CASATE CON MIGO
Hola este es mi primer Fic, espero les guste.
Black Jack no me pertenese, es propiedad de Osamu Tezuka
-Cásate con migo – escucho una vocecita que le decía de manera dulce y suplicante.
-¿mmm?- fue su respuesta.
-¡que te cases con migo! ¿Es que no me escuchas?- Le vuelve a preguntar aquella vocecita pero esta vez molesta.
Era tarde, aproximadamente las 10 de la noche y él seguía trabajando. Así era Black Jack, un médico ilegal que nunca dejaba de trabajar por el bien de sus pacientes, lo que le acarreaba en ocasiones el reproche de su pequeña asistente Pinoko que en ocasiones se quejaba de que la ignorara como en ese momento.
Con cierta molestia voltea a donde está la pequeña niña y la ve vestida de manera extraña; llevaba puesto lo que parecía un mantel sobre la cabeza a modo de velo y en las manos un ramo de rosas artificiales, al observar su extraño atuendo él no puede evitar preguntarle extrañado:
-¿Por qué llevas eso puesto?
Pinoko, ya molesta infla los carrillos de sus mejillas y le dice disgustada, ya sin el tono dulce de hace unos momentos:
-Te pedí que te casaras con migo, ya que tu no lo haces, encontré este mantel y me gusto así que me lo puse a modo de velo para pedirte matrimonio, así nuestra relación seria más formal- termino con un mohín algo altanero.
Black Jack suspiro, desde que la pequeña vivía con el siempre insistía en que era su esposa, ya se había cansado de contradecirla y la dejaba presentarse como tal a las personas que conocían; lo cierto era que el la veía más como a una hija que otra cosa. Armándose de la poca paciencia que tenía decidió por millonésima vez contradecirla.
-Escucha Pinoko, ya te he dicho que eso no es posible, tú eres una niña, no me puedo casar contigo, no insistas.
-¡QUE NO SOY UNA NIÑA, YA TENGO 19 AÑOS!- Grito enojada. Él suspiro, sabía que eso pasaría; siempre era lo mismo cuando trataban el espinoso tema de su edad y su aspecto: una joven de 19 años atrapada en un cuerpo de plástico de una niña de 5, pero con 2 años de haber nacido, algo realmente complicado de asimilar.
Respirando profundo para no perder la paciencia, trato de hacerla entender, desafortunadamente Pinoko era muy necia, por lo que el comprendía de antemano que era una pérdida de tiempo lo que le iba a decir:
-Eres una niña, naciste hace 2 años y tienes el cuerpo de una niña, no puedo casarme contigo, deja ya ese tonto juego por favor y déjame trabajar, además ya es tarde y deberías estar durmiendo- esto último lo dijo ya algo fastidiado.
Pero Pinoko no se rindió.
-si tu quisieras, me podrías hacer un cuerpo de adulta, ya te lo he pedido muchísimas veces y tu nada más me ignoras, yo creo que si me estuviera muriendo como aquella vez si me lo harías ¿verdad?- y después de decir eso la pequeña muñeca salió dela oficina con los ojos lloroso y dando un portazo al salir.
"Aquella vez" pensó él algo cansado de las rabietas de su pequeña asistente. "Aquella vez" de la que ella hablaba era la vez que, con solo un año de haber nacido ella enfermo gravemente de leucemia, la única manera en la que ella podía salvarse era con la transfusión de sangre de un familiar directo, pero al ir a buscar a su hermana con ayuda del doctor Kami, este le dijo que la gemela de Pinoko había muerto; él, frustrado, y derrotado al creer que no podría salvar a la pequeña decidió cumplirle su deseo y le creo un cuerpo adulto, sabiendo que su felicidad no duraría mucho ya que ella moriría víctima de la enfermedad. Pero al último minuto, la joven gemela apareció con el rostro cubierto con un velo, tal vez el remordimiento la había hecho decidirse por presentarse en el consultorio y donarle su sangre a la que ella consideraba una aberración con la única condición de que no la volvieran a buscar más. Al salvar a Pinoko, el cuerpo artificial de adulta termino guardado en una caja, alejado de la pequeña a la cual él le había dicho que había destruido, después de eso se negaba rotundamente cada vez que Pinoko le suplicaba para que le recreara un cuerpo de adulta recordando aquellos gloriosos minutos que su sueño estuvo a punto de volverse realidad.
El, por su parte, no comprendía que lo había hecho guardar aquellas partes artificiales, las cuales mantenía escondidas lo mejor posible, sabía que si Pinoko las encontraba no le perdonaría jamás el que no las hubiera usado nunca con ella, y las palabras que le había dicho en ese momento le confirmaban sus temores, ya que era la primera vez que le mencionaba "aquella vez".
Molesto, sacudió la cabeza; Pinoko siempre conseguía ponerlo nervioso, así que decidió dejar el trabajo para mañana e irse a descansar.
Salió de su despacho, al acercarse al cuarto de la pequeña, la escucho llorar, el suspiró cansado y triste, se sentía culpable por ser tan estricto con ella así que decidió buscar la manera de alegrarla y que ella lo perdonara. "parecemos un matrimonio" pensó algo divertido.
Toco a la puerta, pero ella no contesto así que entro a la habitación.
-Pinoko- dijo –sé que estas molesta pero no puedes pasarte la noche llorando por una tontería- grabe error, al escuchar estas palabras, Pinoko, que estaba recostada en la cama llorando, se incorporó y herida por las palabras que el doctor de la cicatriz le había dicho le grito:
-¿TONTERIA? ¿TE PARECEN UNA TONTERIA LOS SENTIMIENTOS DE UNA JOVEN ENAMORADA? ERES CRUEL- y siguió llorando, esta vez de manera más melodramática.
Black Jack suspiro, esta vez de manera algo divertida, Pinoko era capaz de ahogarse en un vaso de agua, pero él la conocía muy bien, y sabía cómo resolver el asunto.
-mira, si me perdonas te llevo mañana de compras ¿Qué opinas?- le propuso de manera persuasiva.
De inmediato el llanto ceso, y ella lo miro con los ojitos algo enrojecidos pero emocionados, rara vez el doctor se ofrecía a llevarla de compras por su propia voluntad, era demasiado tacaño como ella bien lo sabía, así que decidió no desaprovechar esta oportunidad.
-¿en serio?-pregunto emocionada-¿me llevaras de compras?-
-si- respondió el, en el fondo ya comenzaba a arrepentirse, sabía que la pequeña era una compradora compulsiva, pero con tal de que olvidara sus raras exigencias todo valía. –te llevare de compras.
-¿A dónde yo quiera?- la muñequita se emocionaba cada vez mas
-a donde tú quieras- respondió resignado.
-¡YUPIIII!- grito emocionada y lo abrazo del cuello – ya sé a dónde iremos, acaban de inaugurar una nueva plaza comercial en Akihabara ¿me llevas?-
-¿Akihabara?, está en Tokio, yo pensaba llevarte a un lugar más cercan…está bien, está bien, iremos a Akihabara- se apresuro a decir al ver la ira reflejada en los grandes ojos castaño-rojizo.
Fin del Capitulo.
Esta es la primera vez que publico una historia, espero sus criticas.