Capítulo cinco

Cerré la puerta y me apoye en ella. No podía creer, a la solución que había llegado con él. Cerré los ojos por unos segundos tratando de calmar mis latidos, no estaba preparada para esto.

La mañana empezó mal, náuseas y más nauseas, vomitar lo poco y nada que contenía mi estómago. Bebí un poco de jugo y unas galletas de soda, algo que sabía que no devolvería o eso esperaba. Llame a laki para avisarle que ya no iría a trabajar y que me disculpaba por mi ineficacia en el trabajo al jefe. Prendí la radio y salí al pequeño jardín que tenía en la terraza, una cuantas flores y menta, adoraba la menta, su frescura y fragancia me subían los ánimos, y a mi parecer en cualquier té era deliciosa.

La mañana transcurría rápida, entre regar y sacar la maleza de los maseteros, ya era medio día, decidí salir al parque que estaba a unas cuadras, lo bueno de Fiore era que sus plazas y calles siempre estaban en buen estado o decentes. Me puse una polera holgada y un buzo aleatorio, me tome el cabello y mi billetera con las llaves. El día estaba fresco y no hacia tanto calor, ¡perfecto para salir!, caminar le hacía bien al embarazo había leído en una revista, y escuchar música, desenrede mis audífonos y me dispuse a disfrutar la caminata. Lo malo de las plaza, es que hay niños y los malo de los niños, es que hay mamás, y lo malo de las mamás, es que yo en menos de ocho meses sería parte de su grupo. Al principio me sentí incómoda, como si la gente que me rodeaba sabía mi condición y que en cualquier momento me apuntarían con el dedo. ¿Por qué tanto miedo? Muchas amigas o compañeras de universidad ya eran madres, a nuestra edad era normal o por lo menos no mal visto, muchos estudios demostraban el porcentaje de madres solteras o cosas por el estilo, pero ese hecho no me ayudaba, me mortificaba más. Yo soñaba con desarrollarme en mi trabajo, reunir un dinero suficiente para viajar por lo mínimo dos años, conocer lugares nuevos y realidad que me transformaran como persona, no es que ahora no pudiera, pero tendría que posponerse, mínimo para cuando ella saliera del colegio, o mejor después de la universidad. además yo apenas me cuidaba, cómo lo haría ahora con un niño.

-Tantas cosas por las que siempre quise hacer, y ahora no podré- ¡oh no! La angustia volvía a mí, ¡afuera pensamientos negativos! Me abofetee las mejillas en forma de protesta, no debía pensar así, no ahora que había decidido tenerlo y contaba con el apoyo del padre. Era una tonta.

-Disculpa, ¿puedo sentarme?- me gire casi alterada, me había olvidado que estaba en una plaza.

-oh no, digo sí, claro, es una plaza pública, digo todos podemos hacerlo nadie nos….por favor solo tome asiento- la mujer me sonrió, al parecer le parecí divertida y no una loca.

- Me pareces agradable, yo realmente no conozco a nadie de por aquí, me mude hace poco con mi marido a Fiore, por trabajo.

-Ya veo, umh…¿vienes con tu hijo?- fije mi vista a los juegos en forma de animales, había un niño parecido a la mujer, cabello color verde.

-Sí, si no fuera por ella, el acostumbrarme al lugar sería peor, ella hace que mi pensamientos en otra parte.

-Ya veo- el silencio se propagó entre nosotras dos, pero fue no fue incomodo- Mi nombre es Lucy Heartfilia, y ¿el tuyo?- ofrecí mi mano en forma de apretón, mientras con la otra apoyaba mi cabeza entre mis piernas.

-Bisca Connell, un gusto- aceptando el ofrecimiento. Lucy miro por unos segundos a su nueva amiga, era madre, un poco más mayor que ella pero no tanto, podría…

-Bisca, ¿puedo hacerte unas preguntas…?

-claro, con que no sea mi edad- respondió la enérgica mujer, yo asentí un poco más en confianza.

La tarde se me hizo más corta que la mañana, en verdad era una mujer muy alegre y enérgica, además deportista, estaba al frente de la campeona de tiro al blanco de Alakitasia. Compramos unos sándwich en un almacén y estuvimos toda la tarde conversando, hablamos de muchas cosas, incluso de su embarazo, algo que me sirvió bastante, guardaba en mi cabeza todo los detalles posibles. Los faroles empezaron a prender y las madres ya se estaban yendo con sus hijos a sus hogares. Una mirada rápida me indico que ya era momento para retirarme.

-Creo que ya es hora de irse-dije. Me puse de pie demasiado rápido, la vista se puso un poco borrosa en un momento.

-¿estás bien? -Bisca me afirmo, entretanto yo me estabilizaba. Sabía que el embarazo tenía algo que ver.

-Estoy bien, solo se me nublo un poco la vista. Es algo normal-respondí, un poco más relajada. Asuka, la hija de Bisca, se nos acerco, me miraba un poco interesada al parecer era la primera amiga que su madre tenía en esta ciudad. Le sonreí de forma agradable. La niña era bastante risueña.

Cuando ya me había compuesto, Bisca me preguntó dónde vivía, por circunstancias increíbles, ambas vivíamos cerca una de la otra, una cuadra de diferencia si se podría decir. Yo estaba bastante feliz, tendría alguien con quien hablar de embarazo mas adelante y sin que supiera mi verdadera situación familiar o las circunstancia del embarazo, claro que no le mentiría, diciendo que estoy casada, o otra cosa por el estilo, pero podría preguntar cosas sobre el tema a una fuente confiable, una madre!.

El camino a casa, fue corto, y acompañado en una entretenida conversación aún más. Nos despedimos en la esquina, cada una se fue por su lado, terminando así un día normal. Revise mi calendario, me había entrado la curiosidad sobre el mes que nacería, así que como buena madre primeriza, tome el calendario que tenía en la cocina y comencé a contar los días, hasta llegar a los nueve meses. Septiembre sería el mes, primavera, signo libra, tipo de sangre por verse, color de ojos… ¡pero qué diablos estoy pensando! Mi celular sonó, era un mensaje aparecer. Mi piel se erizo a leer el nombre, era de natsu. Cerré los ojos por inercia, con su nombre bastaba para ponerme nerviosa. Tenía una cita con Mirajane para la próxima semana, además me solicitaba mi cédula de identidad, porque ya quería comenzar a depositarme el dinero correspondiente a la maternidad. Al parecer no quería tener mucha relación conmigo o con la maternidad, y no lo culpo, yo para él debía ser un error que debía afrontar. Odiaba sentirme así, desde que me hice cargo de mi misma, deje en claro que nunca aceptaría ayuda de nadie, si no era por mi propio esfuerzo, no lo aceptaba, y ¿ahora? Qué había cambiado en mí, todo, absolutamente todo. Ya en nueve meses más ya no sería la misma, mi físico ya sería distinto, tendría que cuidar a alguien más y con suerte yo podía hacerlo por mi. Todo lo que había soñado, tendría que posponerlo, volver a estudiar, viajar, casarme o comprarme un departamento que sea mío, editar libros o, quién sabe qué. Lo sé, solo me estoy excusando, lo hecho, hecho está, pero me dolía, dolía mucho. Cerré mis ojos con fuerza, odiaba llorar, y más por cosas así, errores míos que al mismo tiempo no lo eran, yo deseaba tanta cosas y cumplir tantos sueños, sé muy bien que podré hacerlo pero en un futuro muy lejano y muchos de esos sueños serian pagados por el dinero de Natsu, sería una mantenida más, y cómo estoy tan segura de eso, porque sufro tanto, si las posibilidades están ahí, un hijo no es la peor cosa que me podría pasar en la vida, pero la verdad es…

-Por qué soy tan débil.- apreté mis puños hasta dejarlos blanco, sentía tanta rabia. Había cagado todo por lo que me había esforzado y más encima culpaba a mi hijo, siendo el un simple cigoto y víctima de todo lo que avecinaba, era una cobarde y las hormonas afectaban en gran cantidad el humor de una mujer, 100% comprobado.

Abrí el refrigerador, nada. La mercadería, observe una planta rodadora adentro. Debía comprar algo. Me sequé los ojos, sabía que me volvería una recaída depresiva por el embarazo, no sería la única que tendría y había que estar preparada, tomé mi billetera, natsu me había depositado, así que tenía dinero.

Cuando mis tías me decían sobre los antojos durante el embarazo nunca les creía, como es posible que, de la nada te da un hambre por una comida en especial, en cualquier momento del día y debes saciarla si o si, pero así es, a las cinco de la madrugada me dieron una ganas terribles por comer helado de lúcuma, y yo odiaba ese sabor. Me puse las pantuflas y fui al refrigerador, pero como dije anteriormente odiaba ese sabor, había comprado vainilla pero su olor me dejo hastiada, estaba claro que mi bebe deseaba solo ese sabor. La cosa es que, yo en mi estado no podía salir a comprar, me podía pasar cualquier cosa allá afuera, y la suerte de encontrar algún almacén abierto eran escasas, pero mis tripas sonaban tan desesperadas y sabía que si las llenaba con otra cosa, la devolvería y me carga vomitar.

-Y ¿ahora? – me dije mientras miraba mi vientre todavía plano, pero sabía muy bien que algo estaba adentro y exigía su dichoso helado de lúcuma- nene, entiende mama no puede ir a comprarlo, en primer lugar es peligroso y segundo tu mami no le gusta ese sabor.- claramente estaba loca, hablando en media de la noche con un cigoto que ni siquiera se desarrollaba por un antojo que yo no deseaba cumplir, pero no dormiría tranquila y lo que más necesitaba era sueño. Estaba en una odisea tremenda. Puse la tetera, por lo menos un té calmaría el ambiente, sería mi símbolo de paz, en este enfrentamiento. La radio nocturna solo colocaba música de la época de mi madre y los canales de televisión, todos fuera de sintonía. Busque una frazada, con mi té en mano me fui a sentar en la terraza, miraba las calles, aun transitaban autos y gente que venía de alguna fiesta, yo lo miraba todo, bebía un poco de té.

-Ser mamá es difícil, baby.- otro sorbo de té- y sé que te culpo de muchas cosas que me están sucediendo-callé, la manos me tiritaban.

-No prometo nada, pero… trataré de que no me vuelva afectar, ya sabes, mamá es muy complicada y siempre se mete líos en la cabeza- deje la taza en piso, y me puse de pie. Con una mano afirmaba la frazada que me protegía del frío y la otra me acariciaba mi plano vientre.- también soy débil, aunque muestre un lado de mi fuerte, no lo soy.

Medite por unos momentos lo que iba a decir, esto era importante para mí- Quiero enseñarte tantas cosas, una de ellas es que no es malo ser débil o tener miedos, son cosas que te hacen crecer como persona, forman el carácter y todo eso. Además te hacen darte cuenta de tus debilidades, para mejorarlas. Nadie dice que la vida es fácil y yo quien para negarlo, todo ha sido un torbellino de cosa, que ni te imaginas, la mayoría relacionadas contigo, algunas buenas y otras malas. En el futuro me preguntaras cómo fuiste concebido, y claramente me pondré nerviosa, recordare todo lo pasé al enterarse, las veces que te culpe de mis errores y frustraciones, tú me miraras esperando una respuesta de mi parte y sabes que diré….el mejor gran error de mi vida, y sabes que más, aunque me mires confundido y preocupado, porque la palabra error, algo que significa malo, tú fuiste la excepción, tú pequeño baby, eres la excepción de todo, y estoy segura que en ese futuro como hoy, te amare y abrazare con todo mi ser. Ya no es momento de culpar te o culparme, sino de avanzar los dos juntos y si alguien más se apunta mejor.- suspire aliviada, ahora todo comenzaba a tomar forma en mi vida. Todo cobraba sentido.

-Porque tu mami, es una mujer que ya sabe afrontar un gran error y seguir avanzando, porque ya aprendí todo lo que tuve que aprender, y tú algún día también lo harás.- mire como las nubes comenzaban a irse para darle paso a los rayos de sol, que se asomaba. Las paz gobernó todo mi ser, la tranquilidad borro todos mis miedo, ahora etsaba segura de esto, y no arrepentiría nunca.

Tome mi celular, sabía muy bien que era una locura, una locura más que asumiría después. Marque el número de Natsu. Necesitaba ese helado de lúcuma.


Hola! Cómo le va? Bueno eh vuelto con el fic, y aunque muchos piensen que lo deje, no es así, solo que eh tenido muchas pruebas y trabajos, no eh tenido tiempo para nada u.u

Por eso estoy feliz de escribirles de nuevo...quiero decir que los pensamientos de lucy sobre su embarazo aunque muchos piensen que es muy exagerada o otra cosa, hay que aclarar que quedar embarazada en situaciones así deprimen a cualquiera, y queria mostrar en este capitulo, que aunque decidas tenerlo, siempre habrá una semillita dentro tuyo que rechazara la idea, pero siempre uno elegirás la mejor decisión.

Sin mas que decir me voy...le deseo un buen día, tarde o noche...un enorme beso con mucha baba y bacterias *3*

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Alguna reviews? *3* *3*