Hola, hace tiempo que no escribía. Me alegra mucho poder estar de nuevo con todos aquellos que me han apoyado y que me envían sus Review´s a pesar de que mis historias tienen bastantito tiempo publicadas. Agradezco infinitamente a todos aquellos que me halagaron incluyéndome en su lista de autores favoritos… mil gracias.
Para todos ustedes, traigo esta nueva historia. Un experimento con un tema algo repetido en lo que trata a fics pero se me antojó probar, espero sea de su agrado. Estoy aceptando de antemano que puede que no exista gran novedad en la historia pero por eso lo estoy tomando desde otro enfoque (lean y entenderán), así que les pido paciencia (Lo bueno empieza a partir del capitulo tres) Además es mi primer Nalu XD.
ADVERTENCIA:
No en toda la historia pero si hay algo de ***LEMON*** Comillas y puntos suspensivos… y marcador en fluorescente…. para mis seguidores les advierto como siempre, la historia contiene un poquito de drama y sexo, de manera natural, así que si no te agrada el género, estás advertido.
Recuerden:
Fairy Tail y todos sus personajes son creación y propiedad de Hiro Mashima. Esta historia la escribo sin fines de lucro y mi único interés es practicar mis habilidades de escritura y además homenajear una de mis historias de anime favoritas.
Lo que dicen los personajes entre guiones ( — ) lo que piensa Natsu entre la conversación está en comillas (" pensamiento "). Y desde quien es el punto de vista de la historia entre == personaje ==.
Amo los Reviews… me sirven de lluvia de ideas! Así que regálenme muchos… gracias.
Capitulo 1
==Lucy==
Mi cuerpo se sentía relajado, tal vez demasiado para mi gusto, y mis ojos, como si tuviesen conciencia propia, se resistían a abrirse por temor a ser lastimados por la luz del sol, que en ese momento me producía cosquillas en el rosto. La noche anterior no había podido conciliar el sueño porque yo misma me había saboteado. Con el rostro hundido en la almohada comencé a recordar la tarde anterior.
Esa tarde, Levy y yo rondábamos la biblioteca completamente aburridas cuando miramos a una visitante inusual entrar entre los pasillos para mirar sospechosamente un libro que intentó tomar de la estantería sin conseguirlo.
—Mira es Erza, ¿Que estará haciendo en la biblioteca?— murmuró Levy mientras me empujaba para que ambas nos ocultáramos de su vista.
Ella movió algunos libros un par de veces pero no se decidió y terminó abandonándolo en el estante. Se alejó un par de pasos en el pasillo para inmediatamente regresar a tomar de nuevo el libro y huir con gran agilidad del sitio después de cumplir su cometido observada por nosotras. Tomamos todas las precauciones requeridas para no ser descubiertas, corríamos el riesgo de morir a manos de la maga de equipamiento.
— ¡Estoy segura de que es este! Es una serie… se llevó el ultimo— tome el primer libro de la colección y comencé a leer el prólogo, al instante me ruborice. Recordé que la última vez que mi amiga intentó decirme que tipo de libros leía Erza y como terminó incrustada en el muro del gremio.
— Tenías razón, los libros que lee Erza son demasiado eróticos. — ella me lo arrebato de las manos y comenzó a leer mientras se ruborizaba ligeramente.
— No es para tanto… la verdad… es erótico no pornográfico. — No pude evitar mirarla con asombro. Ella lo notó al instante.
— Es demasiado sugerente en mi opinión—
— ¿Estas de broma Lucy…? No puedo creer que no hayas leído uno parecido antes… es más creo que vi más de un par escondidos en tu librero…— mi amiga comenzó a reír ligeramente mientras con una mueca le advertía que no se siguiera burlando de mí.
— No te burles de mí…—
— Oh vamos Lucy… — yo simplemente me volví a sonrojar.
— Esta bien, lo admito, he leído varios antes, incluso más explícitos que estos, pero… eso no significa que quiera divulgarlo por todo Fiore…— respondí mientras miraba distraídamente los estantes para no tener que mirarla a los ojos.
— Son tiempos modernos, prueba está que puedes pedir estos prestados en cualquier librería — yo solo le volví a mirar algo fastidiada del tema.
— Ya deja de molestarme, solo me avergüenza decirlo, no es que este pidiendo al encargado que los ponga en la chimenea y que los queme por profanos, no exageres —
— Eres una escritora, los escritores deben conocer todos, y me refiero a todos, los géneros y estilos de escrituras ya sea como referencia, ya sabes, probar cual es el estilo que más se te facilita o para descubrir para cual tienes más talento— la mire un poco alarmada.
— ¿Quieres que intente escribir novela rosa o novelas eróticas?, ¿En serio me imaginas a mi escribiendo algo así por el estilo? —
—La verdad no te considero capaz… es algo así, como que no va con tu personalidad— yo gemí una protesta, en realidad, el que dudara de mi capacidad como escritora me lastimaba el orgullo pero no pude contestar nada coherente para defenderme mientras ella se reía sin piedad de mi sonrojado rostro.
— Creí que me considerabas una buena escritora, que dudes de mi duele — trate de que no se notase mi orgullo herido pero no creo que ella no lo hubiera notado y sonrió de manera burlona solo para molestarme.
— Si claro… ni siquiera sabrías por dónde empezar… nunca he visto que te apasiones románticamente por nadie… y mucho menos físicamente por un chico —
—Eso no… como puedes estar tan segura… no tienes, ni puedes tener idea si he estado enamorada o algo…— dije nerviosa y ella me miro con sorna.
— Sí, claro… te creo… es más, pruébalo… llévalo a casa e inténtalo, así te comenzaré a creer un poco, ni siquiera podrás ponerlo en el mostrador de la recepción… — se burló ella y se lo arrebate de las manos para dirigirnos al mostrador de la biblioteca.
— Ya, claro, como tú ya no tienes que leer novelas rosas porque ya tienes a un hombre para que te realice las fantasías… te sientes muy valiente y desinhibida… — sonreí triunfante al ver como su rostro se convertía en un tomate gigante.
—¡ Lu…lu… Lucy!— mi amiga intentaba inútilmente taparme la boca para que el anciano dependiente no escuchara lo que estaba insinuando y no continuara burlándome descaradamente de ella. Fue inútil, el escucho nuestra conversación ya que las mejillas del dependiente se tiñeron de un rosa sutil mientras sonreía y evitaba mirarnos para evitar avergonzar más a mi amiga mientras nos estregada el libro que habíamos pedido prestado.
— ¿Quién es la puritana ahora? — me reí a mis anchas mientras caminábamos a casa.
Ya en la comodidad de mi hogar, un par de tazas de té y después de patear e intentar correr inútilmente a dos vagabundos invasores de hogares termine de leer mi novela romántica "algo erótica" armonizada por un par de ronquidos que provenían mi cama. Afortunadamente los chicos les interesa un rábano saber o leer libros así que nadie pregunto de que trataba o que tan decente era mi lectura.
Cerré el libro y lo guarde en el cajón de mi escritorio por si llegaba algún otro auto-invitado del gremio que si prestara atención al título. Ya lo devolvería más tarde a la biblioteca. Deambule por mi habitación digiriendo lo que acababa de leer a la vez que lo diseccionaba en mi mente para ver los detalles técnicos para escribir una historia como esa y que sonara interesante y te atrapara de tal forma que no perdiera el interés hasta terminarlo, pero también estaba cansada, y el irme a tomar una siesta también sonaba atractivo en este momento, distraídamente miré en dirección a mi cama donde estaban mis queridos invasores.
— ¿Todavía siguen aquí este par de vagos? — mi cama, ocupada… usurpada por ese par de bribones. Suspiré frustrada y con algo de sueño me recosté sobre mi sofá, abrazada a un cojín mientras pensaba en la historia que había leído, en mi amiga Erza y en una Levy que para nada se ruborizo por leer la temática de la novela.
Levy estaba viviendo su propio sueño romántico, su propia novela. Comencé a imaginar una posible historia en mi mente para cumplir el reto que me hizo mi amiga. Soy una escritora, debo conocer y experimentar con todos los géneros, tal vez algún día escriba una novela de ese tipo que pueda vender y sacarme de mi precaria situación económica (claro usando un seudónimo) pero, abochornada tuve que rechazar la idea puesto que no poseo ninguna experiencia romántica y mucho menos sexual.
De hecho no existía ningún hombre especial en mi vida que me sirviera de inspiración.
Un sonoro ronquido me sacó de mis pensamientos y mire a mi compañero acostado en mi cama.
Ese hombre en mi cama era la única imagen masculina constante en mi vida. Supongo que tenerlo pegado a mí casi las veinticuatro horas del día no da lugar a que un chico me corteje.
De acuerdo hay un hombre en mi vida, pero no puedo contarlo como inspiración para escribir mi historia. No podía contar a Natsu, él es como es… él es muy especial para mí, lo admiro y todo, pero a pesar de que siempre se la pasa a mi alrededor él nunca me ha despertado ese tipo de interés. O al menos no lo he querido ver de esa forma desde la ocasión en la que Mirajane me confundió y me hizo creer que Natsu intentaría confesarse y lo único que quería es que usáramos a virgo para que escaváramos un túnel frente a un árbol.
Rememoré su sonrisa cálida y su forma de caminar y rondar a mí alrededor de forma demasiado despreocupada, inclusive impertinente, ya que no conoce lo que es el respeto a la privacidad.
Él es atractivo físicamente, pero siendo honesta la parte que más enamora a las mujeres no está en una parte visible de la anatomía de los hombres, sino en el cortejo y la seducción.
Y Natsu era tan seductor como un pez en la boca de Happy.
Jamás le había visto como una posible conquista.
No me imaginaba con él en una situación romántica. ¡Dios! De solo imaginármelo me atragantaba de la risa. Si a él se le ocurriera alguna vez acercarse a mí para besarme antes pensaría que intenta hacer alguna estupidez como lamer mi nariz o morderme una mejilla como parte de alguna estúpida apuesta.
Me asomé de nuevo a verle, su brazo colgaba despreocupadamente por el borde de la cama y observe su mano. Sus manos parecían estar hechas para la guerra solamente. No era capaz de imaginarle haciendo una caricia delicada a mi rostro o simplemente tomarnos de las manos.
"Pero aun así, sus manos son cálidas"
Deprimida tuve que admitir que las manos de Natsu han tocado mi cuerpo más que ningún otro ser vivo aparte de mi misma sin que lo sintiera de una forma provocativa, al contrario, me sentí avergonzada y temerosa de que no pueda casarme en un futuro.
Y sus abrazos se sienten agradables y tranquilizantes.
Además.. él, el huele bien, como a madera fresca y un imperceptible toque que hollín. La piel se me erizó solo de recordarlo.
¡Alto! ¿Por qué estoy pensando en el idiota de mi amigo de esa forma? "Porque es el especial para ti, es todo". Me burle de los pensamientos que invadían mi cabeza por culpa de mi amiga y del estúpido libro. Suspirando derrotada me hundí en mi mullido sofá y pronto me quedaría dormida de no ser porque a mi nariz llego ese inusual aroma que me era del todo familiar (el cual estaba recordando hacía un minuto), pero algo diferente, más bien era más intenso tanto así que agudizó mis sentidos e inundó de un calor agradable mi pecho haciendo que me sobresaltara y hacerme despertar súbitamente.
Abrí los ojos, pero volví a cerrarlos al sentir su presencia. Estaba cerca de mí, lo sentía a mis espaldas. Mis oídos escucharon como nunca el aleteo suave de mi pequeño compañero azul y los pies de mi Nakama, los cuales hacían rechinar la madera del suelo casi imperceptiblemente.
Sonreí, seguramente querían hacerme una broma entre los dos pero yo los sorprendería primero.
— ¿Qué pasa Natsu? No pienso levantarme a hacerles de cenar…— dije aun con mi rostro hundido en el cojín mientras abría un ojo para mirar a un aterrado pelirosa que se alejaba un poco del sofá con un marcador en las manos. El me miraba sorprendido, tanto que el marcador escapo de sus manos cayendo al suelo mientras Happy volaba a sus espaldas mientras colgaba desilusionado sus patitas a sus costados. El también iba armado con un marcador negro.
— Lucy despertó antes de hacerle la broma, eso sí que no es divertido — maulló fastidiado, mientras cruzaba sus patitas frente a su pecho.
— Pero… si estabas profundamente dormida… — murmuró en voz apenas perceptible, tanto que me sorprendió el poder entender lo que había dicho.
— Déjenme dormir… — no tenía ánimos para cocinarle a para un par de aprovechados así que apreté con fuerza el cojín en mis manos esperando convencerlos de que ambos me dejaran dormir un poco más.
— Happy, debemos irnos… — dijo algo afectado Natsu y yo solo parpadee confundida. Los convencí demasiado rápido, generalmente tendría que lloriquear un par de horas antes de convencerlos de regresar a su casa.
— Ok… — susurre mientras mi amigo salía en un suspiro no sin antes sacudir la cabeza algo confundido y regalarme una de sus inusuales sonrisas.
— ¡Nos vemos mañana en el Gremio! — gritó a media caída mientras se despedía con la mano.
— ¡Espérame Natsu! — gritó algo apurado el exced mientras lo seguía al vuelo escapando por la ventana.
Me levanté del sofá algo confundida por su actitud y decidí meterme a dormir a mi cama, estaba tan cansada que me fui desnudando de camino a ella. Mis calcetines y mis pantalones quedaron regados por el piso mientras sentía que el ambiente se tornaba acalorado.
Pero estamos en pleno invierno, y la ventana estaba abierta.
Miré en redondo y cerciorándome de que no había nadie alrededor, me deshice de mi camisa también quedando solo en ropa interior y termine derrumbándome en mi cama. Cuando me hundí entre las sabanas me percaté de que el mismo aroma que hacía unos instantes había logrado hacer que despertara invadía mis fosas nasales y me sonrojé sobremanera, tanto que sentí que mis oídos comenzaron a silbar. Me levanté de golpe hasta quedar sentada, intentado inútilmente de alejar las sabanas enredadas en mi cuerpo.
— ¡Es el aroma de Natsu! — estaba por toda la almohada y las mantas. Diablos, hasta podía sentir que estaba pegado a mi piel. Pero no era un aroma desagradable, incluso me hacía sentir acalorada, asustada de mis pensamientos arroje todas las sábanas fuera de mi cama.
Sentía la temperatura de mi cuerpo elevarse con rapidez y la poca ropa que llevaba encima se sentía como lava ardiente sobre mi piel. En segundos me encontraba completamente desnuda sobre mi cama intentando recuperar el ritmo normal de mi respiración.
— Estoy completamente sugestionada por lo que acabo de leer, no puede ser posible que mi propio cuerpo me esté traicionando... desde cuando soy tan consiente de su presencia… —
Nunca me había sentido así. Pero el calor y un ligero dolor de cabeza estaban ahí, presentes, haciéndome sentir enferma.
Me puse de pie y corrí a la ducha para refrescarme con agua fría y me di cuenta de que no era mi imaginación, mi temperatura estaba realmente alta, pero inmediatamente después de mojar mi cabello regresé a la normalidad. Suspiré aliviada, no era la primera vez que mi cuerpo que jugaba una mala pasada. Las hormonas son mis enemigas cada mes y haciendo cuentas mentales le eche la culpa a mi próximo periodo y más relajada me fui a dormir. O más bien lo intente, pesadillas… bueno no es la forma correcta de llamarles… sueños muy subidos de tono me hicieron dormir a medias toda la noche.
El gorjeo de un ave en mi ventana me trajo al presente y me removí algo incomoda, no quería salirme de mi cómoda cama, me hice ovillo debajo de mis sábanas nuevamente e intente postergar lo inevitable. El lejano grito del panadero ambulante ofreciendo su venta matutina me terminó de traer a la realidad y gemí frustrada porque debía levantarme temprano para ir al Gremio. Me tomó toda mi fuerza de voluntad girarme en medio de un amasijo de sabanas y cuando creí que había conseguido la suficiente fuerza de voluntad para ponerme en pie aspiré de nuevo su aroma en mi almohada y suspiré derrotada. Era como si estuviera ahí mismo en ese momento, a mi lado.
Abracé con fuerza mi almohada como si fuera el mismo y sonreí.
— Un ratito más… nadie tiene porque saberlo… — había soñado con él, yo acariciando su cabello y él besándome tiernamente la frente mientras sus manos cálidas frotaban mi espalda hasta casi hacerme ronronear como un gato al cual le acarician el pelaje de la espalda.
Después el sueño cambio a uno más concreto donde mi amigo me recorría entera con sus labios.
No era la primera vez que soñaba algo así, pero si era la vez primera con Natsu como protagonista.
Suspiré un poco avergonzada de mis sueños pero pronto termine por relajarme de nuevo. Ya no estaba molesta ni asustada, ya después de meditar mejor las cosas, acepté que ya estaba en esa edad de pensar intensamente en los chicos y al no tener a ninguno especial en mi vida, el cual me robara del todo la atención, el último chico en ver ese día fue mi fuente de inspiración.
— Y claro, la basura de literatura que leíste ayer no ayuda en nada a tu pervertida imaginación… — me regañé a mí misma antes de saltar de la cama y empezar a arreglarme para ir al gremio.
Llegue en menos de un parpadeo al gremio y después desayunar y conversar un poco con mi amiga Levy y con Mirajane, me dirigí al pizarrón de las misiones. Después de elegir un par que no implicaban más que labores dentro de la ciudad, que serían fáciles de realizar con mis amigos espíritus estelares, caí en cuenta de que Natsu y Happy no habían corrido hasta mí gritando que saliéramos de misión como todas las mañanas. Me pareció extraño pero decidí no darle demasiada importancia ya que sin ellos rondando había más posibilidades de conservar más de la recompensa por los trabajos que había elegido.
Cruce mis brazos detrás de la cabeza buscando darme ánimos para cumplir con mis misiones (las cuales sí que prometían darme un día muy ocupado) cuando noté el mismo olor que me trastornó toda la noche de ayer, y que ahora me desestabilizó hasta el punto de casi hacerme caer de la butaca en la que estaba sentada.
Abrí los ojos sorprendida, pero no por el hecho de haberlo notado, sino el que el dueño de ese característico perfume brillaba por su ausencia en la sala del gremio.
—Creo que estoy alucinando cosas… — la piel de mis manos comenzó a sentirse un poco irritada, como si picaran, y de pronto un escalofrió recorrió mi cuerpo erizando todos los vellos de mi piel.
Desacuerdo ahora si estoy preocupada.
—Mi-Mirajane, ¿De casualidad no sabes dónde están Natsu y Happy? — intenté decir pero mi pecho se sintió como si hubiese respirado aire demasiado caliente. La garganta se me secó súbitamente y casi comienzo a toser sin control.
—No, la verdad no lo sé Lucy, los chicos no han pasado por aquí ¿Te encuentras bien?— me dijo mientras me alcanzaba una taza de té.
—Creo que si…— Me recargue sobre la barra del bar e intenté respirar profundamente para tranquilizar la lluvia de sensaciones que me invadían y de pronto así como la oleada de calor me invadió, súbitamente se desvaneció. Mi amiga se alejó a atender a alguien más que se había acercado a la barra dejándome sola con mis sensaciones.
—¿Qué rayos me sucede?— suspiré mientras que con una mano intentaba deshacerme de la ligera capa de sudor que cubrió mi frente y las yemas de mis dedos me hicieron respingar ya que se sentían muy calientes al tacto. Ella regreso frente a mí con cara de preocupación.
—Lucy, ya me preocupaste. Qué raro que no hallan llegado aún, los chicos siempre son de los primeros en llegar en la mañana por el desayuno y con mucha energía…—
—¡Buenos días Lucy!— Happy me miró emocionado desde la entrada y en un segundo ya estaba sobre mis hombros.—¡Qué bueno que te encuentro! ¿Será que tú me puedes invitar el desayuno hoy?— sonreí al verle pero al instante hice una mueca de fingida molestia. Esos dos como siempre asaltando mi casi vacía cartera.
—¿Y Natsu? El debería estarte alimentando, no yo gato—
—Lucy… eres mala… no ves que hoy estoy solo porque Natsu no quiso despertarse… — Marijane que le servía en un plato un pescado crudo a mi pequeño amigo se quedó congelada al igual que yo por sus palabras.
—¿Cómo que no…— ambas quisimos indagar pero nos interrumpió rápidamente.
—Le dije que era hora del desayuno y solo se giró mil veces en la hamaca y me dijo que llegaría después…— sus bigotes comenzaron a vibrar de forma graciosa mientras comía entusiasmado su desayuno.
—¿Podría ser acaso que pescó un resfriado?— murmuró Marijane pero Happy negó alegre.
—No tiene fiebre ni nada, además Natsu jamás se enferma de nada —
Bueno, he aqui el primer capitulo, espero que les halla intrigado y se queden conmigo el resto de la historia. Nos vemos pronto.