Disclaimer: los personajes principales pertenecen a la gran Stephenie Meyer.
Chapter 1
Y ahí estaba ella con su cabello castaño cayendo como cascada por su pequeña espalda, vestida solo con unos jeans a juego con un suéter color negro y sus inseparables zapatillas de piso, levantó su rostro y pude ver sus perfectos ojos color miel y su sonrisa se en ancho cuando me sorprendió mirándola vi como negaba con la cabeza, sin darme cuenta o tal vez por inercia mis piernas se acercaron a paso veloz hasta ella, no era la primera vez que me sorprendía mirándola como un verdadero idiota pero qué otra cosa podía hacer, si desde hace un mes que la vi aquí en la universidad no hago otra cosa que pensar en ella…
—Mi nombre es Brigitte — extendió su mano para saludarme, mientras mis ojos se perdieron en la miel de los suyos. —¿Cómo te llamas? —su voz era tan hermosa que me te tenía cautivado sin poder pronunciar palabra, seguramente pensará que padezco de algún retraso mental.
—Soy Edward Cullen — me llevé su mano a mi boca simulando que la besaría pero yo tenía otra idea, jale de ella hasta acercarla a mi y robarle un beso fugaz...
—Edward tengo diez minutos hablando, ya está todo listo tu familia ya está en el comedor y la familia de Bella no tarda en llegar — comentó mi asistente y amigo Demetri.
—En un momento estoy con ustedes — yo miraba ensimismado la pequeña caja de terciopelo negro que estaba en mis manos, sin poder abrirla.
—Aún estás a tiempo de parar esta locura, no te cases amigo — levante mi vista para ver a Demetri sentarse en una de las sillas frente a mi escritorio.
—Bella es la mujer perfecta para ser la madre de mis hijos, es joven, aguerrida, me ama y yo se que también la voy a amar. Sólo necesito un poco más de tiempo.
—Te falto decir es caprichosa, engreída, infantil y lo que es peor una malisima copia de Brigitte. Aceptalo tu te casas solo por su "gran" parecido físico con Brigitte ¿crees que tus padres no saben eso? ¿y cuando tus hijos la conozcan qué crees que dirán? Ellos se desilusionaran al conocer a una mujer tan superficial, entiende van al sufrir y tu junto con ellos.
Las palabras de Demetri se enterraban como puñal en mi pecho, lo que menos necesito es lastimar más a mis hijos, bastante han sufrido con mi abandono para encima imponerles la presencia de Bella que ya en si es demasiado testaruda y berrinchuda palabras siempre de mi madre aunque debo reconocer que no es una mala mujer solo que a sus cortos 22 años es normal que se comporte a veces tan irresponsable y tan inmadura. También tengo que admitir que ella me gusta bastante desde hace dos años cuando empezamos nuestra relación pensaba que solo era deseo sexual, con el paso del tiempo descubrí que no era así ahora puedo decir que la amo tal vez no como ame a Brigitte pero si hay cariño ¿que puede salir mal?
Mis padres fueron los primeros en oponerse a este matrimonio ya que según ellos sólo lo hago por el gran parecido físico que tiene Bella con mi difunta esposa, aunque me he negado muchas veces a aceptarlo se que tienen razón, desde que conocí a Isabella en la cafetería de la universidad donde yo daba clases dos años atrás sentí que ella era la indicada para hacerse cargo de mis hijos, siempre he sentido que Brigitte la puso en mi camino y es como si ella la hubiera escogido para mí…
Estaba en mi casa de Washington con un vaso de whisky en mi mano y con el retrato de Brigitte en la otra contemplando su bello rostro, sentí mis mejillas humedecerse hasta que vi mis lágrimas encima del vidrio de la foto de mi esposa mañana se cumplirán cinco años de que nos dejaste mi amor ¡cinco años! De no ver tu sonrisa, de no tocarte, de no escuchar tu voz… ayúdame a sanar. Porque sin ti me estoy muriendo lentamente, te he fallado porque no he sido capaz de hacerme cargo de los niños, ellos están en un internado porque no tengo valor de hacerme cargo de ellos, solo los veo unas cuantas veces al mes, y te sigo fallando porque mañana no podré estar en tu aniversario luctuoso, mañana empiezo a dar clases en la universidad es solo un favor para un viejo amigo que me pidió que cubriera ese lugar mientras llega el nuevo profesor. Esa noche lloré todo mi pesar hasta quedarme dormido… estaba con su melena castaña dándome la espalda era afuera de la universidad donde estudiamos juntos ¿que estoy haciendo aquí? Ella giró su cuerpo y pude verla como la primera vez que hablamos con sus jeans y su suéter negro estaba vestida igual ¡un momento! ¿Porque yo no estoy joven, porque yo tengo 30 años y ella 18? entonces comprendí que era un sueño, me quise acercar a ella y no pude, solo mire como me sonreía.
—Brigitte mi amor, déjame tocarte por favor — extendió su mano y mire cómo empezó a girar mi argolla de matrimonio.
—Es hora de dejarme ir, es tiempo de rehacer tu vida — su voz se iba apagando pero nunca dejó de mirarme con su eterna sonrisa pintada en su rostro.
—¿Porque dices eso? Yo te amo Brigitte y nunca óyeme bien, nunca te voy a sacar de mi corazón y mis pensamientos — pude sentir mis lágrimas salir sin cesar.
—Ya es tiempo de soltarme — me dio una tierna sonrisa — Hoy llegará un terremoto a tu vida, ella es la indicada… no la dejes ir.
—¿De qué hablas? Brigitte te amo, nunca podré amar a otra — de pronto sentí un fugaz beso en mis labios, pero no pude reaccionar ella fue muy rápida.
—Adiós mi eterno y único amor, cuidate mucho, nuestros hijos están bien y con ella estarán mejor, ella los amara más que a su propia vida por eso me voy feliz… no la dejes ir… ella es la indicada… es un terremoto…
Brigitte, Brigitte no te vayas, mi amor no me dejes... desperté ya en la mañana con gritos de dolor que traspasaron mi corazón baje de un brinco de la cama con mi rostro bañado en lágrimas y fue extraño ver mi argolla tirada justo cerca de mis pantuflas no recuerdo haberla quitado, entonces comprendí Brigitte estuvo aquí conmigo se despidió de mi, bese el anillo y lo puse junto a su retrato y empecé a alistarme para ir a mi primer día de clases… Al llegar a la universidad pase primero por la cafetería y compre un café al girar mi cuerpo no había pasado ni cinco minutos de haber pisado el lugar cuando una sentí como se abalanza sobre mí una figura bastante menuda de cabellera color chocolate provocando que se derramará todo el contenido caliente sobre mi traje gris, quise gritarle que era una boba por no fijarse por donde camina, solo que no me dio tiempo de nada, porque con la misma velocidad salió corriendo sin siquiera darme una disculpa…
—Edward puedes prestarme atención, de repente te pierdes en tus pensamientos. Como te iba diciendo, ella no me convence para que sea tu esposa, no sé es muy facilita — Demetri se puso en pie, para torcer la boca en desaprobación.
—Nunca voy a entender por qué te cae tan mal — Demetri no soportaba a Bella y siempre se la pasaba discutiendo con ella hasta el punto que yo tenía que intervenir.
De repente se abrió la puerta de golpe y una chiquilla de cabellera color chocolate enfundada en un diminuto vestido color azul, con una gran sonrisa y mejillas sonrojadas entró corriendo empujando en su camino a Demetri quien esté a la vez trastabilló hacia enfrente, se arrojó a mis brazos para sentarse en mi regazo y esconder su pequeño rostro en mi cuello.
—Allí tienes la respuesta — respondió Demetri girando sobre sus talones para salir del despacho.
Hola! Ya regrese, no crean que voy a dejar la otra historia inconclusa, solo que me ausente por motivos personales pero ya estoy de nuevo por aquí. Ojalá y me sigan acompañando en esta nueva locura…
Gracias por leerme.
Poco a poco vamos ir conociendo a este Edward y esta loca Bella, según mis cálculos actualizaré cada semana.
Besos en sus hermosos cachetes.