Nuestra relación no es la mejor, eso es obvio.

Tú me odias, yo te amo. Yo te odio, tú me amas.

De un momento a otro nos abrazamos, pidiendo perdón, y de repente, la ira se vuelve nuestra religión, convirtiéndonos en monstruos sin control, haciendo arrebatarnos nuestros minutos de amor y cambiando esas hermosas sonrisas por palabras que causan dolor.

Tú me dañas, yo te daño.

Y así vamos los dos, contraponiendo nuestras vidas. Me amas tú, te odio yo.

Me di cuenta: amamos destruirnos.

¿No es así, cariño?

—Y me llevo esto último —dijo Eli, mientras señalaba un paquete de galletas con nueces, las preferidas de Trixie. La cajera elevó la mirada, dejando ver sus cautivadores ojos mieles con toques verdes, y de manera tímida, le sonrió, tomando la mercancía y pasándola por el escáner.

—Parece que al Shane les gustan estas galletas. Je, a mí también —comentó, ampliando más su gesto al reconocer quien era. El nombrado le observó, sin decir nada unos segundos, contemplando el travieso brillo que tenían esos ojos y lo moreno de su piel, junto con sus cabellos totalmente negros. Pero reaccionó al ver que no estaba solo, y que habían más personas en la fila esperando a ser atendidas. Debía reconocer que esa chica era preciosa, y como seguía siendo un muchacho, no podía dejar de verle.

Nervioso, pasó una de sus manos por su nuca, sonrojado. La cajera rió ante su reacción.

—En realidad, no me gustan —confesó él, haciendo que la oyente se desconcertara y bajara sus hombros, en señal de desánimo—. Son para Trixie. No sé si la conoces...

—Ya —interrumpió, secante, y borrando su sonrisa, reemplazándola con una mueca—. Tiene un Vlog en BabosaNet. —Eli asintió, extrañado por su repentina actitud. Tomó las bolsas que contenían las compras dentro y pagó— Ah, pero, —llamó ella, antes que el chico se fuera, así que él, con todo el gusto del mundo, volteó a verle, nuevamente, enredándose en su cautivadora belleza— es tu amiga, ¿cierto? —al escuchar esa pregunta, Eli negó, bajando la mirada y con un sentimiento de culpa apareciéndose de nuevo.

—Tenemos ligeros problemas.

Aunque quería parecer impresionada, la chica sólo se mordió el labio, creyendo que era demasiado hipócrita de su parte lamentar lo ocurrido.

Porque, a fin de cuentas, eso era algo a su favor.

—Bueno, entonces ¿podríamos vernos en el puente Ajenia, esta tarde? —preguntó, tímida. El Lanzador se emocionó por eso y aceptó, gustoso, no pudiendo esperar a pasar más tiempo con ella.

Finalmente, fue directo al refugio, con una sonrisa tan grande, que a Burpy le dio mala espina. Últimamente su dueño se comportaba muy arrogante, y sabía que eso lastimaba más a Trixie que nunca. Lo sabía porque a veces le hacía compañía en el refugio, mientras su dueño iba a pasarla con sus admiradoras.

El camino a casa fue muy silencioso, y largo para cierta babosa. En cambio, para Eli, el tiempo comenzó a pasar más rápido, volando en su imaginación y apenas pendiente del camino. Así que al llegar, tuvo que pisar suelo, antes de que la pelirroja notara su descuido.

Entró, pero lo único que se escuchaban eran sus propios pasos golpeando el suelo, y el plástico de las bolsas rosándose entre sí. Como siempre, todo era tranquilo. El lugar aún estaba descuidado, pero al menos no estaba tan horrible como antes; se notaba que Trixie había hecho un esfuerzo por limpiar, aun con su estado de ánimo no tan bueno. También olía diferente, como agrio, pero no era agradable. Se preguntó qué había pasado en su ausencia, que aparte no veía su persona en ningún lado.

Y, sí, ella siempre quería esconderse de él, pero, al final, nunca le daba tiempo, por lo que terminaba, uno, mal escondida, o dos, corriendo desesperada a ver donde podía escabullirse. Pero en este caso, parecía haberlo logrado, y muy bien, ya que el lugar parecía deshabitado.

Aunque en un principio le alarmó su ausencia, terminó sin darle importancia, así que fue a la cocina y sacó las compras, dejando las dichosas galletas de últimas, encima de la mesa, la cual ahora se encontraba vacía y totalmente limpia. Al verlas ahí, a Eli se le ocurrió una idea para que su compañera no siguiera huyendo, así que tomó la mitad de el contenido, e hizo un arreglado muy peculiar y bonito para ella. Con una vaso de leche al lado del pequeño plato blanco con rojo, también colocó un mantel a juego y unas flores que se consiguió en el jardín en el centro. Finalmente, bañó las galletas con chocolate amargo, el favorito de Trixie.

Terminado esto, salió al encuentro de la cajera, de la cual siquiera sabía su nombre, con la otra mitad del paquete en mano, sin estar consciente de que estaba enamorando a dos almas que terminarían sufriendo.

Como elección personal, Burpy decidió quedarse, para averiguar donde estaba Trixie, quien empezó a preocuparle cuando entró a la habitación de ella y notó que, erróneamente, no todo estaba en silencio como se pensó. Pues, resulta que escuchó como del otro lado de la puerta del baño alguien parecía sollozar, e incluso estar vomitando, y como estaba abierta, se internó rápidamente y la vio, recostada de la pared, respirando de manera agitada, y con lágrimas bañando su rostro. Se le veía incapaz de hablar, sólo llorar. Temblaba, y estaba tan blanca como un papel.

Pero lo que más le alarmó a aquella infierno, fue ver que su vómito era color negro.

—¡Eli! —exclamó la muchacha, del otro lado del puente, y llamando la atención del chico, quien le veía fascinado, con el paquete de galletas muy bien arreglado en sus manos.

—Eh, hola —saludó, incómodo al no saber cómo se llamaba. Ella lo notó, y rió a carcajadas, cautivando más al Lanzador.

—Mucho gusto. Soy Scarlett

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Scarlett dices?

Vamo a odiarla

Aviso: los cap's de "Impossible" son cortos porque el fic también lo es.

No se vayan a esperar una trama ¡wow!, porque es sólo una idea de paso.

¿Vieron el final del "Poder del Cambio"? T.T yo lloré con eso. Vitalka es increíble 3

Quienes no lo han leído, pues, no pierden absolutamente nada con pasar por ahí y checarlo ;)

¿Algo más? Yo creo que no, ya terminamos por hoy.

Punto, final.