Flashback
- Mabel, acabo de tener el mejor día de mi vida. Los OVNIS son reales, y hay uno debajo del pueblo, y le salve la vida al tío Ford y… Oye, ¿estás bien?
- Dime que no es cierto, Dipper. Dime que estabas bromeando.
Dipper observa un radio que tiene Mabel que empieza a hacer ruido.
- ¿El aprendiz de Ford?, ¿En serio?
- Mira, estuve pensando y… Es una gran oportunidad para mí.
- ¡Pero es una horrible oportunidad para mí! Tuve el peor día de mi vida. Cuando cumplamos 13, el verano terminara, y tendré que dejar todo atrás. Tú eres la única persona en la que podía confiar, ¿y ahora me abandonaras también?
- Mira, lo he estado pensando. No me iré para siempre, ¿de acuerdo?: Aun te visitare a casa, y chatearemos en línea… haremos que funcione.
- No quiero que funcione.
Fin Flashback
Eso es lo que había sucedido ese día, Dipper estaba muy emocionado porque podría cumplir su sueño de ser investigador de fenómenos paranormales y tener su propio show de caza fantasmas, y no solo eso sino que sería guiado por uno de los mejores y más inteligentes investigadores, su tío Stanford Pines. Pero a cambio tendría que ver a su hermana sufrir por su ausencia.
Nunca se habían separado desde que tenía memoria. Mabel y Dipper siempre se habían necesitado uno al otro, cada uno era un gran soporte en de la vida del otro. Desde que estaban en la escuela cuando sus compañeros se burlaban de él, Mabel siempre había estado ahí para levantarle el ánimo. Y Dipper había logrado muchas veces borrar la tristeza de la cara de Mabel. No se podía dudar que eran los mejores hermanos que podrían existir.
- ¡Dipper!, despierta tonto, parece como si llevaras pensando en todos los problemas de la gente. – Era Mabel la que interrumpía sus pensamientos, al parecer llevaba varias horas sentado viendo afuera de la ventana simplemente pensando.
- ¡Vamos!, ¡alégrate! y mejor ayúdame a escoger cual ropa llevarme a la cita con Roberto, ¿pantalón verde o rojo? – dijo Mabel.
El verano había terminado, ya estaban en California y había pasado ya algunas semanas. Habían entrado ya por fin a la secundaria, y para la sorpresa de nadie, Mabel había conseguido una cita con un chico de 2°.
- Emmm, creo que esta mejor el pantalón verde es un poco menos llamativo – contestó Dipper.
- Excelente, entonces creo que llevare el rojo – dijo Mabel guiñando un ojo a Dipper al mismo tiempo que le sacaba la lengua.
- Oye, ¿solo querías mi opinión para desecharla? – replico Dipper algo indignado por la broma de su hermana.
- ¡Así es! – le contesto Mabel mientras sonreía y salía de la habitación.
- Esa era Mabel una joven que era el vivo retrato de la felicidad.
Si bien era cierto que Dipper le había dicho a Mabel que iría con ella y que no la abandonaría cuando estaban en aquella trampa ingeniosa de Bill que los tenia atrapados en un mundo de fantasía, había tomado la decisión demasiado pronto porque los hechos lo requerían así. No podía permitir que su hermana quedara atrapada para siempre, y que el mundo pereciera en las manos de Bill. El todavía deseaba en lo más profundo de su ser cumplir ese sueño. No podía tomar una decisión.