Pero antes de comenzar con esto quisiera añadir una lista de agradecimientos a las personas que se tomaron un minuto o dos para dejar un comentario, porque quiero que sepan, muchas veces los escritores de fanfics nos preguntamos si estamos haciendo un buen trabajo, si nuestras ideas le gustarán a la gente, si lo que plasmamos está generando emociones en otros cuando nos han arrancado toda clase de suspiros a nosotros mismos. No saben cómo me animaron a seguir escribiendo todos y cada uno de sus comentarios.
ThePhantomPain02: Primero, reiterar que amé tu entrega de Zootopia: El fantasma de la Ópera. Y segundo, gracias por el apoyo en ambas historias. Siempre ha sido grato saber que te agradó mi escritura reiterando que amé tu historia.
Nastinka: Me hiciste sonreír tanto que me dolió el rostro, tu efusividad y darme cuenta de que amas ésta pareja es genial.
Guest (Varios): Gracias por las palabras sencillas pero alentadoras a continuar.
LeoNuraruhyon: Gracias por el ánimo a continuar, fue de los comentarios que me dieron valor para hacerlo.
Pikalleta: misma situación, que pidieras continuación fue un motor para hacerlo.
Tsukiss: Gracias por leerme, me sentí genial de saber que logré mi cometido de transmitir algo.
ThePianoGuy: Cada comentario me arrancó sonrisas de gratitud, me hiciste reír y disfrutar tus comentarios como pocos lo han conseguido.
Deby23: Simplemente gracias por leerme.
MyobiXHitachiin: Juro que todos y cada uno de tus comentarios me hicieron sentir algo con intensidad, carcajearme, sonreír e incluso contener la respiración. Creo que me emocionaban tus comentarios tanto como a ti la historia.
DianaCarolina: Saber que te gustó la historia fue genial, gracias por el apoyo.
WerewolfMazuko117: Amé el comentario, gracias por aborrecer a la liebre quizá un poco más que yo.
PamExpelliarmus: Es genial saber que hayas seguido la historia, gracias por tus palabras.
Clover819: Juro que me sonrojé cuando te leí. Aún en la emoción del momento, saber que es de tus favoritos, me dejó sin palabras. También a ti gracias por tu retroalimentación sobre la liebre xD
Mirruu: una disculpa, se me había olvidado cambiar el Complete por In progrese. Originalmente iba a ser un one-shot, así que, lo subí como si realmente lo fuera, pero los comentarios me hicieron seguir.
ChoMi-ChoMi: Adoré cada comentario, no sabes cómo me hacían sonreír, me encantó tu intensidad en los reviews y me encantó saber que te estaba gustando tanto, tus comentarios me hacían querer esforzarme un poco más.
Rizel Iwaki: Cuando vi la longitud de tu comentario me quedé sin palabras, me encantó que captaras ese pequeño detalle sobre el pasado de Nick, yo tampoco terminaba tragándome el cuento de las popsipatitas.
Adeline245: Mil y un gracias por tomarte el tiempo para leerme y escribir un post.
Shiro Honda OwO9: No creo que sólo tú (Y cito) soltaras gritos de fangirleo, yo también lo hice al leer tu comentario, me hizo el día como no tienes idea. Mil gracias.
Hesvan: Principalmente quiero que sepas que amé que captaras ese hecho, me hizo sentir realizada como escritora de indicios. Gracias por seguir mi historia.
SuperStevereX: Espero que te guste el epílogo, créeme que lo escribo pensando en cada comentario de petición, pero con especial ahínco pensando en esa semana, me diste una buena idea.
TEH Fluffynator: Espero disfrutes la última entrega de éste fic, gracias por tomarte un minuto.
Clau.99: Tus palabras fueron una inspiración para seguir, me halaga que mi historia te parezca tan buena. De verdad, mil gracias.
Neonblack12: Espero que lo disfrutes y que cumpla su propósito. Gracias por comentar.
Gracias a quienes me dejaron MP para animarme a seguir con la historia y seguirme desde mi proyecto Sálvame.
Y por último, pero no menos importante. Mil gracias a mi propio Nick Wilde, que al final de cada capítulo me decía cuánto odiaba a Harewell, cuánto quería que Nick y Judy quedaran juntos, por darme tantas ideas para éste fic y por aportar ideas que no van a aparecer en ésta entrega pero que dieron pie a nuevas ideas. Tus palabras, tu cariño, tu seguimiento y tu lealtad para En el armario son sólo algunos de los detallitos que me hacen amarte cada día un poquito más.
Una última cuestión, antes de que se me olvide. Por motivos personales YO no seguiré publicando en ésta cuenta, sin embargo, seguiré posteando historias sobre ésta pareja y posiblemente otros temas en a través de la cuenta de www. fanfiction ~judypotts
Y ahora sí, disfruten el epílogo y última entrega de En el armario.
Epílogo
—Oh, Nick, eso fue tan hermoso… —Soltó Judy limpiándose las lágrimas con un pañuelo mientras veía los créditos en la pantalla, pero para variar, como cada vez que habían visto las comedias románticas que Judy elegía, Nick se había quedado profundamente dormido.
La conejita sonrió negando con la cabeza para sí misma. Se levantó recogiendo los platones, ahora llenos de morusas de botanas, los vasos sucios y organizando un poquito el desorden de la mesa. Con cuidado y como pudo, acomodó bien a Nick en el sillón y sonrió cubriéndolo con una sábana antes de disponerse a lavar los trastos.
Ya no le dolía la pierna y sabía que el día siguiente sería su último día de incapacidad. A la hora de los hechos, los habían incapacitado casi un mes, mismo en el que habían tratado de descansar lo más posible y donde se dieron cuenta de que solos no lo harían.
La primera semana, Judy había estado viajando al departamento del zorro en la limusina personal de Mr. Big, mismo que había insistido a la chica que debía cuidarse y que Manchas estaría a su disposición. Él mismo le hizo especial hincapié en ello, feliz de poder apoyar a los agentes que habían hecho posible que él recuperara su salud. Nutriales había mandado flores a los departamentos de ambos pero luego los había enviado sólo al de Nick al enterarse de que Judy lo estaba cuidando. Incluso Bogo había enviado un paquete de panecillos de moras y zanahorias, mismo que había comprado a Gideon Gray. Nunca habían faltado los regalos para ellos por parte de muchos de sus amigos.
De la segunda semana en adelante Judy había pasado un par de noches en casa de su amigo, cuidándolo gracias a una complicación: la fiebre que le había surgido por las heridas. Un par de noches habían bastado para que ella decidiera quedarse a dormir mientras durara el resto de la incapacidad para ambos. Y de pronto se había vuelto costumbre despertar para verse en el comedor con un Nick que, con todas las dificultades que le concedía el cabestrillo, trataba de prepararse un café matutino.
Judy aprovechó que no podía cargar a Nick hasta su cama para dormir en el mullido colchón que el zorro poseía, a sabiendas de que varias veces se había despertado con la respiración de Nick acariciándole las orejas y un sonido tan leve que pasaría por ronroneo si él fuera un felino.
—Así que roncas, Wilde. —Había dicho mientras lo encaraba y le acariciaba un poco el rostro, suspiró cerrando los ojos y pegando su frente a la del zorro. —Pensé que roncarías como Finn, pero parece que sigues siendo un ser pequeño y frágil. —Un resoplido extraño la sobresaltó pero luego Nick siguió durmiendo tranquilamente. Judy lo miró y lo pensó muchísimo antes de murmurar en contra de todas sus creencias y paradigmas una confesión. —Te amo, Nick…
Despertó sola, con el aroma del desayuno inundando su habitación y con un vaso de jugo de naranja en la mesita de noche, podía sentir el perfume de Nick en la almohada de al lado, no la clase de aromas que están impregnados en las cosas de una persona, sino como el aroma que se queda después de que una persona ha estado ahí un instante antes. Sonrió llevando su vaso hasta la mesa y sonrió aún más al ver a Nick moviéndose de un lado a otro para terminar de acomodar el desayuno en los platos.
—Buenos días, Nick.
— ¡Zanahorias! Buenos días. ¿Qué tal dormiste?
—De maravilla, muchas gracias. ¿A qué debo tanto optimismo?
—Bueno, hoy es nuestro último día de vacaciones y lo estoy disfrutando un rato. ¿Por qué no hacerlo? —Judy rio ligeramente y luego se sentó. Tres días sin cabestrillo habían sido más que suficientes para que él insistiera en encargarse de las cuestiones del hogar, ella no había podido negarse, aunque lo había intentado con vehemencia. —Por cierto, quiero pedirte algo. Ya que hoy es nuestro último día libre, quiero pedirte que ésta noche cenes conmigo.
—Nick, he cenado contigo los últimos quince días. —Soltó la coneja, divertida ante la situación.
—No cuentan, preciosa, no había invitación de por medio. Así que quiero pedirte que te vistas bonito para la ocasión, alguna blusita formal, un pantalón que no sea de mezclilla. No sé, lo que gustes. Y que cenemos.
—Supongo que tendré que ir a mi casa por algo de ropa. —Murmuró la coneja mientras Nick depositaba un plato frente a ella. El zorro sonrió plantándole un beso en la frente y asintió con una sonrisa inocente e infantil. Casi para terminar su desayuno, Judy tragó saliva y miró a su amigo no muy segura de querer hablar. — ¿Nick? La llamada que recibí el otro día… Era de Harewell.
El zorro se puso tenso, repentinamente alerta, dedicó un par de miradas a las ventanas de la cocina antes de encarar a Judy, temiendo sus siguientes palabras. — ¿Qué quería?
—Confesar.
— ¿Qué cosa?
—Tenías razón… Está enamorado de mí.
— ¿Qué piensas al respecto? —Preguntó aun cuando cada célula de su ser había suplicado que no lo hiciera. Judy se reacomodó en su silla y miro a Nick muy seria.
—Pienso que me da mucho gusto que siga en prisión. No imagino tener que estar lidiando con él.
— ¿Por qué no me lo habías dicho?
—No tengo una buena razón, fue egoísta.
— ¿Egoísta?
—Sabía que si te decía te molestarías, y tenías fiebre, y estaba esperando un momento de calma para decírtelo. Merecías escucharlo de mi boca.
—Si Harewell no fuera un criminal, tú…
—No. No estoy enamorada de él, no podría enamorarme de él.
— ¿No de él? —Judy negó con la cabeza. — ¿De quién sí?
—No molestes, voy a mi casa, tengo un millar de pendientes, como alistar mi uniforme para mañana. Te veo en la noche.
—Pasaré por ti como a las ocho. Espera a que llegue.
—De acuerdo. —Espetó Judy sonriendo, besó la mejilla de su amigo y tras tomar su mochilita del perchero, salió dando un portazo.
Nick esperó unos minutos para asegurarse de que Judy no volviera sobre sus pasos y luego se lanzó al teléfono de la pared para comenzar a hacer llamadas.
.
Ella jamás usaba vestidos, estaba tan acostumbrada a tener que salir corriendo (principalmente por su trabajo, todo el tiempo había una llamada de emergencia qué atender o algo qué hacer urgentemente) que simplemente le era incómodo saber que no tendría la facilidad para moverse. Sin embargo, ése día lo ameritaba. Fru-Fru le había mandado regalar un par de vestidos más tras lo ocurrido con Harewell, principalmente alegando que venía el calor y que ella debería de andar cómoda en sus días de descanso, su pierna debía estar más o menos expuesta para que ella no saliera lesionada y no se jalaran los puntos.
Sonrió tomando uno, corto a las rodillas de color azul celeste, las tiras le caían suavemente por los hombros, dejándoselos expuestos, un escote en forma de corazón y un lazo oscuro en la cintura, haciendo que la falda adquiriera cierto vuelo alrededor de su cadera.
Sonrió satisfecha con el resultado final, se alisó un poco las orejas y escuchó el característico tono de su móvil. Un mensaje de Baja, nena. Estoy afuera.
Salió a toda prisa tomando su bolso y las llaves del departamento antes de enfilar a toda carrera por las escaleras. Nick, vestido de traje, descansaba recargado contra un Mustang negro mientras revisaba su celular, sonrió cuando se percató de que Judy salía pero se quedó pasmado cuando la vio, era la primera vez (literalmente) que la veía así arreglada, así que cuando ella se acercó y se paró en puntas para besar su mejilla, él sólo pudo respingar antes de hablar.
— ¿Entonces, sr Wilde? ¿Cuál es el plan ésta noche?
—Ah, bueno… Cena. Cena en casa. —Espetó tratando de serenarse, se llevó una pata al puente de la nariz y luego de suspirar, miró a su amiga. —La idea es una cena en casa. ¡En mi casa! —Gritó cuando se percató de cómo lo había dicho. Judy soltó una risita por lo bajo al ver a su amigo tan descontrolado y giró su cuerpo en dirección a la calle, pero al escuchar el silbidito de Nick, giró sorprendida al percatarse de que le abría la puerta del lujoso auto negro. — ¿A dónde vas, bonita? ¿Puedo decirte bonita?
—Sí, sí puedes. ¿Ahora a quién dejaste varado?
— ¿Qué dices? Pero si el auto es mío. Recién comprado. Vamos, bonita, no quiero que se haga más tarde. —Al estacionarse frente a los departamentos de Nick (Viviendo en esa zona de Zootopia, ¿Cómo era que no había comprado un auto así antes?) y percatarse de que el zorro había corrido a abrirle la puerta, Judy sintió el corazón acelerado y el calor subir a su rostro. —Ah, una cosa, Zanahorias. Es una sorpresa.
— ¿Qué cosa? —Dijo encarándolo y percatándose de que se deshacía el nudo de la corbata. Sintió un escalofrío bajarle por la espalda al ver a Nick con el primer botón abierto, galante y desgarbado, pero ignoró la sensación cuando él la hizo girar. — ¿Me vas a vendar los ojos?
—Con esto. —Dijo sosteniendo la corbata frente a sus ojos antes de proceder a atarla. La guio por la entrada hasta el ascensor y la ayudó a salir, dejándola por su cuenta un momento antes de trotar unos pasos lejos de ella y murmurar con la voz cortada por la emoción del momento y el suspenso de la sorpresa. —Cuando quieras Zanahorias. Abre los ojos.
—Eres muy raro. —Dijo divertida mientras descubría sus ojos, sin embargo se quedó pasmada al percatarse de que estaban en la terraza del edificio. A mitad de la misma, rodeada por flores de todos colores, descansaba una mesa con velas, copas y una botella de vino; el camino hasta la mesa, al igual que todo el lugar, estaba sutilmente iluminado por extensiones de luces de color blanco, y velas y lamparitas estaban encendidas por todo el lugar, Judy sintió entrecortársele la respiración cuando se percató de que las flores no eran cosa de las macetas, sino arreglos florales dispuestos a su alrededor. Nick sostenía un ramo de lilis y girasoles mientras esperaba, expectante, a que Judy terminara su análisis. — ¡Nick! —Exclamó sin aire, sintiendo la fuerza dejarle las rodillas. —Todo esto… ¿Qué pasa? ¿A qué debo todo esto?
—Es nuestro último día de incapacidad, quería celebrarlo como es debido. Digo, no todos los días se derroca una red de narcotráfico, somos un gran equipo. Pero también quería darte las gracias por cuidar de mí éste mes. Aun cuando deberías estar cuidando también de ti. Nunca había hecho nada lindo por ti antes.
—Esto es demasiado. —Dijo consiguiendo por fin que sus piernas respondieran a sus órdenes, avanzando hasta el zorro. No imagino…
—No es para tanto, Hopps, hubo muchos involucrados en esto que aceptaron ayudar de muy buena fe, todos estaban de acuerdo en que había que agradecerte todo lo que has hecho por nosotros. Aún sin darte cuenta. Nutriales, Mr. Big, incluso Bogo, mandó la botella, parece que es cosa fina. Nos quiere a primera hora, me amenazó. Ah, por cierto. Yo hice la cena, quiero tu opinión al respecto. —Dijo reaccionando, entregándole las flores y abriendo una silla para ella.
—Debiste decirme que sería cena al aire libre.
— ¿Para qué? —Murmuró echándole el saco sobre los hombros y besando su frente.
Pasaron una velada divertida, hablando de casi cualquier tontería en realidad, trivializando entre las cosas extrañas que solía hacer Garraza y hablando de casos resueltos e inconclusos. Judy se bebió dos copas de vino y estaba ligeramente afectada, más valiente, cuando Nick sirvió la tercera, ella le tomó una mano y suspiró.
—Nick, hay un tema que he estado evadiendo toda la noche.
—Escucho.
—Quiero que sepas, primero que nada, que estoy envalentonada por el vino, de verdad estoy muy achispada. Así que no te tomes esto a mal cuando lo diga.
—Te escucho, Zanahorias. —Murmuró percatándose de que habían ido acercándose el uno al otro hasta, casi, eliminar la distancia entre sus rostros.
—Lo que ocurrió… En el armario. El beso…
—Judy, si no quieres hablar del tema lo entiendo, no debí besarte y fue tonto…
—No, escucha. —Irrumpió tajante pero bondadosa. —Es sólo que no me había dado cuenta de algo, y es que quería hacerlo. Quería besarte ese día, y no era el primer día que lo pensaba, cada vez que hablábamos, o salíamos a patrullar, o cuando íbamos al cine a ver películas de súper héroes… el día de mi cumpleaños. Yo quería pasar el día entero contigo, y quería besarte. Pero no es correcto. Quiero decir que lo que siento por ti es algo muy fuerte, algo más que camaradería o amistad, ni siquiera es fraternidad… Pero no es correcto, nada de esto está bien, pero tenía que confesar que quería besarte desde hacía mucho tiempo. Y yo… —Nick agotó la distancia entre ellos y depositó un beso suave en los labios de Judy, mismo que ella correspondió al instante, permitiéndole explorar en su boca y descubriéndose a sí misma con las manos alrededor del cuello del zorro, reteniéndolo cerca. —Esto está mal.
— ¿Y qué?
—No lo aceptarán. Nadie lo haría.
—Yo lo hago, y es más que suficiente para mí. No necesito que el jefe Bogo me dé su permiso.
—Pero está mal. —Nick irrumpió con un beso más profundo, más apasionado que el anterior, tratando de consumir cualquier duda que la coneja tuviera, reacio a permitir que el argumento de Judy calara en su interior, sabiendo que ella tenía razón.
—Si no me ves como yo a ti, si no sientes lo que siento entonces detente y lo entenderé, pídeme que pare y fingiré que esto jamás pasó y podremos seguir con nuestras vidas… Si el único freno para esto es porque está mal para la sociedad entonces no te detengas, no me detengas y sólo déjate llevar. —Murmuró antes de besarla de nuevo, recorriéndose hasta el borde del asiento con tal de estar más cerca de Judy. —Pero si es algo más, dilo ahora antes de que me dé cuenta…
— ¿De qué?
—De que estoy enamorado de ti. —Judy se separó de golpe, mirando a los ojos a Nick y percatándose de que estaban llenos de miedo y confusión, por un momento sintió ver al niño inocente y dulce que había sido rechazado de los Juniors y lo siguiente fue besarlo todavía con más ganas, apoderándose de sus labios y de cada pensamiento. —No tengo prisa porque el mundo se entere, no tiene que saberlo nadie. Sólo tú, Judy, que te amo y que no imagino mi vida sin ti.
—Nick… —Murmuró ella sonriendo mientras acariciaba el rostro de su zorro. —Jamás podré darte un beso en público, jamás podré decirte te amo frente a los otros oficiales, jamás podría presentarte a mis padres como el novio oficial, nadie lo comprendería.
— ¿Tú lo comprendes?
—Comprendo que te amo.
—Es más que suficiente. —Murmuró antes de arremeter de nuevo contra su boca, sin embargo, y luchando contra todo su cuerpo, se separó un momento de Judy y sacó una cajita oscura del bolsillo del pantalón. —Judy, también organicé ésta cena para pedirte algo muy especial. Abrió mostrándole una llave, misma que depositó en las manos de Judy antes de encerrarlas con las suyas. —No me había decidido a pedírtelo, no sabía cómo lo tomarías, pero hoy que pasé el día entero sin ti rondando por las habitaciones de mi casa me di cuenta de no podría soportar esa ausencia por mucho tiempo. ¿Vendrías a vivir conmigo?
Judy sonrió con lágrimas inundándole los ojos, asintió frenética y luego se lanzó a los brazos de Nick, sentándose a horcajadas en su regazo y abrazándole el cuello con más fuerza de la cuenta. Un beso más antes de murmurar. —Yo tampoco imagino mi vida sin ti. —Y dejarse llevar por la emoción, por los besos y el alcohol, hacer promesas que arrancaron suspiros y aceleraron sus corazones y prepararse para emprender una de las mayores aventuras que tendrían que enfrentar juntos: La vida misma.
.
Miraban a Bogo, Judy temerosa, plenamente segura de que él sabía todo sobre ellos, Nick mantenía la actitud relajada, pero por dentro, el miedo era el mismo. Por fin se dignó a mirarlos y a comenzar a hablar. —Bienvenidos de regreso, oficiales. Ahora, la razón por la que no los asigné a un caso el día de hoy es la siguiente.
"Tengo al nuevo alcalde sobre mí, insistiendo en que ustedes se han convertido en un ícono muy fuerte para los habitantes de la ciudad, sin embargo me ha pedido que quite los cartelones y posters. No quiere darle difusión a sus rostros. A partir de hoy les voy a pedir que dejen los uniformes.
—Pero señor, —Trató de iniciar Judy, —Si hay algo que nosotros hayamos hecho para…
—Hopps, no es una pregunta. —Judy sintió su corazón partirse en dos por un momento, igual que el día que le había pedido la placa, sin embargo, la sonrisa autosuficiente de Bogo la hizo dudar un momento. —Ha firmado una iniciativa de brigadas especiales en la que necesita a los mejores de la ciudad, y ustedes dos serán los primeros en formar parte de la misma. Vayan consiguiendo un par de trajes y pasen con Garraza, les entregará las nuevas placas. A partir de mañana, Hopps, quedarás a cargo de la Brigada especial uno del ZPD, sigo siendo tu jefe. Pero ahora serás la jefa de un equipo especial. Los moveremos al piso de arriba.
—Felicidades, Zanahorias. —Dijo Nick sonriendo con ternura, dedicándole una mirada cómplice.
—Wilde… —Llamó Bogo con una ceja alzada. — ¿Estarás bien sabiendo que es tu jefa?
—Ella manda, Señor.
—Bien. Por ahora, vayan al distrito Forestal, parece ser que tenemos problemas con un acosador de herbívoros cerca del teleférico, será su último caso como simples policías.
—Gracias señor, no lo defraudaré. —Soltó Judy cuando logró salir de la sorpresa. Salieron de la oficina de Bogo y Nick aprovechó para plantar un beso fugaz en los labios de la conejita.
—De verdad felicidades, Zanahorias. Lo mereces.
Garraza aplaudió cuando los vio llegar a recepción y sacó dos cajas con las nuevas placas para los agentes, mismas que tenían un grabado que indicaba Brigada especial ZPD en relieve, las entregó a ambos oficiales y luego, con una mirada pícara, añadió.
—Ahora sí que tendrán tiempo para ustedes.
— ¿Qué? —Soltó Judy levantando la vista de la placa, sorprendida y aturdida.
—Por cierto ¿Saben que Gazelle dará otro concierto mañana? —Soltó feliz. —Me consiguieron entradas para ir a verla, todo el mundo dice que abrirá con su último éxito de Try Every Thing. Ya quiero verla.
Nick, ya esperando en la puerta, dedicó una mirada de reojo a Judy. Ella sonrió de medio lado alcanzándolo y gritando. — ¡Nos vemos más tarde, Garraza! —Preparada para salir a perseguir una nueva aventura en medio de su ciudad.
N/A: Una última cuestión, antes de que se me olvide. Por motivos personales YO no seguiré publicando en ésta cuenta, sin embargo, seguiré posteando historias sobre ésta pareja y posiblemente otros temas a través de la cuenta de www. fanfiction ~judypotts