CREDITOS A MASASHI KISHIMOTO POR LOS PERSONAJES

Derechos Reservados: Ela Forcela

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Coffee Girl


Capítulo Uno

-¡Sakura, la mesa cinco!- dijo una joven castaña en tono autoritario.

-Enseguida voy…- contestó Sakura mientras salía de una pequeña habitación y que aduras penas se ponía un mandil rosa alrededor de su cintura.

Sakura tomó una charola con cuatro panes dulces y dos cafés, para después llevarlos hacia la mesa cinco.

-Aquí tienen- dijo Sakura con una amplia sonrisa cansada.

-Gracias- respondieron los dos clientes.

Al terminar, Sakura se dio la vuelta y soltó un gran suspiro mientras se dirigía hacia la caja registradora.

-Llegaste tarde- dijo una pelinegra por detrás de Sakura, la cual estaba encorvada mientras servía unos panes en una charola.

-Ah, sí- sonrió Sakura, enderezando su espalda quedando a la altura de la pelinegra. –Me quedé hasta tarde leyendo un libro, Hinata-

Sakura tomó de los hombros a Hinata y acomodó la blusa blanca de su uniforme –Andando- sonrió

-¡Sí!- contestó Hinata pasando por los hombros de Sakura para después ir hacia la caja registradora y tomar su puesto.

La amplia y moderna cafetería sostenía un ambiente confortable, ubicado en una transitada avenida y muy conocido en Tokio, gracias a los deliciosos cafés, postres y snaks.

-Bienvenido a Tea Room, le tomo su orden- dijo Hinata con una amplia sonrisa.

La mañana pasó muy lenta, debido a que era lunes y era el día el cual se llenaba más por ser inició de semana.

-¡Sakura!- gritó un rubio desde la entrada de la cafetería.

Ella servía algunos bocadillos en una mesa, y al escuchar el grito, cerró los ojos y dijo dentro de sí misma –"Naruto"- Se dio la vuelta y logró ver al rubio que felizmente se dirigía hacia ella.

-¿Qué haces aquí?- preguntó Sakura volteando a ver por todos lados asegurándose que la gerente no la vea, para después darse la vuelta y caminar.

-No sé porque te asustas, sí es la hora en la cual tu jefa se la pasa en la oficina- bufó Naruto por detrás de Sakura, siguiéndola.

-Es la hora del almuerzo y vienen muchos clientes a esta hora- dijo Sakura mientras tomaba una charola con unos sándwiches y dos jugos de naranja.

-Vienen más en la mañana, deja de quejarte, aparte deberías de sentirte afortunada, viene a visitarte- guiño un ojo

-Vienes casi todos los días- dijo Sakura sin mirarlo, mientras entregaba lo de la charola a los de clientes.

Al terminar, se dio la vuelta quedando cara a cara con él -¿Quieres lo de siempre?- preguntó Sakura mientras alzaba una ceja.

-Me conoces tan bien- respondió con una amplia sonrisa

Sakura caminó hacia el mostrador, él continuaba siguiéndola.

-¿Cuándo volvemos hacer una fiesta?- preguntó Naruto orgulloso.

Sakura rió.

-Yo pongo la casa- dijo él entusiasmado.

-La última fiesta que hiciste en tu casa terminaste muy ebrio- rió Sakura incrédulamente.

-No es cierto-

-Llamaste a un taxi- dijo ella dándose la vuelta quedando cara a cara con él, con una expresión seria.

-Obviamente, tenía unas copas demás, no podía conducir así- justificó Naruto sobresolándose.

-La fiesta era en tu casa, Naruto- rió orgullosa Sakura, dándose vuelta. –Como sea, traeré tu orden-

Naruto caminó hacia Hinata, la cual estaba felizmente tomando la orden de un adulto mayor.

-…gracias y que disfrute su almuerzo- dijo Hinata amablemente, mientras miraba como se retiraba el señor.

-¡Hinata!- gritó Naruto haciendo que Hinata diera un saltó sorprendida.

-Na, Na, Naruto, otra vez tú, ¿lo de si, si, siempre?- preguntó Hinata apenada con su mirada hacia la caja registradora.

-Sí, Hinata- respondió Naruto con una amplia sonrisa.

Hinata estaba en lo suyo, con sus manos temblorosas y su mirada enfocada en la pantalla.

-Hinata…- dijo Naruto en un tono calmado.

-Sí, dime- respondió ella de inmediato algo exaltado, haciendo que un mechón de cabello colgara por su frente.

Naruto sonrió y acomodó el mechón de cabello por detrás de su oreja –Deberías acomodarlo, capaz y un día caiga algún cabello sobre un panecillo, los clientes lo detestaran- dijo él riendo.

Él enfocó su mirada en el rostro de Hinata, logrando verla completamente roja -¿Tienes fiebre?-

-No… ¿Qué era eso que me ibas a decir?- preguntó ella bajando su mirada.

-Ah cierto, haré una fiesta el viernes en la noche, deberías ir, irá Sakura…-

-¿A dónde se supone que iré?- preguntó Sakura con una charola vacía.

-Haré una fiesta- sonrió orgulloso Naruto.

-Estás loco- dijo ella revirando sus ojos y dándose la vuelta –Tu pones la casa, ¿Quién pone lo más importante?-

-¿Qué es lo más importante?- preguntó Hinata curiosamente.

Sakura se acercó a ella, abrazándola por los hombros –Hinata, las botellas de alcohol, en una fiesta no puede faltar eso- rió.

-Yo no tomó- dijo Hinata inocentemente.

-No te preocupes Hinata, Sakura tampoco- interrumpió Naruto mientras dejaba en el mostrador unos billetes.

Hinata miró a Sakura sorprendida.

-¿Y por qué vas a esas fiestas?-

Sakura rió –Para reírme de tipos como Naruto, que toman un trago y hacen algún ridículo- respondió dándose la vuelta.

-Te divertirás Hinata- dijo Naruto contento.

-Obvio que se divertirá, solo espera a que te vea con unas copas de más y créelo, sí se divertirá y mucho- interrumpió Sakura mientras acomodaba unas tazas de café vacías

-¿Quiénes irán?- continuó Hinata.

-¡Quien no irá!- respondió Naruto irónicamente, dándose la vuelta, dirigiéndose hacia la mesa en donde estaba su almuerzo.

Al caer la noche, los trabajadores se ocuparon de cerrar el lugar, algo rutinario.

-Hasta mañana- dijeron todos.

Sakura esperaba a que Hinata saliera por la puerta trasera de la cafetería. Ella acomodaba su abrigo café, abotonándolo hasta el cuello, debido a que era inicio de invierno.

-Ya estoy lista, andando- dijo Hinata cerrando con llave la puerta.

Sakura sonrió y empezó a caminar alado de Hinata. Ambas platicaban de asuntos familiares o momentos graciosos en la cafetería, era algo entre ellas.

Las dos amigas llegaron a un desvió de caminos, se despidieron y cada una tomó su rumbo hacia su hogar. Sakura llegó a un edificio de unos diez pisos de alto, saludó al vigilante y subió las escaleras, para finalmente entrar a su departamento número setenta y siete.

-Ya llegué…- dijo ella mientras acomodaba su abrigo en el perchero de la entrada.

Al decir eso, un pequeño cachorro de raza Cocker, color canela, salió de alguna parte, para ir corriendo hacia Sakura.

Sakura se hincó en el suelo quedando a la altura de su cachorro –Hola pequeño, debes estar hambriento…- rió ella mientras lo acariciaba con ternura.

Ella se levantó del suelo, caminó hacia la cocina para después sacar una bolsa de croquetas de perro.

-Aquí tienes…- dijo Sakura con una amplia sonrisa mientras servía las croquetas en el tazón de su mascota.

Al ver como el cachorro disfrutaba su alimento, Sakura se dio la vuelta y camino hacia el baño.

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A la mañana siguiente, sonó la alarma a las cinco de la mañana, algo rutinario. Sakura se levantó de su cama, acercándose a la ventana de su habitación y quedando sorprendida al ver lo que sus ojos admiraban.

-Nieve…- pensó en voz alta.

Soltó una amplia sonrisa, y dio un brinco de alegría, al darse la vuelta logró ver a su pequeño cachorro, haciendo que ella cambiara la expresión de su rostro por uno más serio.

-Me tengo que poner bonita primero, después te daré comida…-

Ella arreglaba su larga cabellera rosa con una coleta alta, dejando flequillo y adornada con un moño blanco para que combinara con su uniforme, un pantalón negro y blusa blanca con el logo de Tea Room, se puso su abrigo color café y bufanda rosa haciendo que sus ojos verdes resaltaran.

-Tranquilo, enseguida te daré tu desayuno y almuerzo…- sonrió Sakura terminando de arreglar su moño blanco.

Tomó la bolsa de croquetas para perro y lo sirvió en el tazón. Ella soltó un suspiro al ver que su mascota no le hacía caso, debido a que no dejaba de verla.

-¿En qué piensas?- preguntó Sakura con mirada curiosa. –Ah ya sé- dio un salto y guardó la bolsa de comida en un gabinete.

-Has de pensar que tendré un buen día, ¿verdad?- sonrió Sakura. –Como sea, me tengo que ir bola de pelos...- dijo ella retirándose de la cocina y tomar su bolso que reposaba en el perchero de la entrada.

-Nos vemos en la noche, cuida la casa, te quiero…- gritó ella desde la entrada de su apartamento.

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-Hoy llegas temprano- dijo la gerente castaña en la entrada de su oficina.

-Tengo mis días, Tenten- guiño el ojo Sakura con una amplia sonrisa.

-No es suficiente, está nevando y hay mucha gente debido al café, apúrate-

Sakura cambio de expresión y apresuradamente dejó sus cosas en el casillero y sacó su mandil rosa, para después dirigirse al mostrador.

-Sakura…- dijo una de sus compañeras que llevaba en las manos tres charolas llenas de tazas usadas –Ayúdame con el cliente de la mesa siete, hace cinco minutos pidió y no se le ha entregado su orden, entrégasela por favor-

-¿Cuál es su pedido?- preguntó Sakura de forma agitada.

-Es solo un café americano y una barra de avena- respondió la joven mientras hacía señas con la mirada para indicarle donde estaba el pedido.

-De acuerdo- afirmo Sakura.

Al tener en sus manos la charola con el pedido, se dio la vuelta, percatándose de ver al joven cliente de cabello negro bien peinado, negra vestimenta y mirada concentrada en un libro, dándole un toque intelectual.

-Sasuke…- pensó ella en voz alta.


No saben lo mucho que he extrañado escribir, esta historia empecé a escribirla desde ayer, créanme se me vino a la mente de repente en la ducha, y créanme también que desde hace tiempo he querido escribir pero lamentablemente estaba escasa de ideas, pero BOOM!, no pude dejar pasar esta jajaja. Igualmente como lo que fue con las demás historias no tengo idea de cómo terminará está nueva. Y por último acepto toda clase de comentarios, porque sé que eso me ayuda a mejorar y brindarles una mejor lectura. .

Espero y sea de su total agrado y preferencia como lo fueron Adored y Young- Wild.

Besos y Saludos.

Atentamente

Ela Forcela