La mañana siguiente llego y Marinette con todo el valor de su alma llevaba el paraguas prestado el día anterior, no es que estuviera avergonzada, bueno tal vez un poco, es solo que ese chico le confundía era como un Chatnoir caballeroso con mirada de príncipe. ¿Que chica no se confundiría? pero eso no importaba ella solo amaba a Adrien y nadie más, aunque Kevin también tenia aires a Adrien aaaaaaaaaaaahg sin duda estaba confundida. Se encontraba en la entrada del salón en espera del dueño de aquel paraguas, esa escena le recordaba el día en que había devuelto el mismo objeto a Adrien aunque estaba tan nerviosa que demoro casi una semana, rió para sus adentros al notar lo tonta que se ponía ante el rubio modelo.
Kevin apareció desde las escaleras y alegremente saludo a Marinette, casi corría a ella mientras agitaba su mano en forma de saludo, como si el simple echo de verla le iluminaba el mundo. Marinette por otra parte solo atino a ponerse nerviosa y saludar tal como si fuera un robot, como por instinto extendió el paraguas del pecado al chico.
– Oh, lo has traído...sabes si querías podas quedártelo, se que no es el mejor regalo para seducir una chica pero ¿Por algo se empieza no? –sonrió coqueto pero a la vez sarcástico, como si quisiera saber que sucedería.
– S-Seducir...–Marinette quedo en shock, su rostro no podía quedar más rojo, Kevin al ver lo que tanto anhelaba se lanzo, se arrodillo tal novio y tomo la mano se la joven.
– Princesa, sal conmigo, ya sabes una cita.– Esta vez parecía muy serio en sus palabras, esta vez no era una broma o coqueteo marca chat, él lo pedía de verdad.
La heroína se puso más roja que su traje y casi a punto de desmayarse, en su edad nunca le habían pedido salir o al menos así, la vergüenza y la confusión se apoderaron de su cabeza ¿Que hacer? ¿solo era una cita? no era que se casarían y tendrían tres hermosos bebes, para luego vivir en una casa rustica ¿Verdad? Antes de siquiera poder abrir sus labios una voz juvenil interrumpió.
– ¿Que hacen?
– Oh, pero si es el modelo.- Kevin se levanto pero sin soltar la mano de la Dupain. – Oye, Oye, no interrumpas no ves que es un momento especial para mi ¿Te molesta acaso? – El moreno seguía sin sacar su sonrisa del rostro, por otro lado Adrien parecía enojado, muy enojado, apretaba los puños aun así aguanto todo.
– Molestan la entrada al salón, ademas Marinette parece incomoda...solo eso. – Una escusa perfecta para la situación, no admitiría que su enojo era por causa de ver a otro chico coquetear con SU princesa... espera acaba de pensar que marinette era su princesa...no, eso estaba mal. En un rápido movimiento bajo la mirada para que no vieran su sonrojo y paso por el lado de ambos no sin antes tomar la otra mano de la chica para llevarla dentro del salón.
A simple vista la situación era humorística, Marinette entre dos chicos que tomaban cada uno una de sus manos, cada uno empezó a tirar de ella hasta que la de las coletas no aguanto más y dio un grito de frustración soltando con fuerza cada una de sus manos quedando libre de tal incomodo momento. Como una salvaje entro al salón pisando fuerte llamando la atención de todos los que estaban dentro, hasta de su mejor amiga Alya.
Adrien y Kevin seguían afuera mirándose en silencio, sabían bien que eran rivales tanto en popularidad como por una chica.
– Me gusta Marinette.– El estadounidense fue directo al grano, Adrien quedo boquiabierto, no sabia que decir en esa situación, su pecho se apretaba sin razón como cuando hombres coqueteaban con su Lady... pero aun más fuerte. – Se que también te gusta aunque eres idiota y no lo notas, así que si no harás nada déjame tranquilo.
Kevin entro el salón dejando al dueño de Plagg pensando, miraba el vació y como si el mundo se abriera ante sus ojos, su corazón empezó a latir rápido sin razón ¿Le gustaba? nunca lo había notado pero aquella chica dulce y tímida pero tan orgullosa realmente le gustara, pero al parecer si sentía algo por ella.
– Me gusta...de verdad...Me gusta.- Sonrio a sus adentros.
– Hasta que lo notas– una vocesilla burlona salio desde su bolso la cual callo golpeando levemente el bolso para luego entrar al salón.
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Un akuma nuevo había aparecido, se hacia llamar Ladybang un extraña vaquera que disparaba corazones desde armas muy grandes para su pequeña figura, pero no fue gran cosa para nuestra Ladybug quien gracias a un espejo y artículos que encontró en su alrededor pudo crear un arma para reflejar el ataque de la jovencilla, destruyo el objeto akumizado (una pistola de juguete?
– MISION CUMPLIDA.– Gritaron ambos héroes a la vez que chocaban sus puños en forma de victoria.
– Vaya sin duda eres extraordinaria.– una voz conocida apareció entre entre los tejados, era aquel héroe verde que tanto conocían.– Aunque Chat no sirve para nada.– se encogió de hombros sabiendo que provocaría al gato negro.– Por otro lado la señorita es extraordinaria, inteligente, fuerte, hermosa y... ¿No quieres cambiar de compañero?
– OYE...– Chatnoir fue interrumpido por la mano de su lady quien tapo su boca para prevenir una pelea.
– Chat y yo somos un equipo pero si quieres ayudar no molesta, pero seria genial que nos dijeras quien eres, tu nombre o si eres uno de nosotros.
– No necesitas saber mucho más, solo que siempre te ayudare, digamos que soy tu principe protector.
– Pero... No sabemos nada de ti...como confiar.– El héroe verde cubrió los labios de la chica con uno de sus dedos.
– Yo soy tu príncipe, llámame así.- Saco su arma de cadenas y las tiro hasta el techo por la cual se elevo y se alejo del lugar dejando a amabos perplejos.
– Es un raro ¿Por que dejas que te toque? – chat se cruzo de brazos celoso, lo que le faltaba primero Marinette y ahora su Lady, porque no dejaban a sus chicas en paz. De repente algo brillo en su cabeza, como iba a amar a dos mujeres, tenia mucho que pensar.– Adios Lady, beso su mano y se fue muy muy acomplejado.
– Hombres...
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En un oscuro callejón se encontraba el extraño vestido de verde, estaba solo a simple vista pero había alguien más.
– Parece que son muy inocentes esos dos...será fácil de derrotar y quitarle esos poderes no crees Chained, muy pronto tendremos el poder de dominar la oscuridad y el mundo. –La voz venia de la nada como si las sombras hablaran, la oscuridad.
– Si Madam...Yo me encargare de esos dos.
Chained camino hacia la pared que estaba inmensa en la oscuridad desapareciendo entre ellas no sin antes mirar atrás y susurrar al viento.
– Lo siento Marinette.