Título: Por Venganza o… ¿Por amor?
Autora: Kigen no Lawliet
Pareja: BankotsuxKagome
Disclaimer: Los personajes de Inuyasha pertenecen a su respectiva creadora, la queridísima Rumiko Takahashi, yo solo hago uso de los mismos por diversión.
La historia aquí escrita sí es de mi completa autoría ¡Digan no al Plagio!
Aclaración: La aclaración completa se encuentra en el primer capítulo pero la reitero, este fic fue inicialmente publicado con el mismo nombre bajo el pseudónimo Girl Moon Taisho, cuenta de mi autoría en el sitio Fanficslandia, tiene aviso incluso allá de que mis historias serán transferidas a este sitio por mí persona.
Ya saben, este fic ha sido desempolvado corregido y re-editado para poder mejorar su concordancia, el resto de la aclaratoria está en el primer capítulo.
¡Disfruten la lectura!
Advertencias: De momento ninguna. Esta historia se basa en el universo de Inuyasha
Sinapsis:
¿Qué pasaría si…? ¿¡Bankotsu, Jakotsu!? No, no puede ser… ustedes no huelen a… humanos/—Sabes pequeña miko, no imagino la cara de ese imbécil si te viera conmigo, te conviene tanto a ti como a mí, es solo por conveniencia, no necesito que te enamores de mí/—¿Por qué lo haces aniki?...—Solo quiero venganza—…/— ¿Qué dices, aceptas el trato? —…—Yo… acepto, ayúdame a darle celos/en ese momento la besó justo en la cara de Inuyasha… grave error/— ¡Se suponía que solo le daríamos celos para que se alejara de ese cadáver! —…— ¡Aléjate Bankotsu, no quiero volver a verte, lo sabía eres igual que él!
Capítulo 2
En la cabaña de la Anciana Kaede
El grupo se encontraba almorzando antes de empezar a tomar las decisiones que determinarían si en el grupo habrían o no nuevos integrantes, terminaron de comer en medio de toda la tensión de lo que vendría. No duró demasiado pues Miroku se dedicó a romper el hielo.
—Yo creo que deberíamos aceptar—habló el houshi esperando la explosión de la exterminadora y del hanyou que eran sus compañeros—realmente creo que es más inteligente como estrategia tenerlos de nuestro lado que en nuestra contra—en eso recordó un pequeño gran detalle—recordemos que podemos contar con su lealtad, mercenario o no, tienen honor—calló para esperar la reacción de sus amigos
— ¡Pero que dice su excelencia!, no confío en ellos—se opuso Sango, la verdad la dueña del hiraikotsu aún tenía cierto coraje al recordar todo lo que Jakotsu hizo en su contra y dijo de ella en su enemistad
—Pero Sanguito no te preocupes, si pasa algo yo te cubro—dijo logrando que se sonrojara… hasta que sintió la mano del monje en su trasero
¡Plaf!
— ¡Uy!, hay menos peligro con ellos que con usted monje mañoso—se sostuvo la mano, pues esta vez se había pasado de fuerza con el pervertido del grupo
—Pero Sanguito ya te dije que mi mano esta maldita—masculló sobándose la nueva marca que tenía en la cara, que ya parecía permanente, pues siempre la tenía por culpa de su "mano maldita"
—Mire si no guarda esa mano se la voy a cortar—le mandó una mirada asesina que lo logró asustar lo suficiente para estar serio un rato
—Volviendo al caso, ¿qué opinas tú Inuyasha?—preguntó el monje alejado de la exterminadora por miedo a terminar con el hiraikotsu entre su espalda
—Creo que es una mala idea, una vez nos trataron de asesinar y al igual que Sango yo no confío en ellos—habló con seriedad, no podía darse el lujo de dejar que esos desquiciados volvieran a romper la paz al grupo, suficiente había tenido de todas las veces que intentaron matarlos
—Yo opino al igual que el monje Miroku que sería una buena idea, son muy fuertes y tal vez así derrotaríamos a Naraku—fue clara y concisa, ya la mayoría de lo que tenía que abogar por ellos lo había dicho el houshi
—Bien todo depende de ti Shippo—dijo Inuyasha lanzándole una mirada que mataría de miedo a cualquiera como diciéndole: "o te pones de mi lado o te preparas para un viaje a la luna sin regreso", pero el kitsune no se dejó amedrentar por el ambarino, le tenía más miedo a la sacerdotisa más joven del grupo
—Estoy del lado de Kagome perro tonto—el pequeño se escondió detrás de Kagome para evitar ser golpeado mientras Inuyasha empezó a quejarse de un pronto a otro
— ¡Esperen, ¿desde cuando un niño puede votar en este grupo?! —iba a darle un coscorrón a Shippo pero el conjuro lo detuvo
— ¡Abajo!, Inuyasha no puedes sobornar a Shippo, eres un abusivo—abrazó al kitsune mientras lo acariciaba y este se burlaba del hanyou—y aunque suene mal…—hizo una pausa dramática—sé que al menos Bankotsu no tiraría hacia atrás su palabra—Miroku asintió mientras Inuyasha le mandó una mirada recelosa
—Está decidido—rompió la tensión el monje—sí formarán parte del grupo, pero solo para estar seguros estableceremos condiciones—no podían dejar todo tan fácil, sabían que al menos mentalmente esos dos hermanos eran tal volátiles como el combustible
—Yo lo haré—nadie objetó, pues sabían que no había nadie más encomendada para esa actividad que ella
Después de tomar la decisión el grupo pasó la tarde relajándose después de semejante discusión, especialmente Kagome quien estaba en el bosque reflexionando, ya que pensaba en todas las condiciones que debía imponer para mantener a los guerreros en el grupo pero controlados; aunque también estaba algo dolida, pues Inuyasha se desapareció durante la tarde, supuso que estaría con Kikyo.
No se equivocó pues en el cielo se veían unas serpientes caza-almas dirigiéndose hacia donde anteriormente se había ido Inuyasha, tuvo ganas de seguirlas pero simplemente se dijo a sí misma que debía dejar de ser masoquista y volver a la aldea, no estaba de ánimos para ver algo de lo que luego se arrepentiría, estuvo andando en círculos hasta llegar a una pradera muy hermosa con una pequeña cascada y un río bastante hermoso y deshabitado por lo que decidió quedarse ahí, puso una kekkai que la protegiera y se dispuso a dormir una siesta.
Se despertó con ánimos, esa siesta le sentó de maravilla, se dispuso a volver ya que observó que el sol iniciaba a ocultarse y no discutió con eso, de hecho apresuró su marcha pero en su regreso se encontró con lo que quería evitar: observar otro juego de besos entre Kikyo e Inuyasha, simplemente muy dolida y a costa suya apartó la vista y siguió con su camino de regreso a la aldea.
Cuando volvió a la aldea su grupo ya se encontraba listo para volver hacia donde en la mañana encontraron a los dos guerreros, Inuyasha venía detrás de ella como a unos veinte metros haciendo que nadie levantara sospechas, pues suponían que él y Kagome estaban juntos pero ella había llegado antes. Discutieron un momento las condiciones, como las expresarían y partieron.
Lejos de esa realidad Kagome esquivaba las miradas exigentes de explicación de Inuyasha ya que aunque ya había aprendido a aceptarlo en todo, incluso sabiendo que él estaba enamorado de Kikyo, aún le dolía verlo con ella.
Pudieron ver a la distancia a los guerreros entrenando entre ellos hasta que lograron olfatearlos, detuvieron sus golpes mientras esperaron atentos las palabras de quien fuera a traer las noticias acerca de la decisión.
—Joven Bankotsu, Joven Jakotsu—el houshi les saludó con un gesto de cabeza siendo saludado del mismo modo—lo hemos pensado muy bien y creemos que sería una buena idea que se unieran a nuestro grupo—los guerreros no hablaron sabiendo que no todo iba a ser de miel ni tan fácil
—Pero, tenemos algunas condiciones—Sango habló autoritaria, no pensaba empezar con el pie izquierdo con ellos pero sabía que darles amabilidad en la primera impresión podría ser tomado como debilidad por ellos
—Los escuchamos—respondió el demonio serpiente
—Primero que nada: no podrán matar seres humanos—Kagome solo esperó ver la mueca de disgusto de ellos, cosa que en realidad fue casi instantánea—solo por causa mayor o que sean muertos vivientes pueden hacerlo—se entendía bien el punto, pero lo que no sabía es que esas palabras podrían ser de doble filo con los guerreros
—Segundo trabajaran en equipo—ellos levantaron los hombros, venían de un grupo de siete, eso no prometía ser difícil realmente
—Y tercero, que no nos enteremos de que es alguna traición o un plan para apoyar al desgraciado de Naraku, si lo es, lo pagaran muy caro—se tronó los dedos el hanyou mientras observaba la mirada retadora de Bankotsu hacia su persona, él era el único después de Kouga que lograba sacarlo de quicio tan rápido—en resumen queremos su lealtad—terminó de decir
—Es un trato—todos presenciaron el apretón de manos entre los más fuertes del grupo, aterrador, parecían querer exterminarse con la mirada, el grupo se disponía a irse pero Bankotsu al notar la mirada de Kagome algo triste la detuvo, ese era su traspié para poder iniciar—miko necesito hablar contigo—la mencionada se detuvo extrañada ante su petición pero no se animó a preguntar el "¿Por qué?", simplemente caminó en su dirección dispuesta a seguirlo
—Ni se te ocurra hacerle algo—interrumpió un celoso Inuyasha quien ya empezaba a pensar que fue una mala idea aceptarlos en el grupo
—Vete Inuyasha, estaré bien—le lanzó una mirada llena de rencor a lo que él no chisto y simplemente se fue no muy convencido
—Te ofrezco un negocio pequeña—la más joven no pudo evitar extrañarse, él fue seco y muy directo ¿qué se traería entre manos?
—Depende de lo que sea—respondió algo intranquila y dudosa
—Mira sé que hace mucho tiempo vienes siguiendo al hanyou que te acompaña y noto la mirada que le dedicas, no me creas tonto, llevo poco tiempo con ese olfato pero el suficiente para distinguir que a su lado hierves en nerviosismo y hormonas—ella se sonrojó ante eso último pensando en reclamarle por pervertido pero se abstuvo, no era buena idea y menos iniciando la unión del grupo—yo sé los motivos y te tengo un negocio que te puede interesar—hizo una pausa al ver que ella quería hablar pero no se lo permitió—te propongo darle celos—dijo con veneno en sus palabras acercándose un poco hasta quedar a algunos centímetros de su cara sonriendo al notar su ligero sonrojo, no necesitó aspirar el aire para saber lo que ella estaba sintiendo
—Nunca haría nada que lastimara a Inuyasha—dijo sin saber que se pensaría un poco más sus pocas palabras—'aunque… pensándolo bien no es tan mala idea'—debía demostrarle ella se iría de su vida si no actuaba rápido ¡Qué debía aprender a decidir y luego no celarla!
—Vamos pequeña no perdemos nada con intentar—le dijo aún más cerca susurrándole al oído ocasionando que los cabellos de su nuca se erizaran, en un bizarro momento pensó que la voz del mercenario era sensual, era una locura ¿no?
—Y...eso a ti en que te be-beneficia—casi no podía hablar claramente tartamudeó y deseó no haberlo hecho, pues había quedado aún más en evidencia de duda ante él
—Tómalo como mi venganza hacia el chucho por el incidente con mi Banryuu—no era verdad pero tampoco mentira, era parte de; no se apartó un centímetro esperando que le creyera y aceptara, ¡qué fácil era manipular a los humanos!—lo tomas o lo dejas
—Lo...tomo—no pudo evitar responder dudando, sabía que el moreno era peligroso pero su amor por Inuyasha era más grande que saber que estaba tratando con alguien que trato de matarla y que en ese momento hablaba como un actor de esas películas que Yura a veces llevaba a su casa junto con Eri para ver con ella cuando no había nadie en casa, no pudo evitar sonrojarse ante la comparación mental
—Bien sellamos el trato, pero tendrás que hacer lo que yo te ordene—no dejó que ella objetara, solo la vio asentir y él la rodeó con el brazo por la cintura y le dio un sutil y rápido beso—a partir de ahora tendrás que decir que tu novio—afirmó como si fuera la cosa más fácil del mundo que dos seres que se odiaban hace tan poco tiempo parecieran de un pronto a otro amarse como en las películas de romance veraniego
— ¡Qué! debes estar loco—trató de soltarse de su agarre sin éxito aún algo amedrentada por el beso; ese beso era el primero que le daban ya que no contaba el que le dio a Inuyasha porque él no se lo dio, sino ella
Y para peor, esa fue situación de vida o muerte, no hubo amor, sentimientos, no hubo nada. No era realmente diferente del que acababa de recibir, solo que en este reciente pudo comprobar que el guerrero era realmente bueno para hacerla perder la cabeza, no le dio ni tiempo de reaccionar ni de sentir las sensaciones que ahora solo se limitaban a un pequeño aleteo en su interior.
—'Maldito Bankotsu'—suspiró, realmente deseó que hubiera sido más largo, no por amor ni nada relacionado, solo quería sentir—No nos creerán nada, hace cinco minutos nos odiábamos—sin soltarla él solo soltó una carcajada
—Como mi novia te sugiero que te comportes—lo pensó un poco más para poder reflexionar lo que ella le decía—aunque en eso tienes razón—se llevó una mano a su mentón sin aflojar su amarre—no lo diremos de inmediato, pero, podremos jugar mientras hacemos lo necesario para que nos crean ¿no te parece?— ella al parecer quería quejarse pero no la dejó sacando su última carta—además dijiste que harías lo que te dijera—ella suspiró cansada, discutir con él era como discutir con Buyo
—De acuerdo, pero no te pases o te purificaré—reprochó al sentir que él pretendía bajar su mano a territorio prohibido
— ¡Ja ja ja! —Lo escuchó reírse y le pareció algo irreal, nunca lo había escuchado reír con tanta naturalidad y malicia combinadas a la perfección—eso no es de lo más seguro, simplemente sugiero que aprendas a seguir y obedecer órdenes—emprendió un caminar a paso normal abrazándola por los hombros hasta llegar a la aldea
Acercándose el fino olfato del youkai más joven empezó a detectar algo, un aroma a muerte con narcisos, nada agradable para él en realidad pues prefería el aroma a jazmines de la miko a su lado.
—Miko, tenemos visita, intenta actuar con naturalidad—ella creyó empezar a hervir del enojo por dentro imaginando quien era, así que armándose de valor tomó al guerrero por la cintura quien no pudo evitar abrir sus ojos sorprendidos observando la determinación en la mirada de la más pequeña para luego afilar su vista a un gesto malicioso
Cuando llegaron encontraron un personaje que no le era agradable a la mayoría del grupo más disparejo de todo el Sengoku, era la miko-no-muerta Kikyo, ella observó a su reencarnación y se preguntó al igual que Inuyasha porqué Kagome venía abrazando al mercenario por la cintura mientras él la abrazaba por los hombros.
Para cualquiera hubiese sido un cuadro tierno y muy divertido por las diferencias de estaturas pero para el grupo e incluso la pareja hanyou-miko eso era algo extraño e inesperado ¿Qué ocurrió en su ausencia? ¿Por qué tantas confianzas?
Inuyasha veía con desconfianza y celos al guerrero mientras este solo sonreía con satisfacción al ver a Inuyasha con enojo, no pensó que fuera tan divertido iniciar una venganza.
Por su parte Kagome estaba algo triste al ver a Kikyo con Inuyasha y le resultó un triunfo ver a Inuyasha celoso, en ese momento a esa extraña situación se añade otro personaje…
Fin del Capítulo
Notas al pie: ¡De milagro que he actualizado una historia tan rápido! E incluso subí otra :D
Muchas gracias a quienes han leído, si les ha gustado déjenme un Review con su opinión, consejos y sugerencias para próximos capítulos.
Aquí en este capítulo se puede notar un poco más el cambio de algunas escenas (ni que teatro XD) y de algunos diálogos, noté que en la original falta mucha concordancia y va muy apresurado, pretendo que no vaya a paso de gigante y que sea una historia moderada.
Noticias Finales:
Ya saben de mis otros fics los cuales están invitados a leer.
Hoy mismo he subido un fic de nombre "Contrato con La Bestia", un SesshoxKag que pretendo desarrollar en una temática más picante y enredada que creo les gustará, están invitados a pasar si les gusta la pareja
Gracias por leer hasta el final, me llena de felicidad que disfruten lo que escribo.
Se despide
Kigen-chan.