Disclaimer: Los personajes de One Punch Man no me pertenecen, son propiedad de ONE sensei.
Pareja: Saitama x Genos.
Advertencias: No.
Guilty
Sintió rabia al no haber reaccionado a tiempo. Cuando se percató, Genos ya estaba tirado en el suelo y por más que Saitama lo llamase, no respondía. El silencio era tenebroso. Hasta lo había olvidado por completo. Ni siquiera se dio cuenta. Desde la llegada de Genos a su vida se había resignado a tener paz y en su lugar se acostumbró eso. A escucharlo hablar y hablar de manera insoportable; a molestarse porque no se callaba, porque lo seguía a todas partes, porque le robaba el crédito en cada batalla, porque malentendía lo que le decía, porque lo acompañaba… porque era él. Nunca pensó que le haría tanta falta.
Saitama permanecía de pie, mirando el cuerpo inmóvil de Genos en plena reparación. Los cables rodeaban al cyborg y se conectaban en cada hueco disponible de su ser. El torso y la cabeza de Genos era todo lo que había quedado de la pelea. Pero lo más horrendo era su cabeza partida. Recordó lo que era sentir miedo.
―¿Cuánto tiempo tardará en recuperarse? ―preguntó Saitama, preocupado.
Kuseno suspiró y eso no dejó tranquilo al héroe clase B.
―Eso es relativo ―contestó―. Soy un científico especializado en la biorobótica. Pero solo soy capaz de reparar partes artificiales, lo otro dependerá de la voluntad de Genos por luchar por su vida. La compañía de su maestro será primordial.
En la última batalla, en un intento por proteger a su maestro, el monstruo atravesó la cabeza de Genos, dañando su cerebro. No murió gracias a su sistema de autoreparación que se encargó de rearmar los tejidos de Genos. Sin embargo, eso afectó en gran parte su funcionamiento básico. En su desesperación, Saitama acabó con el monstruo y llevó a Genos inmediatamente al laboratorio de Kuseno. Se sentía impotente, culpable y un tonto al no haber podido salvarlo. ¿De qué servía ser tan poderoso si no era capaz de proteger a la persona que más quería? Patético. Ahora el cuerpo de Genos era un cascarón vacío. Su cerebro permanecía encapsulado en un tubo y líquido espeso, en estado de coma. Él dormía.
Saitama apoyó su mano en el vidrio y dijo:
―Despierta, amigo. Y volvamos a casa. Es muy solitario regresar sin ti.
Tal vez, solo tal vez, él lo escucharía.
Amo esta pareja con locura. Gracias por leer.