Disclaimer: Todo es obra de Sir Artur Conan Doyle y la versión mas reciente (y mas sexy) de la BBC; sigo tomandolos prestados por mi necesidad de Johnlock.

Adevertencias: Es el primer Omegaverse que hago, y resulto tener menos omegaverse de lo normal. Ese era el plan. Espero que funcione y les agrade.

Bullet with butterfly wings

En verdad estaba contento de tener su propio auto. Podría viajar de la casa a su escuela sin depender de su madre, adoraba a esa mujer pero ya tenía la suficiente edad como para valerse por sí mismo. Y ser el único de la universidad que fuera llevado por su madre, no era lo suficientemente bueno para la imagen que trataba de proyectar.

Manejaba a la fiesta a la cual Greg Lestrade le había invitado. Esperaba no verse demasiado formal, por recomendación de su madre usaba un atuendo basado en mezclilla y camisas a cuadros. Cómodo pero elegante, palabras textuales de su progenitora.

Quería llevar algo a la fiesta, pero era la primera que asistía en su vida, por lo que no sabía si la comida chatarra combinaba con muchachos de veinte para arriba. Tampoco quería instarlos a beber, llevando una botella, si no estaba en los planes de nadie.

Disminuyó la velocidad tratando de identificar la casa que le habían descrito. O ver el número, no siempre visible en la puerta. Vio un grupo de chicos, jugando rudamente entre ellos; molestando al que parecía más joven, John pensó que si iban al mismo lugar podría seguirlos. De pronto cambiaron de dirección, metiéndose en un callejón, el rubio sacudió la cabeza pensando que tal vez se drogarían o algo parecido.

Paso lentamente junto al callejón, dio un ligero vistazo, no quería ser cómplice de nada. Pero si algo caracterizaba a John H. Watson era que ayudaría a cualquiera que lo necesitara. Y ese muchacho lo necesitaba. Estaba peleando contra los seis chicos que lo acompañaban, se estaba defendiendo bastante bien, pero el número de chicos era una clara desventaja.

John aparco violentamente y salió del auto, olvidando su continuo dolor de piernas, que medía 1.65 y que probablemente no haría un cambio significativo.

Golpeo al chico que había inmovilizado de los brazos al otro, haciendo que lo soltara.

-¿Qué demonios?

No dejo que ninguno hablara, el chico atacado, se zafo de otro que le retenía de la cintura. John no tenía la altura adecuada pero si la técnica, que le permitiría abrirle un hueco para que el otro escapara.

-Oye, chico. Vete- ordeno, mientras le daba un gancho a un grandulón, sin embargo no recibió la respuesta que esperaba, el chico, mucho más alto que los otros y con el cabello rizado, lo miro un momento antes de lanzar una botella a su dirección. El rubio se agacho, reprochándose mentalmente que no debía meterse donde no lo llamaban. Junto con la botella cayo un peso muerto detrás de él. El muchacho le había salvado del grandulón al que le había hecho el gancho.

En algún lugar alguien grito, "Policía" provocando que todos salieran corriendo. Incluidos John y el chico de cabellos rizados. El rubio corrió a su auto, con el moreno pisándole los talones, se subió en él y abrió la puerta para que su acompañante subiera, se pusieron en marcha.

La adrenalina del momento, hacía que el corazón de John fuera a mil por hora. Respiraba agitadamente. Condujo un rato alejándose del punto de enfrentamiento, dirigiéndose a su casa.

Por momentos le echaba miradas a su acompañante, que también trataba de regular su respiración. Esbozaron una sonrisa cuando sus ojos se encontraron, después empezaron a reír.

-Tienes buena técnica, John Watson.- comento el otro cuando pararon de reír, el rubio se sorprendió de que supiera su nombre, creía reconocerlo pero no estaba seguro.- Llevas bastante practicando, te felicito por los resultados obtenidos.

John bajo sin hacer comentario alguno. Abrió la puerta del copiloto, dejando salir al chico. Caminaron juntos por el pasillo de la entrada. Ninguno pronuncio palabra. El moreno parecía confiar en su acompañante, ya que no hizo preguntas.

Quien salió a recibirlos fue la madre de John, quien por poco le da un ataque de histeria al ver a su hijo y a su amigo, revolcados, golpeados pero sonrientes.

-¡Por todos los cielos! ¿Dónde se metieron ustedes dos?

-Bueno, es una larga historia, ¿Podríamos contarte en la cocina mientras nos ponemos algo de hielo?- Los chicos siguieron a la mujer, se sentaron junto a la barra, mientras que le contaban los sucesos.

-¿Así que te metiste en una pelea para salvar al chico? ¿A un chico no conoces?- John asintió con un trozo de hielo en los labios y otro en el ojo- Ese es mi hijo- comento con una sonrisa, chocando puños con el muchacho- Bueno, no te conocía, ¿Cómo te llamas?

-Holmes- contesto analizando el extraño comportamiento de la mujer- Sherlock Holmes. Su hijo y yo vamos a la misma escuela, compartimos clases de química, física y algebra- la mujer miro ceñuda a su hijo, quien miraba interrogante al moreno.

-Si compartiéramos esas clases te habría visto, llevamos tres meses en la escuela- replico en su defensa

-No asisto mucho, los profesores son un montón de imbéciles…

-Sherlock- regaño el rubio, mientras dirigía una mirada a su madre. Quien negaba con la cabeza suavemente.

-Bien, ya que no asistieron a su fiesta, ¿Quieren pizza?

Sherlock miraba la comida con ligero disgusto. No solía comer mucho y el aspecto de esa masa cubierta de grasa no le atraía mucho. Pero al rubio parecía gustarle demasiado, llevaba ya 8 rebanadas. Suspiro y tomo un pedazo, dándole un ligero mordisco. No estaba tan mal, podría terminarse ese pedazo.

-¿Cuál es la verdadera razón por la que no vas a clases?- pregunto el rubio entre una mordida y otra, a Sherlock que estaba cayéndole bien el rubio, le empezó a fastidiar su intento de charla.

-En verdad son un montón de idiotas, la clase de Rickman sobre componentes químicos, era una total farsa…

-Sí, ya decía que no era el único que lo había notado, cuando empezó a divagar sobre la piedra filosofal y los alquimistas… Bueno, pero la mayoría lo soporta porque es una materia que deben aprobar para seguir con el curso, ¿Sabias?

-Puedo llegar a los exámenes y pasarlos sin asistir a sus ridículas clases, me distraen de lo verdaderamente importante

-¿Qué es…?- pregunto, instándolo a que continuara.

-Estoy llevando a cabo una investigación de la coagulación de la saliva en ciertas temperaturas, de eso depende la inocencia de un hombre- contesto el moreno con tres cuartos de su rebanada en la mano

-¿Estas probando la inocencia de alguien? ¿Trabajas con la policía?- la mirada escrutadora del rubio le agradaba- Eres demasiado joven para ello, además no trabajan con aficionados. ¿Agente encubierto?

-Casi, pero no. Ya que no tomaste en cuenta ningún dato importante. Pero tienes razón en algo. La policía no trabaja con aficionados

-¿Entonces…?

-John Watson, sufres de distrofia muscular en ambas piernas, te han tratado desde pequeño por eso es que usas el bastón y no silla de ruedas, las marcas en la alfombra indican que hasta hace poco tenías una máquina de ejercicio pero la movieron de habitación para no ponerte en evidencia cuando trajeras a algún amigo aquí, tienes la intención de ser médico, por las enciclopedias que tienes en el librero, pero también quieres tener una condición lo suficientemente estable para convertirte en militar, quieres romper con el esquema de ser un invalido, por eso sigues con los ejercicios. Tiendes a perder el control de tus piernas en momentos de presión, por eso tu auto esta modificado para poder ser utilizado sin los pedales.

-Impresionante- contesto el rubio ante tal flujo de información correcta sobre su persona.

-¿Es en serio?

-Claro, es fantástico ese don tuyo.

-Vaya… no es lo que suelen decirme- el rubio le interrogo con la mirada- Suelen gritarme "vete a la mierda"- ambos soltaron una carcajada. En ese momento la señora Watson entro a la habitación.

-Lamento interrumpir, Sherlock, querido, ¿Te quedaras a dormir? Avisare a tus padres si quieres

-No señora Watson, tengo otras cosas que hacer y me he retrasado con ellas. Gracias por la comida y el hielo. Buenas noches- dijo el muchacho poniéndose de pie, ya que estaban comiendo en el piso

-Te acompaño a la salida- comento la mujer- por cierto no me digas señora Watson, suena muy formal, solo llámame Eileen.- dijo con una sonrisa, a la que el joven no respondió- Espero vuelvas pronto- Sherlock dio un corto asentimiento y dio la vuelta para irse- Espera, te he llamado un taxi, es tarde, no te preocupes por el dinero, ya lo he pagado. No me perdonaría si te pasara algo de regreso a tu casa, mira ahí viene. Hasta luego, Sherlock.- el chico se subió al auto, sin mirar atrás.

-Ese chico es un poco raro, ¿No crees, John?- comento Eileen cuando regreso al cuarto de su hijo, este sonrió sin decir nada- Bueno, levanta este desastre, no te duermas muy tarde. Buenas noches hijo, si no estás muy cansado, puedes saludar a tu padre cuando regrese.

Al día siguiente en la escuela, John saludo a Sherlock, quien apenas hizo un asentimiento para demostrar que le había escuchado. Greg, Molly, Irene y Philip se le quedaron viendo como si estuvieran ante un acontecimiento paranormal. Cuando llego ante ellos aún tenían muecas de asombro.

-¿Qué pasa?-pregunto el rubio mientras tomaba asiento, sobándose distraídamente la rodilla

-¿Le has hablado a Holmes?- pregunto Philip con impertinencia, los demás le dirigieron miradas acusadoras, Molly le dio un codazo por el volumen de voz inadecuado

-Sí, ¿Está prohibido o algo así?- todos negaron con la cabeza pendientes de las reacciones de John pero también de las del moreno

-Nadie se atreve a hablar con él, es capaz de calumniarte frente a todos los de aquí. De algún modo dice las cosas como si fueran ciertas, tiene la habilidad de conocer tus secretos.- confeso Lestrade y en un tono aún más bajo dijo- Me entere que se metió con Grant, le dijo frente a su novia que le estaba engañando con Sally, una de las porristas. No me extrañaría si lo muelen a golpes. Ese tipo no tiene instinto de supervivencia.

Ahora quedaba claro para John porque lo habían atacado la noche anterior. Podrían haberlo matado, sabía que Grant era el capitán del equipo de rugby, solo que no lo conocía, ni tampoco su olor.

-John, las heridas de tu cara son la razón por la cual no fuiste a la fiesta ayer, ¿Verdad?- pregunto Molly con su tímida voz.

-Algo así. Lamento no haber asistido, ni tampoco avisado. Se me presento algo de pronto que no pude posponer- comento, sin hacer alusión de lo que realmente había pasado. No quería poner en evidencia nada.- ¿Alguno de ustedes sabe si asisten muchos omegas a esta escuela?

Lo miraron escandalizados, sabía que era un tema tabú, pero por eso lo había preguntado en voz baja y solo a ellos. Nadie se atrevió a responderle, no de inmediato.

-John, eso no se menciona aquí- contesto Molly, nerviosa- No asisten omegas a esta escuela, solo imagínate el revuelo que causaría eso. Que ningún alfa de oiga decir eso, ya sabes cómo son…

-¿Cómo son los alfas?- pregunto un chico que acababa de entrar, estaba furioso, pero trataba de tener una voz dulce, tanto que daba miedo- ¡El profesor Thomson me informo que no vendrá hoy, tienen auto estudio por dos horas! ¡Despejen este salón! ¡Ahora!- la mayor parte de los chicos salieron corriendo mucho antes de que lo hubiese ordenado.

John noto que el tipo era el mismo que había atacado a Sherlock el día anterior, el olor de sus compinches le hizo voltear a ver que estaban rodeando al susodicho, quien se mostraba tremendamente aburrido, el rubio distinguió cierta preocupación en su rostro. También que el tal Grant- no podía ser nadie más- tenía a Molly sujeta por el hombro. Ni él ni Greg se movieron de su lugar pero Philip Anderson se llevó a Irene de la mano, tratando de no correr.

-Vaya, vaya. Se han quedado cuatro, muchos más de los que estamos acostumbrados, ¿Verdad, chicos?- los mastodontes empezaron a reír.- Bien muchachita, no has respondido mi pregunta, ¿Cómo son los alfas?

-Deja que responda por ella- dijo John levantándose de su asiento, recargándose ligeramente del respaldo, seguía teniendo el dolor de la rodilla- No puedes preguntarle a una Beta algo así.

-¿Y tú qué sabes?- en ese momento lo reconoció- Tu eres el que rescato a nuestra bella damisela ayer. Que suerte tengo hoy. Mi horóscopo ha acertado

-En el horóscopo no hay más que puras patrañas…- alcanzo a decir Sherlock antes de que le taparan la boca.

-Bueno muchachito, resulta que tu si conoces de alfas. ¿Tu padre te enseño que debías ser sumiso ante nosotros?- John apretó la mandíbula- Creo que no, le hizo falta una lección. Necesitaba enseñarte a ser sumiso como tu mami…- un golpe que no vio venir le acertó justo en la mejilla, el grandulón trastabillo y cayo sentado. John sostenía su bastón, listo para volver a utilizarlo.

-No, claro que no me enseño eso- su andar no vacilo, dirigiéndose con el arma en las manos- Me enseño a como no utilizar mi condición contra los demás. Como no mostrar mi superioridad alfa.- los grandulones que tenían a Sherlock se encogieron ante la mirada que el rubio les dirigió, reconociendo su supremacía- Ustedes, salgan. Si los vuelvo a ver cerca de este- dijo señalando a Grant que aún estaba en el suelo - no les tendré compasión- los tipos salieron más rápido que lo que un huracán se lleva una casa.

En verdad John trataba de controlarse, si no lo hacía podría tratar de luchar para conservar su posición. Grant era también un alfa, de alto rango, pero no podía competir con el rubio; sin embargo también era conocido por sus trampas.

-No haría eso en tu situación- dijo Sherlock acercándose- si golpeas su pierna para hacerlo caer, te romperá el cuello con el bastón, ya lo sentiste. No está hecho de madera. Un golpe a la tráquea y bueno, te reencontraras con tu padre.

-Fuera. No te vuelvas a meter con mis amigos. No te quiero ver cerca- el chico se levantó, sin poder recoger su orgullo que estaba esparcido por el piso del salón, estaba a punto de salir cuando John exclamo- Ahora sabes cómo es un verdadero alfa- la puerta se cerró de golpe.

Y todos pudieron respirar tranquilos. La exhalación al unísono fue muy audible. Molly comenzó a reír histéricamente, convirtiéndose en llanto, había soportado todo bastante bien.

-John, eres un alfa…- exclamo Lestrade, se sintió inútil durante todo el intercambio pero no podía hacer nada, él era solo un beta, como los demás en el grupo de amigos del rubio. Por ello no podían distinguir entre unos y otros, su sentido del olfato y oído era normal, sin embargo los betas tendían a reunirse en grupos numerosos. El chico asintió con la cabeza, aun con la respiración agitada. Nunca se había visto en la necesidad de imponerse ante otros, siempre controlaba sus instintos, aun cuando su bestia interior quería salir al escuchar la reprimenda de algún superior.

-Gracias…- exclamo Molly con apenas un hilo de voz- No sé qué habría pasado de no ser por ti

-No me agradezcas, fui yo quien te puso en esa situación, al hacerte esa pregunta. Perdóname Molly- ella sacudió la cabeza

-Perdóname tú. A todos, por creer que… bueno, que por tu bastón no podrías ser un alfa.

-Eso no es de importancia, es mejor cuando todos me creen un beta. No hay presiones ni falsas amistades. Lo lamento, al parecer en algún momento pude ponerlos en peligro.

-Bueno, espero que acaben con su sentimentalismo. Tenemos que irnos de aquí- dijo Sherlock- El decano Evans no tarda en pasar y si nos encuentra aquí, nos castigara o algo. Tengo cosas que hacer.

Todos se pusieron en movimiento. Recogieron sus cosas, salieron como si nada hubiese pasado, pero no había nadie en el pasillo que necesitara ser convencido. John se recargaba más de lo normal en el bastón, el moreno se dio cuenta de que le sería difícil llegar a su auto.

-John, creo que olvide mi abrigo en tu casa. ¿Puedo ir por el?- los chicos que iban junto al rubio se voltearon sorprendidos, pero recompusieron el gesto y se despidieron con la mano, con rumbo a la cafetería, necesitaban un café bien cargado.- Al parecer no contaste nada de nuestra pequeña aventura ayer…

-Claro que no. No quería ponerte en evidencia, al parecer no hizo falta, la evidencia vino a ti…- estaba tambaleándose, Sherlock lo asió por el brazo- Gracias… por advertirme de lo que trataba de hacer Grant

-Si te hubiese golpeado, no estaríamos aquí.- Salieron por la puerta principal, se subieron al auto, con el moreno al volante. Condujo en silencio, John estaba completamente dormido. Debía admitir al menos en su interior que ese despliegue de poder le había asombrado lo indecible. Sabía que era un alfa, pero no que tenía ese rango. Pero era inestable, dejar salir todo eso, le había causado una desestabilidad y consumido sus fuerzas. Tampoco su condición ayudaba mucho.

Otra vez fue la señora Watson quien les abrió la puerta, el moreno cargaba con el peso del rubio, nada fácil, pero se las había arreglado para tocar el timbre.

-¿Qué…?- no pudo terminar la pregunta porque le chico avanzo sin dejar tiempo a nada, agradecía con toda su alma que el cuarto del rubio estuviese en la planta baja. Lo deposito en la cama, suspiro antes de enfrentarse con la mujer, que le miraba con una ceja alzada. Parecía a punto de abofetearlo.

Le conto lo sucedido, omitiendo ciertos detalles como la provocación de Grant y esas cosas, no quería liderar con una mujer histérica. Pero la encontró apacible, como si hubiese estado a la espera de ese acontecimiento. Estaban sentados en la cocina, el moreno tenía un vaso de agua frente a si, uno que no tocaría. No era día de beber agua. El comportamiento de la mujer seguía siendo bastante raro, tal vez porque John no era…

-¿Por qué lo has traído, Sherlock?- pregunto la mujer en un tono cansado, arrancándolo súbitamente de sus pensamientos- No era tu responsabilidad. Dudo que lo hagas por la cuestión de ayer.

-Su hijo, me intriga bastante. Sale de lo convencional, no actúa bajo ningún tipo de patrón. Es digno de investigación. Me considero un detective consultor- el trabajo es invención mía, por supuesto-, trabajo con la policía cuando no pueden resolver un caso, que es casi siempre, su hijo puede serme de ayuda.

-¿Por qué dejaría a mi hijo hacer ese tipo de cosas contigo?

-Su hijo necesita esto. Adrenalina. Siempre que está concentrado, pierde el temblor de su pierna derecha. Además de que el ejercicio es bueno para él, en esa máquina solo ejercita unos cuantos músculos, pero el trabajo de campo es algo donde agilizara también la mente. Le aclarara el panorama de la carrera de médico militar

-¿Para que cada día llegue desmayado en tus brazos?- haciendo caso omiso a que ese joven a quien su hijo había tratado por primera vez el día anterior supiera tanto sobre él. Dudaba que John lo comentara tan a la ligera.

-Está haciendo juicios de valor. Todo eso lo sé, porque observe a su hijo y su habitación. Nada difícil de hacer. Así como puedo hacerlo con usted- dudo un poco antes de continuar, si quería que diera bandera verde al hecho de que John lo ayudara en sus casos podría no ser la mejor alternativa- No es su madre biológica.- la ceja de Eileen Watson, se levantó. Sherlock supo que era un mal signo, aun así continuo- Los ojos azules de John debieron ser herencia de ambos padres, pero usted no los posee. Debió criarlo desde el nacimiento, porque posee muchas de sus características psicológicas. Y comparten el mismo tic, se muerden las uñas cuando están muy concentrados en algo, como ahora.- Eileen alejo la mano de su boca, bajo su ceja y sonrió. Dejando al moreno confundido.

-Eres asombroso- Sherlock bebió un trago del vaso- John me conto ayer de eso que hacías. Y realmente me sorprendiste. ¿Se lo dijiste a John?- el chico negó con la cabeza, había caído en una casa de locos. Adoraba la idea de ello.- Esta bien, creo que serás una buena influencia en mi Johnny. Solo trátalo bien.

Eileen estaba contenta de que el chico no hubiera mencionada la condición de John, la distrofia, estaba buscando el medio para que se uniera a sus aventuras, que esperaba no fueran peligrosas, pero si la idea había ahondado en su hijo, no podría hacer nada para impedirlo. En un mundo regido por castas, el hecho de que encontrara tan buen amigo, le ponía muy contenta.

-¿Quieres quedarte a cenar?- pregunto la mujer, Sherlock no sabía cómo negarse, ligeramente impactado ante la aceptación de la mujer- Bueno, me di cuenta de que no comes mucho. Solo mordisqueaste una rebanada ayer, sé que no es que no te haya gustado, de ser así solo te habrías limitado a verla. No es bueno que andes en ayunas. Pero volviendo al tema central y reformulando la pregunta, ¿Quieres acompañarnos mientras cenamos?- el chico asintió sonriendo. La mujer que tenía en frente no era para nada una aburrida.- Quiero que Henry te conozca, le caerás de maravilla.

El señor Watson caía en el promedio de personas idiotas. O al menos eso pensó mientras cenaban, ya que se limitó a preguntarle sobre la escuela. Pero una vez que pasaron a la sala, Henry Watson puso una taza de té frente a él.

-Tienes cara de que te gusta el buen te- dijo sentándose frente a el- ¿Cuál es tu opinión acerca del caso del ahogado en los desagües? Scotland Yard, se ve cada vez más inepta- La familia Watson sonrió ante la mirada entusiasmada del joven, que los maravillo con sus deducciones del caso. El señor hizo algunas observaciones que provocaron que Sherlock saliera corriendo sin despedirse.

-Él es así, supongo que debe haber ido a comprobar algo- explico John, tratando de disculpar la actitud del moreno.

-Es un poco extravagante. ¿Es un beta?- John se tensó ante la pregunta. No se había puesto a examinar ese punto, de verdad no le importo. No sabía cuál era la posición de su padre al respecto.

-Henry- regaño su madre- ¿Evitarías que John lo frecuentara si fuera un omega?- el hombre negó con la cabeza, avergonzado- ¿Entonces qué caso tiene preguntar su casta?- el volvió a negar con la cabeza- Bien, Sherlock escapa de lo común, pero es un buen chico, y eso es todo lo que necesitamos saber.

John no sabía si reír ante la situación, nunca había presenciado un regaño de su madre hacia ningún otro que no fuera el mismo. Además había evitado una situación incómoda que podría derivar en algo peor.

En verdad su madre era sensacional.


No tiendo a dividir mis historias en capítulos, pero decidí que esta si para que se acostumbraran a la idea. Tenia muchas ganas de escribir un Omegaverse, pero encontré muchas opiniones de todos los que odiaban el Omegaverse. A mi me parece fantástico, menos todas esas personas que se extremizan. Odio los extremos. Como ya dije no es tan extremista. Bueno tomatazos, saludos, sugerencias, aquí debajo.

Saludos! :D

Y como siempre gracias por tomarse el tiempo de leer y comentar.