Zootopia y todos sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Disney.
Parachute (Paracaídas)
1. Sorpresas
A simple vista Zootopia parecía ser una ciudad común y corriente: habían construcciones, tiendas y autos por doquier. Pero bastaba con prestar un poco de atención a sus alrededores para ver toda la magia que se escondía en cada rincón: con sus edificios inalcanzables y sus paisajes interminables, cualquier animal parecía perderse en medio de toda esa inmensidad. Y Judy Hopps no era la excepción.
Habían pasado ya diez meses desde el día que se mudó a su nuevo hogar, y aunque le encantaba vivir ahí, aún no terminaba de adaptarse por completo. Cada animal parecía ir a su ritmo propio. Era normal, pensaba con alivio, para una coneja que había pasado toda su vida en Bunnyburrows.
"Oficial Hopps, buenos días."
Y con una sonrisa se abría paso dentro de las oficinas del Departamento de Policía de Zootopia. Esa era su parte favorita del día y el único lugar donde no se sentía como una completa extraña.
Después de todo, los cambios no siempre son malos y Judy estaba segura de que no cambiaría nada de su vida actual.
"¡Hopps! ¡Buenos días linda!"
Como todos los días, el Oficial Benjamin Clawhauser la saludaba con entusiasmo desde la recepción.
"Buenos días Clawhauser," respondió mientras avanzaba hacia él. "¿Alguna novedad?"
"No, nada nuevo." El Guepardo pareció pensarlo dos veces antes de agregar: "Aaaaunque, si por novedad te refieres a que Gazelle sacará un nuevo disco, entonces sí, tienes toda mi atención."
Judy soltó una risita. Su compañero nunca iba a cambiar. "Muero por oír los detalles," y dedicando una mirada a su alrededor recordó lo que venía a preguntarle. "Por cierto, ¿has visto a Nick?"
"Querida, el oficial Wilde y las mañanas son enemigos naturales. Deberías saberlo ya."
La coneja suspiró. "Tienes toda la razón."
"Vaya, vaya," ambos oficiales se sobresaltaron al escuchar esa voz. "¿Hablando a mis espaldas Oficial Hopps?"
Girando a su izquierda Judy se topó con nadie más que su compañero Nick Wilde, quien la observaba con una sonrisa juguetona.
Recuperando su compostura, la coneja le devolvió la sonrisa.
"Para nada Oficial Wilde, debió de haber escuchado mal." Ignorando al recién llegado, la oficial se despidió de Clawhauser y comenzó a caminar hacia la sala de descanso. Un poco de café no le vendría nada mal.
Como era de esperar, Nick no tardó en alcanzarla.
Y sin dedicarle una segunda mirada, continuó: "Buenas noches, por cierto."
No tenía que ver a su compañero para saber que había hecho una mueca. Todos en el departamento estaban enterados de que el oficial Wilde tenía un problema con la puntualidad. Judy, por su parte, sabía que hacía su mejor esfuerzo pero era necesario darle un jalón de orejas de vez en cuando.
"Muy graciosa. Fueron solo 15 minutos esta vez, dame un poco de crédito por ello."
La coneja trato de verse lo más indiferente posible. "Me parece que ayer fue media hora."
Eso detuvo a Nick en seco. "¿Ahora me tomas el tiempo Zanahorias?"
"Solo digo que no te vendría mal levantarte un poco más temprano Nick." Y sin darle tiempo de responder, se dirigió a la cafetera. Por desgracia, no tardó en darse cuenta de que había olvidado traer su taza. De nuevo.
Nick pareció notarlo también y rápidamente le pasó una de las tazas que había en los cajones de arriba. Los mismos cajones que Judy jamás lograba alcanzar y con los que Nick le había jugado miles de bromas en el pasado.
"¿Por qué los conejos son todos tan diminutos? ¿Acaso tienen alguna gracia?" Solía decir en aquellas ocasiones.
"Gracias." Murmuró de mala gana.
El zorro ni si quiera lo notó, parecía seguir molesto por la conversación de antes.
"Claro, si yo hubiera nacido en el campo-" Y una mirada de Judy fue suficiente para que rectificará su comentario. "Que diga, en las madrigueras, todo sería más fácil pero nooo, tuve que ser un pobre zorro de ciudad."
La pequeña oficial se cruzó de brazos. Las excusas de Nick ya no funcionaban con ella. No después de descubrir que su supuesto hijo era nada más y nada menos que un zorro de casi cuarenta años.
Y ambos lo sabían.
"Está bien, está bien, trataré. Cielos Judy, podrías matar a alguien con esa mirada."
"Y supongo que no querrás ser el primero."
Trabajar con Nick estos últimos meses no había sido tan fácil como lo imaginó en un inicio. Si bien los dos tenían una dinámica digna de admirarse, con personalidades tan opuestas que al mismo tiempo complementaban las faltas del otro, a veces eras mismas diferencias las que se convertían en un problema.
A Nick le gustaba el camino fácil, y claro, sabía mover sus cartas a la perfección para asegurar la menor cantidad de esfuerzo posible. Pero Judy no era así. A ella le gustaba dar lo máximo en todo lo que hacía, esa cualidad era la que la ayudado a llegar hasta donde estaba ahora.
Eso era lo que le había permitido alcanzar su sueño de convertirse en policía.
Y cada vez que se frustraba con ese zorro "demasiado listo para su propio bien" se recordaba a sí misma que gran parte de lo que había logrado se debía precisamente a él y su capacidad para resolver las cosas de manera rápida.
"Zorro astuto," pensó. Después de todo, ¿qué haría sin él?
"Y bien Zanahorias, ¿qué hay por hacer?"
Judy casi se cae de su silla de la sorpresa. Estaba tan ensimismada en sus pensamientos que había olvidado dónde estaba. Y con quién.
Nick se limitó a arquear una ceja.
"Eh, lo siento, ¿decías algo Nick?" Sonrió con nerviosismo.
"Dije: ¿tenemos algo que hacer hoy?"
"Oh, no," No pudo evitar sentir cierto alivio al saber que sus pensamientos se encontraban a salvo. Nick no la dejaría en paz si se enteraba de lo que pensaba sobre él. "Es decir, sí," corrigió de inmediato. "Aún tenemos que buscar más pistas sobre el caso Cornelius. Ya hemos cubierto gran parte de Tundratown pero aún quedan muchos cabos sueltos."
"Por eso no te preocupes, ya estoy en eso." Comentó sin darle mucha importancia al asunto.
Judy sabía de qué se trataba. "¿Otro de tus contactos?"
"Así es," respondió sin levantar la vista del celular.
"¿Y esta vez son fuentes confiables?" Insistió al ver que su compañero no tenía la intención de dar más detalles.
"Depende de lo que tú consideres como confiable."
La coneja rodó los ojos. Era de esperarse. "Prefiero no saberlo."
"20:47"
Había estado tan ensimismada en la revisión del caso que perdió la noción del tiempo. Eso era algo que sucedía con frecuencia pero siempre era Nick quien se aseguraba de que recordárselo puntualmente.
De hecho, le extrañó que no hubiera hecho ningún comentario sobre lo tarde que era, aún más tratándose de un viernes por la noche.
"Lo más probable es que tampoco se haya dado cuenta," supuso en sus adentros. Quizá así era mejor, pocas veces lo veía dedicarle tiempo a la revisión de pistas y demás cosas que incluyeran demasiado tiempo de lectura.
Sonrió desde su asiento. El animal en cuestión se encontraba con la mirada fija en un par de carpetas y siendo honesta consigo misma, le gustaba verlo así, concentrado en algo que no fuera su celular.
Debía de admitir que su compañero había progresado mucho en tan poco tiempo. Lo que le recordaba…
"Por cierto Nick, ¿tienes algo que hacer mañana?"
Era una tradición que ellos dos tenían. Desde que Nick se integró al Departamento de Policía habían comenzado a salir juntos.
Como amigos, por supuesto, ¿qué más, si no? Y justamente hace un par de semanas Nick le había comentado que quería ir a ver una película que se estrenaría ese fin de semana.
"Eh, perdón ¿decías algo?"
"Vaya si estaba concentrado," pensó antes de agregar: "Mañana se estrena Corazón de León, ¿recuerdas? La película de la que hablamos el otro día."
El oficial pareció pensarlo dos veces antes de reaccionar. "¡Oh, es verdad!"
La última vez que salieron Nick se había encargado de invitar la cena, por lo que esta vez Judy se había adelantado y ya tenía dos entradas compradas desde la semana pasada.
"Podemos ir en la tarde," explicó mientras buscaba en una de sus gavetas los boletos para mostrárselos. "De hecho yo tengo-"
"Zanahorias espera…" le interrumpió de inmediato. La coneja se detuvo para verlo un tanto extrañada. "Yo, eh, tengo algo que hacer mañana. Lo siento."
La respuesta fue tan repentina que Judy no supo cómo reaccionar. Bajó la mirada hacia donde estaban los boletos y por un momento se sintió algo perdida.
"Pero podemos ir la próxima semana," Nick sugirió, sonando un poco apenado. "Yo invito."
¿Qué se suponía que ella debía de contestar?
"Claro, desde luego." Fue lo primero que se le ocurrió, y buscando cualquier excusa para salir de ahí, tomó los papeles que había estado leyendo. "Iré a dejarle estos reportes al Jefe Bogo, vuelvo enseguida."
El resto de la noche había sido algo incómoda. Sabía que era tonto culpar a Nick por el simple hecho de tener una vida.
"Tonto y egoísta," se decía una y otra vez. Probablemente tenía algún asunto personal que atender y ella no tenía derecho a molestarse por ello.
Es solo que, después de una noche de descanso, aún no podía sacarse esa sensación de vacío que sentía en su interior.
"Buenos días," dijo en cuanto estuvo lo suficientemente cerca de la recepción.
"¡Hopps!" La saludó el oficial Clawhauser con la alegría que lo caracterizaba. "¡Buenos días! No esperaba verte hoy por acá."
Suspiró cansada. A decir verdad, ella tampoco. "El Jefe me pidió que viniera temprano para revisar unos papeles, pero ya terminé."
"Que bueno linda, sería una pena que desperdiciaras tu fin de semana en la oficina." Y dándole una mordida a la dona que llevaba el la mano, aseguró: "Te-do-digom-perespemiensia."
"Eh, sí, ¿supongo?" No había logrado captar lo último del mensaje pero si algo era verdad, es que ambos se encontraban en la misma situación. Pasar el sábado en la oficina apestaba. Y aquello le dio una idea. "Clawhauser, ¿harás algo el día de hoy?"
"No. O bueno, tenía pensado ver la última temporada de Leopard Print is the New Black pero no es seguro." Canturreó el felino. "¿Por qué?"
"Lo que pasa es que tengo dos boletos para ir al cine y bueno… Me preguntaba si te gustaría ir conmigo a ver una película." Terminó con una sonrisa. El oficial, por el contrario, no hizo otra cosa que parpadear.
"¿Dije algo mal?" Reflexionó. Quizá la había malinterpretado. "Ya sabes, como amigos."
Clawhauser volvió a parpadear. "¿Amigos?"
Para este punto Judy estaba igual o más perpleja que él. "¿Sí?"
"¡OH JUDY!" Explotó de la nada, levantándola del suelo con un abrazo. "¡No pensé que me consideraras tu amigo!"
"¿Eh?" Aquello casi la mata del susto. "Claro que sí Clawhau-"
"¡Benjamin!" La cortó rápidamente. "De ahora en adelante llámame Benjamin."
"Benjamin, claro." Rió con nerviosismo. "Entonces… ¿eso es un sí?"
"¡POR SUPUESTO!" Gritó sin dejar de mover la cola de un lado a otro. "¡Qué emoción! ¿Y qué película veremos?"
"Corazón de-"
"¡¿Corazón de León?! ¡No puede ser!"
"¿Qu-qué sucede?"
"¡Que Gazelle compuso una canción para el soundtrack!"
"Vaya, me siento muy cansado. Emocionalmente hablando."
El resto del día había pasado sin más sorpresas, para fortuna de Judy. Clawhauser había llegado muy puntual al cine, ambos habían pedido palomitas acarameladas y escogido unos muy buenos lugares. Todo parecía marchar perfectamente.
Hasta que la película comenzó. Fueron las dos horas más largas de sus vidas.
"Sí, el final fue un poco… eh, ¿deprimente?" La coneja trató de sonar lo más optimista posible.
Fracasando rotundamente.
"Oh, ¿a quién engaño?" Dijo en voz alta. "Fue horrible, lo siento Claw- Digo, Benjamin."
El susodicho le mostró una sonrisa sincera. "¿Lo sientes por qué, tontita?"
"Ya sabes, yo fui la que te trajo a ver la película y bueno… No fue lo que esperaba." Agachó las orejas. "Lo siento."
"¡No tienes por qué!" Exclamó contento, lo cual sorprendió a su amiga. "Créeme que me la pasé muy bien Judy. Además, hacía mucho que no venía al cine."
"¿De verdad? Nick y yo venimos todo el tiempo, la próxima vez podemos ir los tres juntos." Sugirió de corazón. Después de todo el guepardo parecía ser una persona sincera.
Y en cuanto vio la sonrisa de oreja a oreja que el felino le mostró supo que no se había equivocado. "¿¡Es en serio!? Wow, ¡gracias Judy! Me encantaría."
"No hay de qué."
"Aunque… ¿no hay problema en que los acompañe?"
Por la cara que puso el guepardo, Judy pensó que se trataba de algo serio.
"¿Problema? ¿Por qué lo dices?"
"Ya sabes," sonrió maliciosamente. "No quiero hacerles mal tercio."
"¿Mal tercio?" Judy repitió en su mente sin comprender.
Hasta que la idea le cayó como balde frío. "¡¿EH?! ¡No, no, para nada! ¡Nick no- No somos- Yo-" Y al ver que Clawhauser se soltaba a carcajeadas, trató de poner en orden sus ideas. Ya más tranquila, continuó: "Nick y yo solo somos amigos."
El felino no dejaba de reír. "¡Lo sé! ¡Solo bromeaba querida!"
Trató de mostrarse serena para no dar pie a malos entendidos pero la risa de su compañero la comenzaba a sacar de sus casillas.
"¿Sabes?" Soltó el guepardo de la nada. "Desde hace días que tengo antojo de un helado de por aquí, ¿no gustas? Este va por mi cuenta."
Y con tal de dejar atrás ese momento vergonzoso, Judy asintió casi enseguida. "¡Claro!"
Con un cono en sus manos, ambos animales se sentaron en una de las bancas del parque.
"¿Entonces aún sigue en pie lo del cine?"
Judy lo pensó dos veces antes de contestar, no quería recordar la broma de hace rato. "La próxima vez prometo elegir algo mejor." Sí, hablar de eso era terreno seguro. "De hecho era Nick quien quería ver esta película."
"¡Oh! ¿Así que el boleto extra era de Wilde?" Preguntó mostrando demasiado interés.
"Así es. Y creo que fue mejor así," sonrió contenta. De alguna manera ese enorme felino la había hecho olvidarse de sus pensamientos absurdos de la mañana. "Hoy me la pasé muy bien contigo."
"¡Ay pero que lindura de coneja!" Respondió el otro de igual manera. "Tienes razón, hay que repetirlo y la próxima vez que sea una comedia romántica."
Judy se giró hacia él completamente. "¡Me encantan las comedias románticas!"
"¡A mi también!"
"Aunque Nick las detesta, piensa que son tontas y predecibles." Repitió con burla para después soltarse a reír. "Patrañas, ¡Él es el tonto!" Y mientras su risa se desvanecía se dio cuenta que la de Clawhauser solo incrementaba. "¿Qué es tan gracioso?"
El animal la miró moviendo la cola lentamente. "Nick, Nick, Nick. ¿Segura qué no hay nada más entre ustedes dos?"
De nuevo sintió sus mejillas arder. "¡¿QUÉ?! ¡NO! Yo- ¡yo ya te dije que no!"
"Tranquila linda," le detuvo entre risas. "No te esponjes. Es solo que hablas mucho de él, eso es todo."
Aquella situación comenzaba a desesperarla. Estaba completamente segura de que no era verdad.
Clawhauser se paró en ese momento, sorprendiéndola un poco. "Uyy pero que frío, ¿te parece si nos vamos ya? Antes de que se haga más tarde."
Judy le agradeció que decidiera cambiar la conversación. "Claro."
Mientras iban camino a la estación de autobuses pasaron cerca del centro de Zootopia, uno de los lugares favoritos de Judy, y la cantidad de personas que había era sorprendente.
Eso era lo que más le gustaba, ver toda la variedad de animales que se encontraban reunidos en la misma ciudad.
Una pantera tomaba un té en una de las cafeterías de por ahí y ver el tamaño de sus bigotes le sacó una risita a ambos.
"Judy, ¿crees que debería dejarme crecer los bigotes?" Comentó Clawhauser después de un rato.
La susodicha sonrió. "¿Cómo la pantera de atrás? Definitivamente no."
Trató de girar la cabeza para volver a dar un vistazo al animal en cuestión pero sus ojos se toparon con cierto pelaje rojo.
"Bueno, no taaan largos, más o menos como los de…"
En ese instante sus ojos se abrieron de par en par. "¿Nick?"
"¡SÍ!" Benjamin exclamó al suponer que Judy había dado completado lo que quería decir. Por desgracia no era ese nombre el que tenía en mente. "Espera, ¿qué? ¡No!"
A lo lejos, en la misma cafetería en donde había visto a la pantera, se encontraba un zorro de camisa verde y corbata desarreglada.
Tenía que ser él.
"Ok, Judy, creo que tienes un problema con…"
"¡Benjamin!" Le interrumpió al ver hacia donde iba su comentario. "Me refiero a que creo que el zorro de allá es Nick."
Para ser más específica le señaló el lugar al que se refería y Clawhauser se sorprendió al ver lo mismo que ella.
"¡Oh, pero claro que es el oficial Wilde!" Asintió con la cabeza. "¿Y esa linda zorrita qué está con él quién es? ¿Su pareja?"
"¿Eh?" Por un momento Judy no entendió a lo que se refería, pues desde el principio ojos se habían posado en Nick, pero al voltear de nuevo alguien más llamó su atención.
En la misma mesa, del lado opuesto al de su amigo, se encontraba una zorra de pelaje blanco y nariz alargada.
"No… no lo sé."
N/A: ¡Gracias a todos por leer! En cuanto vi la película quedé encantada con todos los personajes así que me decidí a contribuir un poco a este fandom que apenas comienza. Así que espero que esta historia sea de su agrado, por el momento será más romance que otra cosa, pero en los siguientes capítulos se irá desenvolviendo bien una trama más compleja. (Con villanos y toda la cosa, ¿qué les parece?)
Cualquier duda, sugerencia o reclamo es bienvenido. Incluso si tienen ganas de platicar sobre los personajes, qué les pareció la película, etc… Ya saben dónde encontrarme ;)
Antes de que se me olvide, la idea del título surgió por la canción "Parachute" en la versión de Ingrid Michaelson. (Por si alguien tenía duda)
El arte de la portada le pertenece al artista GAEKUN.