Los personajes de Inuyasha lastimosamente no me pertenecen sino de Rumiko Takahashi. De ser así ya hubiera hecho canon el SesshRin yo solo los tome prestados para esta historia sin fines de lucro.

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Capítulo 1 "Obsesión por ti / Cambios sin ti"

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Londres, Inglaterra.

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En medio de la ciudad de Londres, el día avanzaba con ligeros nubarrones que opacaban al sol, signo de que probablemente llovería más tarde.

En una empresa, que era una de las mejores en la administración de la medicina por su alto poder y prestigio. En dicho emporio justo el último piso donde se encontraba la oficina más importante, que estaba decorada con muebles bizantinos con un toque elegante que hacia combinación con las blancas paredes y los grandes ventanales de cristal que iluminaban por completo el lugar y dejaba una agradable vista hacía el rio Támesis y el London Eye.

El aire acondicionado hacia el ambiente reconfortante, pero aun así, para los hombres que están presentes en aquel lugar dicho ambiente los estaba ahogando, con la fiera mirada del presidente y director de dicha compañía.

Les resultaba difícil tan simple tarea como respirar, por la presencia de aquel hombre que era realmente intimidante. Su ambarina mirada los traspasaba como agujas de hielo por no cumplir con su orden dicha, pero aquel encargo parecía ser imposible.

Ya que el objetivo tal pareciera que solo trago la tierra o más bien dicho, objetiva.

-Les dije – pasando su vista en todos los presentes – que no volvieran hasta saber de ella – siseo casi rugiendo a los tres hombres presentes pero conservando la frialdad en su voz.

-Por eso, ya te lo dije Sesshomaru – suspiro el que pareciera ser el líder – ella no quiere ser encontrada – manifestó – solo sabemos que tomo un avión para Alemania para después transbordar otro sin saber qué rumbo tomo, se le perdió el rastro, nadie sabe de ella – suspiro pesadamente – es como si se haya esfumado de la tierra.

Los demás se tensaron al ver como el hombre frente a ellos fruncía el ceño, tensaba su mandíbula de enojo y apretaba la fina pluma entre sus dedos, casi podían asegurar que se estaba a punto de reventar dicha pluma. Además de que el ambiente los estaba asfixiando conforme pasaban los minutos en esa oficina con la sola presencia del ambarino.

Ya que ninguno lo podía comprender, porque no cabía en su cabeza, él porqué su obsesión por encontrar aquella mujer desde hace un mes. Pero la búsqueda fue exhaustiva sin llegar a nada.

Quien fuera esa mujer, se supo esconder muy bien de semejante demonio, cosa que no la culpaban por esconderse de ese hombre frente ellos. Pero para su desgracia, ellos son los investigadores privados de Sesshomaru y como profesionales la buscaran hasta encontrarla, hasta el último rincón del mundo si es necesario.

-Me importa muy poco sus justificaciones – declaro – búsquenla sin importar el costo, hasta si es necesario revisar debajo de cada piedra, háganlo – alzando la voz levemente.

-Como ordene Señor – declaro el líder de investigadores.

-Bankotsu – lo llamo, observándolo con una mirada más fría dejando claramente la amenaza – no quiero fallas.

-Sería más fácil si nos dieras más datos como referencia para descartar posibles lugares – remarco con altivez.

-Jaken

-Sí, Señor Sesshomaru – dijo el hombre bajito que estaba al final del pasillo para dar unos pasos y entregar una carpeta al susodicho – aquí tiene.

-Entonces nos vemos "jefe" – dijo mordazmente al hojear dicha carpeta – pero no le asegura nada, ya que esa mujer desea no ser encontrada.

Tras una reverencia, los demás hombres se fueron de dicha oficina. Dejando solo al hombre de cabellera blanca, de traje negro y de una pulcra camisa blanca haciendo a juego con la corbata plateada oscura. Su porte le daba un toque elegante y sofisticado que combinaba a la perfección con la decoración de la oficina, dando la imagen de un hombre exitoso.

Mientras Sesshomaru se permitió recargar su espalda en el respaldo de su sillón permitiéndose cerrar los ojos y suspirar lentamente, casi imperceptiblemente para volver revocar el pasado que vivió con ella. Todos los días maldecía aquel día que la perdió, jamás pensó que ella lo llevaría hasta el límite de su cordura y su zona de control, al desaparecer de su vida sin rastro alguno.

Sabía que en estos momentos ella lo odiaba, su proceder se lo decía al no poder encontrarla pero no dejaría que ella se escapara de él, podrá ser muy estúpido rebajarse por una mujer hasta el punto de mandar a sus investigadores privados para buscarla por todo el mundo. Pero ella no era como las otras, ella era suya.

-Jamás escaparas de mí – susurro – Rin.

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Tokio, Japón

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En una residencia de estilo tradicional japonesa, ubicada en una zona exclusiva de la ciudad. La noche se hizo presente, todo estaba en calma y tranquilo.

Los pasos tranquilos de una mujer que caminaba de manera elegante y refinada por los pasillos de esa residencia rompía la quietud del lugar. Llevaba consigo un kimono de color purpura que hacia remarcar el rojo carmesí de sus labios y ojos, sus pasos se dirigieron a la habitación que estaba ligeramente entreabierta para luego adentrarse y tocar suavemente la puerta contigua que era la del baño.

-Ne Rin, sal de ahí – toco la puerta – vamos quiero ver que tal te quedo.

-Solo un minuto más – manifestó apresurada.

-Ohh vamos, no es para tanto – manifestó aburrida – anda quiero verte.

Se escuchó unos pasos para después abrirse completamente la puerta del baño.

-¿Y bien? – parándose frente a la mujer que la miraba detenidamente – ¿Qué opinas, Kagura?

-Ohh – sonrió para ocultar su cara de asombro en su abanico – realmente te vez muy diferente así, Rin.

-Gr-racias – dijo abochornada – la verdad aun no me acostumbro a usar los kimonos – señalo.

-Mmmm – se quedó pensativa – así que ahora, ¿usaras esas ropas? – cuestiono.

-En realidad no – musito nerviosamente – solo que quiero cambiar mi estilo y estoy viendo cual es el mejor – aclaro apenada – además de que mañana hare una visita.

-Huh – jugo con el abanico – así que ¿estilo? – remarco.

-Bueno solo estoy viendo opciones – se excusó.

-Podrías habérmelo dicho antes – resoplo molesta – tu sabes que soy diseñadora, veras que encontrare un estilo adecuado para ti – le dedico una maliciosa mirada – aunque debe admitir que el kimono luce muy bien en ti, no te pareces en nada a como solías vestir en Londres.

-¿De verdad? – pregunto mordiéndose el labio con ansiedad – t-u tú crees que así nadie me identificara – mientras sus manos jugaban nerviosamente mientras se sonrojaba, haciéndola lucir encantadora con ese kimono naranja con pétalos blancos en las orillas.

-Bueno tomando en cuenta de quién te escondes – ironizo – pero he de admitir que te vez diferente así – comento mientras la detallaba de pies a cabeza.

-Si – tomando un rizo de cabello jugando con la punta – tal vez así, no me reconozcan por eso decide volver a mi antiguo color de cabello.

-Es cierto que en todos estos años, que creía conocerte – manifestó agitando su fiel abanico – hubiera jurado que tenías el cabello castaño pero ahora debo admitir que el negro te luce mejor, además de que tampoco me imagine que usabas lentes de contacto – manifestó, clavando su mirada en ella - ¿Por qué ocultabas tus ojos de todos, incluso de Sesshomaru?

-Sabes realmente no lo sé – respondió encogiéndose de hombros, ida en sus pensamientos – solo siento que…me aterra ver esta imagen – termino temblando levemente mientras fijaba su vista en el espejo de la cómoda – supongo que al final me termine acostumbrando.

-Aun así me sorprende que Sesshomaru no haya notado que tus ojos eran falsos.

-Bueno – sonrió nerviosa – nos conocimos en muy poco tiempo además no llevamos mucho tiempo casados.

-Ya veo, además supongo que se la pasaba metido todo el tiempo en su oficina que en la casa. Aun así regresaste a ese estilo, que es obvio que no te agrada – argumento – supongo que el bastardo de Sesshomaru te motivo – mientras se quedaba pensativa – pero ¿porque conmigo?

-Ohh eso – sonrió divertida dándole la espalda al espejo – ningún hombre buscaría a su esposa con alguien que fue su ex.

-Ohh vaya – rio divertida por la declaración – no sé, si sentirme halagada o insultada.

Rin se encogió de hombros restándole importancia – lo que importa es que jamás me encuentre a mí – mientras se mano se dirigió a su vientre – ni tampoco a mi bebe – mientras un atisbo de tristeza opaco sus ojos.

-Hey no estés triste, te lo dije antes yo te apoyare – declaro solemnemente – aunque me sorprendió que de todas tus "amistades", me eligieras a mí, la que estaba en la última de tu lista – comento fingiendo tristeza.

Mas la risa mal disimulada de ella hizo romper todo melodrama haciendo reír en el proceso a la pelinegra.

- Bueno sabes que no tengo amigas y que esas "amistades" solo son por Sesshomaru, además eres lo más confiable para mí, de esa jaula de oro – suspiro pesadamente – irónico no, quién diría que las rivales por un hombre se llevarían bien – rio amargamente.

-Debo admitir que me sorprendiste, cuando te presentaste a mi hogar.

Mientras recordaba la llamada que recibió días antes donde le avisaba Rin que iría a Japón y si la podía recibir. Mentiría si digiera que no se sorprendió al escucharla pedir su ayuda. Un mal presentimiento se le hizo presente, en cuanto la vio en el aeropuerto.

Sonreía normalmente pero en su mirada había tristeza, como si en cualquier momento ella se derrumbaría. Pero también se dio cuenta, que a pesar de la tristeza también se aferraba a salir adelante…a vivir.

Claro hasta que le conto lo de su embarazo y la historia del porque viajaba sola, él porqué le pedía ayuda y también porque huía. Una fuerte ira se instalaba en su interior con el quien en su tiempo fue su obsesión tiempo atrás, para pasar a ser el hombre más despreciable cruel y ruin del mundo. Cosa que ya sabía por experiencia propia pero nunca lo pensó que haría miserable a la mujer por el abandono su soltería para casarse y por el que sabía lo había hecho feliz.

-No quiero decir que te lo advertí pero ya vez, yo tenía razón – manifestó saliendo de sus recuerdos, para luego ponerse seria y decir con voz solemne – pero así cómo te lo prometí, te ayudare para que él jamás los encuentre.

-Lo sé y te lo agradezco – mientras suspiraba y una mirada triste, se posaba en sus orbes marrones – pero jamás pensé que mi pequeño mundo se derrumbaría en un solo día – comento con voz estrangulada producto de los recuerdos.

Mientras su mente se negaba a dejarla en paz, haciéndole recordar los bellos momentos con el amor de su vida y también su traición, como dolía cada vez que evocaba su recuerdo. – Olvidarlo – le decía su mente pero eso era imposible, ya que solo le bastaba bajar la mirada en su vientre para saber que en ella llevaba una vida producto del amor de ellos o más bien de ella. Un lazo que la unía eternamente a él.

-Entonces ¿Que harás, ahora Rin? ¿Te seguirás escondiendo? – pregunto burlonamente y sacándola de sus pensamientos – ¿Oh te harás cargo de la empresa que está aquí, en Tokio? Sea cual sea tu decisión una cosa es segura – aclaro – en algún momento lo enfrentaras.

-Lo sé – mientras su mirada tomaba de valor – pero antes, ocultare mi identidad para que no sepa de mi hijo – determino – él jamás lo sabrá.

-Y valla que solo pusiste difícil – ironizo – pasaste de llamarte Rin Collier a Rin Haruna ¡Vaya! – aplaudió – cuanta imaginación contigo.

-Ya – se carcajeo – sé que solo cambie mi apellido pero vamos, estamos en Japón existen muchas "Rin" en este país, además de que por ser muy obvio – puntualizo – me buscara por mi físico porque pensara que cambie de nombre – dijo alzando el dedo remarcando su argumento.

Mientras Kagura veía ese punto "algo" valido, era cierto que gracias a ese cambio de imagen se miraba muy diferente. Su largo cabello negro azabache remarcaba la blancura de su piel y resaltaba mucho su mirada. Además de que esos ojos marrones oscuros la hacían lucir muy diferente a como la conocía en Londres, ya que siempre creyó que eran grises azulados como los de su hermano.

Sin mencionar que estaba ligeramente más delgada, haciendo que sus caderas y busto estuvieran más marcadas, gracias al embarazo de tres meses y que aún no se le notaba, dejando así su cuerpo de niña para la de una mujer hermosa, para su desgracia la maternidad hacia milagros, pensó.

-Lo que no entiendo es ¿Porque quieres trabajar? – cuestionó - tu no lo necesitas y menos deberías trabajar por tu estado.

-Bueno eso – la miro apenada – yo no puedo usar mis cuentas sin que Sesshomaru se entere, si lo llego hacer enseguida me encontraría. Además no me gusta ser una carga para mi familia.

-Oh vaya, entonces estás jodida – respondió con burla – así que tu perro guardián estado cuidando tus movimientos financieros. Entonces eso quiere decir ¿Que te harás a cargo de la empresa de tu familia? – pregunto mientras volvía agitar su abanico.

-Etto no… – resoplo nerviosamente – sé que es muy arriesgado, pero mi hermano se está haciendo cargo de la otra empresa de Londres nunca vendrá para acá, al menos que haya problemas o sea necesario – mientras sonría con entusiasmo de su plan – es por eso que les hare creer a los de la sucursal de aquí, ser solo una trabajadora más y no habrá problema ya que mi abuela Kaede me ayudara en convencerlos sin temor a que me descubran.

-¿Enserio te ayudara la vieja? – musito sorprendida – vaya me dejas sorprendida así que lo planeaste muy bien.

- Verdad – mientras sonreía animada – ya solo me falta decírselo – una gota de sudor apareció ante Kagura – pero sé que me ayudara – sonrió cruzando sus brazos haciendo un gesto infantil.

-Pero olvidas un pequeño detalle – callo al percatarse que tenía su atención en la falla del plan – olvidas que tu prima Kagome es novia de Inuyasha y ambos viven aquí.

Mientras Rin abrió los ojos sorprendida, al dejar pasar ese detalle pero también sabía que desde que se casó con Sesshomaru nunca tuvo contacto con su medio hermano, ya que los dos no se soportaban hasta podría jurar que se odiaban. Aunque la única vez que lo vio, aún tenía su antigua imagen, tal vez no llegaría a reconocerla, ya que no duro mucho tiempo en el festejo de su boda, donde por poco terminaba en tragedia. Al decir, que su hermano era un demonio sin sentimientos que la haría sufrir – y vaya que tenía razón – pensó amargamente. Además estaba segura que su prima Kagome la apoyaría en ocultar por el momento su identidad a todas las personas relacionadas con su marido.

-Descuida – sonrió despreocupada – el casi no me conoce, además como tú dices me veo muy diferente, solo tengo que convencer a mi abuela y a Kagome para que no digan quién soy – contesto mientras le guiñaba el ojo – y sino mira – sacando de sus mangas.

-¡¿Qué demonios es eso?! – preguntó con una gota de sudor – ¿porque los lentes?

-Humm, me da un toque intelectual – rio bobamente.

-¡IDIOTA DESCEREBRADA! – grito lanzándole su abanico en la cabeza.

-¡Ouch! – Se quejó mientras sobaba su cabeza – ¿porque la agresión? – pregunto haciendo un puchero.

Mientras Kagura se ponía a contar mentalmente para calmarse, a veces se preguntaba cómo podía ser tan infantil y otras veces ser alguien tan inteligente y calculadora para desaparecer de todos, sin que el demonio que tenía por esposo, no la haya podido encontrar en todo este tiempo. Era obvio que alguien la ayudo aunque a veces se preguntaba, si su plan de esconderse de ese demonio funcionaria.

Suspiro cansadamente al verla posar como modelo en el espejo de la habitación donde se encontraban, tal vez por esa actitud ella no se dejó caer y por eso pudo salir adelante sin ese hombre, a pesar de todo.

Pero sabía que no podía confiarse, Sesshomaru era alguien que no se daba por vencido, sabía perfectamente que ese egoísta posesivo nunca dejara de buscarla solo esperaba que el destino se apiadara de su amiga, que ya había sido suficiente sufrimiento para alguien como ella. Volteo a verla mientras suavizaba su expresión al verla hacer muecas frente al espejo y sonreía al hacerlas.

-Mira Kagura – volteo la aludida – ¿no es divertido? – pregunto mientras hacia otra mueca en el espejo, su sonrisa resplandecía como si nada le preocupara.

Le regreso la sonrisa, mientras Rin se dio la vuelta para seguir con su juego frente al espejo – No te la mereces Sesshomaru – susurro – te juro que yo la protegeré de ti.

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"…porque sin importar quién te haga daño,

Siempre va haber alguien

Que cure tus heridas…"

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Y volví jejeje ;)

Esto fue muy rápido jajaja pero bueno inicio una nueva historia que es un Universo Alterno (wow primera vez que me atrevo a hacer una historia así :3) les comunico que esta historia en los primeros capítulos serán de un brinco de Londres y Tokio, así como también una serie de retrocesos de varios personajes desde como se conocieron hasta la situación actual ñ.ñ

Y como ya vieron el misterio volvió jajaja además de que por lo visto hay mas cosas a simple vista de lo que parece y muchos secretos que pronto saldrán a la luz. Además de que Rin contara con ayuda de muchas personas.

Pero ¿Porque se escondió de Sesshomaru? ¿Y que fue lo que él hizo? Pero sobre todo, ¿Que hará Rin, ahora que tendrá un hijo de él? ¿Se enterara Sesshomaru? =D

Pero bueno, los veré la próxima semana con el próximo capítulo ;)

Espero que tengan excelente día, tarde y noche...*w*

Bye, bye