podrán entrar al mundo demoníaco sin problemas ya que sus registros archivan las designaciones de piezas y cuando se transmite se registra como datos en el Inframundo —Explicó mientras asentía satisfecho de que todo estuviera saliendo bien.

—Ahhh.

—Todo correcto. Ya podemos iniciar el viaje.

—Muchas gracias y perdón por las molestias —Dijo Yuuto con una leve reverencia.

—Jo, jo, jo. No hay nada por lo que disculparse. Ahora pónganse cómodos.

Dicho esto, abandonó el vagón para volver a la cabina. Yuuto procedió a sentarse en uno de los asientos mientras sacaba unos auriculares. Al mismo tiempo el tren se ponía en marcha.

—Espero que no te importe, pero voy a descansar un poco y a escuchar música. Pero llámame para lo que necesites.

Issei asintió, por lo que Yuuto se colocó los auriculares, toqueteó un poco su móvil y cerró los ojos. El Stark se sentó en los bancos de al lado, acomodándose, observando el exterior. La estación quedó atrás en poco tiempo y un par de minutos después el espacio cambió, dejando atrás el oscuro túnel. Lo que Issei comenzó a ver fue una especie de túnel de color morado y púrpura, colores que bailaban creando un lienzo vivo bastante agradable a la vista.

— [Estamos atravesando el espacio que separa ambos mundos. Una de las tantas maneras de viajar entre sistemas]

Discretamente Issei sacó su teléfono móvil, comenzando a grabar el exterior.

—"Parece que ya no tengo señal, y la conexión con F.R.I.D.A.Y. se ha perdido. Esto es una seria desventaja."

— [Fuera de la Tierra vuestra tecnología ya no funciona. Es lo que tiene depender de los satélites e internet]

—"Desde luego."

— [Te sugiero que te relajes, va a ser un viaje largo]

Issei hizo caso a Ddraig, sacando su tablet de la maleta para continuar con la investigación de Azazel sobre las Sacred Gears. Podría simplemente escuchar música como Yuuto, pero mejor ocupar ese tiempo en algo un poco más productivo. Después de largo tiempo volvió a mirar por la ventana, suspirando.

—"Este viaje es más largo de lo que esperaba. Llevamos ya cuarenta minutos."

— [¿Recuerdas a dónde he dicho que vamos a ir? Hay muchas formas de viajar por el universo, y esta es una de ellas. En verdad es de las más seguras, aunque más lenta]

Entonces apagó la tablet y se levantó de su asiento, estirando el cuerpo. Observó a Yuuto, quien seguía en la misma posición. En verdad parecía dormido, pero tampoco podía fiarse de esa apariencia.

—*Momentáneamente romperemos a través de la pared dimensional. Repite, vamos a romper a través de la pared dimensional. *

Enarcó una ceja al escuchar aquel anuncio, por lo que volvió a sacar su teléfono para grabar aquel cambio. De un momento a otro el paisaje volvió a cambiar.

—Ciertamente es totalmente distinto a lo que me esperaba.

El paisaje en verdad se parecía mucho al mundo humano, lleno de bosques, montañas y lagos. Debían estar a mínimo cinco kilómetros de altura para poder ver tanto a tanta distancia. Lo único que observó muy distinto fueron dos cosas: el sol y el cielo. El cielo de la Tierra era azul, pero aquel cielo era prácticamente púrpura y el sol no calentaba, simplemente servía como iluminación, como una farola.

—"¿Me explicas?"

— [El sol es artificial. Fue creado para los reencarnados, humanos acostumbrados a vivir bajo el brillo y calor de su estrella. Pero debido a que los demonios se debilitan con la luz solar, este sol artificial sólo ilumina, no genera calor. E incluso su luz está diseñada para no molestar a los demonios]

—"Pero, ¿dónde estamos? ¿En qué parte del universo?

— [Este Infierno es un nivel del planeta Underworld, cerca del Dominio de la Muerte]

—"... Explícate."

— [Este planeta es artificial. Un planeta del tamaño de la Tierra, aproximadamente, pero totalmente hueco. Está dividido en siete capas y no orbita ninguna estrella, por lo que es totalmente oscuro. Así que no, no estamos en otra Dimensión]

—"Otra dimensión… ¿Te refieres a las expuestas en la Teoría de Cuerdas?"

— [No. Explicar las Dimensiones es un tanto complicado, pues hay innumerables, y cada una con sus propias reglas]

—"¿Por ejemplo?"

— [La Dimensión Espejo es una dimensión paralela en la cual puedes hacer lo que quieras sin que esta afecte al mundo real. También está la Dimensión Astral, también paralela, donde las almas residen fuera del cuerpo. Otra que conozco es la Dimensión del Miedo, un lugar donde habitan seres incorpóreos que buscan hacerse con cuerpos para poder habitar. No es muy agradable. Y como esas hay muchas otras: la Dimensión Actiniaria, la Dimensión Oscura, la Dimensión de Mandelibus...]

—"Entonces… ¿existe el Multiverso?"

— [Bastante probable, pero nunca me ha interesado explorar esa posibilidad. Ya bastante tengo con éste como para preocuparme por otros]

—"Increíble… Conozco a varios científicos que mojarían su ropa interior por solo poder ver esto. Es un mundo nuevo para estudiar. ¿Y por qué hemos atravesado esa pared dimensional?" —Volvió a preguntar mientras guardaba el teléfono.

— [Porque el Inframundo de los demonios y ángeles caídos están en la segunda capa de este planeta, por lo que deben atravesar la primera para ir directamente aquí]

—"Entiendo. ¿Sabes cuáles son las demás capas?"

— [En otro momento te lo explico. Ahora voy a dormir]

—… ¿En serio?

—Impresiona la primera vez, ¿verdad?

Issei casi dio un brinco al escuchar la voz de Yuuto cerca suyo. El Caballo observaba sonriente el paisaje al otro lado de la ventana.

—Estos son los territorios de la familia Gremory. Pararemos aquí y luego serás llevado al hotel. Los Gremory intentaron que te hospedes aquí, pero aquello hubiera significado problemas con el Consejo y las otras Casas. Por eso mismo habrá un coche esperando para llevarte al hotel en vez de al castillo.

—Genial. Como si me apeteciese tener problemas con estos tipos —Bufo al pensar en estar en medio de algún conflicto demoníaco.

—Por eso sólo una breve parada.

Después de diez minutos un nuevo anuncio se escuchó a través de los altavoces.

—*Pronto vamos a llegar a la residencia principal Gremory. Repito, pronto vamos a llevar a la residencia principal Gremory. Gracias por usar este tren y espero que hayan disfrutado del viaje. *

Entonces el tren comenzó a aminorar lentamente hasta detenerse, por lo que ambos varones se prepararon para bajar.

/

Bueno, pues me despidieron el 16 de junio (aunque he estado de baja médica hasta el 29), pero la inspiración me tiene un tanto abandonado. Así que bueno, pues debéis acostumbraros a actualizaciones más lentas ja, ja, ja. En verdad, llevo casi un año con actualizaciones casi semanales de esta historia, creo que me podéis dar un poco de cancha, ¿no? Lo digo por todos los mensajes privados que me han llegado preguntando, e incluso exigiendo, una nueva actualización. A ver gente, que yo no gano ni un céntimo con esto. En todo caso exigir a los profesionales, como el Gordo Cabrón (como llama mi hermana), George R. R. Martin.

Ahora con eso ya dicho, quiero aclarar que, a pesar de que se haya mostrado sólo una relación con Rias, Issei ha tenido más relación con ambas noblezas, por lo que no es extraño que se trate cercano con ellos.

Eien no hiryu

F por Vali.

En verdad puede parecer que haya saltado directamente ahí, y fue porque se me olvidó colocar una parte de este capítulo en el anterior ja, ja, ja. A ver si adivinas cuál. Ciertamente lo puse dos veces, gracias por la corrección.

Oye, pues viéndolo así… Como que razón tienes.

Quien sabe, la idea es bastante imposible teniendo en cuenta que ahora su portador es un recién nacido, o uno que se está gestando.

Intento ser realista ja, ja, ja. A veces acertaré a veces no.

Sólo te diré una palabra: Encuéntrame. Ja, ja, ja.

cyberakuma1

Aún falta un poco, paciencia. ¡Y A MI NO ME CHILLES!

Tenzalucard123

Creo que nadie se lo imaginaba. No diré quienes fueron, y en cuanto al nuevo portador: o ya ha nacido o aún se está gestando. Bueno, ya has leído que acompañado. ¿Los conocerá? Lo sabremos luego.

Zasetsu04

Hacerlo hubiera quitado la gracia al personaje, ¿verdad? Eliminaría la esencia de Issei, y eso no me gustaba. Tranqui, no me los tomé a mal ja, ja, ja.

¿Bala especial? Para nada. Era una bala normal y corriente. Ya expliqué las capacidades de los sobrenaturales. ¿Sentir una bala? Ahí estaba la gracia. Serafall misma lo comenta. Era una bala normal y corriente, no un ataque que poseyera magia o poder. Era imposible que la detectasen. Además, ¿cómo iban a darse cuenta teniendo en cuenta la velocidad que alcanzó y que la disparó un francotirador desde más de un kilómetro de distancia? Totalmente imposible detectarla, ni siquiera por el sonido ya que este llegó segundos después de que la bala volase la cabeza de Vali.

omega9028

Pero si Issei lo hubiera hecho habría destrozado su esencia, habría sido un cambio ilógico en él. Bueno, ¿te acuerdas de ese fic? Vaya. No me pareció tan popular cuando lo publiqué. Lo de mantenerse humano sólo el tiempo lo dirá.

No, no fue él.

Quizás ya lo ha hecho, o quizás aún no.

Según he investigado y comentado con expertos, las Sacred Gears siempre van a recién nacidos o bebés aún en formación dentro de su madre, así que es casi improbable que vaya a alguien ya crecido, pero oye, quizás se me ocurra algo.

Goku SSJ DIOS SSJ3

Nadie esperaba que muriese así. ¡Lo hice bien! Alguien tiene que vigilar la casa ja, ja, ja.

Pues…, ahora mismo no sé ja, ja, ja. Esos pequeños asuntos van sobre la marcha.

Ni idea.

red snorlax 42

¡Y a mucha honra! Y repito, no será el único fiambre.

CCSakuraforever

¿Misma organización? Al principio no le conocía, pero ahora le va conociendo y sabe que es inflexible en algunas cosas, y mantenerse humano y ser libre es una de ellas.

CHRISTOFELD

Lo hice de puta madre, ¿eh? No quería ir a lo típico, y parece que no erré.

Pd: hace poco se actualizó el fic Los Cazadores, por si alguien no lo sabe.

Sin más que decir, me despido.

¡Nos leemos!