¡Buenos días/noches! Ahora que encontré el tiempo, pude actualizar. Y créanme, las cosas se pondrán muy interesantes a partir de este capitulo :D

Anteriormente, Yellow tuvo una discusión con Peridot que termino con provocarle un ataque nervioso. Blue logró consolarla y por fin arreglaron sus diferencias.

Ahora veamos que sucede a partir de donde nos quedamos, mirando las estrellas...


Capítulo 10

Yellow no le interesaba mucho observar las estrellas. Ella dejó que Blue señale todas las estrellas que ya conocía por nombre, intentando no reír cuando la otra Perla descaradamente omitió la luz leve del Planeta Hogar en el cielo de la Tierra.

—Me gustó mucho viajar—, dijo Blue luego de que se quedó sin estrellas ni planetas para hablar. —No es que suceda a menudo, pero fue más interesante que quedarse de pie junto a la corte.

—Todo es más interesante que eso.

—Como si tú supieras—, respondió Blue suavemente, lanzando una sonrisa rapida a Yellow para hacerle saber que no queria decir nada con eso.

Yellow le dio una mirada indiferente. —Supongo que eres una experta en quedarte de pie.

—Si, lo soy. Tú eres terrible, estabas muy inquieta durante las reuniones.

—¡No estaba inquieta!—, dijo indignada.

—En realidad no estabas inquieta, pero tu cara mostraba que estabas nerviosa—. Ella tocó la mejilla de Yellow suavemente. —Lo estás haciendo ahora también. ¿Quieres empezar a caminar de regreso?

—No todavia.

—Mm. Supongo que Steven continua dormido—, Blue pensó por un momento. —¿Podemos entrenar?

—¿En la oscuridad?

—Honestamente, no estoy segura que sea una gran diferencia para mi—, dijo Blue, señalando sus ojos.

—¿Tu visión es tan mala?

—No, no, sólo quiero decir que es limitada para empezar, así que estoy acostumbrada.

—Muy bien—, dijo Yellow con cautela. —Asi que no es una desventaja para ti. Esta bien—. Ella sacó su espada de su gema. —Aún pienso que eso es muy poco natural, debes tener alguna clase de daño en tu gema que no se nota. ¿Una o dos espadas?

—¿Una? Creo que ninguna de las dos tiene suficiente practica para un buen duelo con dos espadas.

—Es justo.

—Y no es natural, por cierto—, agregó Blue, sacando su propia espada. —Perla lo descubrió.

—¿Qué quieres decir con que Perla lo descubrió?—, demandó Yellow. —¿Cuándo?

—Oh... ¿hace un par de días? Hablamos—. Ella dejó caer la espada débilmente a su lado. —Te lo hubiera dicho de inmediato si era grave—, agregó. —Pero nos ocupamos de eso, y pensé que podría esperar hasta que resolvamos las cosas entre nosotras.

—¿Se ocuparon de qué?—, preguntó con impaciencia.

Blue apartó la mirada. —¿Las otras Perlas...?—. Ella tocó su gema levemente con un dedo. —Las que traje conmigo, quiero decir.

Los ojos de Yellow se movieron hacia su gema, y luego retrocedieron.

—Al parecer se supone que no debes colocar otras gemas en tu interior—, dijo ella, riendo nerviosamente. —¿Quién lo diria?

—Yo—, dijo Yellow rotundamente, cruzando los brazos. —Te dije que habia algo malo con eso.

—No lo sabias, sólo estabas asustada—, resopló Blue.

—Eso no viene al caso.

—No.

Ambas mantuvieron el contacto visual tercamente por un momento y luego Yellow sacudió la cabeza, sonriendo. —Bien, bien—, dijo. —No lo sabia, pero en serio, se trata de sentido común.

—Tengo bastante sentido común—, argumentó Blue.

—Tienes un sentido común muy selectivo—, replicó, dando un paso adelante. —Déjame ver tu gema.

—Mi gema esta bien—, dijo Blue, apartando con poco entusiasmo las manos de Yellow. —Vamos a luchar.

—No cambies el tema. No voy a apuntarte con objetos afilados, dos segundos después de enterarme que estas poniéndote en peligro con tus ridículas nociones de heroísmo otra vez.

—No es ridículo—, respondió, con un tono de advertencia en su voz.

—Bueno, aún así no voy a luchar contigo—. Yellow comenzó a guardar su espada, pero entonces Blue aferró su muñeca. Ella se estremeció un poco ante la extraña sensación de tener la espada a medio camino dentro de su gema y la soltó para que pudiera deslizarse completamente.

—Yellow—, protestó Blue. —En serio, estoy bien, ya no están allí. Perla las guarda en el templo por ahora.

—¿No estas preocupada de que esas cosas te han estado atacando desde el interior por miles de años?

—¡Por supuesto que estoy preocupada!—, gritó Blue. —¡No tengo idea de lo que me hicieron, y estoy tratando de no pensar mucho en eso, porque es aterrador no saberlo!

Yellow parpadeó, inmóvil.

—Pero sea lo que sea, ya ha ocurrido, por lo tanto no tiene sentido tratar de ser cuidadosas ahora—. Sus dedos se aflojaron en la muñeca de Yellow. —Por favor, no me trates como si fuera frágil, o voy a empezar a creer que lo soy.

La otra Perla suspiró, dejando que su mano se deslice a su lado. —Frágil es la ultima palabra que usaría para describirte—. Hizo una pausa. —¿Hay alguna otra información relevante que debería saber?

Blue sacudió la cabeza. —Eso es todo.

—Muy bien—, cedió ella, buscando su espada otra vez. —Un duelo, entonces.

—¿En serio?—, preguntó con entusiasmo.

—Si.

—¡Gracias!—. Ella retrocedió para darle espacio a Yellow para sacar su arma. —Si no te importa, me gustaría probar técnicas nuevas, me encantaría una segunda opinión.

—Claro—, aceptó Yellow. —Apreciaría tener tu consejo también.

Blue sonrió. —Por supuesto.

—Y intenta ser un poco más cuidadosa contigo misma.

Ella asintió alegremente. —De acuerdo.

—Bien—, Yellow hizo una reverencia. —Comencemos.


Un duelo rápidamente se convirtió en dos, y luego en tres.

Después que terminaron de practicar y descansaron por unos minutos, ambas hicieron el camino de regreso, intercambiando comentarios sobre las técnicas de cada una.

—Ese movimiento, cuando te desplazaste de forma lateral y casi me cortas la nariz...

—¡Ya me disculpe por eso!—, protestó Yellow.

—No, quiero decir que fue muy bueno. No fue predecible como lo eres habitualmente.

—Oh. Gracias, supongo—. Ella se acercó a la puerta del granero. —En su mayoría fue porque me sorprendiste con la segunda espada.

—¿En serio funcionó? Todavía no tengo mucha practica con eso.

—Tu lucha con dos espadas fue insatisfactoria, pero la idea de añadir otra arma en medio de la batalla fue solida—. Hizo una pausa, pensando. —Podrías intentar con algo más pequeño.

—Tal vez—, agregó Blue. —Voy a ver qué tiene Perla en su colección.

Yellow asintió y empujó la puerta. Las luces ya estaban encendidas, no era una sorpresa, y rápidamente localizó a Peridot a su izquierda, con diversos materiales esparcidos delante de ella.

La gema más pequeña levantó la mirada cuando entraron. —Eh, hola—, dijo con nerviosismo.

Blue de inmediato se colocó en el espacio entre ellas, directamente de pie frente a Yellow. No podía ver la expresión de Blue, pero Peridot parecía lista para comenzar a correr.

—Al parecer... están juntas otra vez—, dijo la técnica con cautela.

Blue asintió secamente.

—Por las estrellas—, murmuró Yellow, rodando los ojos. Ella tomó a Blue por los hombros y la apartó del camino. —No necesito un escudo.

—Ya lo sé. Sólo quiero recordarle que, si ella vuelve a lastimarte, tendra que vérselas conmigo.

—Bueno, puedes detenerte ahora. Ella ya te tiene miedo, de todos modos.

—¿En serio?—, preguntó Blue con curiosidad, inclinando la cabeza hacia atrás para mirar a Yellow.

—¡No tengo miedo!—, dijo Peridot, indignada. —¡Sólo eres... rara! No estoy acostumbrada a las Perlas como tú.

Blue se cubrió su boca con una mano, sofocando la risa. —Gracias.

—No creo que fuera un cumplido—, dijo Yellow secamente. —Dicho esto, ¿puedes darnos un minuto?

—Oh, claro. ¿Deberia esperar afuera?

Yellow asintió, dándole una pequeña sonrisa cuando la mano de Blue rozó la suya al salir. Una vez que despareció por la puerta, Yellow regresó su atención a Peridot. —Me disculpo por mi comportamiento de ayer—, dijo simplemente, con los hombros rígidos mientras trataba de finalizar la disculpa incomoda lo más rápido posible.

Peridot se incorporó de un salto. —¡No, no, no, espera! ¡Quédate ahí, no te muevas!—. Ella subió las escaleras y se detuvo a mitad de camino. —No es una orden, pero apreciaría mucho que no me ignores, como lo haces normalmente.

Yellow cruzó los brazos. —Estoy esperando, ¿o no?

—Si. Bien—. Ella subió por la escalera y apareció corriendo a los pocos segundos con una caja pequeña entre sus manos. —Aquí—, declaró, tendiéndosela a Yellow. —Esto es para ti.

—¿Tú me estas... dando algo?—, preguntó lentamente, sus dedos curiosos estaban a punto de tomar la caja, pero no del todo.

—Como una parte de mi disculpa.

—Pero yo soy quién se esta disculpando.

—¡No, yo lo soy!—, Peridot la colocó en su mano con determinación, lanzando una ráfaga de palabras nerviosas. —Eh, quiero decir... Me disculpo sinceramente y espero que podamos llegar a un acuerdo pacifico en nuestros proyectos futuros. Por favor, acepta esta muestra de aprecio y entiende que en ningún momento pretendía menospreciar tu trabajo o a ti. En realidad eres... quiero decir... considerando que nunca has tenido un entrenamiento formal en ingeniería...—. Sus mejilla se volvieron azules por la vergüenza. —Eres muy hábil.

Yellow la observó fijamente.

—¿Vas a aceptar el regalo o no?—, demandó, nerviosa. —Es descortés rechazar regalos.

—No sabia que tenia que traer uno—, dijo, mirando la pequeña caja con incertidumbre. Ella vaciló, levantando un mano para abrir las pinzas en su cabello. —Yo... no tengo mucho, pero si te gusta este articulo decorativo, supongo que...

—¿Qué? No, no te molestes—. Peridot descartó la oferta, incomoda.

—¡Acabas de decir que es descortés rechazar un regalo!

—Bueno, peor es aceptar un regalo que no es tuyo—, murmuró. —Son de Steven, ¿verdad?

Yellow asintió.

—Entonces no las ofrescas a otras gemas. Pueden ser basura inutil de la Tierra, pero son tuyas.

—¿Entonces no te doy nada a cambio?

—Sólo deja de llamarme por mi designacion del Planeta Hogar y estamos a mano.

—Yo... Si. Esta bien—, Yellow estiró una mano con torpeza. —Peridot.

La gema más pequeña sonrió, aliviada, y aceptó el apretón de manos. —Gracias.

—¿También tengo permitido llamarte por los numerosos alias que utilizan Amatista y Steven?

—No.

—¿Por qué?

—¡Porque yo lo digo!

Yellow se rió.

—Ahora, ¿vas a abrir eso o no?—, demandó Peridot. —¡Gaste mucho tiempo en ello!

Su risa murió en su garganta. —¿En serio?—, preguntó con incertidumbre.

—Bueno, en realidad... quiero decir... ¡Ugh, sólo ábrelo!

—Pero...—, sus dedos apretaron la caja.

—¡No tienes que darle tanta importancia!

—...Okay—. Una sonrisa pequeña y genuina apareció en sus labios. —Gracias.

—Tienes que abrirlo primero, luego dices gracias.

Ella asintió con desdén y deshizo la cinta, retirando la tapa de la caja. En el interior había un dispositivo rectangular, pequeño y delgado. —Gracias—, repitió de manera automática. —¿Qué es esto?

—Reproduce música—, respondió Peridot, lo sacó de la caja y lo encendió. Ella lo conectó a un pequeño parlante que estaba junto a su espacio de trabajo. —Aquí—. Comenzó a reproducir el CD que habían escuchado antes. —He descargado todo lo que encontramos en el templo y la camioneta del papá de Steven y un montón de cosas de la base de datos humana de Internet, antes que Perla comenzara a regañarme, así que...—. Ella se encogió de hombros y se lo devolvió. —Si quieres más, sólo dime. Aún tiene espacio.

Yellow miró el pequeño reproductor en su mano. —Esto es...—, sacudió la cabeza rápidamente. —Es decir, gracias. Por hacer esto. Yo... lo siento por pensar lo peor de ti. He pasado una gran parte de mi existencia teniendo que soportar a Peridots que se creen mejores que yo, así que no tenia la intención de creer que eres diferente.

—Es justo—, dijo Peridot, lanzandole una sonrisa incomoda.

Yellow se la devolvió, vacilante. —¿Podrías enseñarme cómo reparar el motor?

Sus ojos se iluminaron. —¡Si! Se me ocurrieron algunas modificaciones nuevas basadas en tus cambios originales que creo que podrian incrementar la eficiencia.

—Okay—. Cuidadosamente colocó el reproductor de música junto al parlante y lo encendió. —¿Te importa si Blue entra, o eso interfiere con tu concentración?

—¡Te lo dije, no tengo miedo de ella!

—Eres una mentirosa terrible—, dijo Yellow suavemente, caminando hacia la puerta. —Deberías admitirlo.

—¡Silencio!

—No


Yellow y Peridot trabajaron en la nave hasta bien pasada la hora del amanecer, mientras Blue ayudaba con tareas de poca importancia y observaba con fascinación.

—¿Necesitas algo?—, preguntó cuando Yellow se arrastró desde debajo del motor.

—Si—. La otra Perla se limpió las manos en su regazo, dejando manchas de suciedad sobre la tela gris. —Necesito uno de estos...—. Hizo un gesto grande y en forma de caja con las manos. —...Cubos con imágenes que todos parecen disfrutar. Peridot dice que no puedo desmantelar el suyo.

—Se llama televisión—, replicó Blue amablemente. —Voy a ver si hay uno en el templo que podamos usar.

—Gracias.

Blue se dirigió a la puerta, sólo para chocar con Garnet tan pronto puso un pie afuera. —¡Ups, lo siento!—, dijo rápidamente mientras Garnet la atrapó con un brazo.

—Esta bien—. Ella sonrió y señaló por encima de su hombro mientras Blue se enderezaba. —Pensamos que podríamos ayudar hoy.

—¡Buenos días!—, gritó Steven, corriendo por delante de Perla y Amatista.

—¡Buenos días, Steven!—, dijo Blue con una sonrisa, antes de saludar con una mano a las otras dos. —¡Y buenos días!

—¿Todas están aquí?—, preguntó Yellow, apareciendo detrás del hombro de Blue con herramientas todavia en sus manos.

—¡Hey, aquí están!—, Amatista sonrió. —¿Ya dejaron de cantar y llorar?

—¿Qué?—, arrugó la nariz. —No he llorado, y desde luego que no canto.

—¡Aww, vamos, no eres una verdadera Gema de Cristal sin cantar y llorar! ¿Cierto, Peri?—, preguntó, inclinándose para ver a la otra gema.

Peridot, que acababa de asomar la cabeza para ver cual era la conmoción, se ruborizó. —¡Sin comentarios!

—¿Ves? Es una tradición—, se rió Amatista. —Te lo estas perdiendo.

—Yo tampoco he cantado—, dijo Blue. —¿Debería?

—No lo dice en serio—, dijo Perla con exasperación. —Amatista, deja de molestarlas. No hay requisitos para ser una Gema de Cristal, ademas de creer en la doctrina de Rose.

—¿Cual es esa doctrina?—, preguntó Yellow. —Sigues mencionándola, pero nunca he oído hablar de tal cosa.

—¡Era la piedra angular de la rebelión! Por supuesto que el Planeta Hogar no hablaría de eso—. Perla estaba a punto de decir otro recuerdo pintoresco de la guerra, pero Garnet colocó una mano en su hombro y la detuvo en seco.

—Ya han cumplido los requisitos—, dijo Garnet cálidamente.

—¿En serio?—, preguntó Blue.

—En serio—. Ella sonrió. —Aunque, habrán canciones eventualmente.

Yellow resopló, esceptica. —No de mi parte.

—Ya veremos.

—Puedo ayudarles a escribir una canción—, ofreció Steven.

—Creo que suena divertido—, acordó Blue.

—No voy a cantar.

Garnet sonrió, ignorando su enojo. —Parece que te sientes bien.

—Estoy bien—, dijo con rapidez, enderezándose. —Me disculpo por las molestias.

—No te preocupes—. Ella miró por encima del hombro de Yellow al lugar donde provenía la música. —Veo que Peridot ya te dio tu regalo.

Yellow asintió.

—Todos ayudamos.

—¡Si por "ayudar" quieres decir que todos discutian sobre qué musica incluir!—, gritó Peridot desde el interior.

—Eso quería decir—, respondió Garnet.

Yellow y Blue intercambiaron una breve mirada, ocultando sonrisas.

—En fin, ¿ibas a alguna parte?—, preguntó Perla.

—Oh—, dijo Blue. —Sólo iba a preguntar dónde puedo consegir una TV. Necesitan más partes para la ave.

—Estoy segura que Amatista tiene una en alguna parte.

—¡Hey, no puedes ofrecer mis cosas!—, protestó Amatista. —Pero si, tengo una—, agregó, inclinándose entre las dos Perlas. —¡Hey, P-dot!

—¿Qué?—, preguntó, asomando la cabeza otra vez.

—¡Ven conmigo y Steven para mostrarme lo que necesitas!

—¡Un minuto!—. Peridot desapareció por un momento y luego salió afuera, sacudiendo el polvo de su uniforme. —Okay. Yellow, ¿podrías terminar de unir esos...?

—Ya estoy con eso—, ella caminó de nuevo a la nave.

—¿Te importa si te acompaño?—, preguntó Perla.

—¿Tú?—, preguntó Yellow con escepticismo.

—Si, yo—, respondió con un tono ofendido. —Tuve que centrar mi atención en otras cosas en estos últimos tiempos, pero estoy bien versada en ingeniería.

—¿Desde cuando?

—¡Desde mucho antes que fueras creada!—, resopló Perla.

Yellow cruzó sus brazos. —Aún tengo que ver una prueba de eso.

—Entonces, si amablemente me entregas esa llave...

—¡No has estado en el Planeta Hogar por miles de años, no puedes estar al día con la tecnología!

—Cielos, suenas como Peridot a veces.

Yellow la observó fijamente, aflojando su agarre en la llave lo suficiente para que Perla la arrebatara de su mano. —No sueno como Peridot.

—Un poco—, intervino Blue. —A veces. Creo que es porque ambas provienen de la corte de Diamante Amarillo.

—Yo... no puedo negar eso—, dijo, arrugando la nariz.

—Yellow—, llamó Perla, ya dentro de la nave. —¿Este mecanismo fue tu idea o la de ella? Es una de las reparaciones más simplificadas que podrias realizar con equipo limitado.

—Ambas—, respondió Yelow, acercandose. —¿Has trabajado con esta clase de motor antes?

—No es muy diferente a lo que tenian en mis dias.

Se deslizó al interior tambien, explicando sus planes para poner al dia a Perla.

Mientras tanto, Garnet hizo una seña a Blue para que tome asineto, a un lado del granero. —Vamos a dejarlas solas.

Ella asintió, alisando su ropa mientras se sentaba. Ella escuchaba con melancolia a Yellow y Perla intercambiando consejos dentro de la nave.

—Podrias aprender—, dijo Garnet.

Ella la miró, sobresaltada. —S-Supongo que me gustaria, pero no tengo tiempo. No ahora, de todas formas.

—Después de la rebelión—, respondió, asintiendo. —No seria difícil para ti.

—Gracias—. Blue no podía evitar pensar que "después de la rebelión" era demasiado tenue e incierto como para hacer planes. Ella le sonrió, apartando los pensamientos. —Esta bien. Sólo me encantaría tener tiempo para probar todas estas cosas nuevas en la Tierra ahora. Hacen las cosas muy diferentes aquí.

—Si, lo hacemos—, acordó ella.

—Es asombroso—. Blue apartó su pelo ligeramente. —Sólo tengo que priorizar.

—Perla dice que has hecho un gran progreso en el entrenamiento—, dijo Garnet. —¿Ya te enseñó el duelo con dos espadas?

—Ambas lo estamos intentando—, respondió, asintiendo. —Sin embargo, no estoy segura si me conviene. Me estoy esforzando para descubrir mi propio estilo.

—Hazme saber si quieres un poco de practica extra alguna vez—, dijo con una sonrisa. —Me gustó luchar contigo.

Blue sonrió. —Estabas siendo suave conmigo.

—Pronto no lo sere. Eres impredecible.

—¿Para alguien que es mitad Zafiro?

—Eres casi impredecible—, dijo con buen humor. —Y, para que conste, no utilizo la visión futura constantemente cuando estoy luchando. Es una distracción, en especial con gemas como tú.

El cumplido hizo a Blue genuinamente feliz y unió las manos sobre el regazo. —Gracias. Voy a aceptar la oferta pronto entonces.

—Bien, si quieres practicar la fusión también, sólo pregunta.

—¿Q-Qué?

—Parecías interesada.

—...Si—, admitió en voz baja. —Pero no lo sé. Todo lo que sé sobre la fusión proviene del Planeta Hogar... e incluso los informes no oficiales nunca quieren hablar mucho de eso, no de la forma que se hace aquí y definitivamente no entre distintos tipos de gema.

—Es muy diferente—, acordó Garnet. Hizo una pausa, mirando a Blue con detenimiento por un momento. —No hay nada inherentemente malo en fusionarte con alguien de tu tipo, tampoco. Se trata de la experiencia—. Ella bajó la mirada hacia sus manos. —Existen juntas, no sólo porque es necesario para ganar una pelea.

—Suena bien—, murmuró Blue. —No puedo imaginarlo.

—Esta bien. Tomate tu tiempo—. Garnet miró a las otras por un momento. —Estoy muy segura que te gustara.


Perla, Yellow y Peridot pasaron la mayoría de la mañana trabajando en la nave y participando en conversaciones que iban desde discusiones académicas a disputas menores. Mientras tanto, las otras cuatro se hacían compañía y jugaban en los alrededores mientras discutían estrategias, hasta que las demás llegaron a un punto de descanso en su proyecto.

—Entrenamiento a las dos en punto, Blue—, dijo Perla. —Amatista, ven y ayúdame a encontrar algunas piezas en la Guardería, por favor.

—Entendido.

—Steven, requiero tu asistencia para localizar más información sobre la maquinaria de la Tierra—, anunció Peridot.

—¡Claro!

—Yo voy también—, dijo Garnet, tomando a Steven y poniéndolo encima de su cabello.

Blue observó a las demás irse y se acercó adonde Yellow estaba sentada con la espalda en un costado de la capsula. —¿Esta funcionando bien?—, preguntó suavemente, sentándose a su lado.

—Si.

—Me alegro.

Yellow asintió, haciendo girar entre sus dedos una herramienta que Blue no reconoció.—¿Qué quieres hacer antes del entrenamiento?

—No estoy segura. ¿Tienes algo en mente?

—No, ahora no—. Yellow le lanzó una mirada muy larga. —Estaban hablando de fusión otra vez—, comentó.

—¡Oh! Un poco—, respondió Blue, mirando las herramientas esparcidas a su alrededor. —Es interesante.

—Quieres probar.

—¿Qué?—, preguntó Blue, sobresaltada. —No, nosotras... sólo estábamos hablando.

—Esta bien—, dijo Yellow encogiéndose de hombros. —Parece algo de tu estilo.

—No lo sé.. Garnet parece muy contenta, y las otras lo disfrutan también... Sólo tengo curiosidad.

—Podrías intentarlo entonces—, dijo Yellow despectivamente.

Sus mejillas se tiñeron de un azul oscuro. —¿De verdad?

—No puedes meterte en problemas por eso. Y estoy segura que una de ellas estaría dispuesta a darte una oportunidad, tal vez incluso Perla.

—Espera, qué... oh—, su voz titubeó. —Supongo que si—. Ella arregló su flequillo con nerviosismo. —¿Tú... no estarías interesada, entonces?—, preguntó en voz baja.

Le tomó un momento para darse cuenta que Blue estaba interesada en fusionarse con ella, y cuando lo hizo, todo su cuerpo se paralizó. —¿Yo?

—¡Esta bien si no quieres!—, dijo Blue rápidamente, sacudiendo las manos de forma nerviosa entre ellas. —Sólo pensé que, si voy a intentarlo, prefiero que sea contigo primero. Lo siento, eso fue.. No debí preguntar.

—Esta bien—, logró decir Yellow débilmente.

—Al menos podría calcular el tiempo hasta entonces mejor.

—Esta bien—, repitió.

Blue asintió, desviando la mirada.

—Quieres fusionarte conmigo—, dijo Yellow, la inflexión en su voz no estaba muy bien, bien pudo ser una pregunta o una afirmación.

—Sólo si tú quieres—, dijo casi con una sonrisa.

—Ni siquiera sé cómo funciona la fusion—, respondió, con la voz tensa.

—Esta bien, yo tampoco.

—No estas diciendo un argumento muy convincente.

—Si me das un minuto para pensar, estoy segura que podria cumplir mi parte en el debate.

—No es un debate—, murmuró Yellow, tocando su gema conscientemente.

Blue se ruborizó. —¿Eso quiere decir... que quieres?

—Quiere decir que voy a pensarlo—, corrigió, y luego vaciló. —¿Puedo pensar en eso?

—Si. ¡Si, por supuesto!—, respondió, el alivio inundaba su rostro. —Tomate todo el tiempo que necesites.

—Okay.

—Tienes permitido decir que no.

—Entendido—. Yellow abrió la mano de Blue para entrelazar sus dedos. —Tú también.

—Yo soy quién lo pidió.

—Lo sé

—...Gracias—. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios. —Lo siento por tocar el tema tan de repente.

—Estoy empezando a acostumbrarme—, dijo Yellow irónicamente. —De verdad eres una Perla muy extraña.

—Gracias—, dijo Blue con alegría. —Eres muy extraña también.

—Aún no es un cumplido.

—¿No lo es?

Yellow sonrió. —Si tú lo dices.

Ninguna mencionó la fusión de nuevo ese día, pero Yellow estaba sorprendida de lo fácil que había comenzado a aceptar la sugerencia, una vez que el shock inicial se había esfumado. Era una Perla, y se supone que no debía fusionarse. Nunca lo había considerado siquiera. Y la fusión... esta clase de fusión, en la Tierra... era intima de una manera que debería asustarla, pero su sensación de malestar pronto fue superada por una curiosidad cautelosa. ¿Cómo se sentía la fusión?

Blue quería intentarlo, le contagiaba su entusiasmo más de lo que debería, así que ignoró eso y trató de mirarlo de forma lógica. Fusionarse no las lastimaría, les daría una ventaja táctica, y si no funcionaba sólo tendrían que continuar, ¿verdad? Había una pequeña y molesta en el fondo de su mente que seguía preguntándose qué bien podía suponer la fusión de dos Perlas, pero estaba cansada de permitir que el Planeta Hogar le diga qué hacer y cómo pensar. Estaban a galaxias de distancia y ya habían roto cientos de reglas.

Y honestamente, se sentía bien, ser la primera opción de alguien. Ser la primera de Blue específicamente, y sabiendo que había cierta cualidad dentro de ella que le daba tal honor, especialmente luego de pasar tanto tiempo en soledad.

Aún así quería pensar más antes de decir algo, pero realmente, nunca hubo dudas de cuál seria su respuesta.


Fusión. Seis letras, todo una experiencia detrás. Y nuestras Perlas quieren ver que se siente. ¿Lo harán? Y si lo hacen, ¿cuál sera su aspecto y personalidad? Y creo que lo más interesante seria ver las reacciones de las otras Gemas de Cristal. En especial Garnet, siendo ella una fusión.

Y al parecer Peridot se llevara bien con Yellow a partir de ahora, o al menos a su manera ^^'' Esperemos que así sea, ¿se imaginan a Blue furiosa? Que miedo xD

¡Saludos!