Luego de la perturbación placentera.

Ella se deslizo por un flanco para morder el lóbulo de mi oreja.

Apresando la carne entre sus dientes.

Jalando levemente de lo redondo antes de soltarlo.

Vislumbre por el rabillo de mi ojo izquierdo una sonrisa socarrona que adornaba su rostro.

Expresión facial que cambio para articular palabras que guardaba con sigilo.

"La primera vez que te vi me fascine con tu presencia Korra"

Declaro.

Haciendo que volteara mi rostro para observarla de frente.

Estando a pocos centímetros del alcance de los labios que me robaban la cordura.

Penetrando el espacio con su mirada vigilante.

La cual parecía querer guardar detalle de mis expresiones.

Memorizar mis gestos y reacciones.

"Luego empezaste aparecer en mis sueños haciéndome cosas muy deliciosas bajo las sabanas mientras en la realidad compartías tiempo libre conmigo demostrando tu interés hacia mi discretamente, flechando mi corazón con detalles. Revelando sin querer tu forma de ser única, amable y atenta"

Agrego.

Acercando su boca a mi mandíbula apretada.

Rígida como la roca.

Besando desde el origen.

Justo sobre el musculo masetero.

Permitiendo que este se desahogara complacido de la tensión ante la carisea.

Delineando el contorno de forma delicada con contacto atento.

Hasta el final.

Terminando en la punta de la barbilla.

Mordiendo delicadamente mi mentón.

"Hiciste que me obsesionara con tus ojos azules y cuerpo atlético"

Delato.

Colocando un dedo sobre mis labios.

Negando un beso que reclame para continuar con su charla.

"Me encantaste con tus acciones, desvelaste a esta mujer con tu voz"

Formulo.

Introduciendo su mano libre por debajo de mi franela.

Acariciando mi abdomen agradablemente.

"Sin embargo luego te vi con aquella chica y todo mi recato desapareció. Trate de mantener una distancia prudencial para evitar un mal mayor, pero esa escena fue la gota que derramo el vaso. Sentí que debías pagar por tu deuda"

Expreso clavando sus zarpas en uno de mis oblicuos.

Tomando con un agarre cruel mi quijada.

"Haberme enamorado para luego dejarme de lado por una niña que no me llegaba ni a los talones"

Asevero.

Haciéndome parpadear rápido ante la impresión de ver como su miraba cambiaba.

La actitud agresiva que proyectaba.

Lo oscuro del color de sus ojos.

"Que mala eres"

Enuncio ejerciendo dictadura.

Presionando su suerte.

Oprimiendo mi existencia.

Tolere su enganche altiva.

Enfrentando la mirada aplastante que me regalaba.

Dejando ver que su fuerza en nada me afectaba.

Que no lograría intimidarme de aquella forma.

Amaba el masoquismo.

En realidad me fascinaba que me tratara rudo.

Pero no podía negar que estaba un poco asustada.

Aunque si de vigor se trata obviamente yo sería la ganadora.

El problema estaba en que con Asami los retos no eran físicos si no mentales.

Paso un instante.

Quizás dos.

Luego ella rio cambiando su semblante de nuevo.

Dejando de sujetar la parte baja de mi rostro para pasar sus brazos sobre mis hombros.

Cruzando los extremos tras mi cervical.

Vistiendo mi alma desnuda con el calor de su cuerpo.

Sato busco mi cuello sin permiso.

Autorización.

Pauta.

Aviso.

Besando la piel morena deseosa.

Haciéndome delirar.

No recuerdo que me llevo a preguntar.

Tal vez la duda.

La verdad era que en ese momento el gozo me turbaba tanto que interrogue casi sin pensar.

"¿Te refieres a Opal?"

Arroje por lo bajo.

Citando el nombre de mi mejor amiga.

Recordando que con anterioridad sus roses me generaron problemas con mi profesora.

Pero.

¿Era realmente Beifong aquella chica de la cual hablaba Asami?

Tras lo dicho Asami mordió el vientre de mi esternocleidooccipitomastoideo confirmando la sospecha.

Desahogando su sentimiento.

Haciéndome rugir ante el placer doloroso.

Luego ella lamio la herida.

Desatando en mi cuerpo un escalofrió que llegaba a la base del cráneo y me volaba los sesos.

Por suerte coloque el frasco de vidrio que tenía en la mano discretamente a un lado unos segundos antes.

Evitando que este se precipitara contra el suelo al igual que mi dignidad ante tanta distracción.

"Sí, esa mujercita que te toca como si quisiera fundirse contigo y te come con la mirada, me siento traicionada cuando compartes tiempo con ella y no conmigo"

Ronroneo.

Llegando a la cara anterior de mi clavícula para jugar con ella.

Generando que mis pulmones tragaran aire profundo.

"Pero Opal es solo una amiga"

Aclare dentro del embeleso.

Asami dejo su labor para acomodarse en mi regazo.

Gustosa.

Elegante.

Atrevida.

Pasando una pierna sobre mi pelvis.

Quedando sentada sobre mi humanidad.

De frente.

Tomando entre sus delicadas manos el envase que había dejado sobre un lado del mueble.

¿Qué pensarías si fuera yo quien se la pasara por la Universidad abrazada de Mako?

Pregunto.

Introduciendo la cucharilla en la copa.

Revolviendo el contenido.

"Nada bueno"

Exprese con un puchero.

Al escuchar ese nombre.

Mi sangre hirvió de rabia.

"¿Ves?"

Señalo.

Dejando en evidencia el paralelismo con que ella veía la situación.

A mí no me convencía.

No era para nada el mismo caso.

Por eso enuncie mi opinión de nuevo.

"Pero no es lo mismo"

Manifesté.

Defendiendo mi inocencia y la de Opal.

Sato me atravesó con su mirada tras lo referido.

Advirtiendo consecuencias terribles si seguía hablando del asunto, o mejor dicho.

Si continuaba nombrando y amparando a mi amiga.

"Ok, comprendo tu punto"

Enuncie en son de paz.

Pasiva.

Amable.

Moderada.

"Hare mi mejor esfuerzo por no inmiscuirme con ella más de lo necesario"

Propuse.

Rindiendo mi rebeldía ante su mandato.

¿Qué podía hacer?

Si esa mujer me pedía la luna.

Aunque no pudiera bajarla lo intentaría.

"Eso espero Korra, porque odio a la gente promiscua y espero que tu no seas una de ellas"

Recito.

Clavando en mi boca el cubierto lleno de dulce que un minuto antes estaba dentro de la copa.

Retirando el objeto de mi cavidad para relamerlo con sensualidad.

Dejando en shock mis sentidos.

Alentando la lujuria.

"Créeme no soy ese tipo de persona además yo solo quiero hacerlo contigo"

Alegue.

Tragando con rapidez el contenido cremoso que llenaba el interior de mi boca.

Sustancia agradable que no dejaba salir mis palabras.

Captando tarde lo que había dicho en voz alta.

Una verdad que hubiera estado mejor en secreto por la salud y bienestar de mi ego.

La risa fina de Asami no demoro en aparecer ante el testimonio.

Carajo.

No pensar antes de decir las cosas no ayudaba en nada.

El rubor de mis mejillas aumento.

Lo podía percibir.

Antes de bajar el rostro apenado.

Mi profesora encajo otra cucharada.

Controlando mis acciones.

Negando un escape fortuito.

"Lo se Korra, si no estuviera segura de tu madures como amante no te encontrarías aquí conmigo. Digamos que con mi último comentario solo quería fastidiarte un rato"

Menciono.

Sacando el utensilio.

Permitiendo que mi paladar degustara con calma.

"Sin embargo te advierto que seas cuidadosa, eres demasiado densa en algunos aspectos y me he dado cuenta que no te fijas en la realidad de las cosas hasta que es demasiado tarde o estas te golpean justo en la cara"

Agrego.

Llenando la cucharilla nuevamente pero esta vez para introducirlo en su propia boca.

Acercándose a la mía para besarme.

Negando la respuesta contundente que le iba a exponer.

Intercambiando el sabor.

Permitiendo que nuestras lenguas bailaran abrazadas en medio de la delicia.

En un acto que se tornó profundo para luego convertirse en feroz.

Llegue hondo en su interior.

Me adueñe de todo lo que mi lengua podía alcanzar.

Experimentando sensaciones.

Apreciando como ella se divertía en lo intrínseco.

Debes en cuanto aflojaba los extremos de mi boca para dar paso a cambios bruscos de posiciones.

Intercambiando en un vaivén continuo fluidos calientes con sabor acaramelado en medio de gemidos cortos.

Cuando el aire falto.

Por desgracia nos separamos.

Agitadas.

"¿Te gusto?"

Consulto.

No demore en afirmar el maravilloso sabor del aperitivo o lo deleitante del beso.

Mientras ella limpiaba la comisura de mi boca con un dedo para luego chuparlo.

"Lo hice especialmente para ti, es una combinación de higo, banana, vainilla y espuma pastelera"

Supuse que se refería al refrigerio.

Una mezcla paradisíaca sin lugar a dudas.

Con maravilloso sabor y excelente textura.

En palabras muy claras alabe su obra.

Percibiendo que mi entrepierna estaba dura.

Mojada.

Empapada.

Bañada.

Me pregunte como se encontraría la de Asami.

Deseando averiguarlo con mis propias manos.

Acariciar los labios rosados.

Estimular la montaña prominente que adornaba el centro de su intimidad.

Que mis dedos fueran abrazados por las paredes rojas.

En busca de ser estrechados con fuerza.

"¿Sabías que esas frutas son un afrodisiaco muy potente para las mujeres?"

Señalo.

Sacando mí conciencia de la gravitación excitante.

Generando que casi perdiera la poca prudencia que me quedaba.

Ni remota idea de las consecuencias que provocaban aquellos alimentos.

Pero mi imaginación se quedaba corta con lo que producirían en mí.

"Eso suena a que nos divertiremos mucho"

Dije.

Robando un beso corto.

Siendo atrevida.

Observando el escote de su vestido.

Queriendo succionar la punta de sus senos.

Recostando mi rostro en medio de los dos montículos para aspirar el olor que los rodeaba.

Mi profesora se arqueo un poco.

Empujando mi cabeza contra ellos.

Luego introdujo varios dedos en mi cabello.

Peinando con delicadeza cada hebra.

Exigiendo en silencio que no dejara de acariciarla con mi respiración y anhelo.

"No solo la hice con el fin de potenciar tu libido Korra, esa deliciosa crema es un ejemplo a seguir porque tu próxima lección la titulare… Sensación final"

Explico.

Por fin.

Aclarando una parte del panorama.

Pero dejando otra gran duda en el aire.

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Hola, muchas gracias por sus review y gratas participaciones por imbox en facebook.

Como siempre los comentarios que dejan me impulsan a desvelarme y exprimir mi cerebro más allá de las capacidades, en este caso para redactar estos dos capítulos.

Espero disfruten de las nuevas actualizaciones y me lo hagan saber para continuar.

Dependiendo de sus comentarios seguiré.

La universidad, el trabajo y los entrenamientos no me dejan mucha energía, y vivir con el tráfico de Caracas no ayuda. Pero me agrada publicar algo que es leído.

Hasta la próxima.