La segunda parte de mi mini historia :) ya el siguiente espero que sea la última parte n.n

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-¿Nick te encuentras bien?- pregunta la coneja mientras caminaban por la acera en la gran ciudad de Zootopia.

Habían terminado de cenar y durante el banquete el zorro se comportó de maneras muy extrañas, habló muy poco y en ningún momento pudo mantener los ojos hacia la coneja, pero en las ocasiones que Judy se encontraba distraída o mirando hacia otro lado, sentía la mirada del zorro hacia ella.

-Sí, es solo que…- respondió el zorro, pauso un momento, tenía que pensar en una excusa, no podía decirle que era porque hace 2 horas se dio cuenta de lo que siente por ella, trago un poco de saliva y siguió –Judy, yo soy carnívoro por naturaleza y no me acostumbro a comer comidas vegetarianas –

-¿es por eso?- preguntó la coneja –Zorro, a mí no me molesta ir a restaurantes carnívoros, solo que haya alguna opción sin carnes estaré feliz- dijo la coneja mientras abrazaba un costado de Nick, y haciendo latir de forma rápida el corazón del zorro. –Pensé que me conocías, sabes que no soy alguien con prejuicios-

-¿sin prejuicios?- dijo el zorro con media sonrisa en su rostro –tu spray anti zorros decía otra cosa-

-¡hey!- dijo la coneja, separándose de Nick y dándole un golpe pequeño con una de sus patas –ya me disculpe por eso, ¡eres cruel Nickholas Wilde!-

El zorro solo se rió, mientras que en su mente le decía que la cruel es ella, al usar ese vestido que aún tenía puesto.

-Sabes Nick- siguió la coneja con un tono algo distinto –cuando estábamos en el museo y Bellwether te disparó con su virus, por un momento pensé que realmente si te disparó con el virus real- una lagrima comenzó asomarse en un ojo de la coneja –en ese segundo volvió mis prejuicios y si sentí miedo- el zorro la miro y observo el estado en que se encontraba, ambos se detuvieron y Nick solo coloco una de sus patas en el hombro de la oficial –Nick, no fue hasta que me mordistes sin fuerzas que me di cuenta que nuestro plan si funcionó, que dejé de pensar que me ibas a devorar-

-Zanahorias, ya eso pasó, yo sé que los conejos son sentimentales pero tranquila- dijo el zorro mientras le secaba una lagrima a la coneja –recuerdas que soy un experto en el engaño, es natural que caigas en ellos, aún sin que yo quiera- termino el zorro haciendo reír a la coneja –pero debes de saber que jamás, jamás te devoraría, no de esa forma porque me gustas mucho-

"¿Qué acabo decir?" se pensó el zorro mientras su rostro solo mostraba miedo y confusión y mientras las orejas de la coneja se levantaban con sorpresa y lo miraba sorprendida.

-No de gustar, gustar- comenzó a justificarse el zorro –me gustas como mi compañera de trabajo, además que estoy muy agradecido contigo Zanahorias por darme una oportunidad de hacer lo correcto, sé que dije que me gustas mucho, pero mucho como mi am…-

El zorro seguía buscando excusas que justificaran lo que acaba de decir que no observó cuando la oficial se puso de puntillas para acercarse y darle un pequeño beso al hablador, así silenciando a un zorro apenado, y dejándolo con los ojos bien abiertos. El beso de Judy fue una sorpresa para el oficial, una mezcla de sabores y aromas que no pudo resistirse, se dejó envolver en él, cerro sus ojos y abrazo a la oficial para profundizar aquel beso, aquel beso tan deseado desde el inicio de la noche y que internamente sabía que lo deseaba desde hace mucho tiempo atrás. Su mente no pensaba en nada, solo quería disfrutar ese momento que se le presentó.

Judy fue la que finalizo ese beso, miro tiernamente al zorro que se encontraba aún perdido en sus emociones. –A veces no puedes engañar aunque quieras hacerlo- dijo la coneja mientras volvía acercar su nariz al rostro de Nick -¿verdad zorro mañoso?-

¿Acaso Judy se dio cuenta de la verdadera razón de su comportamiento en el restaurante? O que realmente le gustaba al zorro y no solo por las razones que buscaba anteriormente el zorro nervioso.

Lo que es realmente seguro es que el zorro se encontraba perdido y feliz por lo que acababa de pasar, y al tener de vuelta el rostro de la oficial tan cerca al de él, no se contuvo y agarro la cabeza de la coneja para volver a darle un beso, aún más profundo y lleno de emociones que el primero. Ya ambos sabían lo que sentía el uno por el otro, y por el momento iban a ignorar las leyes de la naturaleza y disfrutar de lo que quedaba de noche juntos.