Extra

—Estúpido América —maldecía el inglés en voz baja, sacándose la playera para después ponerse la del pijama—. Siempre tiene que causar un gran alboroto —comenzó a peinar su cabello hacia atrás con ayuda de sus dedos, pero se detuvo a seco, mientras que con la mirada tratada de encontrar algo—. Espero que el idiota haya enviado los mensajes clarificando lo de las máscaras... Pff, ¿dónde deje mi celular?

Se dispuso a buscar el aparato por toda el área en la que se hospedaba. Movía los cojines del sillón, abría los cajones de la mesita de noche, las almohadas de la cama, e incluso fue a observar dentro del retrete.

—¡Un segundo! —un recuerdo dominó su cabeza, en el cual podía ver como el francés, en su intento fallido de acosarle, salía corriendo de su habitación con algo en manos—. ¡Rana de mierda! —sin pensarlo dos veces abandonó el sitio para buscar aquel rubio de larga cabellera.

El silencio inundaba el lugar, sin embargo, este era opacado por el tic tac del reloj de pared que se encontraba colgado sobre la puerta del baño.

Algo se escuchó el los ductos de ventilación, como unos pequeños pasitos.

Sealand, al notar que Inglaterra había salido de su habitación, decidió dejar su escondite, bajando de dicha área antes mencionada, con mucho estilo.

Que sea un "niño" no significa que no sea acrobático, fuerte y/o escurridizo.

—Dios, vaya escándalo que arman las naciones —dijo sacudiendo sus ropas al incorporarse por completo.

Hubo un momento en que había quedado completamente confundido, y más que nada, sorprendido; jamás en su vida le había tocado ver como los representantes de cada país reían y compartían experiencias, vergonzosas o no, de una manera infantil. Sabía que su interior estaban furiosos, pero furiosos a un nivel… ¿qué será? ¿Neutro? Algo que solo sucede en las amistades que poseen una hermandad sumamente fuerte. Y también la forma en la que arreglaron las cosas, después de haber visto la foto que América en un principio quiso mostrar; pero que su error de dedo no le había permitido.

—Ese odio que se tienen las naciones —tomó asiento en la cama—, ¿será verdadera? —se recostó—. ¿Oh, solo será un espejismo político? —cerró ambos ojos. Estaba a punto de quedarse dormido, de no ser por un sonido proveniente del escritorio. Ese eco parecía ser de una notificación de Facebook.

Bajó de la esponjosidad de la cama con un pequeño brinco y se dirigió a la fuente del sonido.

—Dejo la laptop encendida —decidió sentarse frente a la MacBook—. ¿Qué tenemos aq- JAJAJAJ… —con ambas manos tapó su boca para evitar reír, pues no quería ser descubierto, ya que si lo recuerdan esta micronación entró burlando a los guardias de seguridad—. ¡¿Qué es esto?! —comenzó a golpear el escritorio con su puño, debido a que era la manera en que se podía contener las carcajadas—. ¡¿Qué es esto?!

El inglés había dejado el chat abierto, justamente en la parte donde se encontraba aquella fotografía que había causado que el mundo ardiera por varias horas. Al parecer, el ojiverde iba a eliminar todo el historial de conversación después de vestirse, pero la avaricia por su celular lo cegó.

—¡Dios mío! —se dejó caer al suelo y comenzó a patalear sujetándose el estómago, aun aguantándose la risa—. ¡Voy a morir~!

La foto mostraba un desorden total; todos borrachos a más no poder. Alemania, Francia e Inglaterra completamente desnudos cantando a todo pulmón. España y Prusia pintarrajeando la cara a Turquía (se sabe que poco después de eso el albino cayó dormido a un lado del euroasiático, y bueno, su amigo español no perdió la oportunidad). Rusia estaba sentado sobre sobre el estómago del chino, pues trataba de robarle un beso mientras el asiático forcejeaba. Italia orinaba en una maceta. Japón lanzó su katana al tablero del tiro al blanco de los dardos (la cual falló, casi asesinado a Canadá, porque el nipón se distrajo al ver lo que hacían sus hermanos), dejando los verdaderos dardos dentro de un vaso lleno de cerveza… o lo que sea ese líquido amarillo. A lo lejos (con lo que se había distraído el japonés), Corea y Hong Kong trataban de tirar a Austria por la ventana, donde Taiwán sujetaba el vidrio de la ventana, para evitar que dicho orificio se cerrase. Grecia estaba a punto de meter la mano a la licuadora. América se encontraba sumergiendo la cabeza en la fuente de chocolate… en fin. Muchas naciones se encontraban haciendo un montón de estupideces, como besar un trapeador vomitado o estar apostado grandes cantidades de dinero en el póquer.

Se sabe que esa fotografía fue tomada horas más tarde, después de la del brindis.

Sealand no aguanto más y dejo salir unas fuertes carcajadas.

—¡¿Qué haces aquí?! —dijo Inglaterra, quien abrió la puerta agresivamente azotándola contra la pared.

La micronación se sentó de golpe, dejando salir un grito ahogado.

"Creo que la vida debe ser una fiesta continua."
—Salvador Dalí.

Fin.


Y llegamos al final de esta historia. :')

Debo confesarles que al ver tantos Reviews (y PM) que decían haberlos hecho reír, o que este fic les había sacado una sonrisa después de un mal día, me hizo sentir tan bonito. Ahora, me siento tan bien por dentro, y eso se lo debo a ustedes, porque fueron quienes siguieron la historia en todo momento y me alentaban a seguir escribiendo.

¡Les agradezco muchísimo~! Les mando un beso al estilo francés.

Con mucho amor…
-Valkyriene, fuera.


(¡▲!) Este FanFic es independiente, o bien, no tiene nada que ver con la trama original del anime y/o manga.
Por eso se le pide al lector/a que no tome nada en cuenta las acciones y diálogos dados a los personajes en esta "historia". Todo lo oficial es dictado por Hidekaz Himaruya.
El material fue creado única y exclusivamente con fines de entretenimiento al espectador.


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