Hola chicos.
Este es mi primer de muchos oneshot que voy a escribir.
Así que espero que les guste.
Aclaración: Gekkan Shojo Nozaki-kun no me pertenece. Es propiedad de Izumi Tsubaki. Yo solamente pido prestado sus personajes para poder escribir mis historias.
A todos los lugares que vamos yo siempre los guardo como un tesoro. ¿Sabes por qué? Porque tú te volviste importante para mi desde un principio, desde aquella vez que me ayudaste. Y siempre lo había demostrado pero tú eras el único que nunca entendía las indirectas que te mandaba.
Ya sea a la playa, a un parque de diversiones o cualquier lugar los cuales para ti era importante para tu manga, a cada lugar que fuéramos yo siempre lo atesoro.
Atesoro aquellos recuerdos y aquellas fotografías que siempre tomaba. Tu rostro lleno de alegría y mucha ilusión al ver todo lugar y al imaginarte toda situación que se te ocurriera.
Me alegraba más cuando me tomabas como alguna referencia, me pedias que modelara para ti en las fotos y yo con gusto lo hacía. Cada tiempo que pasamos juntos, aunque prefería que nada más estuviéramos los dos, fue lo que yo siempre atesorare.
Más aquel día en el que me dijiste que me querías hablar a solas. No sabía que era lo que podías pensar, nadie sabría lo que pensarías. Al poco rato nos encontrábamos en tu apartamento, completamente solos y en completo silencio.
Podría ser tu manga, que quieras que te siga ayudando y cosas como esas. Pero esta vez no fue así, empezaba cansarme todo este silencio. Hasta que vi como suspiraste pesadamente y me viste directamente a los ojos.
"Desde un tiempo he empezado a sentir algo raro y solamente es cuando estoy junto a ti, le pregunte a todas las personas posibles y todos llegaron a la misma conclusión"
Lo habías dicho rápido pero sin embargo yo había entendido todas esas palabras, tomaste un tiempo antes de decir las siguientes palabras, las palabras decisivas.
"Que yo me enamore de ti…"
Esas palabras salieron de tu boca. Ambos sabíamos que no eras tan bueno con las palabras como con los sentimientos. Tú te veías tranquilo y yo me sentía más nerviosa y sonrojada de lo común.
Empecé a tartamudear, estaba buscando una vía de escape, estaba tan nerviosa que no me di cuenta que me habías agarrado de mis muñecas y luego hiciste que chocara contigo.
Me abrazaste y me volviste a susurrar un "Te quiero" en mi oído. Escuchaba como tu corazón se aceleraba. Yo me separe lentamente y te vi directamente a los ojos.
"También te quiero"
Te dije, una sonrisa aparecio en tu rostro y acercaste poco a poco tu rostro. Tus labios cubrieron los míos, en algo tierno y cálido.
Ahora tengo un momento más que guardar, aquel el que siempre será mi tesoro. Aquella vez en la que me dijiste que me querías.
Muchas gracias por leer.
Nos vemos para la próxima.
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Fecha: Miércoles 23 de marzo de 2016