Capítulo 3:

Al medio día, se estaban reuniendo la linda parejita en la estación del tren para dirigirse al parque de diversiones.

Tuvieron un lindo día, montaron al carrusel, entraron a la casa del terror, subieron a la montaña rusa, comieron de todo un poco, en fin, se estaban divirtiendo de lo lindo, era increíble cómo era ahora la actitud de ambos, ya no peleaban por cualquier cosa como de antes, ahora se llevaban de maravilla, definitivamente estaban destinados a estar juntos.

Cuando estaba por anochecer subieron a la noria como típica pareja japonesa que va al parque de diversiones para tener una cita; el paisaje que se veía desde ella era definitivamente hermoso. A pesar de que ya se habían besado antes, ambos sentían que esa era una buena ocasión para el segundo beso, solo que esta vez Daiki estaba dispuesto a iniciarlo.

Mientras Meimi miraba por la ventana Daiki fue acercándose a ella hasta estar justo a su lado.

-Meimi-

-¿Sí?-dijo volteando su cara, pero al hacer esto quedó de frente con la cara de Daiki.

Unos centímetros nada más los separaban, los cuales Daiki iba disminuyendo poco a poco; Meimi al darse cuenta de las intenciones de su novio, cerró los ojos, por lo que le dio un poco más de confianza a Daiki para poder besarla.

Unos segundos después ambos podían sentir sus alientos entremezclándose y Daiki terminó cerrando el espacio que quedaba entre ellos. El beso fue tierno y duró un poco más que el anterior. Ambos estaban realmente satisfechos pero avergonzados a la vez, sobre todo Daiki que casi no era de expresar sus verdaderos sentimientos o hacer cosas cursis.

Al bajarse de la noria seguían avergonzados, pero se tomaron de la mano todo el camino a casa de Meimi, donde al llegar la esperaba su papá impacientemente.

Así pasaron los años, Meimi pudo graduarse de la universidad sin problemas gracias a su novio y Daiki se convirtió en detective como su padre.

Un día como cualquier otro para cualquier persona, sería el día que lo cambiaría todo nuevamente para Meimi y Daiki.

Por más nervioso que él estuviera tenía que hacerlo ahora o nunca, ya lo había planeado todo muy bien y lo mantuvo en secreto de absolutamente todos, pero aun así, proponerle matrimonio a la persona que amas y que ha sido tu novia por 8 años no es fácil, necesitaba todo el valor posible. No es que creyera que Meimi lo rechazaría pero aun así estaba demasiado nervioso, solo esa niña le provocaba eso.

Al llegar a la capilla se sorprendió al encontrarse con Seira, Lina y Manato, después de deshacerse de ese par y de que Seira le dijera dónde se encontraba su futura esposa, entró a la capilla a buscarla.

-Meimi-dijo al entrar.

Meimi volteó y sonrió al verlo. Esa sonrisa característica en ella que le provocaba mariposas en el estómago a su novio.

-Daiki, ¿cómo me encontraste?-

-Seira me dijo-

-Ya veo-

-Tengo algo para ti-

-¿Sí?-

Acercándose a ella, le depositó en sus manos, una pequeña cajita de regalo. Meimi se sorprendió pero pensó que era un collar o una pulsera, por lo que al abrirla y ver que era en realidad un anillo, unas lágrimas estuvieron a punto de ser derramadas por sus ojos llenos de felicidad ¿Daiki le estaba diciendo lo que ella creía? ¿En verdad después de 8 hermosos largos de noviazgo le estaba proponiendo matrimonio? No estaría segura de ello, hasta que esas palabras salieran de sus labios de él.

-Meimi-dijo arrodillándose frente a ella-¿te casarías conmigo?-

Sí, definitivamente le estaba proponiendo matrimonio.

-Claro que sí-fue lo que ella respondió.

Y después de un tierno beso y un gran abrazo, Daiki le puso a Meimi su anillo de matrimonio. El día en que la promesa secreta entre ellos se volviera eterna no estaba muy lejos.

El gran día de la boda llegó, todos sus amigos de Meimi y Daiki asistieron a tan esperado momento. Meimi llevaba un bello vestido de novia, con lindos encajes, muy parecido al que modeló en el concurso de vestidos de novia. Daiki llevaba un traje negro, que lo hacía verse muy elegante.

La capilla en donde siempre se transformaba en Siniestra sería testigo de la unión de estos dos jóvenes.

Daiki no había podido ver a Meimi con su vestido porque se lo prohibieron, pero al verla entrar a la capilla quedó embelesado por su belleza. Definitivamente su casi esposa, era hermosa, muy hermosa, era un bobo por haber tardado tanto en darse cuenta.

Meimi fue caminando hacia el altar junto a su padre, al llegar con Daiki sintió que en ese momento solo existían ellos dos ¿en verdad se estaba casando con Daiki Asuka? ¿con aquel que lo perseguía todas las noches cuando se transformaba en Saint Tail? Wow, es realmente un sueño hecho realidad.

La ceremonia pasó sin contratiempos de una manera hermosa, sobre todo en la parte del beso, ya que ambos estaban tan inmersos en el momento que olvidaron que mucha gente los veía y el beso tardó bastante, por lo que todos se empezaron a burlar de ellos.

La fiesta por su matrimonio fue muy divertida, rodeados por sus amigos y familiares y todas sus personas queridas que les deseaban las mejores de las suertes en su vida como marido y mujer.

Después de una hermosa noche de bodas se retiraron a su luna de miel, viajaron a Okinawa, en donde habían hecho una reservación de 5 días en un hotel cercano a la zona turística.

Esos 5 días que pasaron juntos, fueron hermosos y construyeron muchos recuerdos, pero algo faltaba.

Cuando llegaron al hotel durante la última noche y ya listos para acostarse a dormir, algo inquietaba a ambos.

-Meimi-dijo Daiki sin mirarla, dándole la espalda mientras estaban acostados en la misma cama.

-¿Qué pasa?-

-Mmmmm, nada, olvídalo-

-Daiki, te conozco, dime qué pasa-

-Te amo-dijo mirándola a los ojos.

-Yo también-fue la respuesta de su esposa.

Y se fundieron en un largo beso que dio inicio a su primera noche de pasión de tantas que experimentarían durante el resto de sus vidas.

1 año después Daiki sujetaba el cabello de Meimi mientras ella sacaba todo el contenido de su estómago.

-Meimi-

-…-

-Debemos ver a un médico-

-…-

-¿Sabes lo que esto probablemente significa, verdad?-

-…-

-Meimi-

-Lo sé, lo siento dentro de mí incluso antes de ver a un médico-dijo poniéndose de pie.

-¿Segura?-

-Sí, estoy embarazada-

-¿Hay alguna otra cosa que me pondría más feliz que saber eso?-

-No lo creo, ya que yo tampoco puedo estar más feliz por ello-

-Meimi, te amo-

-Yo también, Daiki otou-san-

-Jajajaja tú serás Meimi okaa-san-

-Pronto-

-Aun así, arreglémonos y vayamos a ver a un médico-

-Claro-

Los siguientes 8 meses transcurrieron llenos de alegría y expectación por la llegada del nuevo integrante de la familia.

El día tan ansiado llegó, Meimi entró en labor de parto durante la madrugada, por lo que Daiki tuvo que llevarla rápidamente al hospital, en dónde llamó a su padre y a los padres de Meimi, al igual que a Seira.

Meimi estuvo en labor de parto por 6 horas hasta que en lindo bebé nació.

Cuando los pasaron a ambos a una habitación fue cuando Daiki y el resto de la familia pudieron ver a Meimi y al pequeño.

-Meimi-dijo Daiki al entrar a la habitación y ver a su esposa con su hijo entre sus brazos.

-Daiki, quiero presentarte a alguien-

Daiki se acercó y Meimi le entregó a su pequeño bebé, un lindo niño idéntico a su madre.

-Es precioso-

-Sí y es nuestro-

-Se parece a ti-

-Mucho-

-¿Cómo lo llamaremos?-

-Estaba pensando en ponerle Ren-

-Ren, qué lindo nombre-

-Entonces Ren se llamará-

-Te amo Meimi-

-Y yo a ti Daiki-dijeron antes de darse un dulce beso.

-Después tendrán tiempo para demostrarse su afecto ahora déjenme ver a mi nieto-dijo el padre de Daiki al verlos en esa situación, seguidos por los padres de Meimi y Seira.

Todos disfrutaron del nacimiento del hijo de Meimi y Daiki, ese era el inicio de una nueva aventura para Saint Tail y su detective favorito.

Diez años después, Meimi y Daiki festejaban su décimo aniversario como marido y mujer, al lado de sus hijos Ren de casi 10 años y de Setsuka de 5 años, el tercer hijo venía en camino, Meimi tenía ya 3 meses de embarazo, pero no se lo había dicho a nadie aún.

-Muchas gracias a todos ustedes por acompañarnos en este día tan especial-dijo Daiki a sus invitados.

-Meimi me mencionó hace un momento que tiene algo importante que decir a todos, así que escuchémosla-

-Hola a todos, gracias por venir, tengo una noticia que les encantará, Daiki y yo vamos a ser padres por tercera vez, tengo 3 meses de embarazo-

-Wow, felicidades-decían los invitados.

-¿Eso es cierto Meimi?-le preguntó Daiki.

-Así es, tendremos otro hijo-

-No puedo creer aún lo feliz que me haces-

Y se fundieron en un bello beso, frente a todos sus invitados.

Y la historia de la promesa secreta entre estos dos amantes aún no termina, ya que su amor será eterno. Ever never end.