Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a camnz y esta historia fue beteada por Ilwen Malfoy. Contiene nonconsensual.

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Habían pasado seis meses, y hacía ya un mes Hermione había descubierto quién era el prisionero 613. Lo habían sacado de entre los escombros de la mansión, inconsciente y herido. Desfigurado, le habían dicho. Ella había pensado cada día en él antes y después que le dijeran sobre su supervivencia. No sabía por qué no había ido a verlo. Estaba asustada. No sabía cómo se sentiría y no quería hacerle daño. Ahora lo había perdido todo. Su familia estaba muerta, junto con la mayoría de los mortífagos y las otras personas de la casa. Otros dos habían sido recuperados de los escombros. Uno de los Carrow, que se suicidó rápidamente y otra joven Slytherin que era cuatro años menor que ella en Hogwarts.

Todos los partidarios de Voldemort fueron perseguidos y entregados a los muggles en compensación, incluyendo todas las posesiones y riquezas de los Malfoy. Hermione trabajaba en el comité de reparaciones, tratando de establecer buenas relaciones de posguerra con los muggles, que resultaron ser bastante razonables; aunque ellos creían que los principales culpables debían ser castigados para prevenir cualquier acción futura. Los muggles habían insistido en que las relaciones entre los dos mundos volvieran a ser un secreto. El nuevo Ministerio, del cual Hermione ahora era parte, había estado ayudando a hacer olvidar a gran parte de la población muggle afectada. Habían culpado del daño que los mortífagos habían causado a los extremistas musulmanes, quienes estaban muy contentos de asumir la responsabilidad y demasiado desorganizados como para darse cuenta de que no era verdaderamente su obra.

El mundo mágico no estaba regresando a la normalidad. La mayoría de las familias de los Gryffindor habían desaparecido y gran parte de la población de Slytherin también estaba diezmada. Los Ravenclaw y Hufflepuff estaban empezando a regresar desde el extranjero o saliendo de su escondite, y los esclavos habían sido liberados, incluyendo a Luna, quien logró reunirse con su padre. Uno de los gobernadores de Hogwarts, que Hermione no conocía, estaba asumiendo el cargo de Jefe de Estado. El nuevo ministro era un hombre llamado Ralf Mentwart, que había pasado la mayor parte de la guerra en el extranjero pero parecía tener cierta confianza en los trabajadores del ministerio que no habían muerto en la guerra o no habían sido asesinados por los mortífago.

Incluso Neville regresó por un tiempo, pero rápidamente se fue otra vez, había conocido a una chica en Estados Unidos. Fue genial verlo y Hermione lloró durante la mayor parte del encuentro. Pero se mantuvieron en contacto con el servicio de correo de búho inter-atlántico. Aparte de Luna, no había muchos rostros conocidos. Trabajar en el comité de reparaciones la mantenía locamente ocupada.

Hermione había regresado a la casa de sus padres, que era más bien una cáscara vacía. Le traía malos recuerdos, así que se trasladó a la casa de Harry en Grimmauld Place, que desde entonces se la había dado a ella junto con todos sus otros bienes. Había logrado arreglarla un poco con una limpieza completa y una generosa capa de pintura blanca. Incluso logró quitar la pintura de la chillona señora Black de la pared. Bueno… no de la pared, pero se las arregló para quitar la pared. Ahora la almacenaba en el sótano, junto con algunos de los tesoros de los Black. El comité no sentía que era apropiado quitarle ningún objeto que fuese de Harry, así que ahora ella estaba atascada con las cosas de la familia Black. Supuso que podría dárselas a Draco, si él las quería. Era el único pariente de la familia de los Black vivo. Realmente era lo único que le quedaba. Incluso los escombros de mansión Malfoy habían sido vendidos.

Pero ahora finalmente iba a visitarlo. Una gran parte de ella no quería. No quería enfrentarse a él y el caos emocional que acarreaba estar cerca de él. Todo era mucho más fácil cuando podía enterrarse en su trabajo. Pero ahora él había dejado de comer, así que ya no podía ignorarlo más.

Caminar a través de los pasillos de Azkaban la hizo estremecerse aunque los dementores habían sido abolidos. No estaba segura de sí habían sido destruidos, ni siquiera estaba segura de si podían serlo. Azkaban contenía algunos de los mortífagos que no habían estado en la mansión Malfoy el "día de la liberación", como el Ministerio ahora prefería llamarlo. Más que nada como un intento de mejorar las relaciones públicas. Draco y la chica de Slytherin se hospedaban allí junto a todos los criminales locos que ya lo estaban, lo que hacía más triste el estar encerrado en aquél lugar. Una vez que las cosas se resolvieran, tal vez debería tratar de establecer un programa de rehabilitación para los que tuvieran alguna esperanza.

Sus pasos resonaban por los pasillos y podía escuchar a las personas deslizándose dentro de las celdas. El guardia estaba caminando delante de ella a través del laberinto de pasillos. Todo era gris o negro, algo deprimente. Finalmente se detuvo y sacó su enorme llavero y varita. Tardó un minuto en abrir la puerta y al hacerlo sintió que quería vomitar.

Draco estaba tendido en un montón de paja en una de las esquinas. Estaba acostado sobre su vientre. Tenía el cabello sucio y llevaba la misma ropa con la que lo había visto por última vez, hacía ya seis meses. Estaba mucho más delgado.

—Hola Draco. —dijo y no obtuvo respuesta. Esperó un minuto y se sentó recargada en la pared a un metro de distancia de él.

—Oí que no estás comiendo. —Dijo volviendo a recibir silencio como respuesta.

—Sólo vete. —Dijo después de unos minutos. Su voz era ronca como si no hubiese hablado durante un tiempo. Al igual que la suya, se dio cuenta con una sonrisa amarga.

—Come algo. —Ella dijo.

—¿Hará que te marches?

—Probablemente.

—Está bien, voy a comer ahora vete. —Dijo y se movió.

Hermione no supo qué decir. Como había temido, no había nada que pudiera hacer o decir para mejorar las cosas. Había perdido todo y ahora era un prisionero. Ella sabía lo que se sentía. También sabía que preferiblemente no quería sentir nada.

—Sabes no me gusta cuando estas demasiado delgado. —Ella dijo. Repitiendo las palabra que él le había dicho en lo que parecía ser una vida atrás, mientras que al mismo tiempo parecía que había sido ayer. Estar con él era extraño. En parte parecía que había pasado un par de días desde que lo había visto por última vez.

—Por favor, vete Hermione, no tengo nada que ofrecerte—. Dijo en voz baja.

—Como si alguna vez lo hubieras tenido. —Ella resopló.

Podía ver la tensión en su cuerpo.

—Pero por alguna razón —continuó— por alguna razón inexplicable, te he extrañado. —Lo cual, lamentablemente, era cierto, su cama no parecía tener suficiente calor. Había probado con botellas de agua caliente, incluso una manta eléctrica que fue una tarea titánica instalar en Grimmauld Place.

Ella lo escuchó cambiar de posición.

—No tengo nada. —Él dijo. —Están todos muertos, se lo han llevado todo.

—Lo sé. —Respondió.

—Ni siquiera pude dejarte embarazada...

Hermione estaba tratando de suprimir el "¿Qué mier...", su mente estaba gritando, pero al final decidió descartarlo. Ella sabía que él tenía graves problemas con los límites.

—Soy absolutamente inútil.

—Eso puede tener algo que ver con el anticonceptivo muggle que tu madre me daba. —respondió.

Draco se movió un poco más y murmuró algo que no llegó a entender.

—Supongo que si quisieras tener un bebé... podríamos... ya sabes... tener uno. —musitó ella. —Obviamente, no ahora, porque estoy terriblemente ocupada. —No podía creer lo que estaba diciendo, pero acababa de decirlo. Acababa de ofrecerse a tener un hijo con Draco Malfoy, lo que era una confirmación de su locura.

—Por favor, no te burles de mí. —Susurró y se volvió para mirarla.

Tenía una gran cicatriz que iba desde su frente hasta su mejilla. Había dañado el ojo que ahora había perdido su pigmento por completo. Su instinto le decía que desviara la mirada, pero no lo hizo.

—Yo... —comenzó, pero no terminó la frase.

Suspiró y se volvió para apoyarse en los codos.

—Me extrañas, ¿verdad? —él dijo.

Oh maravilloso, la arrogancia. Se le erizo la piel, pero ella sólo pudo encogerse de hombros porque era tristemente cierto. Supuso que la arrogancia era una buena señal, aunque ella quería darle un puñetazo.

Casi podía ver una sonrisa.

—Te ves como pedazo mierda, ahora come.

—De acuerdo. —Él dijo— Pero yo siempre me veo bien, incluso en mi estado más humilde, incluso sin nada me veo bien.

Hermione no pudo evitar rodar los ojos. Adivinó que la cicatriz no iba a detenerlo. Le añadía un cierto misterio a su rostro irritantemente guapo.

—Los muggles insisten en que estés en prisión por lo menos dos años más. —Dijo con seriedad. —Aunque creo que una vez que los requisitos de los muggles estén cumplidos, te dejarán salir. Todo el mundo quiere olvidar esta guerra. Como si eso fuese posible. Todo el mundo parece haber tenido su cuota de pérdidas y muerte. Cinco años de guerra parecen ser suficiente.

Él lo consideró durante un minuto y entonces preguntó —Pero en dos años, ¿estarás aquí?

—Sí. —respondió segura.

Él extendió la mano y tocó su rodilla. Podía sentir el calor de su mano a través de sus ropas. Parecía tan delgado y frágil, que había esperado que fuese frío.

—Tengo que irme. —Dijo con una sonrisa. —Tengo una reunión en tres minutos.

—¿Salvando al mundo de nuevo? —él bromeó.

—Alguien tiene que arreglar este mundo. —Dijo mientras llamaba a la puerta de la celda. Antes de irse dijo— Te veré en dos años.

Escuchó el fuerte ruido de la puerta cuando se cerró detrás de ella. No iba a volver a visitarlo. Tenía que ser castigado después de todo, sólo por ser un idiota arrogante. Podría pasar dos años preocupándose de si ella estaría allí o no. Lo haría, pero no le importaba que se preocupara.

—¡Granger! —Ella lo escuchó gritar.

—¿Qué? —gritó de nuevo desde el pasillo.

—Quiero estar casado.

Hermione rodó los ojos y maldijo ligeramente.

—De acuerdo. —Dijo después de unos minutos. ¿Quién era ella para negarle algo a alguien cuando estaba en el peor momento de su vida?, se justificó a sí misma. —Pero no tengo tiempo para planear una ridícula boda.

—Resulta que tengo todo el tiempo del mundo. —El gritó de vuelta.

Siguió caminando.

—¡Granger! —lo oyó otra vez desde más lejos. —Siempre supe que te conseguiría al final.

—Y probablemente vivirás para arrepentirte una y otra vez. —Gritó antes de salir con una sonrisa.

Fin

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Fin Capitulo Veintiuno.

Notas: ¡Queridos hermanos y hermanas, he aquí el final prometido! Alabado sea el Dramione. No sé si reír porque la historia finalmente acabo, o llorar por haber llegado al final tan pronto, o simplemente quedarme sentada viendo a la nada. Sinceramente no espere que esta historia tuviese tan cálido y amable recibimiento, les agradezco desde el fondo de mi corazón por todos sus comentarios y por su amabilidad, gracias por seguir la historia, por sus lindos reviews y por los favs.

Dedico este capítulo a MARUVTA, sé que no es un pov como el que probablemente tenías en mente, pero aquí Draco se sincera y dice que es lo que realmente siempre quiso. Aun así, espero que te guste el final.

También te lo dedico a ti Ilwen Malfoy, por ser la mejor beta de todos los tiempo... muchas gracias por todo linda.

Guest Guest: me alegra que te gustara la historia.

Guest Guest: tardo, pero se dio cuenta al final, es como dice el dicho, no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.

Guest Guest: espero que el final te gustara.

Guest mait: pue si, hubo reencuentro XD

Naoko Ichigo