Todos los personajes que aparecen pertenecen a Fairy Tail, cuyo creador es HiroMashima.
Capítulo 10: ¿Sentimiento contenido?
Una exclamación de sorpresa se escuchó por todo el escenario por parte del resto de concursantes, excepto Natsu, que no entendía por qué reaccionaban así. Siempre lento en todo. El público se había quedado de piedra al escucharlo, y parecía no reaccionar. Con el ceño fruncido, giró su cabeza hacia su compañera en el concurso, Lucy, la cual se encontraba quejándose con energía y con las mejillas al rojo vivo. Sacudía su cabeza con énfasis, haciendo que los rubios tirabuzones que se había hecho para la ocasión saltaran como locos. A pesar de haberse arreglado tanto, daba miedo verla así de enfadada. Su vestido de color azul, con la falda hasta el suelo le había dado por unos instantes un aspecto de angel. Por unos momentos.
-¡No me lo puedo creer! – Continuó exclamando la rubia, con los ojos muy abiertos, junto con el resto de concursantes-¡Como pueden permitir este tipo de pruebas! ¡Es horrible!
-Pues yo no la veo tan horrible…-Comentó el pelirosa, inclinando la cabeza hacia un lado y rascándose la barbilla.
-¡Claro, porque eres un pervertido, y sacas provecho de ella!- Le dijo Lucy a Natsu, girando su cabeza hacia él, alzando la voz porque no se podía escuchar bien con el alboroto que estaban causando el resto.
Aquello fue una sorpresa para Natsu, el cual abrió mucho los ojos. Un poco ofendido.
-¿¡Desde cuando soy yo un pervertido!?
-Desde siempre.
El chirrido del micrófono les hizo interrumpir su conversación y taparse los oídos con expresiones de dolor, provocando que la plaza se hiciera el silencio por parte de las personas que había en ella. Max se había puesto nervioso ante las quejas de sus compañeros que segundos antes se había quedado paralizado sin saber qué hacer, por lo que una Erza, con un vestido de color morado que le llevaba hasta el suelo y con una coleta, que cruzó el escenario desde el lugar donde los jueces se sentaban y le arrebató el micrófono, haciendo el horrible ruido que iba a dejar K.O a los Dragon Slayers del escenario si no cesaba, debido a su oído ultra sensible.
Erza alejó el micrófono, apagando el molesto chirrido (un suspiro de alivio colectivo se escuchó en todo el escenario y por parte del público) y miró a los concursantes con unos ojos feroces. A su lado, Max temblaba ligeramente. El aura de cabreo de Erza era muy potente.
-Oh, qué valor que tenéis…-Habló con un evidente tono de enfado y con lentitud, provocando que todos los concursantes que estaban sobre el escenario enfrente de ella se tensaran y se irguieran, comenzando a sudar frio-Si alguien tiene alguna queja, estoy dispuesta a escucharla…
Claro, era normal que estuviera cabreada porque no les gustara la prueba, había sido su idea y la de Mirajane. Todo, o casi todo el mundo, sabía que aquel concurso había sido creado y planeado por las dos mujeres más fuertes de Fairy Tail, para su diversión. Y a decir verdad, nadie en su sano juicio desearía, que "escucharan sus quejas". A no ser que quisiera ir a una muerte segura.
Las quejas fueron silenciadas en el acto, al igual que los ánimos del público que miraron extrañados el comportamiento de Erza. No se esperaban que Titania fuera así de salvaje y bruta, claro, que ellos no estuvieran dentro de Fairy Tail para darse cuenta de muchas cosas. Max, al ver que el ambiente se estaba comenzando a enfriar, le arrebato el micrófono a Erza –reuniendo todo el valor que podía llegar a tener alguna vez- y le indicó que se sentara que él ya podía controlar la situación, con un poco de miedo. Tras una mirada analizadora y fría, Titania asintió y se retiró hacia la mesa del jurado donde Mirajane y Makarov la esperaban, con elegancia, haciendo que el comentarista suspirara con alivio y continuara con el programa.
Max se irguió, adoptando una pose más calmada, y con su mejor sonrisa, se giró a la cámara que había detrás de él, volviendo a su papel.
-¡Wow, cuantos ánimos hay por aquí! Como se nota que están deseosos de comenzar con la prueba- El chico provocó que los ánimos volvieran a como estaban antes de que Erza y los concursantes lo interrumpieran- Para los que no se hayan enterado, repetiré una vez más en qué consistirá la segunda prueba del concurso. Consistirá en dos micro pruebas: una para chicas y otra para chicos. En dichas pruebas, la chica o el chico deberá meterse con su pareja en una habitación y vestirlo a su gusto- Un par de "Uhhhhhhh" picarones se escucharon entre el público haciendo que los concursantes se sonrojaran violentamente, pero antes de pudieran protestar, Max continuó con la explicación, un poco apurado- Todos a excepción de Wendy y Romeo (ya que son demasiado pequeños), deberán estar en ropa interior para que su respectiva pareja pueda vestir al otro más cómodamente. (Tranquilas y tranquilos, solamente se grabará cuando salgan de la habitación). Es un concurso de moda, ganará quién tenga más puntos. Dichos puntos serán puntuados por los jueces y el público.
Natsu, desvió su atención de Max a Lucy, la cual gruñía como un perro rabioso, murmurando cosas como "Malditos pervertidos", "Deberían meterlos en una cárcel" o "Voy a llorar". Parecía que no le gustaba la prueba, y a decir verdad, al Dragon Slayer de Fuego no le hacía gracia alguna. Él no tenía gusto para poder vestir apropiadamente a su compañera, no estaba seguro de poder ganar la prueba. Aunque si lo pensaba, ninguno de los chicos tenía gusto para eso. Aquel pensamiento le animó algo.
-Oye, Lucy- Llamó su atención, elevando el tono por encima de la explicación de Max y el murmullo de quejas de los concursantes.
-¿Qué?-Gruñó la chica de mal humor y con las mejillas sonrojadas, desviando su atención de Max a Natsu, aun con aptitud agresiva.
-Estoy seguro de que podremos ganar.
Lucy frunció el ceño, haciendo que sus dos cejas rubias se unieran.
-¿Cómo puedes estar tan confiado de que ganaremos?-Preguntó con curiosidad, abriendo mucho sus ojos marrones, dejando a un lado sus quejas y rabias.
Ante la esperada pregunta de su compañera de concurso, una sonrisa traviesa iluminó su rostro, preocupando a Lucy bastante. Había visto muchas veces ese tipo de sonrisa y siempre que salía a relucirla, las consecuencias siempre eran que la ciudad fuera medio destruida y llena de llamas o que ella acabara por X circunstancias desnuda o enseñando más carne para su gusto. Ninguna de esas situaciones era de agrado para Lucy.
Espero pacientemente, aunque no mucho, a que a Natsu se le pasara su crisis post crisis hasta que finalmente, se tranquilizara y le dijera que demonios estaba pensando.
Una vez tranquilo y sin reírse malvadamente, indicó a la rubia, con el dedo índice, que se acercara a él, como si le fuera a contar un secreto. Lucy le hizo caso y acercó la oreja a la boca de Natsu. El aroma de Lucy junto el perfume que se había aplicado antes de salir lo golpeó con fuerza, pero no dijo nada al respecto, en cambio, sonrió más malvadamente. A su vez, a Lucy le llevó el aroma de Natsu, haciendo que sin querer, el vello se le erizara. Para ella, él olía muy bien. Como a madera quemada y a hombre.
-Estoy tan seguro de ganar porque a todo el mundo le gustan los biquinis…
La reacción de Lucy fue de esta manera: Se quedó unos segundos en silencio, pensando que no había escuchado bien, hasta que se dio cuenta de que sí, su audición estaba perfecta. Entonces, su cara, antes serena y tranquila, hizo un cambio muy brusco pasando del primer estado de ánimo al segundo (soltando un "¿¡QUE!?" bastante alto, durante el proceso), osea de sorpresa mezclada con enfado, y giró de manera muy brusca, quedándose a penas unos centímetros de hundir su rostro contra el de Natsu. Al ver la distancia que se habían quedado, Lucy se paró de golpe sobre la punta de sus tacones, tambaleándose hacia delante, con el rostro todo sonrojado. Natsu al visualizar su posible caída, trato de acercarse a ayudarla pero como la distancia que estaba era demasiada para el gusto de Lucy, trató en alejarlo pegándole en el brazo, pero al hacer eso incrementó las posibilidades de que cayera al piso. Total, Lucy se tambaleó mientras golpeaba a Natsu y este, aun siendo golpeado, cogió a Lucy de la cintura, esquivando sus manos para que no se cayera.
En ese momento, en el cual Natsu y Lucy estaban de tal manera que la rubia tenía una mano sobre el pecho del pelirosa y el otro brazo sobre su hombros, y Natsu tenía agarrada a Lucy por la cintura, se acabó la explicación de Max, para con el público y se giró hacia los concursantes, viendo la posición en que se encontraban. El presentador del concurso, se quedó unos segundos en blanco, al igual que el resto de personas, mirando fijamente a la pareja.
Natsu y Lucy, tras haber acabado de esa manera habían comenzado a discutir sobre la idea del chico, sin darse cuenta de cómo estaban y que todo el mundo los estaba viendo de esa manera. Al no sentir ningún sonido, Lucy desvió su atención de su compañero que se quedó unos segundos discutiendo él solo ("Pero Lucy, si hacemos eso tenemos el jurado ganado y más de la mitad del público" le estaba diciendo Natsu) y miró hacia delante, sonrojándose violentamente. Natsu despegó sus ojos de su acompañante dirigiéndolos al público, y solo le bastó un segundo para procesarlo todo. Una hazaña.
Ambos se separaron a la vez, como si la piel del otro hubiera comenzado a arder y quemara su contacto. Giraron sus rostros hacia diferentes direcciones: una, con el rostro ardiendo y todo rojo; y el otro, con el rostro inexpresivo, totalmente paralizado. Algo super extraño en él, porque casi nunca se paralizaba por nada. Natsu no comprendía por que se sentía así.
En la fila, Gray, Gajeel y Elfman comenzaron a descojonarse en sus respectivos puestos, al ver al Dragon Slayer tan abochornado por la situación, cosa que era muy extraño de ver, pero muy divertido. Levy y Juvia sonrieron alegres, sintiendo que lo que habían hablado hace unos días era una verdad más grande como una casa, esta última soltó un "Gray-sama es ahora solo mío" que cortó el rollo de su acompañante y la miró asustado, apartándose de su lado unos metros. Wendy suspiró mirando a Natsu y Lucy, inclinando la cabeza hacia un lado, pensando que había sido bonito, al igual que Charle, pero esta no suspiró ni dijo nada. Happy y Romeo tuvieron la misma reacción y alzaron sus pulgares guiñándole a Natsu el ojo. Y finalmente Mirajane y Erza compartieron entre ellas una mirada cómplice, alzando las cejas. El resto de personas comenzaron a aplaudir y a gritar con emoción, avergonzando más y más a ambos, que fueron agachando la cabeza hasta que su rostro fue ocultado por sus flequillos.
Max esperó unos segundos hasta que el momento cumbre fuera apaciguándose y así acercarse a la boca el micrófono, mientras caminaba para posicionarse entre un avergonzado Natsu y una histérica Lucy, que evitaban mirarse o mirar a cualquier otra persona. Sus rostro estaban rojos como el pelo de Erza, la piel de Natsu se confundía con su color de pelo, sorprendiendo a más de uno ("¿NATSU SONROJADO?" pensaban). El presentador, soltó una risita y colocó ambos brazos en los hombros de los dos magos, haciendo que se acercaran a él. Lucy se resistió un poco y Natsu, como estaba tan paralizado, cedió como un muñeco de trapo.
- ¡MADRE MÍA! ¡MADRE MÍA! ¡MADRE MÍA!- Exclamó el chico de pelo marrón con emoción, acercándose el micrófono, agarrando a Natsu y a Lucy, que miraban a cualquier lugar excepto a ellos- ¡Esta noche está siendo muy emocionante! ¡Está siendo tan emocionante que estos dos no pueden ni contener sus sentimientos! ¡ESA es la aptitud! – Lucy alzó el rostro sonrojado y comenzó a gritar con voz chillona "NO, NO, NO, NO" pero para su desgracia no se le podía escuchar. Max continuó hablando ignorándola por completo. Natsu parecía que estaba en estado de shock- ¡PUES SI ESTÁN TAN EMOCIONADOS QUE DEMUESTREN SU AMOR EN LAS PRUEBAS! ¡Y QUE GANEN!-Finalizó bajando sus brazos de los hombros de cada uno y con sus propias manos (apartando un momento el micrófono), cogió la mano de Natsu y la de Lucy. Giró para quedar cara a ellos y les guiñó el ojo, para después coger ambas manos y unirlas, entrelazando los dedos de uno con los de otros, provocando una intensa reacción eléctrica en ambos magos, que no pasó desapercibida por la chica (la cual se sobresaltó) y dejó más confuso al chico (el cual continuó sin reaccionar). Max se separó arrastrando los pies hacia la izquierda y con la mano libre mostró al público la unión de las manos de Natsu y Lucy, haciendo que rugiera de emoción y aplaudiera con más ganas que antes. Erza y Mirajane asentían, desde la mesa del jurado, complacidas por la acción de Max- ¡Todos estos momentazos, aquí, en el Concurso Fairy Love! ¡Sigan con nosotros y descubriréis más situaciones que pueden dejar a uno…en ascuas!-Al decir eso último, señaló a Natsu y la cámara lo grabó, aprovechando el chiste malo que había hecho Max. El pelirosa pareció reaccionar y comenzó a gruñir como un perro, un poco rabioso, ganándose una mirada de advertencia de Lucy. Encendió sus manos con brillantes llamas, provocando un "Ohhh" del público, continuando gruñendo, e hizo un amago para acercarse a Max, con intenciones de pelea pero justo antes de que hiciera un movimiento, Lucy tiró de su mano hacia atrás, ganándose una mirada de reproche de Natsu.
-Tranquilízate o te tranquilizo-Le ordenó y le amenazó de muy, pero de muy mal humor y de una manera muy violenta, sonando como un gruñido. La mano de la chica se aferraba con fuerza a la de Natsu. Su cara era más terrorífica que Erza enfadada, logrando que el Dragon Slayer asintiera varias veces y se quedara quieto en su puesto, mientras Gray, Gajeel y Elfman se reían de él.
Max continuaba animando al público, hablando con el micrófono muy cerca de su boca, mientras caminaba por todo el escenario, seguido de la luz que hacía que destacara. Ajeno al pequeño intento de atentado contra el concurso y él mismo.
-Tras esta preciosa interrupción, que ha dejado a más de uno sorprendido,- Se escucharon gruñidos entre la fila de concursantes por parte de Lucy, sonrojada, y Natsu, sin entender ni jota, que miraba a Gray, Gajeel y Elfman con odio- procederemos a comenzar con las pruebas. La semana pasada iniciaron las pruebas los chicos, esta vez, serán las chicas las que las comiencen. A sí que, si no es molestia- Se giró y miró a los concursantes, con un gesto con la mano- por favor, chicos, ¿Podrías echaros hacia atrás?-Les pidió con una sonrisa, moviendo la mano hacia delante. Todos le hicieron caso y dieron un largo paso hacia atrás, frunciendo el ceño sin entender que iba a suceder- Y con "echarse atrás" no me refiero a la prueba.- Soltó otro chiste malo, girando sobre sus talones haciendo una vuelta graciosa que causo que más de uno soltara una risita y más de uno deseara hundirle el puño en su cara. Lucy, al lado de Natsu, resopló de mal humor. Natsu no lo entendió. Al soltar el chiste se escuchó por toda la plaza el redoble de tambores- Bien. Bien. Ya paro, ya paro. Ya podéis crear las habitaciones, chicos- Les indicó a los encargados del concurso, que se encontraban entre la zona vip de los magos de Fairy Tail, uno de ellos alzó el pulgar, al parecer era el jefe de su pelotón. El hombre se giró hacia sus compañeros, que asintieron y se pusieron manos a la obra. Uno a uno, se les fue iluminando las manos y tras unos segundos de destellos muy fuertes en la plataforma donde se encontraban Natsu, Lucy y el resto, aparecieron en el escenario seis habitaciones bastante grandes. Eran cuadradas y contaban con una sola puerta, sus paredes estaban pintadas de blanco. Max caminó hasta ellas, no sin antes darle las gracias al jefe de los encargados del concurso, y al llegar a una, la más cerca de él, se recostó en la pared, junto a la puerta, adoptando una pose muy natural, como si estuviera en un bar hablando entre colegas. Dirigió su mano al picaporte y lo giró, abriendo la puerta para mostrar al público su interior. Y comenzó a explicar- Cuando el concursante con su pareja entran a esta habitación y son encerrados en ella, se encienden las luces y entonces aparecerán distintas ropas con las cuales deberá vestirse la pareja. Lo bueno de estas habitaciones es que puedes invocar lo que quieras. Claro que no estará permitido, que la pareja salga desnuda a concursar. Lo siento, chicos, otro día será- Les dijo a los chicos del público que segundos antes parecían muy emocionados ante la idea de ver a las magas de Fairy Tail sin ropa alguna, pero al enterarse de eso se desanimaron por completo.
El interior de la habitación tenía una silla que se encontraba en medio, sobre esta había una venda de color rojo. El resto de la habitación era como un dormitorio pero sin cama y un poco más pequeño. A decir verdad, la habitación parecía más grande en el interior que en el exterior, a lo mejor era producto de la magia empleada.
Max cerró la puerta todavía recostado, provocando que gimiera hasta ser totalmente cerrada. Se separó de la pared y caminó hasta el centro, bajo miles de miradas.
- Una vez explicado…Procederemos a iniciar la prueba- La luz que lo había seguido todo este tiempo se dividió en siete luces que se colocaron alrededor de él, formando un circulo. Cuando Max alzó los brazos al cielo y después los bajó bruscamente, las luces que habían comenzado a rodearlo se alejaron de él. Lucy, Juvia, Levy, Wendy, Evergreen y Charle fueron iluminadas de repente, haciendo que soltaran una exclamación de sorpresa. Max se giró y las miró- Bien, chicas, elegid una habitación- Las chicas asintieron y caminaron hasta colocarse junto a la puerta de cada una de las habitaciones, justo en frente de donde habían sido colocadas al principio del concurso. Max repasó las posiciones con la mirada y asintió complacido, ahora desvió su mirada de las chicas a los chicos que se encontraban detrás de las habitaciones- Pues chicos, id con vuestra pareja- Los chicos caminaron el mismo recorrido que las chicas y se situaron junto a ellas- Tenéis media hora para elegir la ropa y ponérsela. Si los peináis o le añadís joyas, sube la puntuación-Les explicó y les consejo, las chicas asintieron y los chicos comenzaron a ponerse nerviosos. Max sonrió y giró su cuerpo para observar el público- Como todo el mundo dice: "Cuanto más azúcar, más dulce"- Provocando un par de risas, extendió más su sonrisa- Bien, pues buena suerte y que gane el mejor. Ya podéis entrar. Una vez en el interior, la cuenta atrás comenzará.
Dicho esto, los concursantes no se quedaron quietos y comenzaron a moverse.
Natsu suspiró cansado, esta prueba no le hacia ninguna gracia, y se dejó guiar por Lucy, que le abrió la puerta para que entrara a la habitación. Al cruzar la puerta, esta se cerró, describiendo un arco y gimiendo por falta de aceite, dejando la sala en completa oscuridad. Entonces, las luces parpadearon varias veces hasta que iluminaron el lugar, mostrándoles a ambos magos una habitación hasta arriba de ropa de hombre, provocando una exclamación de sorpresa por parte de Lucy.
No sabía por qué, pero no se encontraba cómodo estando a solas con Lucy. No paraba de recordar la vergonzosa escena de antes y las palabras de Max. Maldito Max, cuando acabara la prueba le daría la paliza de su vida.
-Natsu- Le llamó Lucy, con una extraña calma. Aquello le sobresaltó, haciendo que diera un pequeño salto hacia atrás, temblando como una hojita. Estaba seguro de que aquella calma era un indicio de una tormenta que lo arrasaría.
- ¿S-Si, Lucy?
-Desnúdate.
- … -Su mente se quedó en completo blanco ante esas palabras.
Lucy se giró hacía él, con el rostro totalmente rojo y con una expresión de vergüenza total. Miraba a todo excepto a los ojos oscuros del Dragon Slayer, que la miraba en blanco.
-N-No me malinterpretes, idiota. No quiero verte desnudo por gusto- Se explicó mirando hacia un lado. Su voz le temblaba al igual que su labio inferior y no parecía tan amenazante como él se la había imaginado.
-Menos mal…-Susurró para sí mismo, suspirando con alivio, provocando que Lucy se irritara ante su tranquilidad sobre quedarse desnudo delante de ella. No se daba cuenta de que estaba tan alterada por él.
-No me podré casar nunca- Lamentó Lucy con dramatismo, restregándose las manos por el rostro, mientras Natsu se quitaba las sandalias de una patada.
Natsu bufó como respuesta al comentario lastimoso de Lucy.
El Dragon Slayer cogió por un extremo su bufanda blanca y la desenrolló de su cuello, con suma delicadeza, mientras Lucy lo observaba entre sus dedos. Le encantaba verlo tratar aquella prenda con tanto amor y cariño, parecía que el Natsu impaciente y loco se iba a descansar y surgía otro Natsu, uno más calmado. Natsu, una vez quitada, dejó la bufanda sobre el suelo, junto a la puerta y procedió para quitarse el chaleco que ocultaba gran parte de su torso al descubierto, acción que hizo que las mejillas de Lucy erupcionaran cual volcán y se girara de golpe, cara a la única silla que había en la sala. Entonces se dio cuenta de la venda roja que reposaba sobre esta, y supuso que debía ser utilizada para cubrir los ojos de la persona que sería vestida. Se agachó, cogió la prenda y se giró para extender su mano con la venda hacia Natsu, el cual ya no tenía chaleco y dejaba mostrar el torso bien formado, evitado ser visto por Lucy.
Natsu arqueó una ceja mirando la prenda que le tendía su compañera. La cogió y la señaló con la cabeza, mirando a Lucy con una expresión de confusión.
-Es para taparte los ojos- Le explicó la rubia mirándole a los ojos, esforzándose por no echar una ojeada al musculado cuerpo de su amigo.
-¿Por qué yo y no tú?
-Yo que sé. No tiene sentido, lo sé. Pero se ve que son las reglas.
-Vale- Cedió Natsu, tras unos segundos en silencio, observando la venda roja. Cogió cada extremo y se lo ató detrás de la cabeza, pero no se tapó los ojos. La venda aplastó el flequillo de Natsu y dejó un par de cabellos de punta, dándole un aspecto muy atractivo. (N.A: Como cuando se pone la bufanda en la frente, pues igual)
Lucy observó cómo su compañero alzaba sus musculados brazos y se ataba la prenda, estirando todo su atlético y trabajado cuerpo, marcando cada musculo en su piel bronceada con alguna que otra cicatriz de alguna pelea. Un torrente de calor arrasó el cuerpo de Lucy y sintió como su corazón se desbocaba al ver aquella imagen que había evitado ver. Se le hacía demasiado atractivo. Casi se sintió una pervertida al ver por tanto tiempo el cuerpo de Natsu y maravillarse con él. Sacudió su cabeza varias veces, llamando la atención del chico, que inclinó la cabeza mirándola, confuso.
-¿Te encuentras bien, Lucy?- Preguntó con el ceño fruncido, escuchaba el corazón de Lucy latiendo muy fuertemente gracias a su súper oído.
La rubia se sobresaltó dando un pequeño saltito y desvió su mirada. Tragó duro antes de responder.
- ¡S-Si!- Le dijo respirando hondo, tratando de tranquilizarse. "Has visto muchas veces a Natsu, así, no hay por qué ponerse tan nerviosa" -¿Por qué lo preguntas? "Es Natsu, el mismo que se pelea con todo el mundo, el mismo que no sabe que es el respeto ni la intimidad"
-Porque parece que estés corriendo un maratón- Le contestó este desabrochándose el cinturón y bajándose los pantalones quedándose en calzoncillos negros delante de ella, mostrándole sus musculados muslos. Ante el silencio de Lucy, interpretó que no entendía a qué se refería- Tu corazón late muy rápido, muchísimo- Claro que él no sabía que el silencio de Lucy se debía a que le había dado un ataque al verlo completamente desnudo ante ella y le costaba arrancar.
Para cuando alzó el rosto para mirar a su compañera, está ya se había recompuesto del mini ataque al corazón y se encontraba sentada en la silla donde debía hacerlo él, respirando profundamente, con el rostro entre sus manos. Aquello le preocupó un poco. Lucy siempre se ponía nerviosa cuando debía salir al escenario, pero nunca se había llegado hasta este extremo.
Seriamente preocupado, flexionó sus rodillas y se agachó para quedarse a la altura del rostro de Lucy. Poniendo una mano sobre la pierna de la chica, la miró desde el suelo.
-Ey, Lucy- Llamó su atención, mirándola. Su tono de voz era suave- No pasa nada. Ya hemos pasado la primera prueba. Podemos conseguirlo en esta. Así que anímate. Tienes que dar el 100 por 100 de ti. Si no…Estamos perdidos, porque yo no tengo ni idea de cómo vestirte. A sí que, sin presiones ¿vale?- Bromeó tratando de hacerla reír. Para su alivio, la rubia, aun con la cara oculta, soltó una débil risita y asintió, respirando hondo.
-Tienes razón- Murmuró Lucy, a través de sus manos- No debo decaer. No ahora.
-¡Esa es la aptitud, Lucy!-Se levantó de un salto y la cogió de las manos para levantarla también.
Cuando las manos fueron retiradas del rostro de Lucy, Natsu pudo ver cómo le mostraba una radiante sonrisa, sin ningún temor. Aunque el corazón de Lucy continuaba muy acelerado, pero no dijo nada. La sonrisa parecía verdadera.
La chica se palmeó la cara suavemente como tratando de despertarse de un sueño y dirigió su nueva mirada con energía a Natsu, que esperaba ordenes, impaciente.
-Bien, Natsu. Es hora de ganar.
-¡AYE SIR!
-Ponte la venda en los ojos.
-¡AYE SIR!
-Siéntate.
-¡AYE SIR!
-Y cállate.
Natsu se encontraba sentado en la cómoda silla, con los ojos tapados y una enorme sonrisa en los labios. Al no poder ver, sus otros sentidos comenzaron a activarse, permitiéndole oler, escuchar y sentir cosas que antes pasaba desapercibido. Como el sonido del cabello de Lucy, cuando se movía. El olor de ella cuando se acercaba mucho a él. La calidez de sus dedos mientras colocaba prendas sobre su piel, comprobando a ver si pegaban. Era relajante.
Una vez cegado y silenciado al Dragon Slayer, Lucy quitó su sonrisa de la cara, dejando mostrar una mueca de preocupación y tensión. No entendía por qué se ponía de esa manera estando junto a Natsu. Habían pasado por muchas cosas juntos, esta no tendría que ser una prueba difícil de pasar. Pero ya no pensaba lo mismo. Ver al mago de fuego, sentado en la silla, completamente desnudo, alteraba su pulso y calentaba su cuerpo. Sentía sensaciones que nunca antes había sentido, y le preocupaban muchísimo. No sabía por qué se debía y no se atrevía a preguntarles a sus amigas sobre el tema, porque seguramente le saltarían con el tema de que estaba enamorada de su compañero de misiones, cosa que no era cierta…
Sacudiendo su cabeza, comenzó a buscar la ropa para vestir a Natsu y así poder ganar la maldita prueba. Quería algo que sorprendiera al público, algo que Natsu no se pusiera ni obligándolo… Algo que lo hiciera más atractivo. "Espera… ¿Desde cuando pienso que se hará más? ¡NO, LUCY! ¡CENTRATE!" Volvió a sacudir su cabeza, haciendo que los tirabuzones que se había hecho saltaran de manera graciosa contra su rostro.
Tras diez minutos colocándole sobre su piel distintas prendas, finalmente encontró el conjunto que haría que luciera muy bien. Mientras tanto, Natsu había permanecido en completo silencio y demasiado tranquilo para ser él, tras haberse puesto los calcetines grises que ella le había indicado que se pusiera, haciendo que Lucy se comenzara a preocuparse. Puso su mano sobre el hombro musculoso del chico, el cual giró su rostro en su dirección como si quisiera verla, y lo sacudió suavemente.
-Natsu.
-¿Si?
-Necesito que te levantes para vestirte.
-¿No lo puedo hacer yo?
-Creo que no.
-Está bien…
A regañadientes, el Dragon Slayer se puso de pie, haciendo que Lucy se sintiera muy pequeña a su lado. Natsu le sacaba una cabeza entera, ya que se había quitado sus tacones para ir más cómoda por la habitación. Y tras lo de Zeref, Natsu había crecido bastante más. Pero ese era un tema aparte, un tema muy delicado que no quería tocar.
Cogió los pantalones negros con rayas muy delgadas de color gris que había elegido. Eran elegantes y pegaban con el pelo de Natsu y sus ojos. Además, parecían realmente cómodos. Los miró como si fueran su peor enemigo. ¿Cómo demonios se lo iba a poner a Natsu?
Resopló frustrada. No podía ponérselos ella sola, tenía miedo a tocar alguna parte que no deseaba tocar, y como no estaban grabando…Tampoco pasaba nada porque se lo pidiera a Natsu. Solo los pantalones. Claro está. Lo demás tendría que hacerlo ella misma. Una vez hecho, Natsu asintió y se dispuso a ponerse los pantalones, a ciegas, guiándose por sus propias manos. Con ayuda de Lucy, pudieron ponerle la dichosa prenda, que se adaptó perfectamente a su cuerpo. Sentándole como un guante.
-Bien. Gracias, Natsu. El resto puedo yo sola. Ya puedes volverte a sentar- Le indicó poniendo su mano en su pecho, empujándolo a sentarse. Cuando las yemas de sus dedos hicieron contacto con la ardiente piel de Natsu, sintió una corriente eléctrica que hizo que se separara con una expresión confusa.
El Dragon Slayer flexionó sus rodillas y sentó el trasero en la pequeña silla mientras Lucy se recomponía de la "electrocución". La chica sacudió una vez más la cabeza, sintiendo que el cuello comenzaba a cargarse de tanto hacerlo. Hoy se encontraba con los nervios de punta, parecía que todo le afectaba. Ya estaba deseando que aquel maldito día acabara de una vez por todas. Suspirando otra vez, cogió la camisa de color gris muy clarito que tenía a un lado y comenzó a desabotonarla.
-Ahora necesito que se eches un poco hacia delante…Así, perfecto- Le indicó otra vez, tras tener la camisa completamente abierta y a Natsu echado hacia delante. Con cuidado, pasó la camisa por detrás de la espalda del Dragon Slayer, acercándose muchísimo a él. Su aroma, una vez más, chocó contra ella, dejándola unos segundos, paralizada. No sabía por qué pero le encantaba el olor de Natsu, era como una droga para ella, y se sorprendió pensando que quería olerle más de cerca. "No, Lucy"- Le-levanta la mano, por favor…-Tartamudeó como una imbécil, borrando –forzosamente- esos pensamientos de su cabeza, cogiendo el extremo de la manga de la camisa y con su otra mano, cogió la muñeca de la mano izquierda de Natsu, ignorando por completo las corrientes eléctricas que se filtraban a través de sus poros. Y con lentitud, guió a su compañero para que se pusiera la manga. Ahora faltaba la otra y abotonarle la maldita camisa. Podía hacerlo, sin acabar gritando como una histérica mientras se tiraba de los pelos- Voy a hacer lo mismo con la otra mano- Informó mientras se pasaba al otro lado de Natsu, rodeándole por la espalda. El chico se había asumido en un profundo silencio que parecía no querer interrumpir. Aquello la extrañaba mucho.
Repitiendo el mismo proceso, Lucy consiguió tener a los brazos de Natsu metidos en la camisa y ahora solo faltaba abotonarle. Tragó duro y se puso manos a la obra. Dirigió su mano al botón que se encontraba sobre el abdomen del pelirosa, e inclinándose hacia él (sintió como sus mejillas se teñían de rojo y el corazón le latía más fuerte), lo metió en el agujero que había al otro lado de la tela, con las manos temblándole. Forzándose a respirar hondo, procedió con el siguiente botón que se encontraba a unos centímetros más arriba, todavía sobre el abdomen trabajado de Natsu que se movía hacia delante y hacia atrás conforme el Dragon Slayer respiraba. Poco a poco, fue subiendo mientras abrochaba botones. Tras pasar el abdomen, se dirigió a la parte alta del vientre, después, el pecho y finalmente, saltaba el último botón, que se encontraba en el centro de su pecho, junto a las clavículas. Una parte muy peligrosa para la mente alterada de Lucy. Tomó aire, haciendo que su vientre se contrajera y después, lo expulsó, haciendo que se expandiera, produciendo mucho ruido. Aun así consiguió calmar su acelerado corazón y procedió a finalizar aquella tortura. Cogió el botón entre los dedos y temblando, se dispuso a meterlo en el agujero.
Natsu, abrió la boca para hablar, haciendo que su aliento chocara contra el rostro de Lucy. Su vello se puso de punta al instante.
-¿Enserio estás bien, Lucy?-Preguntó el Dragon Slayer, tranquilamente, ajeno a toda la tormenta que pasaba por la mente de su compañera de misión y de concurso, la cual tenía ganas de meterle la cabeza en el váter- ¿Todavía sigues nerviosa? Es que escucho tu corazón ir muy deprisa.
Un sudor frio recorrió el cuerpo de Lucy. Mierda.
-N-no, tranquilo, estoy bien. Solamente hay ve-veces que pienso que vamos a salir ahí fuera y me pongo un poco nerviosa, pero ya está. No hay por qué preocuparse.
-¿Segura?
-Completamente.
Natsu asintió y alzó el rostro para permitirle a Lucy abotonar el último botón. Sin perder más tiempo ni pensar, la rubia puso sus manos en el pecho de Natsu y lo hizo, aguantando la respiración. Una vez hecho, le pidió que se levantara y así con sumo cuidado le metió la camisa por dentro del pantalón, sin tocar nada raro. Lo mantuvo de pie, mientras le colocaba la americana negra con rayas grises, con el mismo proceso que la camisa, pero esta vez más calmada y dando saltos porque no llegaba al hombro de Natsu (provocando que este se riera de ella y la ayudara por piedad). Volvió a pedirle que se sentara y le puso los zapatos clásicos grises, que pegaban con la americana, la camisa y el pantalón. Faltaba para finalizar, la corbata y peinarle el pelo.
Se separó de Natsu y buscó por el suelo la corbata que había elegido para aquel conjunto. Una corbata roja. Roja porque era el color de Natsu. Rojo fuego. Se agachó y la recogió cuando la encontró, y se dirigió a su compañero que esperaba pacientemente que acabara de vestirlo. Con la mano, cogió el mentón del pelirosa y le movió la cabeza suavemente, ignorando otra vez las descargas, para poder pasar a través de ella el lazo de la corbata. Al mirarlo de vuelta, sintió como las piernas le temblaban. Tal y como estaba, parecía un hombre de negocios con mucha clase que acababa de llegar a casa de trabajar. Volvió otra vez a sacudir la cabeza, deshaciendo esos pensamientos de su compañero de un plumazo y continuó con su trabajo. Lucy sabía atar una corbata gracias a su padre. Él, a pesar de comportamiento para con ella, le había enseñado varias cosas, una de ellas: atar una corbata. Al principio, Lucy sabía solamente hacer nudos y nudos hasta que ya no servía la corbata. Finalmente, tras varios intentos fallidos, se lo tomó como un verdadero reto y se pasó toda una semana practicando con todos los sirvientes de la mansión. Hasta que lo consiguió. Pudo atar una corbata bien. Y gracias a eso, ahora podía atársela a Natsu.
Se apartó y observó una vez más su obra de arte, satisfecha consigo misma.
- Solo falta peinarte- Le comentó, girando su cabeza para mirar el reloj que había en una de las paredes- Vamos bien de tiempo. Nos quedan 5 minutos más.
Rodeó a Natsu y se puso detrás de él. Cogió el único neceser que había en la sala y sacó un peine y gomina, sabiendo el tipo de peinado que quería hacerle a su compañero. Poniendo su mano en el cabello de Natsu, hizo con el peine una raya con el pelo, totalmente recta, al lado izquierdo. Sorprendiéndose de lo suave que era, procedió a peinar el pelo en punta dejándolo a un lado, siempre siguiendo la raya que había hecho. Tras tener todo el pelo a un lado, procedió a ponerle la gomina para mantenerlo en su sitio, porque tenía tendencia a ponerse de punta cuando menos se lo esperaba. Se untó las manos de aquel líquido pegajoso y comenzó a aplicárselo al cabello rosa de su compañero, haciendo que se viera más brillante.
Cuando hubo terminado, cogió el lazo de la venda de los ojos de Natsu y la deshizo, permitiendo ver a su compañero. El Dragon Slayer parpadeó varias veces, haciendo que sus ojos se adaptaran a la claridad de la sala y cuando pudo ver bien, se levantó y se miró en el espejo. Lucy desde atrás también lo observó.
Aquel traje de vestir le sentaba terriblemente bien. Marcaba su musculatura pero no la dejaba ver. El peinado le había ver más elegante y menos salvaje y desenfadado. Parecía todo un hombre.
Natsu levantó una ceja mirándose, se veía extraño sin sus ropajes cotidianos. Se miró bien, detallándose de todo y se giró para pillar a Lucy observándolo embelesada, claro que él eso último no lo notó.
-¿Qué tal estoy?-Preguntó a su compañera, alzando las manos.
Lucy se mordió el labio inferior, mirándolo detalladamente, sin saber bien que responder, sonrojándose en el acto.
Esta vez es un poco más largo de lo normal, me he pasado Xd Aun asi, espero que os guste este nuevo capítulo. Y os aviso, como este capítulo está un poco (casi nada) subido de tono, quiero deciros que por ahora no habrá lemon en este fanfic. Por ahora. Y nada más.