Hola estoy aquí de nuevo, les traigo otro capitulo, un poco más largo de lo que esperaba, tarde un poco en subirlo porque no me sentía tan segura de subir solo la parte de la lucha, ya los he hecho esperar demasido con esta historia, espero que les guste. Al final los comentarios.

Saludos a todos y gracias por sus Review's

Disfruten!


ADVERTENCIA:

No en toda la historia pero si hay algo de ***LEMON*** Comillas y puntos suspensivos… y marcador en fluorescente…. para mis seguidores les advierto como siempre, la historia contiene un poquito de drama y sexo, de manera natural, así que si no te agrada el género, estás advertido.

Recuerden:

Fairy Tail y todos sus personajes son creación y propiedad de Hiro Mashima. Esta historia la escribo sin fines de lucro y mi único interés es practicar mis habilidades de escritura y además homenajear una de mis historias de anime favoritas.

Lo que dicen los personajes entre guiones ( — ) lo que piensa Natsu entre la conversación está en comillas (" pensamiento "). Y desde quien es el punto de vista de la historia entre == personaje ==.

Amo los Reviews… me sirven de lluvia de ideas! Así que regálenme muchos… gracias.


Capítulo 11

==Natsu==

Aún falta una hora para que inicie mi camino a la montaña para encontrarme de Lucy, y creo que ya me comí todas las uñas, el estrés me está matando.

En la mañana temprano estaba sonriente, feliz y emocionado por luchar contra mi nakama, pero ...

Me he pasado las últimas dos horas caminando en círculos por la ciudad, e inclusive me vi vergonzosamente arrastrado a surtir la lista de comida que mi rival había dejado pegada al refrigerador esa mañana con tal de tener algo en que entretenerme para no salir corriendo a buscarla.

La espera es lo que en realidad me está aniquilando lentamente. Nunca he sido paciente, pero el temor de que ella se niegue a luchar contra mí impide que me acerque siquiera al camino que lleva a la montaña.

Temor e incertidumbre, son sentimientos que no suelo sentir, a menos no en una situación en la cual no tengo idea de lo que va a suceder.

Mis pies resonaban en el suelo de roca bajo mis pies, y el retumbar de mi pulso ansioso era lo único que escuchaba en mis oídos. No quería pensar ni tratar de adivinar qué era lo que me esperaba en la montaña. Conocía cada uno de los rincones de ese lugar, pero sabía que Lucy también, ya que a pesar de no ser muy entusiasta de estar en la naturaleza, ella disfrutaba pasear de vez en cuando en aquel sitio, alejado de la gente en busca de inspiración para escribir.

Ella nunca lo ha mencionado, pero lo sé, ella escapa a esa montaña a inspirarse, cada vez que regresa de estar en contacto con la naturaleza pasa interminables horas frente a su escritorio escribiendo como loca en su libro, ese que empezó a escribir después de que terminara la lucha con Zeref y que nunca le muestra a nadie, incluyendo a Levy.

— Natsu —de pronto escuche que me llamaron, al girarme, me encontré con quien menos imagine encontrarme en este momento.

— ¿En serio piensas luchar contra Lucy?— su pregunta me parecía lógica pero la respuesta era lógica también, no respondí solo le miré de mala manera.

— ¿Qué sucede, tu deberías estar a su lado en este momento preparándote, acaso ella no piensa que voy en serio?— Loke me miró molesto antes de acercarse a mí.

— Sabes perfectamente que ella no tiene idea de que estoy aquí, y ella se está poniendo más seria que nunca —

— ¡Me parece genial!— sonreí desde el fondo de mi corazón, una calidez invadió mi pecho. La preocupación se borró de mi mente de nuevo. Realmente estoy ansioso por saber qué es lo que está preparando para nuestra lucha.

— Natsu, estoy preocupado por ti —

— ¿Preocupado por mí? — Lo miré sorprendido, generalmente él siempre se siente celoso de la conexión que tenemos Lucy y yo. Sé que no soy su persona favorita en este mundo así que estoy demasiado sorprendido por sus palabras. Casi me caigo de la impresión.

— ¡¿Qué cosa?! — gemí por la sorpresa, él se acercó a mí y me tomó fuertemente de los hombros y me miró seriamente.

— Prométeme que te detendrás antes de que algo no pueda ser reparado — mi mandíbula no se pudo mantener en su sitio y él me sacudió un poco.

— Natsu, si ella te mata por accidente… ¡Ella moriría de dolor, no estoy seguro de que nosotros podamos sostenerla! ¡Lucy se hará pedazos! — sus dedos se clavaron en mis hombros y comencé a comprender un poco su desesperación. Yo me relajé un poco y lo miré unos segundos antes de contestar.

— No te preocupes, terminará como tiene que terminar… — su mirada de preocupación se relajó un poco. Sus manos me liberaron y yo le miré extrañado mientras me daba la espalda para alejarse de mí.

— Solo, no la hagas llorar— insistió antes de girar a verme de nuevo con esa sonrisa socarrona que me da dolor de cuello.

— Por cierto… prepárate… en serio. Te dolerá más a ti que a nosotros — yo le miré sorprendido mientras desaparecía frente a mis ojos.

Creo que Lucy va a sacar toda la ropa sucia en esta pelea y no puedo evitar estremecerme tanto de emoción como de temor. Estoy aterrado de no ser lo suficientemente fuerte, tanto que divago entre el acudir a la lucha y no.

¿Y si al final se da cuenta de que no soy un digno compañero para ella?

¿Si resulta que solo soy un debilucho mitad dragón y mitad humano que no logra ni siquiera estar a la altura para reclamar una mujer dragón?

— Idiota, deja de pensar estupideces —

Gruñí desde el fondo de mi estómago hasta que saque la tensión en mi cuerpo.

— ¡Soy Natsu Dragneel… el auténtico Salamander…! ¡Y yo jamás me rindo sin luchar! —

Miré por encima del hombro el reloj de la torre principal de la ciudad y decidí comenzar mi camino rumbo a mi cita con mi chica dragón.


==Lucy==

El aroma que me traía el viento era a flores silvestres y hierba fresca. Siempre me había gustado disfrutar de la naturaleza. Aunque fuera fatal para mis zapatillas el caminar por la vereda, siempre encontraba un momento a la mitad del mes para darme un paseo corto por las afueras de la ciudad. Sobre todo cuando me encontraba escasa de ideas para escribir lo que tuviera en turno.

Pero en este momento era completamente diferente. Mis sentidos aumentados me daban una nueva visión de lo que creía conocer como la palma de mi mano.

Los olores, los sonidos, el color del paisaje… hasta el ulular del viento. Se sentía aumentado un millón de veces más. Con razón a Natsu le encantaba salir a acampar y pescar con Happy. Ahora podía verlo todo como sus sentidos lo veían.

Lo veía como si fuera la primera vez.

No pude contener la emoción y me quité los zapatos y deje que las plantas de mis pies hicieran contacto con la hierba, provocándome un escalofrío de satisfacción al sentir la humedad de la tierra en mi piel. Guardé mis zapatos en mi mochila mientras disfrutaba la sensación.

Inhalé fuerte para captar los aromas a mí alrededor un instante antes de salir corriendo y sentir chocar la fría brisa contra mi rostro. Unos segundos después note agradecida que las piedras y las espinas no podían dañarme porque las escamas rosas (casi imperceptibles) que antes mirara en mis brazos recubrían mi delicada piel.

— ¡Esto es grandioso! ¡Yupy¡— grité mientras corría a internarme dentro del bosque al pie de la montaña.

Corrí y corrí hasta llegar a un arroyo, y después de mirarle un poco me animé a beber de él, moría de sed. Mientras lo hacía pude ver mi reflejo en el agua. Mi rostro se veía sonrosado por la carrera y mi cabello enredado me daba un aspecto salvaje.

— ¿Qué pasa contigo Lucy? ¿Dónde quedó el glamour? — me burle un poco, pero tenía que ponerme seria o Natsu seguro me encontraría.

— ¡Puerta de los gemelos yo te abro, Géminis! — se abrió la puerta y mis amigos aparecieron frente a mí.

— ¡Lucy! — ambos gritaron a coro mientras yo les sonreía.

— Chicos, necesitamos algo que confunda la nariz de dragón de Natsu. Busquen flores moradas… de esas que parecen campanas — el rostro de mis amigos se torció, recordaban perfectamente cuales y olían asquerosas cuando las aplastabas.

— Tengo que alejarme porque yo tengo su nariz y no puedo soportar el aroma, cuando terminen de hacer la barrera alrededor del arroyo cierren su puerta. Yo los veré más tarde chicos.

Ambos hicieron un gesto de asentimiento mientras yo les sonreía para salir corriendo al siguiente punto.

En medio de los árboles que rodeaban el camino a la base de la montaña me detuve para analizar la dirección del viento, buscando el modo correcto de ocultar mi olor y que Natsu estuviera confundido en qué camino tomar. Mi cabello suelto me mostraba la dirección del viento en lo que decidía que vereda tomar.

==Natsu==

Caminé siguiendo su olor hasta el inicio de la vereda, suspiré agradado por el olor a vegetación y la humedad que trae consigo esta época del año. En un mes más estaremos recibiendo nieve en nuestras cabezas, así que hay que aprovechar cuando por las tardes aún hay un poco de calidez en el ambiente para salir a acampar.

De repente toda la armonía se rompió porque a mi nariz llego un asqueroso aroma que me provocó arcadas y una picazón horrible en mis fosas nasales.

Comencé a ver aplastadas en el suelo cientos de flores moradas. Cuando están frescas son inofensivas, pero estaban aplastadas a propósito.

—¡Puaj! ¡Esto es realmente asqueroso!— escupí y mis ojos llorosos maldijeron desde lo más profundo de mi ser hasta los malditos ancestros de esas flores. Estaba tan desesperado por deshacerme del aroma que me arrojé al arroyo maldiciendo mi ingenuidad. Lucy siempre ha conocido mis debilidades, pero nunca ha sido tan rastrera para usarlas en mi contra en ningún momento. Esto hablaba de que ella realmente deseaba hacerlo difícil para mí, se había decidido a ganarme, y la conozco suficiente para saber que buscará mil y un maneras de conseguirlo.

Me enjuagué la boca con el agua fresca y escupí cientos de veces antes de lograr darle un descanso a mi nariz. Estaba desorientado, y el aroma aún permanecía un poco adherido a mis ropas. Salí furioso del agua e intenté buscar su rastro una vez más.

Camine unos diez metros en medio de las ramas de unos arbustos cuando sentí como con mis pies activaba una trampa de cordel.

— ¡Carajo! —

Al instante un montón de flores moradas caían sobre mi cabeza. El olor provocó mis nauseas instantáneamente y enfurecido me encendí para quemar todas y cada una de esas demoniacas plantas.

—¡Estúpidaaaaaaaaas floreeeeeeeees!—

Creo que mi bramido arruinará mi factor sorpresa.

==Lucy==

Corte un trozo en forma de tira de mi camisa mientras tomaba mis llaves para invocar a otro de los chicos.

— ¡Puerta del arquero, yo te abro! ¡Sagittarius! —

— Lucy — otro de mis amigos invitados a jugar y el plan que tenía armado en mente iba tomando forma, al instante lancé a sus manos la cinta. Él tomo la tira algo confundido mientras yo le sonreía.

— Vamos a jugar a las escondidas con Natsu, dejémosle pistas falsas para hacerlo más divertido. ¡Mientras más altas las pistas, mejor! — sonreí y mi amigo comenzó a saltar entre los arboles alejándose cada vez más.

— ¡Moshimoshi! —

Continué mi camino, a un paso un poco más lento pero constante, aún quedaba un enorme camino por recorrer. Un poco más adelante pude sentir como la puerta de Leo se abría y al instante pude ver a mi amigo Loke corriendo a mi lado.

— Lucy, ¿No crees que estas exagerando un poco y tomándote esto de la pelea muy en serio?—

— ¿Tienes miedo de luchar contra Natsu? ¿O tienes miedo de que gane? — yo sonreí confiada.

— Tengo miedo de que se lastimen, esa lagartija con patas puede ser demasiado terco, no sabe cuándo rendirse o detenerse, es capaz de matarse intentando ganarte — contestó preocupado, yo también había pensado de esa manera, pero en realidad, si no luchaba en serio con él me arriesgaba a algo mucho peor. Como el perder su amistad para siempre.

— Espero que realmente Natsu me tome como un rival serio, siempre se burla de mí por ser débil, esta es la primera vez en la vida que pienso que realmente puedo ganarle… — el me miró seriamente, pero pude ver en su rostro una chispa de diversión.

— ¿No es emocionante? — insistí y él solo sonrió con esa sonrisa de playboy que tanto aman sus admiradoras del gremio.

— A que mueres por poder patear el trasero de Natsu, ¡Niégamelo Loke! — el comenzó a reír y apresuró el paso.

— Hermosa Lucy, cuéntame cómo puede ayudarte tu humilde llave estelar para lograr semejante proeza… —

— Tú serás mi espalda, brillarás para que nuestra sombra sobre el suelo sea lo único que sea capaz de mirar antes de vencerlo — él desapareció con una enorme sonrisa cerrando su puerta, es demasiado perezoso para seguirme corriendo a través del bosque.

Al llegar al pie de la montaña pude ver que era el punto más inclinado, a estas alturas estaba acalorada de tanto correr. Me quite mi camisa rasgada quedando en un ligero top deportivo y la deje en el suelo, justo a propósito para darle una pista de a donde dirigía mis pasos.

— Star Dress ¡Tauro! — mi ropa inmediatamente cambió como esperaba, pero curiosamente Tauro apareció a mi costado sin haberlo conjurado. Tal vez sea el exceso de magia que me rodea por culpa de Natsu.

— ¡Lucy! ¡Moooooo! ¡Como siempre luces súper sexy con ese traje! — bromeo como lo hace siempre y yo simplemente sentí como el sudor corría por mi nuca, él nunca cambia.

— Tauro, es hora de escalar ¿Será que puedes prestarme tu fuerza una vez más? —

— ¡Tus deseos son ordenes Lucy! ¡Moooo! — gritó antes de tomarme por sorpresa por la cintura con una mano y con la otra tomar mis pies.

— ¡¿Ta-Tauro?! ¿Pero qué? ¡No! ¡No, no no no ¿Qué haces?! ¡Noooooooooooo!—

— ¡Nos vemos arriba lucy! — gritó antes de lazarme con toda su fuerza hacía arriba como si fuera una lanza.

— ¡Tauroooooooooooooooooo! ¡Idiota me las pagaraaaaaaás! — grité sin más remedio mientras salía volando despedida por los aires.

==Natsu==

Después de perderme una hora en el bosque siguiendo pistas falsas colocadas estratégicamente en las copas de los arboles alrededor, llegué al pie de la montaña y una mancha rosada sobre el suelo me hizo correr para encontrarme con el rastro correcto. Lucy me quería hacer sufrir un poco, pero deseaba ser encontrada. No era necesario tomar la prenda tirada en el suelo para identificar su aroma en ella.

La hubiera encontrado antes si no me hubiera entretenido en solo seguirle con mi olfato. Estoy cada vez más molesto conmigo mismo porque estoy cometiendo demasiados errores, y todo por no tomarme el asunto con la seriedad debida.

Miré hacia arriba y comencé a escalar la muralla de roca, estaba algo escarpado, pero no era imposible. Ella estaba probando mi resistencia. Seguramente al terminar de subir encontraría otro obstáculo. Lo extraño era que no podía percibir su aroma en las rocas que iba escalando a mi paso.

Así que no podía utilizar ese punto a mi favor para saber por dónde había resultado más sencillo escalar ese muro. Tendría que arreglármelas solo.

— Lucy, no piensas ponérmelo fácil de ninguna forma ¿Verdad? —

==Lucy==

Caminé por el risco un poco distraída por como mis ojos captaban los últimos brillos del sol reflejados en el pequeño nacimiento de agua que surgía de la montaña y que remojaba el borde del risco para perderse en el horizonte. Volví a mirar mi reflejo en el agua y bebí de nuevo, la magia de Natsu provoca que se me seque demasiado la garganta, no puedo controlar mi temperatura interior, pero no puedo distraerme. No tengo tiempo para acostumbrarme del todo a su poder. Me senté en el suelo y comencé a vendarme las manos y los pies.

— Hime — sin dejar de acomodar mis vendajes miré a Virgo, sentada a mi lado ella me observaba atentamente.

— ¿Qué sucede Virgo? —

— ¿Quiere que le haga un traje? Si gusta yo… —

— No te molestes, seguramente terminará como siempre, quemado o arruinado — mi amiga sonrió alegre mientras me miraba con atención y en algún momento también me ayudo a acomodar las vendas. Finalmente me coloqué unos guantes de piel sin dedos para proteger mis nudillos.

—¿Cómo puedo ayudarle Hime, que es lo que me toca hacer?— yo sonreí, todos mis amigos estaban emocionados, tanto o más que yo con esta pelea.

— En esta ocasión pasar desapercibida es la mejor arma— Tomé un poco de arcilla del fondo del arroyo y cubrí mis mejillas y mis hombros.

—Tendremos que cavar… cavar mucho…. Todo un laberinto — sus ojos brillantes me miraron emocionada.

==Natsu==

Mis pulmones están luchando, necesito descansar un poco, pero temo que si me detengo unos minutos pierda ventaja. Aún no comienzo a luchar y siento que mis brazos están algo tensos del esfuerzo.

Otro descanso.

Puedo oler que ella se sentó un momento en este sitio seguramente para beber, ella está llevándolo difícil por culpa del aliento dragón. Seguramente se siente sedienta a cada rato.

Es una pequeña ventaja para mí ya que seguramente encontraré pistas cerca de donde haya donde beber.

Intento percibir su aroma pero está cada vez más difuso. Creo que es hora de que deje un poco de lado mis instintos y use un poco el cerebro, si no me agotaré antes de encontrarme con ella.

Pude detectar las huellas de pies descalzos en el suelo, cerca del suelo húmedo a un costado del arroyo, y empecé a caminar siguiendo esa pista.

Después de un tiempo llegué a un claro y mi piel se comenzó a erizar ante un extraño presentimiento de peligro. Sentía que el calor abandonaba casi imperceptiblemente mi cuerpo y eso era una señal de fuegos artificiales que indicaba que ella estaba cerca.

Pero por más que intente buscarla con la mirada, no podía verla.

Ella estaba ahí mismo, podía sentirla, pero no podía olerle, oírle o verle.

Un escalofrío me recorrió entero cuando a duras penas logré esquivar su pie envuelto en llamas.

— ¡ Karyū no Kagitsume! — el grito de Lucy me hizo reaccionar en el instante correcto para evitar su patada.

Lucy cayo desde arriba a mis espaldas, un ataque tan potente que logró hacer un enorme cráter en el suelo.

— ¡Al fin! Ya me estaba aburriendo de tanto esperar… — mis ojos la buscaron entre el polvo de la explosión y apenas pude verla. Se había puesto arcilla encima y casi no podía verla entre la polvareda. Estaba sonriendo y con un gesto feroz en el rostro.

En tres segundos se había lanzado contra mí y detuve por poco su puño con mis manos abiertas. Me dolió un poco el impacto pero logré disimularlo perfectamente.

— Llegas retrasado, ¿No que estabas impaciente por pelear conmigo? — tenía razón probablemente ya fuera más de media noche.

— Eres una cínica, ya hubiera llegado si no te hubieras dedicado a llenarme de trampas el camino —

— Solo quería hacerlo más interesante — ella sonrió divertida, no pude evitar mirarla mal.

— Lo de la trampa con las flores moradas fue demasiado rastrero hasta para ti… ¿Sabes que huelen horribles esas asquerosas flores? —

— ¿Trampa con flores?— dijo algo confundida, pero creo que solo se burla de mí. Tiré un par de golpes esperando derrumbarla pero ella parecía leer mis movimientos, esquivándolos perfectamente mientras me quejaba furioso.

— Terminé cubierto con esas plantas de olor asqueroso ¡Nunca olvidaré esa trampa apestosa! — ella comenzó a reír y yo comencé a cabrearme. Intentaba golpearla pero se movía demasiado rápido para ser verdad. ¿Esa agilidad la estaba robando de mi magia o realmente se había vuelto más ágil desde la última gran batalla que tuvo el gremio?

— Géminis siempre demuestra su iniciativa, esa trampa no la hice yo — que negara que fue idea suya empezaba a molestarme así que la interrumpí.

— ¡Basta de distracciones! Yo vine a luchar con mi chica dragón — ella se calmó y me miró de forma retadora.

— ¿Tu chica dragón? Yo no he visto ninguna chica dragón por aquí, tal vez aún no ha llegado… — ella comenzó a burlarse y mi enojo se removió de nuevo.

— Eres odiosa cuando te haces la loca con tal de posponer nuestra lucha — ella solo sonrió de manera socarrona y se arregló un poco el cabello, ya que con el viento se le metía en los ojos.

Ella había dejado de lado su coquetería natural y lucía como si buscara camuflarse en el paisaje.

— Muy bien Natsu, ven aquí… — ella se colocó en posición de combate encendiendo sus puños y movió la cabeza con una mueca retadora — ¡Adelante, yo ya estoy encendida! — no pude evitar relamerme los labios, al ver el color de sus llamas recordé súbitamente su sabor en mi lengua.

— ¡Karyū no Tekken! — gritó ella pero a pesar de ser su voz, me confundió un segundo, porque era lo mismo que pensaba invocar en ese instante.

Ella golpeo el suelo provocando una enorme nube de polvo, que me hizo perderle de vista un momento, pero aun puedo confiar en mis demás sentidos. Intenté detectar su aroma y el sonido de sus pasos, pero Lucy parecía haberse esfumado en el aire. Estaba totalmente desconcertado, y corrí en círculos buscándole en medio de la polvareda cuando un movimiento a mi izquierda me alertó de la presencia de alguien. Me dirigí hacia la silueta con mi puño encendido en alto, pero desgraciadamente esa distracción de un segundo me hizo saborear la sangre en mi boca al recibir el primer puñetazo en el rostro. Un poco descolocado me enderecé de nuevo y limpie mi mejilla.

— Al parecer irás en serio desde el principio… ¿Así que vamos a aprovechar para a sacar toda la ropa sucia en este duelo Luce? ¿Te desquitará de todas las travesuras que te hemos hecho Happy y yo? — Ella comenzó a reír un poco a mis espaldas. En la dirección completamente opuesta al movimiento que había detectado.

— Yo nunca he sido rencorosa. Eso es un cariñito… por lo de cancelar el contrato de mi departamento… — me sonrió antes de lanzarse de nuevo contra mí. En una serie de golpes demasiado veloces. Que no pudiera seguirle el ritmo me estaba irritando. Mis puños chocaban fuertemente contra sus brazos y sus hombros, estaba usando la guardia que le había enseñado Gray el verano pasado. Sonreí, Lucy es una esponja cuando se trata de aprender a pelear y alguien tiene la paciencia de enseñarle.

Al tercer impacto pude notar que unas hermosas escamas rosadas protegían su piel. No podía hacerle daño, tan fácil, pero aún puedo noquearla y ganar esta pelea.

— En mi defensa, tú me dejaste plantado por ese departamento — Lucy deja de poner sal en la herida, solo harás que me enoje de más. Después, con algo de aprensión, probé usar mis garras envueltas en fuego pero no pude rasguñar su piel de ninguna forma.

— Lo de tu lucha no estaba planeado, en realidad no podía decir que estuviera en mis planes dejar de pagar la rentar por luchar contra ti —

— ¡Pero me lo prometiste! — con mucho esfuerzo logré correr hasta llegar a un costado de ella y barrerle los pies con una patada que la hizo caer al suelo. Excelente, puedo golpearle y derribar le aunque no le pueda hacer daño con mi magia.

Inmediatamente ella se puso de pie y se alejó de un salto hacia atrás, al instante un puñetazo en llamas me arrojó de espaldas al suelo.

— Que iba a saber yo que estaríamos en esta situación, de haberlo sabido no me hubiera pasado flojeando toda la semana, ni leyendo tan tranquilamente si sabría que iba a estar ocupada —

Demonios, ese golpe fue más fuerte y se lo contesté de regreso arrojándola hacia atrás, creo que se está molestando en realidad, solo espero poder contenerme, no me agradaría dejarle una cicatriz en su hermoso rostro.

— ¿Por qué no fuiste a buscarme inmediatamente? ¿Porque nunca reaccionas como se espera? —

— ¿Reaccionar como se espera? ¿Cómo se supone que debía reaccionar? — la pillé con la guardia baja y volví a derribarla con una patada a sus costillas, que ella logró bloquear con sus brazos. Aun así terminó en el suelo.

— Como una mujer furiosa normal — Yo la miré entusiasmado por mi avance en la lucha.

— Estas intentando decir que no soy normal? ¿Pero si siempre te llenas la boca de decir que soy rara? — se tambaleó un poco pero se puso en pose de lucha nuevamente.

— Debías ir histérica a buscarme como cualquier chica normal, chillar furiosa que me odiabas por lo que te hice, no fingir que no te había importado nada — cambié el peso de mi cuerpo de un pie a otro y rebusque con la mirada cualquier posible trampa. Ella parecía conducirme con sus golpes a un lugar específico.

— Estas insinuando que soy una especie de bruta, nada femenina? — quería distraerme pero no permitiría que me tomara por sorpresa de nuevo.

— Eres todo menos una machona — Ella se ruborizó y yo aproveche para intentar acercarme. Pero ella reaccionó en el momento.

— Estás loco si crees que siempre reaccionare como todo el mundo, además, sabes de sobra que todos los que estamos en el gremio somos demasiado extraños — ella dio un par de pasos y de pronto desapareció de nuevo.

Volví a sentir que algo corría a mis espaldas y tiré un puñetazo envuelto en fuego y mis nudillos hicieron contacto provocando un terrible estruendo.

— ¡Karyū no Tekken! — esta vez el grito de invocación fue mío y resonó en eco por toda la montaña.

Cuando la polvareda se despejó pude mirar mi puño hundido en el vientre de Virgo, pero al parecer ella lleva debajo de su uniforme alguna especie de armadura o corsé de hierro, porque mi puño no se hundió de forma natural gracias a la barrera.

Ella se derrumbó en el suelo, y a pesar de que un escalofrío de remordimiento me a travesó el cuerpo al darme cuenta de mi error, la mirada de la amiga de Lucy parecía extasiada a pesar del daño.

— Hime ¡Al fin Virgo está recibiendo el castigo que merece! — una mueca de desagrado me nació al mirarla feliz por haberle golpeado con mi puño, pero no tuve tiempo de decir nada.

— ¡Karyū no Kagitsume! — Una patada en mi espalda me arrojó violentamente contra el suelo. El golpe me impulso lo suficiente para arrastrarme un par de metros.

— ¡Natsu deja de coquetear con Virgo! — dijo mi contrincante, creo que ahora si está empezando a enojarse. Creo que se puso algo celosa.

— ¡Mierda, eso dolió! — gemí y al instante corrí detrás de ella para evitar perderle de vista una vez más.

Cuando estuve a punto de golpearle una luz brillante me cegó al instante pude sentir las rodillas de Lucy impactar contra mi rostro hundiéndome en un hueco en el suelo. Por esa razón no podía seguirle con la vista. Lucy y Virgo habían hecho una serie de túneles debajo del suelo, por eso le perdía el rastro.

Y ahora el maldito Loke se sumaba al partido, ahora se estaba apoyando de dos espíritus estelares al mismo tiempo, si no me pongo serio, no ganaré de forma alguna.

— ¡ Karyū no Kōen ¡ — dejé fluir mi magia y comencé a concentrar mi magia para hacer arder todo a mi alrededor.

==Lucy==

Pude sentir que Natsu empezaba a intensificar el calor en todo el lugar, sus llamas empezaban a brillar con más intensidad.

Natsu se está cabreando… y debería estar asustada, pero me siento sumamente emocionada.

Mire a Virgo preocupada, pero ella se metió bajo tierra escapando del calor y Loke a mis espaldas se quitó el saco, se veía realmente acalorado, pero aguardaba pacientemente el siguiente ataque de mi amigo.

Aspiré con algo de preocupación las llamas frente a mí y después de constatar que era hasta cierto punto agradable absorber su fuego, succioné con más ganas su magia.

Cuando sentí mi vientre lleno, mi cuerpo se estremeció en un enorme escalofrió para rugir mi propio Karyū no Hōkō escupiendo llamas azules al por mayor, impactando directamente a Natsu, el solo me miró con una rodilla apoyada en el suelo con ese gesto suyo, tan serio y concentrado, recibiendo el calor de mi magia y con todas esas llamas a su alrededor.

Tan sexy.

Oh dios, Lucy concéntrate o te puede moler a puños, te hará daño a pesar de que anoche estaba recorriéndote a besos entera. Mi temperatura comenzó a aumentar y de manera inconsciente invoqué su magia.

— ¡ Karyū no Kōen ¡ — mis manos se rodearon de llamas y comencé a rodearme de fuego azul, él al parecer se desconcertó un poco y se puso de pie casi al instante. Elevé mis manos y formé una esfera enorme de color azul.

Me miraba atentamente con un gesto de preocupación en el rostro y yo sonreí. Creo que empieza a dejar de menospreciar me y comenzará a luchar en serio.

==Natsu==

Mi primer impulso fue correr para embestirla, esa cantidad de magia a pesar de estar saliendo de lo que ella posiblemente me hubiera robado esos días que la pase durmiendo también estaba siendo robada de la magia que traía encima. Rugí molesto, ese detalle no estaba contemplado antes de venir a luchar con ella y me daba una enorme desventaja.

— ¡Shishikōyō! — pude escuchar el grito de guerra de Loke pero era demasiado tarde para hacer algo.

Cuando mi puño envuelto en fuego amenazó con golpearle, una luz brillante a espaldas de Lucy me dejó ciego de nuevo.

Al instante el Karyū no Kōen de Lucy me impactó lanzándome metros atrás, me recuperé de inmediato impulsando mis garras en el suelo. Volviendo al contra ataque.

¡Estúpido león de peluche!, me cegó y provocó que fallara mi golpe. El tiempo pasaba rápidamente y diez intentos de ataque después decidí que si quería noquearla antes de terminar sin magia bebería deshacerme de Loke.

Empezaba a desesperarme, así que hay que aplicar medidas desesperadas.

==Lucy==

Natsu en cuanto tuvo la oportunidad se hundió en uno de los túneles de Virgo. Ese movimiento no me lo esperaba. En un instante apareció frente a mí y me lanzó un ataque de fuego que por poco no esquivo, corrí alejándome de él.

— ¡Kyyaaaaa! — solo sentí la brisa fría de la noche recorrerme antes de darme cuenta que inesperadamente su otra mano me desgarró el top que traía encima quedando desnuda del pecho frente a Loke el cual completamente impactado se derrumbó con tremenda hemorragia nasal.

— ¡Cierra tu puerta Leo! — grité abochornada antes de tapar mi pecho con las manos. Forcé el cierre de la puerta de León y me gire a verle desconcertada pero el ya venía en carrera dispuesto a noquearme.

— ¡Eso es luchar sucio Natsu! —

Afortunadamente Virgo se transformó en su forma robusta y se interpuso entre el golpe de Natsu y mi cuerpo.

— ¡Virgo merece un buen Castigo! — gritó de una manera que me hizo ruborizar pero me dio tiempo suficiente para ponerme de pie. Sin importarme estar descubierta a los ojos de Natsu corrí alejándome un par de metros y comencé a rodearle. Cuando llegué al sitio correcto invoque el fuego en mis puños.

— ¡Tú tampoco jugaste muy limpio con eso de las flores! — gritó y me hizo enfurecer más.

— ¡Karyū no Kagitsume! — grité pero mi puño impactó dentro de los túneles que creo Virgo, apliqué tanta fuerza que creí que el musculo de mi brazo se desgarraría pero debería ser lo suficientemente fuerte para detener a Natsu.

==Natsu==

Furioso miré como el cuerpo de la amiga de Lucy evitaba mi ataque y al instante recibí una serie de golpes por parte de Virgo. No tenían la fuerza con la que Lucy me estuviera golpeando pero fueron suficientes para distraerme de mi verdadero rival. Cuando pude esquivar a la sirvienta gigante que obstruía mi vista lo último que miraron mis ojos fue a Lucy lanzando un ataque descomunal contra el suelo.

En un segundo la tierra bajo mis pies comenzó a vibrar y su ataque me rodeo quemando mi cuerpo pero mi poder dragón de alguna manera logró amortiguar el daño por fuego… pero no por las rocas impulsadas por la explosión.


==Lucy==

Puedo mirar la luz del amanecer despuntar en el horizonte, mientras permanezco sentada en el suelo mirando su silueta tirada frente a mí. Esta demasiado agotado, pero aún apoya una rodilla en el suelo negándose a rendirse. La necedad de Natsu es equivalentemente proporcional a su fuerza, incluso un poco más, porque continuará luchando a pesar de no tener más fuerzas en el cuerpo.

— Hime, se ve muy mal, creo que se me pasó la mano… ¿Va a castigarme? — la voz de Virgo me sacó de mis cavilaciones, volví a apretar mis puños con fuerza.

— Aún no termina…— dije con un nudo en la garganta mientras le echaba un vistazo a mi maltrecho mejor amigo, respiraba con mucha dificultad. Yo tampoco estaba en tan buenas condiciones, pero era seguro que estaba mejor que él.

Natsu gruño en aprobación lanzándose al ataque de nuevo, pero ataqué otra vez con mi puño en llamas el suelo, para que el fuego de mi magia avanzara a través de los túneles que había cavado mi amiga y así poder atacarle por sorpresa nuevamente. El resultado era el esperado y la explosión terminó arrojándolo violentamente contra el suelo.

Finalmente se había quedado quieto, así que decidí acercarme con precaución. No fuera ser una trampa con tal de vencerme. Pero no era así.

Mis manos viajaron por su rostro maltrecho, había dado todo de sí. Mis lágrimas se acumularon en mis ojos. Odio verlo herido, me trae recuerdos de momentos tristes y amargos del pasado.

— Natsu… — susurré su nombre y él recupero la conciencia levantándose en medio de un espasmo de tos, atragantándose con un poco de sangre. Inmediatamente se derrumbó sobre su espalda y me miró agotado.

— ¡Maldición!— golpeo el suelo con su puño pero yo sabía que no se pondría de pie de nuevo.

==Natsu==

Estoy agotado, no queda ni un poco de energía en mi cuerpo y empiezo a sentir que me desespero mucho más. Mi peor temor se está haciendo realidad. No he podido vencerle. El calor nunca me había hecho sentir agobiado o agotado, pero el que Lucy esté drenando mi energía me está pasando factura.

Leo me lo había advertido, me dijo que me prepara porque ella iba muy en serio. Tan enserio que temía que ella se extralimitara conmigo. Yo solo sonreí agradecido en verdad. Lucy había tomado esto con la seriedad que merecía.

Su cuerpo luce en perfectas condiciones a comparación del mío. La situación me enerva. Hasta hace unas horas pensaba que tenía la victoria asegurada, pero es una realidad que no contaba con la posibilidad de que ella luchara en serio.

No puedo más, mi cuerpo me ha dicho basta.

Observaba en su rostro el gesto característico que pone cuando se siente agobiada y triste. No me gustaba cuando me miraba así, me traía amargos recuerdo del pasado.

— Lucy… estás desnuda — reí pero me dolió el cuerpo por el movimiento.

Su gesto cambió en un instante. Se sonrojó demasiado pero se rió por mi ocurrencia.

— No importa, no es que no me hayas visto mil veces así antes — ella río aún más fuerte pero de pronto su risa se detuvo y un grito ahogado de su parte me estremeció.

==Lucy==

Mi cuerpo se estremeció y no pude evitar rugir en medio de un agónico grito de dolor. Sentía como los huesos de mi brazo izquierdo ardían como si se cocieran dentro de mi propia sangre. Las puntas de mis dedos se abrieron en un corte limpio y de ellos brotó una luz dorada en la cual se formaron signos completamente desconocidos para mí. En un instante el dolor simplemente quedó en el olvido, y miré el pequeño símbolo formado sobre la palma de mi mano.

Sonreí, ahí estaba el dichoso premio a tan problemática situación.

Los ojos asustados de Natsu brillaron reflejando las luces generadas por la magia en mis manos. En un instante mi estado de ánimo dio un giro de ciento ochenta grados. Yo le miré con duda, aun no tenía claro que es lo que quería hacer con esta situación.

Los miedos y la inseguridad comenzaron a debilitar mi tranquilidad.

Él siempre ha sido un alma libre. No me sentía capaz de cortarle sus alas. Quitarle su libertad, solo por mi egoísta ilusión de tener un enamorado, una pareja… amante o como se le llame. No pude evitar que las lágrimas se escaparan de los ojos.

Antes de darme cuenta, él tomó con fuerza mi muñeca.

— Estoy listo — dijo serio, pero el temor se reflejaba en sus ojos.

— No — me negué, seguramente estaba tan aterrado como yo con esta situación.

— ¡Hazlo! — insistió y yo me estremecí por su reacción.

— ¡Natsu! ¡No! — el me miró desesperado, nunca había mirado una mirada de completa desolación en su rostro. Quedé completamente sorprendida. El volvió a tirar de mi mano y seguí resistiéndome.

— ¡¿No me quieres reclamar porque soy débil?! ¡¿Es porque no pude vencerte?!— reclamó desesperado yo simplemente me sorprendí de su reacción.

— ¡¿Es eso Lucy?! —

— Por supuesto que no, no digas estupideces… ¡No sabes lo que dices! — tiré de mi brazo con más fuerza. Parece que Natsu no entiende la repercusión que significa ser reclamado por una chica dragón.

— ¡No dejaré que te deshagas de mí! — insistió en un grito pero a pesar de no tener casi fuerzas él no me dio oportunidad de soltarme. Como si fuera a dejarle o abandonarle para siempre, es un idiota. Dice que es mi mejor amigo pero no puedo creer que dude, que piense que lo dejaré solo si no cierro el ciclo dragón.

— ¡No! ¡Yo no quiero atarte a una chiquilla inmadura y que no sabe lo que quiere hacer con su vida aún! —

Pero mi muñeca cedió y el sello se unió a su piel sobre su pecho sobre su pectoral izquierdo, justo sobre su corazón. La luz desapareció y una marca casi imperceptible quedó en el sitio. La fuerza que hasta ese momento inundaba todo mi cuerpo se desvaneció y mis sentidos sobrecargados se relajaron dándome un respiro a la tensión tan grande que acontecía en mi cuerpo.

El cuerpo de Natsu se convulsionó un poco pero para mí tranquilidad sus heridas comenzaron a sanar un poco y rápidamente. De su boca surgió un suspiro de alivio, mientras se relajaba de espaldas al suelo.

Sentí que las fuerzas me abandonaban súbitamente.

Me desplomé en el suelo junto a él y con mi rostro plantado en el suelo rocoso le miré con tranquilidad mientras se restablecía su respiración.

Estaba hecho.

Virgo había cerrado su puerta, supongo que por la falta de magia en mi cuerpo.

Los minutos pasaban y con ellos la luz del día avanzaba dando paso a la mañana y a sus sonidos característicos. Una mirada indescifrable inundaba los ojos de Natsu.

— No te desharás de mi… no tan fácil… — me miró con un gesto extraño mientras mi cuerpo se convulsionaba en un agradable escalofrío.

— Idiota, como si no me conocieras. Si me hubiera querido deshacer de ti realmente, ya hace años me hubiera perdido en alguna misión y nunca hubiera regresado a Fiore — sus ojos se abrieron grandes pero luego regresaron a la normalidad.

— Nadie está atado a ningún sitio en realidad, tu lo demostraste, te perdiste por mucho tiempo entrenando y no supe ni una pista de ti hasta que volviste para el torneo — las lágrimas se acumularon en mis ojos.

— He pisoteado tus alas… ¿Cómo podré vivir con eso el resto de mi vida…? — el sollozo surgió desde el fondo de mi pecho provocando que casi me ahogara por la falta de aire.m El comenzó con una risa leve, pero que terminó en una carcajada estruendosa. Yo le miré confundida.

— Estúpida Luce… ¿No te has dado cuenta de que me quedé fundido a ti desde el momento en que mis ojos te miraron por primera vez? Eh ido y venido por caminos y siempre termino regresando a ti — mi corazón se saltó un latido y lo miré demasiado sorprendida para contestar algo coherente.

— Por eso me agradas… tu corazón es tan grande que antes de pensar egoístamente en lo que tu deseas… solo estas preocupada por lo que yo siento y quiero… — yo sonreí. Él de cierta manera, era consciente de ello, pero la seductora manera en que lo dijo, hizo que mis entrañas se retorcieran.

Me giré para quedar de espaldas sobre el suelo y miré el cielo.

— Es verdad… te quiero… te quiero para mi… mi propio dragón… — reí de la forma tan graciosa que salieron mis palabras, casi en gritos. Era lo que realmente sentía en mi corazón y me llenaba de alegría poder decirlo en voz alta.

— Lucy es rara… —El rio fuerte acompañando mis carcajadas. — Soy tuyo, llévame a casa que no puedo con mis huesos — continué riendo mientras me levantaba trabajosamente y le ayudaba a levantarse.

— Oe Lucy… —

— ¿Qué pasa? — de pronto sentí que su chaleco caía sobre mis hombros.

— ¿Luce pensabas regresar desnuda a casa…? Eres una pervertida… —

— ¡Kya! ¡Natsu! — grité abochornada pero feliz, parecía que todo regresaría a la normalidad finalmente.


==Juvia==

Juvia se siente extraña, hacia tanto tiempo que no había vuelto a sentir que su pecho fuera insuficiente para contener lo que sentía, ni si siquiera en su momento más miserable había sentido el dolor físico de una emoción.

Y después solo la calma.

Sentir la frescura de la piel de su brazo contra su cintura, era una sensación indescriptible. Miles de veces soñó disfrutar un momento como el que estaba viviendo en ese preciso instante. Pero su imaginación jamás fue una justa comparación a lo que el cuerpo de Juvia experimentaba en ese momento.

La paz colmaba cada pequeño espacio de su ser.

Sus dedos acariciaban perezosamente los maltratados nudillos de su acompañante; huellas imborrables del pasado en común que había soportado durante los últimos años. Las puntas de sus dedos descansaban justo sobre esa cicatriz, la más grande de las que Juvia tenía en su cuerpo, esa que por amor se hizo a sí misma con tal de arrancar su vida a cambio de la que ella más amaba.

La que le había conseguido una tremenda reprimenda, despiadada, por parte del mismo hombre que ahora le abrazaba por la espalda.

Recordaba ese momento. Él estaba tan furioso, al grado de darle una bofetada. Tan enojado que temió seriamente haberlo alejado definitivamente de su lado. Aunque como siempre, el perdonó y agradeció a su manera un tiempo después.

Con una mueca, trató de borrar ese recuerdo, pero sin desearlo del todo, ya que gracias a eso se habían dado su primer abrazo de cariño sincero al verse a salvo a pesar del momento amargo. Uno realmente largo. Aun se estremecía completamente al recordar cómo Gray había besado su frente y se había mostrado vulnerable aunque fuera unos instantes en los brazos de Juvia.

Después de ese momento tan especial para ella, él intentó de todas las maneras posibles mantener su máscara de indiferencia, fallando miserablemente.

Solo bastaba con que ella insinuara que estaba consiguiéndose una cita con un chico o que ambos tomaran de más en una fiesta del gremio, para que él aprovechara que Juvia se le colgara del brazo y la abrazara posesivamente en un oscuro rincón lejos de la vista de todos. Gray le rozaba con los labios el rostro casi por accidente, como si temiera que ella fuese a desaparecer. Arrepintiéndose casi al instante para huir discretamente de su presencia.

Huir de su temor a abrirse con ella y demostrar que él gustaba de Juvia.

No salían como una pareja pero se acercaban poco a poco. Juvia le atraía, al fin Juvia podía verlo en su mirada. Un inocente juego del gato y el ratón.

Juvia sonreía día a día cuando le sorprendía mirándole con una sonrisa discreta en los labios, y no solo miradas inocentes, sino también de forma pervertida sus piernas, su trasero. Oh si, Juvia lo notaba, y disfrutaba robarle la tranquilidad, por eso comenzó a ser un poco más coqueta con sus gestos y su forma de vestir que con sus proclamas de amor a viva voz en el gremio.

Como si Juvia y Gray hubieran conformado un acuerdo sin palabras, Juvia disminuyó sus exageradas muestras de cariño, porque la distancia abismal que sentía entre ellos se había reducido drásticamente, a pesar de que él se llenara la boca de negar que le correspondiera de alguna forma ante los demás.

Hasta que un día sucedió, en una de esas tremendas borracheras por un festejo sin razón de su familia.

Aún podía saborear en sus labios su primer beso; aquel que no supo ni a limón ni a fresa, sino a wiski helado con picante porque había sido retado en una competencia de comida por Natsu. Uno de los instantes más emocionantes que guardaría en su corazón por el resto de su vida. Nunca dejaría de agradecerle ese empujoncito que les dio el dragón de fuego. Todos en el gremio se burlaron a escondidas por semanas (porque la negación de Gray era descomunal, y él no permitió que nadie dijera nada del asunto) ya que ese beso duró más de lo que supondría un castigo por no soportar comer picante antes de que Natsu le afectara el enorme tazón de hielo picado con nieve de vainilla que le sirvieron. El por supuesto negó tal cosa, asegurando que había sido Juvia quien no había querido soltarle en cuello, pero en realidad Juvia estaba tan impactada que no fue capaz de moverse en una hora.

Y a pesar de que el temor de Gray a aceptar que Juvia despertaba más que simple cariño de amistad en él, esos besos casi imperceptibles y al parecer accidentales (Juvia siempre se lanzaba a sus brazos y sus labios chocaban accidentalmente con los de su adorado Gray-sama) se repetían con mayor frecuencia de la que él estaba dispuesto a aceptar. Siempre fuera de la vista de los demás. Con cada beso "accidental" la ansiedad de Juvia se desvanecía.

Pero esa tarde que había escuchado la conversación de Lucy con Erza y Gray en la cocina, Juvia sintió como el suelo se sacudió bajo sus pies.

Sus amigos avanzaban y tenían eso que Juvia en secreto añoraba con tanta fuerza que dolía. Compartir su vida juntos; un futuro. Y eso despertó dentro de Juvia un sentimiento que hacía demasiado tiempo no sentía.

El corazón de Juvia de pronto le exigió, con tremenda furia, que esos besos contados eran muy poco y que ella deseaba dolorosamente tener todo de él, más y más, para acogerlo de forma avariciosa solo para Juvia. La tormenta se desató en su interior, la cual le hizo caminar ensimismada por la ciudad, sin rumbo hasta que se dio cuenta que su poder mágico desató la tormenta sobre sus hombros, afectando a toda la ciudad.

Se sintió avergonzada por sus sentimientos de envidia y egoísmo.

Si bien Juvia lo quería solo para ella, Gray también le pertenecía también a esa enorme familia llamada Fairy Tail, de la que ella formaba parte. Pero la parte de cariño que le correspondía le sabia insuficiente y eso la hacía sentirse indigna del cariño de todos sus amigos.

Juvia se sentía tan furiosa e indigna del amor que había recibido hasta ese momento de todos, tanto que le costaba perdonarse. Y cuando se lo topó de madrugada en ese café preocupado por sus lágrimas, Juvia solo quería desaparecer para no sentir más vergüenza de sí misma.

El con su carácter necio y persuasivo (del que se siente confiado por conocerla más que a cualquiera) le sonsacó la verdad a Juvia y expuso su vergonzosa debilidad. Obligó a Juvia a confesar su vergonzoso sentimiento de coraje al no tenerle.

Desnuda emocionalmente ante él, Juvia se sintió arrastrada del sentimiento de vergüenza a la furia y confusión, atacada por el amor de su vida, presionándole, orillándole y obligando a Juvia a dar ese paso, el paso que le faltaba recorrer para acabar con su propia agonía.

Sus palabras la hicieron reaccionar.

Juvia sufría una muerte lenta y dolorosa por tener un amor a medias así que debía superarlo por sí misma y sola.

Lo que no esperaba es que la decisión de sacarlo de su vida, le arrastrara hasta este momento.

En un lugar desconocido, compartiendo el calor de su cuerpo en una cama pequeña dentro de su casa. Con un te amo de sus labios. Y posiblemente una pequeña vida gestándose en su vientre.

Gray se lo había prometido, y Juvia siempre ha sabido que su Gray-sama siempre cumple sus promesas.

De solo pensar en ello, su pecho amenazaba con hacerse pedazos por no poder contener tanta felicidad. Después de haber hecho el amor hasta la mañana siguiente, se quedaron profundamente dormidos, pero Juvia despertó demasiado pronto, dejando a Juvia sola con sus pensamientos.

Juvia había tenido tiempo suficiente para reflexionar todo lo que había sucedido. Ya sin la pasión corriendo por sus venas, el temor natural a convertirse en madre le asaltó. Justó en ese momento de flaqueza, él despertó.

Sus dedos temblaron sobre su mano cuando la respiración en su cuello cambió y Juvia sintió su vientre contraerse por culpa de los escalofríos que le recorrieron al sentir la respiración de su adorado "Gray-sama" en su hombro.

— ¿No has dormido nada, verdad…? — Juvia sintió su voz vibrar en su cuello y sin poder evitarlo contrajo el cuerpo un poco aturdida por la sensación de cercanía mientras negaba insistentemente con un movimiento de cabeza.

Juvia estaba nerviosa pero él borró con besos lentos sobre la piel de su hombro su nerviosismo, regresando la calma a su cuerpo. El la hizo girar un poco para mirarle el rostro y besar su mejilla de manera perezosa.

Estaba adormilado y con sus ojos casi entrecerrados, pero aun así mimaba con ligeras caricias su mejilla y su cuello.

Juvia no podía creer que estuviera despierta. Al ver que Juvia no respondía a sus gestos, suspiró y abrió los ojos para mirarle seriamente.

—Bésame— pidió exigente, como solo él podía serlo, y Juvia se sentía completamente incrédula de estar en ese sitio y de manera tan íntima con su adorado Gray-sama.

Juvia sintió sus mejillas calentarse. Su Gray-sama lucía tan sexy esa mañana con su cabello alborotado y exigente como siempre. Pero Juvia resistió la tentación y quiso cambiar la atención a otro asunto.

— Pero Gray, primero deberíamos comer algo… — su frente se arrugó en un extraño gesto que Juvia no le conocía, a pesar de conocer cada cosa de él. Era un gesto suave pero lindo casi como un puchero infantil. Volvió a besarle y Juvia sonrió vencida acatando todas sus dulces exigencias.

Juvia se sentía como en un sueño tremendamente real.

— …sama… — dijo él en un murmullo contra sus labios pero tal vez solo lo decía para provocarla un poco. Juvia sonrió contra sus labios. Si estaba soñando no quería despertar.

Juvia no sabía qué hacer con sus manos, intentó alejarlo un poco para hablar, pero dudó tocarle un instante temiendo que el sueño que estaba viviendo se desvaneciera. El pareció notar la indecisión de Juvia.

—Juv, tocamé— exigía y el que llamara a Juvia por un diminutivo derretía todas sus defensas.

Las manos de Juvia gustosas buscaron su rostro en medio de sus besos.

El muro imaginario que los alejaba, se había derrumbado estrepitosamente y Juvia notaba en los ojos de Gray que estaba extasiado de sentirse conectado fuertemente con alguien después de tantos años.

— Gray-sama… a fuera hace un lindo día… podríamos… salir a desayunar…— Juvia intentaba hablar en medio de sus besos lentos y húmedos, pero su fuerza de voluntad flaqueaba.

— Tendré que pensarme eso de dejarte salir de nuevo de casa — dijo sonriendo en medio de un beso pero Juvia realmente empezó a ponerse nerviosa.

— ¡Pero Juvia moriría de hambre y soledad! — gemí asustada. Juvia nunca creyó que Gray-sama fuese tan posesivo. El solo se carcajeo divertido por ver el rostro angustiado de Juvia.

— Prometo que no tardaremos tanto… a menos que quieras lo contrario…— Juvia se estremecía de pies a cabeza ante su proposición. Y más aún cuando sus ásperas manos rozaron su cintura y sus caderas bajando un poco más. No pudo evitar respingar cuando sus dedos rozaron la marca que había hecho su amante con sus dientes en uno de sus glúteos.

El solo recordarlo le hizo sentir que su temperatura se elevaba.

Un gruñido de su estómago interrumpiendo el momento los hizo reír a ambos, y algo reacio a soltar su cuerpo se levantó regalándole una vista de su cuerpo desnudo provocando un intenso sonrojo en Juvia.

Juvia cubrió su rostro con la sabana pero al instante sintió como Gray tiraba de sus tobillos para sacarla debajo de las mantas para después cargarla y llevarla con él al baño.

—¡Graaaaay! ¡Juvia aún está desnuda! ¡Kyaa!— Juvia gritó asustada y abochornada.

— Démonos prisa mientras más rápido estemos listos, más rápido podremos desayunar — dijo divertido mientras Juvia comenzaba a pensar preocupada que tal vez Gray-sama desea que Juvia se convierta en una nudista como él.


==Levy==

Me senté en mi sitió favorito mientras Mirajane me acercaba una taza de té con miel. Me parece un gesto tan dulce de su parte que le agrade memorizar lo que siempre gustamos tomar de desayuno, un gesto muy maternal que me hace sentir en casa cada vez que llego al gremio por las mañanas.

Sonreí agradecida mientras echaba un vistazo por la sala esperando ver quien acudía a hacer misiones para estar atenta y aprovechar una posible excursión a alguna ciudad con conocidas bibliotecas públicas. Una rutina que llevaba todos los días pero que pronto fue borrada de mi mente al recordar que mi amiga Lucy había desaparecido desde la tarde anterior en la montaña para pelear con Natsu y no había tenido ninguna noticia de ella.

— Levy, ¿Que sucede? Te veo preocupada — Mirajane interrumpió mis pensamientos, y la miré un instante antes de darle un largo trago a mi taza de te.

— Lucy se marchó a la montaña a pelear con Natsu y ya es de mañana y no hemos tenido noticias de esos dos —

— Lo sé —

— Mira, estoy preocupada por los dos —

— Pero tampoco han llegado heridos ni a casa ni al gremio, lo sé porque Happy se dio una vuelta por la casa anoche, así que no creo que tengas de que preocuparte— Mira sonrió y yo suspiré más tranquila.

— Es verdad, pero no deja de preocuparme, esa pelea se puede volver un asunto muy serio, y más porque ambos son unos cabezotas — bufe molesta, nadie entiende que el reclamar un dragón puede ser una lucha encarnizada. Pero me avergüenza tener que explicar algo tan personal que mejor me guardo mi opinión, no quisiera que comenzaran a hacerme preguntas indiscretas.

Mirajane se fue dejándome sola con mis pensamientos hasta que un olor característico llego a mi nariz.

Mire sobre mi hombro y le di una mirada de bienvenida al moreno de ojos rojos que iba entrando por la puerta del gremio, pero notar el detalle de que su mirada era de completa sorpresa me hizo moverme de mi puesto para alcanzarle sin hacer demasiado alboroto. Caminó como un autómata hasta su sitió favorito de la mesa del fondo de la sala del gremio, y sin saludar a nadie se sentó algo rígido.

— Gajeel, ¿Que sucede? — pregunté intrigada, y coloqué una mano sobre su rodilla por debajo de la mesa, logrando su atención.

— Juvia… creo que vi a Juvia… —

— ¿Juvia? — insistí, pero no pude continuar, porque la susodicha entraba tranquila por la puerta del gremio, pero se notaba algo diferente. Estaba vestida con una falda de tablones y una camisa blanca algo holgada, pero irradiaba un brillo especial, un brillo de felicidad absoluta. Pero al parecer solo un trío de chicos nuevos en el gremio parecieron notarlo, mirándola completamente embobados. Se veía de cierta manera más linda.

Después de saludar como siempre a todos los del gremio, se dirigió a la barra para pedir de desayunar, lo mismo de siempre, al mirarla Mirajane pareció notarlo también porque le hizo un cumplido y nuestra amiga se sonrojó un poco y solo sonrió mientras se escapaba discretamente deslizándose rumbo a su mesa favorita.

Juvia se sentó tranquilamente en la mesa a un lado de nosotros y un minuto después llego Gray y después de pedir de desayunar también se sentó a lado de Juvia. Pero ella no hizo su escena cotidiana de saltar a sus brazos para darle los buenos días.

—Raro… muy raro— murmuré y Gaejeel solo asintió en silencio.

Gray llevaba una bolsa de papel de la cual sacó un par de duraznos frescos, y se los ofreció a Juvia en un gesto tranquilo y ella los recibió sin demostraciones exageradas de amor ni devoción. Aquí había gato encerrado. Miré a Gaeejel y el me miró en silencio con una mirada de haber notado lo mismo.

— No lo creo… — gemí sorprendida.

— Esa astuta mujer de la lluvia, al fin lo consiguió — dijo en una mueca de burla, mientras sonreía, yo sonreí también.

Cuando comenzaron a desayunar y el gremio comenzó a llenarse de conocidos, empezaron a llamar un poco la atención. Pero nadie dijo absolutamente nada. Todos sonreímos en silencio, complacidos por ver una inusual sonrisa en el rostro de Gray.

Un instante después llegó mi amiga con unas terribles pintas y llamando a Wendy pero sin sonar como una verdadera emergencia. Traía a cuestas a Natsu. El realmente no lucía demasiado bien.


==Lucy==

Miraba a mi Natsu tendido en la camilla del gremio mientras Wendy curaba a mi terco Nakama.

Estaba un poco abochornada porque teníamos público indeseable rodeándonos. Todos se burlaban del pobre de Natsu, ya que le habían advertido que yo definitivamente lo iba a reclamar en contra de su voluntad y el como ellos lo habían predicho, había sucedido.

— Wendy te lo advirtió… la coneja definitivamente te iba a poner los grilletes — él solo gruñía fastidiado por la bulla constante de todos en la habitación.

— Lucy… despídete de las cuentas de alquiler… ahora podrás quedarte con su casa es justo… — se burlaba Levy mientras Erza se ruborizaba, pero asombrosamente no dijo ningún comentario de boda o compromiso para mi tranquilidad.

— ¡Natsu ahora es el esclavo de Lucy! — Happy comenzó a reír y todos le hicieron coro.

— Eres un debilucho cabeza de carbón… eso demuestra que soy mejor mago. Si la debilucha de Lucy pudo vencerte, yo podría hacerlo con una mano atada a la espalda — se burló Gray y yo gruñí molesta.

— ¡Oye a quien llamas débil! —protesté pero un gruñido de frustración salió de Natsu mientras se giraba haciendo un puchero en la camilla rodeado de un aura oscura. Me puse de pie y encaré a Gray.

— Oigan déjenlo en paz, estaba en desventaja… yo le robaba toda su magia — le miré de mala manera hasta que Juvia se interpuso en medio de los dos y puso frente a mi rostro una camisa.

— Rival de amor, ponte una camisa, no lograrás robar el amor de Gray-sama mostrando tus encantos — abochornada cerré el chaleco un poco más sobre mi pecho y tomé la camisa que me ofrecía Juvia y me perdí detrás de un biombo para ponérmela. Estaba un poco extrañada, la mirada de Juvia no tenía resentimiento como en otras ocasiones, más bien parecía divertida con la situación.

Él se sentó en la cama y miro seriamente en mi dirección al instante de salir del cubículo contiguo, los chicos seguían con la cháchara, pero yo simplemente decidí no darle más importancia a sus burlas y le sonreía al verle mejor semblante.

— Listo, ya está. Natsu basta de luchas, ya te curé dos veces seguidas, también debo reponer energías. Ya no intenten matarse de nuevo — dijo Wendy y le miré apenada. Ella tiene razón, que nos estemos matando también la afecta a ella, debe estar agotada.

— ¿Nos vamos? — habló serio, él me miró en suplica, seguro quería salir de ahí y evitar las burlas, yo levanté una ceja y le miré con burla.

— No hemos comido nada… y tenemos la nevera vacía… primero comamos — la cara de Natsu se descompuso. Estaba seguro que se burlarían de él todo el tiempo que tardáramos en comer.

— Además… ¡No todos los días puedo presumir que le gane peleando al gran Salamander a todo el gremio! — comencé a reír mientras sostenía mi brazo flexionado y con mi mano apretaba mi imperceptible bíceps; todos apoyaron mi decisión.

El aura negra volvió a cubrir a mi amigo mientras todos nos poníamos de acuerdo para celebrar mi victoria por todo lo alto.


==Lucy==

La fiesta había estado por todo lo alto hasta la tarde, cuando agotada le pedí a Natsu que nos fuéramos a escondidas de todos para no tener que perder otro par de horas intentando que nos dejaran ir. Estaba tan cansada que me dirigí sin escalas directo a la bañera y cuando estuvo listo el baño me sumergí en el agua sintiendo como todos mis sentidos se relajaban por completo, en parte por el agua y en parte por el poco alcohol que había consumido.

El agua tibia me había hecho sentir como mis músculos se recuperaban del esfuerzo, principalmente el de mi brazo derecho, al parecer mi músculo no se había alcanzado a desgarrar pero lo sentía un poco entumido por el esfuerzo.

Me hundí un poco más en la tina, llena de agua tibia cuando su silueta desnuda llenó mi visión erizando todos y cada uno de los poros de mi cuerpo. Con naturalidad se sentó a un costado de la tina mientras tomada los utensilios que antes había utilizado para tallar mi cuerpo. Un escalofrió agradable contrajo los músculos de mi vientre.

Un agradable calor comenzó a irradiar en mi pecho y se extendió hasta mis extremidades logrando que terminara de relajarme.

En silencio le observé lavarse llenando mi memoria de este momento tan íntimo como cotidiano. Permanecí en silencio y sin respirar hasta que el giró su rostro para mirarme y dedicarme una sonrisa discreta, para después girarse y continuar con su tarea. Respiré y traté de tranquilizar mi pulso.

Tranquila, no es la primera vez que le miras tomar un baño.

Para distraerme miré alrededor, las toallas, mi cepillo de dientes a un lado del de Happy y el suyo.

Miré el florero que había colocado en la encimera de la tina. Detalles que me parecieron sin importancia, pero que ahora me decían que estaba integrándome de a poco a este lugar, al que desde ahora comenzaría a llamar hogar.

También observe con nostalgia un par de vasos azul brillante y uno rosa que había puesto sobre el lavamanos. Los compré en un viaje de tantos, los había visto en el mercadillo de algún pueblo de tantos que visite. Antes estaban en el lavamanos de mi casa. Los azules para mis invitados eternos favoritos, el rosa era solo para mí.

Levy tenía razón, no entendía como no se había dado antes esta situación. ¿Cómo fue que nunca me hubiera dado esta oportunidad con Natsu? Después de todo lo único que no hacía mi amigo era pasar la noche en mi casa.

Me sorprendía el cómo se sentía tan natural, pareciera que desde siempre estuviéramos así de unidos pero nos hubiera hecho falta este paso, el de vivir juntos. Teníamos tanto tiempo de convivir y compartirlo todo, que no me había dado cuenta de que sí había una oportunidad de conocer más de mi mejor amigo, bueno ya no es solo mi amigo… ahora soy su chica dragón.

Tal vez lo que sentíamos que nos hacía falta lo habíamos recién descubierto. Ese nerviosismo, el anhelo, la sensación que ahora sentía llenaba cada rinconcito de mi cuerpo. Ese del que yo siempre creí que el carecía cuando le miraba. La atracción, el deseo, aunque en este momento no era arrasador como lo imaginé, pero estaba latente, palpable en el aire.

— Lucy — su voz me sacó de mis pensamientos y me provocó un estremecimiento agradable en el cuerpo. Me quede sin aliento y me tensé un poco.

—¿Tallarías mi espalda? Aún me duelen un poco los brazos… — pidió naturalmente y yo sorprendida inhalé el aire que me estaba negando. Yo solo asentí en silencio y me acerqué a la orilla de la tina para salir de la misma. Dudé solo un momento en salir, pero lo hice, de todas maneras desde la noche anterior ya no tenía nada que él no hubiera mirado alguna vez. Con algo de pudor salí del agua y a sus espaldas tomé la esponja que me ofrecía por encima de su hombro.

— Gracias Lucy — talle despacio, si mi cuerpo se sentía adolorido por el esfuerzo, el seguramente se sentiría tres veces más cansado que yo.

Era extraño, pero me sentía tranquila. Tal vez solo sea el hecho de que en estos días me he ido haciendo a la idea de que nunca podríamos estar demasiado tiempo lejos uno del otro. Continué con mi labor, miré un par de golpes fuertemente marcados en su espalda y pasé distraídamente mis dedos por encima con mi mano libre, después pase la esponja por otra zona. Él se removió un poco incómodo al pasar la esponja por un costado y yo dejé de presionar.

— ¿Duele? — dije casi en un susurro. El solo chasqueo la boca un poco malhumorado.

— Los golpes no tanto, es el ego el que me duele horrores — yo no pude reprimir mi risa. El pareció relajarse un poco al escucharme reír.

— Quisiera decir que lo siento… pero te estaría mintiendo — Natsu se tensó de inmediato y me miró sobre su hombro completamente estupefacto.

— ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! — yo solo sonreí y le puse más jabón a la esponja y seguí con mi labor. No quería ni deseaba dejar de tocarle.

— Hiciste que mi sueño más anhelado se convirtiera en realidad — él sonrió y yo también.

— ¿Siempre soñaste con ser mi chica dragón? — dijo algo soberbio, girándose un poco para verme mejor y yo me reí un poco más fuerte.

— ¡Claro que no! ¡Mi gran sueño siempre fue el ser lo suficientemente fuerte para vencerte en una pelea…! — dije y creo que aplaste su ego aún más porque me miró haciendo un puchero de decepción. Inmediatamente le volqué encima el cubo con agua para enjuagarle en la cabeza y el tardo unos segundos en sacudirse para poder mirarme de nuevo.

— Gray tiene razón… las mujeres son muy crueles… —

— Yo no soy cruel… al menos no intento matarte cada que haces una idiotez… como Erza —

Él se estremeció recordando a nuestra amiga y yo aproveche para volver a poner la esponja en su espalda y tallar de nuevo. El volvió a relajarse, sus hombros cayeron y extendió su cuello inclinando su cabeza hacia el frente.

— Emm… Natsu… ¿Estás seguro de que Happy no nos siguió a casa? — pregunté intentando ser casual y él sonrió discretamente. La tensión del momento me estaba matando. Sentía que mi temperatura aumentaba y él estaba tan tranquilo, sin dar señales de notarlo. Extrañaba mis sentidos aumentados de dragón, aunque los míos estaban algo mejorados, no era exactamente como antes.

— Muy seguro… — el guardó silencio un par de minutos y luego se removió un poco en su lugar.

— Luigui ¿Para qué quieres que estemos solos…? Eres una pervertida… — él sonrió y yo me ruboricé pero no dejé de sonreír también.

— En realidad quería que pudieras llorar a tus anchas tu derrota en la cama mientras yo me dedico a dormir… estoy muerta de cansancio —apenas pude aguantar una carcajada al ver que me miraba molesto. El gruño su molestia, justo lo que quería, un poco de su atención.

—Que graciosa… espero que no puedas dormir…— pero no lo dejé continuar. Desde mi posición lo callé con mis labios y él se quedó pasmado unos segundos antes de corresponderme entusiasmado. Con una mano tiró de mi mandíbula para acercarme más a su cuerpo. Mi piel rozó levemente la suya.

Mi pecho se unió contra su espalda y el pareció agradado por la sensación. Nos besamos tranquilamente con el sonido de nuestra respiración agitada haciendo eco en los muros de porcelana. Después de un rato de estarnos besando le alejé un poco para mirarle.

— Natsu, quiero jugar otro poco… como ayer… — su respuesta fue un gruñido de molestia y un beso rápido antes de girar su rostro al frente.

— Basta de juegos… — el enfurruñado tomó el cubo y volvió a enjuagarse el cuerpo.

— Solo un poco — dije nerviosa, me sentía un poco rechazada pero por alguna extraña razón después de ese beso anhelaba cualquier pretexto para sentir su cuerpo unido al mío.

— No es una buena idea… no creo aguantar tocarte una vez más sin…— sonreí, me rechaza porque no quiere sentirse frustado como la noche anterior, así que dejé caer más mi peso presionando mi pecho contra su cálida espalda. Acomodé mi rostro en su hombro y le abracé fuertemente un instante para hacerlo callar.

— Anda… solo un poco — reí mientras con mi mejilla acariciaba la suya. Cuando suspiró relajándose un poco, solté mi agarré y deslizando mis manos por su torso le susurré al oído provocando que se estremeciera.

— Además… ahora es tu turno — un suspiro me demostró que le era agradable el que dibujara las líneas de su abdomen con mis dedos. Mordí con muy poca fuerza el lóbulo de su oreja mientras algo insegura bajaba mis manos un poco más. Quería hacerlo sentir como el me hizo sentir la noche anterior, pero no lo conocía tan bien como para saber cuáles rincones de su cuerpo le harían sentir mejor, pero estaba ansiosa por descubrir todos y cada uno de ellos.

Comencé a trazar lentas espirales descendentes por su cintura trazando un vago camino hasta toparme con la dureza de sus abdominales bajos. Su cabeza rotó lentamente hasta inclinarla hacía atrás y apoyarse de manera relajada sobre mi hombro. Bajando lentamente las yemas de mis dedos jugaron un poco con la textura de vello que rodeaba su ombligo haciendo que su respiración se acelerara un poco.

No tenía prisa de llegar a ningún lugar en específico. Me tomé mi tiempo antes de tocar el hueso de su cadera con mi pulgar y relajar mis dedos hurgando un poco más abajo, donde provoqué una ansiedad palpable en él. Ansiedad de porque no terminaba de llegar a donde su cuerpo urgía por mis caricias. El levantó un brazo por encima de su hombro y sus dedos se aferraron a mis cabellos para cerrar sus ojos con fuerza, pero no dijo ni una sola palabra solo suspiró y gruño un poco.

Cuando mis dedos se deslizaron y amenazaron con retornar el camino recorrido la protesta no se hizo esperar.

— Por favor Luce… — yo sonreí fascinada por ver su reacciones ante mi tacto. Giré mi rostro hasta que mis labios hicieron contacto contra su pulso.

Suspiró y pude escuchar que su corazón se aceleraba un poco más. Al fin podía escuchar sus latidos de nuevo. Mi oído se agudizaba y mis otros sentidos también.

— Un poco… más… abajo… — murmuró casi sin voz. Pero con mi oído cerca de su rostro me fue fácil escucharle.

—¿Más abajo? — murmuré risueña mientras sonreía contra su cuello y le besé suavemente. El solo asintió con su cabeza. Cuando mis dedos acariciaron con suavidad su dureza, el gimió fuerte y tiró con un poco más de fuerza mi cabello. Después de recorrerlo con las yemas de mis dedos lo tomé con firmeza.

— Luce… — mi mano libre acarició su vientre y subió por sus costillas. Y regresó por el mismo camino logrando desesperarlo un poco. Él se removió entre mis brazos como queriendo escaparse de mis caricias, pero no quería dejarlo ir.

Motivada por sus estremecimientos y sintiéndome un poco más atrevida lamí su cuello mientras comenzaba un movimiento cadencioso con mis dedos. Mi movimiento lo hizo gruñir de satisfacción y mi lengua en su cuello cambió de temperatura. Su respiración se tornó un jadeo, y casi un gemido cuando le mordí el hombro suavemente.

— ¿Más? — le pregunté, pero él no podía hablar, solo gruñía y sonreía pero con los ojos cerrados y la frente algo contraída, lo que se me hacía un gesto demasiado sensual. Y yo que antes me burlaba pensando que era tan sensual como un pez en la boca de Happy.

Mi mano subió acariciando su costado y su pecho. Rozándole apenas la piel con las uñas. Al final con mis dedos logré hacer que su mano liberara mi cabello. Natsu quiso protestar, pero opté por tomarlo con más firmeza y toda su atención se centró en mi caricia en su intimidad. Un gemido ahogado me indicó que no haría nada por retener mis cabellos entre sus dedos.

Mi mano sostuvo la suya un momento y en un arrebato juguetón le mordí los dedos de la mano con suavidad al tiempo que los lamía. Gimió suave, pero ronco, pude ver su sonrisa a pesar de que su rostro había girado un poco y no podía ver su cara con claridad.

— Dios Luce… ¿Intentas matarme…? — yo solo reí un poco, pero no dejé que me distrajera demasiado.

Me separé solo lo suficiente para comenzar un camino con mis labios desde su nuca hasta la mitad de su espalda mientras mi otra mano no abandonaba su parte más sensible. La tensión se su cuerpo se reflejó en su espalda, pude notar como toda la piel que tocaban mis labios esta erizada. Se arqueo contra mi pecho al tiempo que comenzaba carcajearse.

— ¡No Luce! ¡Tengo cosquillas ahí! — yo me reí un poco antes de abandonar y abrazarlo de nuevo por la espalda sin dejar de estimularlo.

Al fin, estoy descubriendo una cosa nueva de Natsu después de tanto tiempo de conocerlo. Sonreí satisfecha.

— No sabía que tuvieras cosquillas…— su cuerpo estaba más caliente que antes y pude notar que el mío también. De pronto puso sus manos sobre las mías para detener mis caricias. Se giró entre mis brazos y su frente se apoyó en la mía.

— Luce… — me sentí un poco vulnerable. No había escape, y no es que quisiera evitarlo realmente pero el temor a lo desconocido es natural.

— Lo sé… bastas de juegos… solo vamos despacio… estoy un poco nerviosa… — él sin abrir los ojos gimió intranquilo, supongo que él piensa que no quiero dar el paso en este momento. Pero necesito sacarlo de su error.

Enredé mis brazos en su cuello y lo besé con ansias. Él se estremeció y por la sorpresa ambos caímos al suelo, el sobre mí. Estaba un poco frío pero al instante las llamas de Natsu calentaron un poco el ambiente. Sus manos se movieron del suelo a mis caderas. Las acarició delicadamente.

—Gracias… por calentar el suelo… estaba algo frío… —murmuré entre el beso, pero el solo hacía sonidos de satisfacción al sentirnos uno contra otro, piel con piel. Mis manos se deslizaron de su cuello por su espalda y el gimió en un tono ronco. Al llegar a su cintura el simplemente se puso de pie y me levantó con él en un segundo. tiró de mis manos haciéndonos salir de baño.

—¿Natsu?—

—Aquí no— gruño y mis brazos lo rodearon de camino a la cama. Nos hundimos en ella haciendo protestar al colchón. Realmente está algo pesado, pero en este momento no importa. Solo quiero sentir que no hay espacio entre nosotros. El pareció dudar un momento.

— No te detengas — exigí al tiempo que me restregué contra su cuerpo.

Sus manos inmediatamente viajaron a mis caderas y colocó mis piernas alrededor de su cintura. Los nervios estuvieron a punto de traicionarme pero sentir a su anatomía encajar en la mía me provocó un placentero estremecimiento. El estremecimiento se prolongó cuando comenzó a recorrer mi cuello con su lengua.

—Natsu…— sus manos tomaron posesivamente mis pechos y no pude evitar gemir por el sobresalto.

Besó, mordió y lamió cada espacio de mi cuerpo como lo hiciera antes, pero ahora todo el ambiente se respiraba distinto. Mi cuerpo se encarriló rápidamente y estaba tan excitada que mi cuerpo entero dolía. Perdí la noción del tiempo pero su voz me regresó a la realidad.

— Lucy, te voy a hacer daño, pero te prometo que será breve — sus palabras me descolocaron y al instante pude sentir como se adentraba en mi provocándome un pinchazo de dolor.

— ¡Ahhg! — gemí a causa del daño, pero el permaneció inmóvil, mirándome fijamente, sin respirar. Lo miré con algo de resentimiento, no lo vi venir y aquello había dolido como el infierno. Mis lágrimas brotaron, pero le sostuve la mirada. Sus manos tomaron mi rostro y sus pulgares me acariciaron de forma en que borraron toda huella de ellas.

Se inclinó y me besó dulcemente en los labios, pero en ese momento el dolor no me dejó disfrutar su tierna caricia. Una de sus manos se colocó en la unión de nuestros cuerpos y comenzó de nuevo a acariciarme hasta que pude sentir que el dolor se diluía transformándose en una calidez agradable que me hacía relajarme a pesar del castigo a mi cuerpo.

Cuando él me embistió por vez primera, el calor agradable se confundió con un poco de dolor, los ojos de Natsu me miraban con profunda concentración. Tuve que cerrar mis ojos, porque sentía que su mirada perforaba mi corazón.

En algún momento, pude reconocer en medio de la nube de incomodidad que el placer se abría paso.

— Más despacio — supliqué, abrí los ojos y miré su rostro. El me miró algo extrañado.

—¿Duele?— yo sonreí, finalmente aquello se tornaba agradable. Negué con mi cabeza y el pareció soltar el aire que tenía en los pulmones.

— Créeme, rápido es mejor — a pesar de la situación no pude evitar reír por su ocurrencia.

— No te creo —

— Confía en mí…— insistió y suspiré mientras le miraba fijamente. Él siempre me convence con facilidad.

—Siempre… — un instante y él ya estaba cambiando el ritmo y me vi arrastrada a una espiral de sensaciones desconocida. Natsu comenzó a gemir fuerte y claro; yo le acompañe unos instantes después.

El tiempo se detuvo para mí, solo recuerdo haber explotado bajo su cuerpo mientras él se desvanecía aplastándome completamente.

Nuestros brazos entrelazados y nuestras respiraciones a tope.

Yo reí casi sin fuerzas estaba agotada. Le empujé un poco, necesitaba respirar.

— Creo que nunca imagine que sería contigo… — murmuré él se acomodó a mi lado sin soltarme, descansando su mentón en mi hombro.

— Yo si — no supe que contestar a eso. Sentí que me ruborizaba, era increíble. Acabábamos de hacer el amor y Natsu aún poseía la capacidad de hacerme sonrojar.

— No creí que fuera a ser tan pronto, pero gracias a los dioses que sucedió al fin… no creí resistirlo — murmuró y yo le miré sorprendida.

— No me veas así, creí que me torturarías un par de meses antes de decidirte a probar — me sentí un poco avergonzada. Prácticamente le había saltado encima para que me hiciera suya.

— Por eso siempre digo que nunca reaccionas como se espera —

— Si, lo se… "Lucy es rara…" lo se… — dije desganada. Me giré un poco para abrazarle por la cintura y él se acurrucó contra mí un poco más.

— Descansa… — suspiré contra su cuello.

— Gracias… —

— ¿Por qué?—

— Por la nueva aventura… — yo no pude evitar sonreír hasta quedarme dormida.


He terminado otro capitulo, al fin sucedió y creo que la pelea no me quedó tan mal. Batalle algo para decidirme como manejarla pero creo que me quedo bien. Antes de que me acribillen porque no use todas las llaves estelares de lucy, recuerden que hay días en que nuestras amigas llaves no trabajan, asi que no todas podía aparecer... Ademas Acuario estaba en una cita y no la iban a interrumpir.

Beln Heartphilia, Tobitaka97, LucyNamiKagome, muchas gracias por sus review´s espero haberme reivindicado con lo largo de este capitulo... y con el plus de un poquito más de Gruvia. Gracias por su paciencia y preferencia. Bueno nos vemos en la siguiente entrega. Hasta pronto